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Divorcio entre José Luis Ábalos y el Partido Socialista Obrero Español. ¿Hasta dónde
escalará el conflicto entre ellos? Veámoslo.
Los partidos políticos se parecen mucho a las mafias. Son organizaciones especializadas
en capturar el poder casi a cualquier precio para ejercer desde ese poder lo que podríamos
denominar un crimen social legitimado. Coacción, extorsión, robo, intimidación... Todo con
tal de seguir anclados a ese poder y continuar instrumentalizándolo en su favor. Y como
en las mafias se simula una fraternidad interna que en realidad es toda impostada. Porque lo
que prevalece en los partidos políticos es una unidad temporal de intereses y una evidencia
debida a las jerarquías si uno espera seguir ascendiendo para adquirir más relevancia
dentro de la mafia o dentro del partido político. Tan es así que una persona que un día puede
ser un héroe, una referencia dentro de la mafia o del partido político, se puede terminar
convirtiendo en un villano y en un enemigo del partido político si al partido político
le conviene por algún motivo sacrificarlo en público. Y no digamos ya si ese individuo
que se supone que ha de aceptar ser sacrificado en el interés superior del partido político
se niega a que el partido político barra mafia lo sacrifique y por tanto si se opone a la
voluntad superior de ese partido político barra mafia y les declara la guerra. Y esto es lo
que está sucediendo en estos momentos entre el Partido Socialista Obrero Español y José
Luis Ábalos, exsecretario de organización del PSOE y exministro de Pedro Sánchez, el
actual líder del PSOE. La corrupción rodea al entorno de José Luis Ábalos, que por cierto
era el mismo entorno que el de Pedro Sánchez y precisamente para calmar a una opinión pública
deseosa de responsabilidades políticas y para que esas responsabilidades políticas no sigan
escalando hasta la presidencia del gobierno, el PSOE decidió sacrificar políticamente a
José Luis Ábalos, reclamándole que abandonara la militancia del partido y también su escaño
en el Congreso de los Diputados. En el vídeo de ayer ya comentamos este caso, pero ya aclaramos
que este baremo de responsabilidad podía terminar pasándole factura a Pedro Sánchez. Porque si
José Luis Ábalos, sin estar siendo investigado por la justicia, ha de dimitir porque en su entorno
hay corruptos o presuntos corruptos, entonces Pedro Sánchez, que tenía el mismo entorno que José Luis
Ábalos y además que tenía a José Luis Ábalos en su entorno, pues por la misma lógica también tendría
que terminar dimitiendo, no digamos ya si José Luis Ábalos en algún momento acaba siendo investigado.
Pero en realidad el PSOE no pide la dimisión de José Luis Ábalos porque esté firmemente convencido
en que toda persona que se halle en su situación deba dimitir. Pide que José Luis Ábalos abandone
su escaño por lo que ya hemos dicho, como parte de una operación propagandística para calmar la
indignación de la sociedad y que la exigencia de responsabilidad política por parte de esa sociedad
no vaya escalando hasta llegar al presidente del gobierno. Para parar, de alguna manera, la sangría
de votos que está experimentando el PSOE, convirtiendo a José Luis Ábalos en víctima
propiciatoria, porque en este momento conviene que así lo sea, no porque haya una convicción
muy firme y muy coherente en que deba serlo. Y claro, José Luis Ábalos, que en esto es tan
zorro como Pedro Sánchez, se ha plantado y ha dicho que no. Hoy José Luis Ábalos ha dado
una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados y ha dicho que no piensa dejar su escaño,
que piensa abandonar en el Congreso el Grupo Parlamentario Socialista y que pasará a integrar
el Grupo Mixto, como un diputado independiente sin adscripción a ninguna formación política.
Les quiero anunciar que ante la necesidad de defenderme y restituir mi honor como diputado
y como persona. Y ante la necesidad de no comprometer al Grupo Parlamentario Socialista,
he decidido pasar al Grupo Mixto del Congreso de los Diputados, desde donde seguiré defendiendo
las ideas que fundamentaron mi inicio en el activismo político.
En su intervención, José Luis Ábalos nos ha dejado algunos momentos tan icónicos como
los siguientes.
Siento que me enfrento a todo. Vengo solo en mi coche. No tengo secretaria. No tengo
a nadie detrás ni al lado. Me enfrento a todo el poder político. ¿Quién me lo va a decir?
De una parte y de otra. Y lo tengo que hacer solo.
Soy un mero peón que se inserta en una lucha política sin reglas que se fundamentan en
la alineación de cualquiera y de cualquier modo.
