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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

La izquierda suele venderse a sí misma como un movimiento ideológico que promueve la fraternidad,
la empatía, el amor universal dentro del género humano, de ahí sus exigencias de igualación
coactiva material entre los individuos.
Si todos somos hermanos, todos tenemos una obligación, que debe ser ejecutada, aunque
sea por la fuerza, de ayudar a los demás.
Y aquel que reniegue de esa obligación de asistencia obligatoria coactiva al prójimo
es en realidad un sociópata que reniega de la vida fraternal en sociedad y, por tanto,
las preferencias hiperindividualistas o sociópatas no deberían prevalecer sobre los derechos
colectivos que mantienen esa armonía dentro del género humano.
A la hora de la verdad, sin embargo, muchas personas de izquierdas, cuando los ciudadanos
no votan como quieren que voten, es decir, cuando los ciudadanos no les entregan el
poder del Estado, no les entregan las llaves del poder absoluto del Estado, pues ya no
demuestran tanta fraternidad, tanta empatía, tanto amor hacia el género humano.
Más bien parecería que esa señalización hacia terceros de que ellos son muy virtuosos,
de que ellos quieren mucho a la humanidad, es simplemente una falsa apariencia para manipular
a los ciudadanos y que sean ellos quienes lleguen al poder y una vez instalados en
el poder para que cuenten con manos absolutamente libres para ejecutar cualquier política intervencionista
y restrictiva de las libertades individuales de las personas, apelando a esa empatía,
a esa fraternidad universal que ellos serían los encargados en la tierra de ejecutar.
La frase de que no hay nada más tonto que un obrero de derechas se ha convertido en
un lugar común siempre que la izquierda pierde las elecciones porque una amplia mayoría
de ciudadanos entre los que se encuentran obreros, clases medias, clases de renta media baja,
no apoyan a los partidos de izquierdas que supuestamente deberían apoyar por su adescripción
a una determinada clase social cuyos intereses materiales son supuestamente defendidos por
esa élite intelectual hoy de izquierdas que luego no tienen reparos en insultar a esos
obreros de derechas cuyos intereses dice defender cuando en realidad tan sólo aspira a instrumentarlos
para alcanzar el poder sobre sus hombros.
Por eso cuando no les sirven para alcanzar el poder rápidamente emerge el desprecio,
el insulto, el desdeno, la antipatía hacia esos obreros de derechas que no han apoyado
a sus salvadores intelectuales de izquierdas.
Lo hemos podido ver también en las recientes elecciones autonómicas en la Comunidad de
Madrid.
Por ejemplo, uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, declaró después de
las elecciones, después de que podemos no lograr ni mucho menos el resultado que ellos
probablemente esperaban en las elecciones madrileñas, declaró lo siguiente, los que
ganan 900 euros y votan a la derecha no me parecen Einstein.
Cuando tienes una conciencia falsa de la realidad y votas a tus verdugos te estás
equivocando.
Hay dos millones de madrileños que viven en una burbuja y son capaces de perder de
vista que Madrid es el lugar donde más ancianos han muerto en las residencias por culpa de
la gestión de Ayuso.
Pero usted lo dijo que hacemos con los gilipollas que cobran 900 pavos y votan a Ayuso, ¿dijo
usted eso?
¿Lo han dicho?
¿Cuál es el problema de esa frase?
No, no, no, digo que es la deruncia que dicen que usted había dicho eso, le pregunta
a usted directamente si usted se da por aludido y dijo esta frase, no más.
¿Qué pasa?
Que los que ganan 900 euros y votan a la derecha son Einstein, es decir, que es un clásico,
es un clásico de que cuando tienes una conciencia falsa de la realidad y votas a tus verdugos
te estás equivocando.
Pero no pensemos que estos insultos, estos exabruptos de monedero son los únicos que
se han producido dentro del llamado bloque de izquierdas.
Si bien esta no ha sido una reacción universal por parte de todas las personas que se adscriben
a la izquierda, si es cierto que muchas de las que se adscriben a ella sí han reproducido
este tipo de mensajes.
En este vídeo vamos a recopilar algunas de las principales descalificaciones que se han
dirigido contra los obreros de derechas.
Y en un próximo vídeo ya explicaremos por qué no es necesariamente incompatible ser
obrero y ser de derechas.
