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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

A todos nuestros políticos les encanta instrumentar a los pensionistas de cara a unas elecciones
generales.
No en vano son un caladero de 10 millones de votos, bastante movilizado políticamente,
que por tanto puede terminar inclinando la balanza del ganador de unos comicios generales
de un lado o del otro.
El último en recurrir a esta táctica ha sido el candidato socialista a la presidencia
del Gobierno y, además, presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez.
Escuchemos lo que comentó, lo que prometió, lo que anunció Pedro Sánchez en un meeting
socialista este último lunes.
Nosotros vamos a proteger nuestras pensiones, cada año y para siempre, pensiones justas
y lo vamos a hacer a través de tres vectores.
El primero, el blindaje constitucional para asegurar la sostenibilidad y la suficiencia
en nuestro sistema público de pensiones.
En segundo lugar, la actualización de acuerdo al IPC y aumentando las mínimas y las no contributivas
porque tenemos que reducir también la desigualdad que se produce entre los pensionistas.
Y vamos a hacerlo empezando por este año.
Les anuncio que este mismo mes de diciembre actualizaremos las pensiones de 2020 en torno
al IPC real.
Y todo ello, esa actualización de acuerdo al IPC real, tiene que servir también para
que, de una vez por todas, durante esta legislatura, que esperemos empiece el próximo 10 de noviembre,
podamos reconstruir lo que quebró el Partido Popular, con su mayoría absoluta, que fue
el pacto de Toledo.
Por tanto, Pedro Sánchez ha prometido, en esencia, dos cosas.
La primera, más a largo plazo y más general, es que tiene la intención de blindar constitucionalmente
las pensiones al IPC garantizando su revalorización de acuerdo con el IPC, de tal manera que los
pensionistas no pierdan poder adquisitivo conforme pase el tiempo y conforme los precios
vayan subiendo.
Esa es la promesa más genérica, más amplia.
Y ya más en particular, Pedro Sánchez ha prometido que este mes de diciembre, después
de las elecciones generales y, aún cuando él se halla en funciones y haya perdido las
elecciones, aún en ese caso, se compromete a revalorizar las pensiones de 2020 de acuerdo
con el IPC real.
Bien, veamos cómo estas dos promesas se mueven entre la nada y el humo.
Empecemos con la nada.
El presidente del gobierno en funciones ha prometido que este mes de diciembre revalorizará
las pensiones de cara 2020 de acuerdo con el IPC real.
¿Qué significa exactamente esto?
Bueno, lo que significa es que Pedro Sánchez efectuará en diciembre de 2019 una estimación
de la inflación que prevalecerá en nuestro país a lo largo de 2020 y revalorizará las
pensiones provisionalmente de acuerdo con esa previsión de IPC.
Si por ejemplo se estimara que el IPC va a ser el 5% durante 2019, pues subirían las
pensiones un 5% en diciembre para, digamos, blindar, proteger a los pensionistas de cara
la subida de precios que se experimentará a lo largo de 2020.
¿Y qué pasará si la inflación a lo largo de 2020 es más alta que la estimada inicialmente
por el gobierno?
Bueno, en noviembre de 2020 se procederá a un cálculo, a una estimación de cuánto
se ha desviado la inflación con respecto a la previsión inicial.
Si la inflación resultará ser del 6% en 2020, después de haber previsto una inflación
del 5%, en noviembre se pagaría, se entregaría una paga extraordinaria compensatoria a los
pensionistas, equivalente al 1% de sus pensiones para cubrir el diferencial de inflación.
Bien, hasta aquí es lo que ha sucedido durante los últimos dos años.
Rajoy ya lo hizo en 2017 para 2018 y Sánchez ya lo hizo en 2018 para 2019, ello a pesar
recordemos de que la reforma de las pensiones del año 2013, que sigue en vigor, nadie la
derogado, establece que los políticos no puedan revalorizar las pensiones más de un
0,25% al año mientras los gastos de la Seguridad Social siguen siendo superiores a sus ingresos.
Pero bueno, ya digo, tanto en 2017 como en 2018 como parece en 2019, se anticipó cual
iba a ser la inflación del año siguiente y preventivamente se revalorizaron las pensiones
en función de esa previsión de inflación.