Ahora bien, si los partidos políticos se parecen mucho a las mafias, uno también podría plantearse
si todo esto no es una escenificación pactada entre Ábalos y el PSOE. Simulan una ruptura
entre ellos de tal manera que José Luis Ábalos sigue siendo diputado en el Congreso, es decir,
que el PSOE conserva su aforamiento por si en el futuro terminara siendo investigado y
el PSOE puede alegar que ya ha hecho todo lo posible para que Ábalos abandone su escaño.
Sin embargo, hay algunos indicios que nos indican que lo que se ha producido, la ruptura que
hemos vivido, no es una opereta, no es una representación, sino que, en realidad, ha habido
una ruptura entre ambos y que ahora mismo nos encontramos en un momento de guerra fría
que está empezando a recalentarse. Por ejemplo, en su intervención pública, José Luis Ábalos
se ha quejado de la falta de compañerismo dentro del PSOE. Que eso es como decirles que
son malos hermanos, que son traidores, que no han hecho piña con él, que no defienden
a los suyos. Y dentro del Código de las Mafias es una acusación bastante grave.
Comparezco hoy ante ustedes, como les decía, decidido a defender mi honor personal y mi
reputación como diputado hasta las últimas consecuencias. Y luego, a través de unas
notas rápidas que he hecho esta mañana antes de venir acá, condicionadas, sin duda, por
la emoción y la tensión del momento. Me gustaría estar haciéndolo respaldado por la dirección
de mi partido. Creo que hubiera sido lo correcto, como en tantas otras ocasiones, y lo que hubiera
satisfecho más a la militancia de mi partido. Es más, creo firmemente que, tras haber contribuido
a la conformación de un Gobierno progresista tras la moción de censura de 2018, tras haber
servido a nuestro país como ministro de España y habiendo ayudado como secretario de organización
del Partido Socialista Obrero Español a cuestionar la militancia en un tiempo político muy complejo,
muy difícil tras las primarias de 2017, me hubiera gustado tener el beneficio del compañerismo,
poder haber compartido una reflexión en beneficio de nuestras siglas y de la restitución del debate
público por la senda del sosiego y de la ponderación. No ha sido así, no ha sido posible. Si yo
renunciara, y más en este momento, una semana después, se interpretaría como un signo de culpabilidad
que no asumo. Y solo provocaría mi estigmatización, no ya política, sino personal. Soy consciente,
tengo ya alguna edad y sé lo que es un apestado político. Lo sé. Tampoco impediría, siquiera,
que dejara de continuar la cacería hacia otras personas que se citan. Y ya lo estamos viendo.
Defender mi honor desde el Grupo Mixto me permitirá seguir defendiendo mis ideas con libertad de
criterio. Y ojalá también asistir al final de esta partida obligando a que quienes ahora pretenden
echarme a la calle, por la puerta de atrás tengan que mirarme a la cara a mí y a muchos compañeros y
compañeras del partido que me animan a seguir adelante. Pero bueno, incluso estas palabras de
Ábalos podrían ser un reproche pactado para dar más credibilidad a la ruptura, al enfrentamiento
impostado que se está viviendo, o se estaría viviendo según esta primera hipótesis, entre el
Partido Socialista y José Luis Ábalos. Pero los indicios más relevantes que me llevan a pensar que
no se trata de una opereta, que no se trata de una farsa, sino que de verdad, de momento,
se están enfrentando y están mostrando sus armas cada uno de ellos, es la actitud que ha tenido el
Partido Socialista Obrero Español hacia José Luis Ábalos, hacia quien hasta hace unos días era uno
de los referentes y de los líderes dentro de esta formación política. Dos hechos bastante
relevantes, a mi parecer, que indican que el PSOE está dispuesto a entrar con la artillería si José
Luis Ábalos no cede. En primer lugar, el comunicado que ha enviado el PSOE explicando su decisión de
suspender de militancia a José Luis Ábalos. Pues bien, en este comunicado que se ha enviado a los medios
de comunicación, podemos encontrar el DNI de José Luis Ábalos, la dirección de José Luis Ábalos,
la dirección física de José Luis Ábalos y también el correo electrónico de José Luis Ábalos. Lo
podéis ver ahora mismo en pantalla. Los trazos negros que aparecen en ciertas partes de este comunicado
los he colocado yo mismo. Es decir, yo sí tengo acceso al comunicado original donde aparece la
dirección, el correo electrónico, el DNI de José Luis Ábalos. Y esto lo ha enviado el Partido
Socialista. Esto, de nuevo, se asemeja mucho a una práctica mafiosa de colocarle la cabeza de caballo
encima de la cama. Fíjate, estamos divulgando dónde vives. No sigas amenazándonos, no sigas
oponiéndote al partido o vamos a empezar a filtrar más cosas y más comprometedoras sobre ti. Y el segundo
detalle que me hace pensar que no estamos ante una representación teatral, sino que de verdad hay un
enfrentamiento entre Ábalos y la cúpula actual del Partido Socialista, es un detalle que destacaba
hace un rato Pablo Iglesias en su cuenta de Twitter. Y es que los principales medios de comunicación
alineados con el gobierno de España, El País, El Diario.es, La Vanguardia, han escogido ilustrar su
noticia sobre el caso Ábalos con fotografías de José Luis Ábalos deliberadamente deshumanizadoras.