Empecemos con un tuit del periodista Antonio Papei que manifestó lo siguiente, ha habido
un traspase a la derecha de sectores de izquierdas seducidos por la libertad, entre comillas,
de los bares abiertos y de las noches de farra mientras las subis están llenas.
Es todo muy primario, vamos que los obreros que votaban a la izquierda ya han empezado
a votar a la derecha, muy listos no son.
Son primarios, tienen una inteligencia muy básica, muy fácilmente manipulable, pero
solo los que votan a la derecha, si esos obreros votan a la izquierda ya no serían
primarios, ya no serían básicos, tendrían conciencia de clase y por tanto serían muy
sofisticados e inteligentes y muy racionales porque harían lo que tienen que hacer.
Sigamos con un tuit del tuitero Napoleón Dinámite va en patinete, un tuitero no especialmente
conocido pero fijémonos en el número de retwits y sobre todo de me gusta, dice ir
al colegio electoral y cruzarte con tu vecino en el tornero ofresador del BMW en paro desde
el año 2018 con el fachaleco y la pulserita de España y luego se molestan cuando monederos
les llaman gilipollas, hombre a ver.
De nuevo si eres un obrero que está en paro desde el año 2018 y votas a la derecha es
que eres tonto porque quien tiene la culpa de que tú estés en paro desde el año 2018
es la derecha y ello a pesar de que desde el año 2018 quien está gobernando en España
quien ocupa el gobierno central en España que es quien tiene las competencias en materia
laboral sea la izquierda pero bueno estos son pequeños detalles que supongo que escapan
a la súper inteligencia de determinados intelectuales de izquierdas.
Vamos con Tomás Casas, colaborador del periódico de Podemos la última hora, vamos a ir teniendonos
que hacer a la idea de que tan enemigos de la justicia social son los explotadores como
los, atención al concepto, fachapobres que se dejan explotar por dos céntimos y luego
encima no solo votan al explotador sino que odian al que quiere traer traerles igualdad
social, asco profundo, hombre quizá ese rechazo, ese repudio que pueden tener los fachapobres
hacia aquellos intelectuales que quieren salvarlos y quieren traerles justicia social
e igualdad social no venga tanto de las presuntas buenas intenciones de esos intelectuales
de izquierdas sino de que cuando esos obreros de derechas no hacen lo que vosotros queréis
que hagan les insultáis si sentís profundo asco hacia ellos, pues hombre sentir profundo
asco hacia alguien que tiene unas preferencias ideológicas distintas de las tuyas no va a
generar mucha simpatía entre esos que dices que te producen asco.
Continuemos con otro tuitero, panic, de nuevo fijaos en el número de retweets si me gusta,
si cobras 950 euros, paga 600 de alquiler y votas a los que te privatizan la educación
y la sanidad y sólo benefician a las grandes fortunas, lo mismo tú también tienes que
hacer un poco de autocrítica y sobre todo apagar el televisor, eso también.
Es decir, que la culpa no es nuestra, quizá nosotros nos hayamos equivocado a la hora
de transmitir los mensajes, a la hora de persuadirte, pero la culpa en última instancia
es tuya que no te informas, que no te interesa nada, que eres muy fácilmente manipulable
por los medios de comunicación, que en última instancia no eres de izquierdas cuando deberías
ser de izquierdas porque tus intereses los defendemos nosotros y tú tienes que votar en función
de tus intereses tal cual los interpretamos nosotros.
Seguimos Paco Lobo, un tuitero con más de 80.000 seguidores escribió un porcentaje bajo
de los distritos ricos votan izquierda, eso les honra, un porcentaje alto de los distritos
pobres votan derecha, eso les deshonra, es decir, que si eres pobre y votas a la derecha
eso es deshonroso, lo único honorable sea pobre o sea rico, pero especialmente si eres
pobre es votar a la izquierda, vamos que los obreros de derechas no sólo carecen de inteligencia
sino también de honra.
Malamente, según su propia biografía republicana y militante de Podemos escribió, no me creo
que en Madrid haya más empresarios que trabajadores, lo que hay es una luz de trabajadores catetos
y analfabetos, vamos que si eres trabajador, si eres obrero y no votas al PSOE, a más
Madrid o a Podemos, partido en el que milita esta señora, eres cateto y analfabeto.
Y además añade a continuación, cada voto a la derecha de un vallecano es un puñal
al resto de sus vecinos, vamos, cateto, analfabeto y traidor asesino a puñalador.