Bien, ¿dónde está la trampa que nos conduce a la nada en el anuncio de Sánchez efectuado
este pasado lunes?
Bueno que actualmente la inflación, la tasa de inflación interanual en el mes de septiembre
es de apenas el 0,1% es decir, si ahora mismo tuviéramos que tomar en función de la inflación
vigente hasta la fecha una previsión de inflación para el año 2020, la previsión basada en
el último dato que tenemos sería una revalorización inferior a la que impone como mínimo el índice
de revalorización de las pensiones, es decir, el famoso 0,25% En este gráfico podéis
observar cómo la inflación lleva cayendo meses justamente porque conforme la economía
se sigue desacelerando las tensiones inflacionistas que en gran medida responden a la laxitud
del crédito dentro de la economía pues las tensiones inflacionistas caen, las tensiones
inflacionistas se reducen y esto parece que va a ser una tendencia, una dinámica que se
va a repetir a lo largo de 2020, es verdad que como la inflación este año ha sido
muy baja, a poco que aumente el año que viene podemos tener una tasa positiva pero
si la desaceleración continúa su curso lo más probable es que nos encontremos en un
escenario de estancamiento de precios, esto que significa que si Pedro Sánchez es moderadamente
prudente en sus previsiones de inflación para 2020, el aguinaldo que les quiere entregar
a los pensionistas en diciembre de este año en función de su previsión de inflación
para 2020 debería ser un aguinaldo prácticamente nulo porque insisto la previsión de inflación
ahora mismo está por los suelos, no en vano el propio gobierno socialista se equivocó
drásticamente en su previsión de inflación de 2018 para 2019, en diciembre del año
2018 el PSOE anticipó una inflación del 1,6% para el conjunto de este año, ahora mismo
insisto tenemos una inflación interanual del 0,1%, por tanto las pensiones no deberían
haberse revalorizado nada en diciembre y se revalorizaron un 1,6%, si aplicáramos la
misma lógica que se suele utilizar en estos casos para estimar el IPC real, es decir si
el IPC a final de año supera la previsión de inflación con la que se revalorizaron
las pensiones a principio de año les pagamos una compensación a los pensionistas por la
diferencia, pues bien si aplicáramos ahora esta misma lógica, los pensionistas deberían
devolverle dinero al Estado porque les ha pagado por inflación mucho más de la inflación
que realmente ha habido dentro de la economía, no parece que esto vaya a ser así, pero
en todo caso y debido al enorme error en su pronóstico que ya cometió el PSOE en 2018
y década 2019, parecería que en su nueva previsión de inflación debería ser bastante
más prudente y no revalorizar las pensiones de manera muy acusada dado que las previsiones
de inflación ahora mismo o la inflación vigente ahora mismo y por tanto lo que podemos
anticipar en función de esas previsiones y en función del panorama económico de desaceleración
en el que nos vamos a sumergir el año que viene, las previsiones parece que apuntan
a una inflación muy baja y por tanto si no queremos pillarnos los dedos revalorizando
las pensiones mucho más de lo que probablemente suban los precios habría que revalorizarlas
a una tasa muy baja que es previsiblemente lo que hará Sánchez, de momento se compromete
de manera muy pomposa, de manera muy altisonante a revalorizar las pensiones según el IPC Real
y resulta que el IPC Real ahora mismo es prácticamente nulo.