Fotografías de José Luis Ábalos donde se lo ve enseñando los dientes o con actitud amenazante.
Es decir, que la prensa afina al gobierno ha escogido convertir a Ábalos en un villano y
denigrarlo. De nuevo, todo podría ser parte de un teatro entre ambas partes, no es 100% descartable,
pero cuanto más se ataca a la persona de José Luis Ábalos, cuanto más se la denosta, cuanto más se la
arrastra, más difícil va siendo pensar que José Luis Ábalos ha consentido todo esto. Y desde luego,
el PSOE, teniendo a su disposición el gobierno, el BOE, el control de la Cámara y la alianza fiel de
muchos medios de comunicación, puede ser una fuerza verdaderamente aplastante en contra de una persona
que ahora se quedaría sola, como es José Luis Ábalos. Pero también es cierto que José Luis Ábalos fue
número 2 o número 3 del Partido Socialista Obrero Español y que, por tanto, es muy probable que
tenga mucha información interna comprometedora, información que sea indicativa de una ilegalidad
o no. No es necesario que llegue a ser una ilegalidad. Puede ser algo indecoroso dentro de la legalidad y
que sepa José Luis Ábalos, es muy probable que tenga mucha información comprometedora del PSOE,
que si el PSOE lo continúa atacando, puede terminar filtrando a los medios de comunicación,
como parte de su contraofensiva. Ahora bien, no pensemos que este enfrentamiento entre Ábalos y el PSOE
se debe a un enfrentamiento por los principios ideológicos puros o por la honestidad inquebrantable
de cada uno de ellos. Si estamos viviendo un enfrentamiento que puede ir escalando en los
próximos días, es básicamente porque cada uno quiere conseguir algo del otro. El PSOE querría
que José Luis Ábalos se convirtiera en cabeza de turco para, de esa manera, centralizar toda
responsabilidad en él. Y José Luis Ábalos no quiere comerse ese marrón sin que el PSOE le dé algo a
cambio. Y si no le da nada a cambio, y el PSOE ahora mismo lo tiene complicado darle algo a cambio,
porque si le colocara en algún lado, cantaría muchísimo que se trata de una contraprestación.
Y si es una promesa a futuro, ya sabe perfectamente José Luis Ábalos cómo se las gasta Pedro Sánchez,
que no tiene por qué cumplir ninguna de esas promesas. Si no le da nada a cambio, digo,
José Luis Ábalos no se querrá comer ese sapo. Y para que acepte comérselo, el PSOE está intentando
presionarle desde el partido, desde el gobierno y desde los medios de comunicación para que ceda.
Y José Luis Ábalos se intentará resistir para no ceder a cambio de nada, utilizando las armas de las
que también él disponga. Lo que quiero decir con todo esto es que ahora mismo, aunque los dos puedan
estar muy enfrentados, aunque pueda parecer que están a matar, realmente si en algún momento hay
una confluencia de intereses, si los dos acaban cediendo y encontrando un punto que sea satisfactorio
para ambas partes, rápidamente se pueden terminar reconciliando. José Luis Ábalos conseguiría algo del
PSOE, no sabemos muy bien el qué, y el PSOE conseguiría centralizar toda la responsabilidad en
José Luis Ábalos. Es decir, que si estén ahora mismo peleando no significa que en algún momento
José Luis Ábalos terminará tirando de la manta, porque probablemente a ninguna de las dos partes
les interesa que eso suceda. Se están amenazando, se están enseñando los dientes para que los dos
terminen cediendo y alcanzar un acuerdo que resulte mutuamente beneficioso en estas condiciones que
obviamente no benefician a nadie. Se trata de controlar daños, porque al final si los partidos son
mafias y son comuniones de intereses, basta con que los intereses de ambas partes, de Ábalos y del
PSOE, vuelvan a converger para rehabilitar rápidamente al que hoy es un villano. Solo si hubiese algún error
de cálculo y de reacción serio por alguna de las partes, podríamos esperar que la alfombra que oculta
todos los escombros se levante. De momento diría que ese no es el más probable de los escenarios, sino que
las mafias se sigan comportando como mafias y los mafiosos como mafiosos.