Cri-cri, más de 35.000 seguidores en Twitter, un trabajador que no gana ni mil euros celebrando
que Pablo Iglesias deje la política, es mi definición de mongolo, vamos que si eres
un trabajador que cobra poco no puedes alegrarte de que uno de los políticos que más ha intoxicado
la vida política, la vida social dentro de España, deje la política, y si te alegras
es que sufres de un trastorno genético.
Delícano Manchu, más de 100.000 seguidores en Twitter, nunca subestimes a las personas
con una inteligencia escasa, si se juntan todos pueden llegar a ser presidenta a una
imbécil como Ayuso, al margen de que está claramente despreciando a millones de madrileños,
si no piensas como yo, es que eres necesariamente tonto, fijémonos que este argumento es la
crítica más demoledora que pueda haber en contra de la democracia.
Hay mucha gente tonta y si se junta mucha gente tonta son un peligro público en democracia,
pero seguro que este señor que se autodefine como rojo, republicano y antifascista luego
se da golpes en el pecho considerándose como el mayor de los demócratas.
Sara Rubayo, historiadora del arte y que colabora con Infolibre, con el diario.es o con Radio
Televisión Española, público, aviso, bloqueo a todos los fascistas que se alegren del resultado
de las urnas de ayer en Madrid.
Esta es mi cuenta y no pienso regalar mi contenido a gente que no se ha leído un libro de historia
en su vida y ahora grita libertad en medio de una pandemia para poder irse de cañas.
Punto.
Y uno le replica, te sale bloquear a más de la mitad de Madrid, ya que ayer descubrimos
que hasta Vallecas está lleno de fascistas, porque no leen un carajo, ser de derechas
no es de pobres económicos, sino de pobres mentales, es decir, que un obrero pobre que
vota a la derecha es pobre en un doble sentido, es pobre en el sentido de que no tiene recursos
económicos y es pobre en el sentido de nuevo de que es tonto, de que no ha leído, de que
no es un intelectual como Sara Rubayo, que sí conoce perfectamente la historia, la interpreta
de manera imparcial, no se esgada y, por tanto, es capaz de hacer un análisis tan profundo
como izquierda buena, derecha mala.
Pero los hay que no sólo insultan a los obreros de derechas, sino que incluso les desean
el mal desde la más absoluta empatía de personas de izquierdas.
Por ejemplo, Anita Baldwin, una conocida activista propodemos en redes, dice, de lo único que
me alegro es de que todos los que han votado esto también lo van a sufrir.
Veréis qué bonita la libertad cuando necesitéis a la sanidad pública.
Aquí, evidentemente, ya hay un salto cualitativo, no es sólo que te considere tonto porque
no me votas a mí o porque no suscribes mis ideas, sino que precisamente por eso te deseo
el mal.
Fijémonos que uno podría considerar que los obreros de derechas votan a la derecha porque
están alienados, porque no tienen cultura, porque están manipulados por los medios de
comunicación, etc. Pero si una persona es verdaderamente empática, lo lógico, lo razonable,
lo consecuente, sería mostrarse comprensivo y misericordioso con esa persona que, sin
ser consciente de ello, está tomando una mala decisión.
Lo lógico, lo coherente, lo razonable.
Si tienes un mínimo de empatía, como dice tenerla a la izquierda, no es desearle el
mal.
No es decir, bueno, pues encima de que no tienes ni idea de lo que estás haciendo, ahora
sufre, ahora te deseo lo peor.
¿Qué empatía es esa?
Eso no es ninguna empatía, eso es desear el mal a quien no te otorga el poder absoluto
para que rijas su vida como tú crees que tienes que regirla.
Pero no pensemos que Anita Baldwin es la única que desea el mal a los tontos obreros de derechas.
Enrique Hernández, que se define como socialista, comenta, parece que va a ser una noche negra.
Espero que todos esos votantes de derechas de los barrios humildes no los de los barrios
ricos, sino los de los barrios humildes, que son los que más me fastidia que no hayan
votado a la izquierda cuando supuestamente esos votos eran nuestros.
Dice, espero que todos esos votantes de derechas de los barrios humildes de Madrid
necesiten pronto, necesiten pronto un médico para que se coman su error cuanto antes y
que las ayudas sociales les lluevan cuáles sacos de mierda que es lo que se merecen.