Bien, esa es la nada. ¿Y qué decir del humo? El humo es básicamente la promesa ya recurrente
por parte del Partido Socialista de volver a indexar las pensiones al IPC. Esta promesa,
que es una muy bien para los colectivos de pensionistas que la vienen reivindicando desde
hace tiempo, es una promesa que en sí misma está vacía si no se explica cómo se pretende
financiar. Vincular las pensiones al IPC no es una medida que se pueda adoptar de una
manera caprichosa o voluntariosa sin explicar con bastante detalle cómo se piensa financiar
esta medida. Sin ir demasiado lejos, el Banco de España publicó hace unos días su estimación
de qué sucedería con el gasto público en pensiones en caso de que revaloricemos sostenidamente
las pensiones al IPC. Y como podéis observar en el gráfico que aparece ahora en pantalla,
la conclusión en la que llegó es que en el año 2050 el gasto en pensiones sería más
de tres puntos superior a aquel gasto en pensiones que prevalecería si no hubiésemos vinculado
las pensiones al IPC. Más de tres puntos de PIB de gasto público no es una cuantía
menor, no es una cuantía despreciable. Más de tres puntos del PIB es más de la mitad
de lo que se recauda cada año por IVA. Por tanto, cualquier partido que proponga incrementar
las pensiones, el gasto en pensiones, en esta magnitud evidentemente ha de explicar cómo
piensa sufragar esos gastos. Máxime, si el propio partido socialista quiere reformar
la Constitución para garantizar no solo la dignidad y el poder adquisitivo de las pensiones,
sino la suficiencia de ingresos del sistema público de pensiones. ¿En qué sentido uno
puede incrementar el gasto en pensiones en más de tres puntos del PIB y luego no explicar
cómo se piensa sufragar esos más de tres puntos del PIB de aumento del gasto?
Desde luego no se trata solo de un ejercicio de irresponsabilidad, sino que se trata en
última instancia de un ejercicio de ilusionismo. Se genera la ilusión de que las pensiones
van a aumentar según el IPC, pero no se explica cómo se va a financiar ese programa de gasto.
De hecho, si de verdad Pedro Sánchez quisiera revalorizar las pensiones al IPC manteniendo
la suficiencia financiera de la Seguridad Social, como ya explicamos en otro vídeo,
no tendría ninguna necesidad de derogar el índice de revalorización de las pensiones
que impone que las pensiones no se puedan revalorizar más de un 0,25% mientras los gastos superen
los ingresos. Si de verdad Sánchez quisiera revalorizar las pensiones al IPC garantizando
la sostenibilidad financiera de la Seguridad Social, lo que haría es aprobar una batería
de medidas que, mediante una sangría impositiva sobre el conjunto de la población, aumentaran
los ingresos de la Seguridad Social y conforme los ingresos de la Seguridad Social aumentaran
y fueran superiores a sus gastos y, por tanto, hubiese margen financiero real para revalorizar
las pensiones al IPC, el propio índice de revalorización de las pensiones, si los ingresos
superan los gastos, impondría automáticamente, incluso sin necesidad de que Sánchez lo apruebe
de manera discrecional, impondría subidas de las pensiones, superiores al 0,25%, superiores
incluso, si los ingresos dirán para ello, al IPC. Por tanto, que Sánchez se quiera
cargar el índice de revalorización de las pensiones al tiempo que promete, de manera muy
indeterminada, que piensa a ligar las pensiones al IPC, lo que pone de manifiesto es que su
auténtica intención es cargarse el Corsé que ahora mismo le constriñe para, durante
unos años, revalorizar las pensiones al IPC y luego generar un agujero que no explica
cómo piensa financiar y que, de hecho, no piensa financiar y genera un agujero que será
legado a futuras administraciones que tendrán que ejecutar recortes todavía mayores de
las pensiones como consecuencia de la irresponsabilidad política actual de vincular las pensiones
al IPC sin poner sobre la mesa los ingresos necesarios para sufragar ese aumento sostenido
del gasto. Por tanto, y en definitiva, por un lado, Sánchez ha propuesto aumentar las
pensiones de 2020 con una inflación que ahora mismo está plana y que parece que va a estar
plana el año que viene, es decir, ha prometido la nada. Y, por otro, sigue prometiendo que
su objetivo, su ambición, su esperanza es poder ligar las pensiones al IPC de una manera
sostenible para la seguridad social, pero no nos explica qué masiva su vida de impuestos
piensa aprobar para permitir que a largo plazo las pensiones se puedan revalorizar sostenidamente
al IPC. Y en tanto en cuanto no coloca ningún mega impuesto encima de la mesa para sufragar
ese mega gasto, lo que cabe pensar es que, de nuevo, está vendiendo humo para captar
un porcentaje importante de esos 10 millones de votos pensionistas que tanto necesita el
y cualquier otro político para encaramarse al poder y para inquistarse en los sillones
de la Moncloa.