Vamos, empatía y amor por los cuatro costados.
El ideal de justicia social de este señor debe de ser justamente este, que si votas
a la derecha, aun cuando estés en una situación de extrema necesidad, lo que te mereces son
sacos llenos de detrito.
Si no estás con nosotros, no mereces que te ayude nadie.
Pocas veces, por tanto, quedo tan claro que las ayudas sociales que predican algunos en
realidad son formas de redes clientelares.
Te ayudo desde el estado siempre que me votes, como no me votes, no mereces nada.
Y terminamos con un tuit de la periodista Celia Blanco, latanafe en Twitter, que es colaboradora
del país y de radio televisión española.
¿Saben lo que deseo a todos los que votaron al PP en Madrid?
Una buena enfermedad con un diagnóstico tardío fruto de los recortes, a todos, incluidos
aquellos con los que tengan el más mínimo trato, ojalá ser bruja.
Creo que este tuit tan despreciable que está deseando, está deseando la muerte, o al menos
una enfermedad grave y con secuelas a más de la mitad de la población de Madrid, creo
que este tuit se comenta solo, no hacen falta mayores comentarios.
Lo único que merece la pena destacar es que fijémonos cómo estas concepciones políticas
son incompatibles con la armonía social.
Básicamente una persona que considera que si no piensas como ella, no mereces existir,
mereces morir, y no pensar como ella equivale a que más de la mitad de la población de
Madrid debería estar en los hospitales y no recibir un tratamiento sanitario adecuado,
pues es una ideología perversa, intolerante, una ideología que si de verdad se pusiera
en práctica sería incompatible con la coexistencia pacífica, sería incompatible con la concordia
mínima indispensable para el mantenimiento de una sociedad.
Por suerte no todos en la izquierda piensan como los tuits anteriores, hoy por ejemplo
Íñigo y Rejón en los micrófonos de la cadena SER ha criticado con razón a Monedero diciendo
nunca entenderé que se llenen la boca hablando de pueblo y luego insultar al pueblo cuando
toma decisiones que no te gustan, hay que persuadir más y regañar menos.
Ya sea por tacticismo electoral o por convicción profunda estas palabras de Rejón si tienen
pleno sentido y son plenamente coherentes con una visión democrático colectivista
de la sociedad.
Es decir, si tú crees que la voluntad del pueblo está por encima de cualquier cosa,
no vale que cuando la voluntad del pueblo no coincida con la tuya, ataque sistemáticamente
a ese pueblo que tú mismo dices que es soberano para que pueda autodeterminar y escoger
su destino.
Si dices que el pueblo es soberano para hacer lo que quiera, pero luego cuando el pueblo
escoge como tú no quieres que escojan, los insultas, los desprecias, en realidad lo
que en el fondo eres es un aspirante adictador, te gustaría que el pueblo nominalmente retuviera
el poder absoluto para hacer cenar libertades individuales, pero lo que en el fondo quieres
es ser tú quien maneje, por tu cuenta y riesgo, los hilos de ese pueblo soberano que puede
por tanto decidir sobre las libertades individuales.
En definitiva, para amplios sectores de la izquierda, los obreros no son un final que
proteger sin un medio, un instrumento al que utilizar para conquistar el poder.
Por eso se enfadan tanto y muestran especialmente tanto desprecio, un desprecio que diría ni
siquiera muestran de manera tan acusada hacia los ricos, hacia los poderosos, cuando esos
obreros tontos de derechas no les otorgan a ellos el poder, porque consideran que esos
obreros son suyos, son su patrimonio, tienen derecho a utilizarlos para que los catapulten
al poder.
No es por tanto una empatía real y genuina hacia otras personas necesitadas, hacia los
obreros, hacia los proletarios.
Es una empatía impostada, y vemos que es impostada porque en momentos como este se
les cae la careta, es una empatía impostada para seguir engañando al conjunto de la población,
dándoles creer que ellos son abnegados luchadores por la justicia social que velan por sus intereses
y que precisamente por eso han de recibir el apoyo salvífico de esas mayorías sociales
cuyos intereses son protegidos por esa minoría de intelectuales que abnegadamente lucha
por conquistar el poder en beneficio de esas mayorías sociales.
Pero en realidad solo pretenden mantener el engaño, solo pretenden vendernos ese engaño
para que esa población engañada les termine entregando las llaves del poder absoluto.