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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Si los problemas del mercado inmobiliario chino no fueran suficientes, ahora el gigante
asiático está sufriendo una oleada de apagones eléctricos.
Dos tercios de las provincias del país han experimentado durante los últimos días recortes
en el suministro eléctrico que reciben familias y empresas.
Pero ¿por qué está pasando esto?
¿Cuál es la causa de que dos tercios de las provincias chinas estén sufriendo apagones
eléctricos?
¿Y cuáles serán las consecuencias de todo ello?
Veámoslo.
Durante los últimos días más de 20 provincias chinas están sufriendo una oleada de apagones
eléctricos sin precedentes.
¿Cuál es la causa de estos apagones eléctricos?
Bueno comencemos explicando por qué existe un desequilibrio entre la oferta de electricidad
y la demanda de electricidad, es decir, por qué la oferta de electricidad no es capaz
de abastecer toda la demanda de electricidad.
En primer lugar, ¿cuáles han sido las causas que están reteniendo la oferta de electricidad?
Pues en esencia toda la política energética que ha desplegado el país durante los últimos
años para descarbonizarse y luchar contra el cambio climático.
China era y sigue siendo en gran medida un país cuyo sector eléctrico es muy dependiente
del consumo de carbón.
Más del 60% de toda la electricidad de China se genera a partir del carbón.
Y como consecuencia de ello, como consecuencia de los compromisos de Xi Jinping de ir descarbonizando
de manera más o menos acelerada la economía china, durante los últimos años se ha promovido
la inversión en energías renovables y se ha desincentivado la producción interna de
carbón en China.
Es decir, los planes centrales del Partido Comunista Chino han tratado de reestructurar
la oferta eléctrica de China, dándole más peso a las renovables y menos peso al carbón.
Aun así, como decimos, China sigue siendo muy dependiente del carbón.
Más del 60% de toda la electricidad sigue dependiendo de este combustible fósil.
Pues bien, ahora mismo la generación eléctrica por fuentes renovables no está tirando, el
viento no sopla tanto como es habitual, algunas regiones del país experimentan sequía y por
tanto la hidroeléctrica tampoco está funcionando tanto como debería, y por consiguiente China
ha de producir más a partir del carbón.
Pero como se ha desincentivado la producción interna de carbón, no tienen suficiente
carbón disponible, podrían por supuesto importarlo, pero China está experimentando
tensiones comerciales con Australia y debido a eso las importaciones de carbón australiano
también se están viendo frenadas.
Prende el precio del carbón que escasea en China se está disparando y como consecuencia
el precio de la electricidad que tenga origen en el carbón también se está disparando.
Esto por el lado de la oferta de electricidad.
¿Y qué pasa por el lado de la demanda de electricidad?
Pues que la demanda de electricidad en China también se ha disparado durante los últimos
meses como consecuencia de la fuerte recuperación económica global pós pandemia.
En realidad, tengamos lo presente, se trata de una recuperación pós pandemia artificialmente
fuerte porque es una recuperación que ha sido cebada por toneladas de deuda pública
en forma de planes de estímulo.
Es decir, que en el conjunto del planeta hay un sobregasto, una sobre demanda que ha sido
impulsada por los estímulos queinesianos que aprobaron todos los gobiernos, pero especialmente
el gobierno de Estados Unidos, también el gobierno chino, para salirlo antes posible
de la pandemia.
Por consiguiente, ya hemos explicado por qué la oferta de electricidad está constreñida
y por qué la demanda se está disparando.
Pero cuando la oferta está por debajo de la demanda, cuando existe un desequilibrio entre
oferta y demanda, de tal manera que la oferta es relativamente insuficiente respecto a la
demanda, lo que tiende a suceder es que suben los precios.
Al subir los precios, se restringe la demanda y se fomenta la oferta hasta alcanzar un equilibrio.
Pero en China no está sucediendo esto.
En China lo que estamos viviendo son apagones, es decir, que hay más demanda estructuralmente
que oferta, que la oferta no llega a igualarse a la demanda y por qué la oferta no se iguala
a la demanda a través de un incremento de los precios de la electricidad, pues porque
el Partido Comunista Chino, el gobierno chino, regula los precios de la electricidad e impide
que esos precios de la electricidad se incrementen.
Es decir, a todos los efectos existe un precio máximo para la electricidad en China, consecuencia
de ello es que las centrales eléctricas de carbón, como se les ha encarecido la materia
prima como el precio del carbón se ha disparado, no están comprando carbón para generar
electricidad porque tendrían que vender a pérdida y, por tanto, aunque la demanda está
aumentando, la oferta no lo está haciendo en la misma magnitud.
Las centrales de carbón prefieren no generar adicionalmente electricidad atendiendo a
los precios del carbón, es decir, a sus costes, y al precio máximo al que pueden vender la
electricidad según está fijado por el Partido Comunista de China.
Por consiguiente, aunque familias y empresas necesitan mucha más electricidad, aunque
su demanda de electricidad está aumentando, el sector eléctrico chino que sigue dependiendo
mucho de la generación basada en el carbón no les está suministrando esa electricidad
que necesitan, porque para suministrársela gran parte del sector eléctrico chino tendrían
que comprar el carbón mucho más caro del precio al que lo pueden vender en forma de
electricidad, y como no quieren vender a pérdidas impuestas por la fijación de precios máximos
del Partido Comunista Chino sobre la electricidad, como no quieren vender a pérdidas, no incrementan
la oferta de la electricidad como para abastecer toda la demanda.
Bien, con esto explicamos por qué China está viviendo una oleada sin precedentes de apagones,
y cuál está siendo la respuesta del Partido Comunista Chino ante esta oleada de apagones.
Uno podría pensar que el Partido Comunista Chino se está planteando levantar totalmente
la fijación de precios máximos a la electricidad, pero no es esa la principal medida que ha
adoptado, la principal medida por la que ha apostado es el racionamiento eléctrico,
es decir, está reclamando a las empresas que no demanden electricidad, es decir, que
dejen de producir tanto en las horas punta de demanda eléctrica como durante algunos
días de la semana.
Es decir, tenemos un desequilibrio, la oferta es insuficiente para abastecer a la demanda.
La demanda es mayor que la oferta.
¿Cómo podemos solventar ese equilibrio?
Una opción, progresimiento, es aumentar la oferta, pero esa no es la opción por la
que está apostando el Partido Comunista Chino.
El Partido Comunista Chino está apostando por el racionamiento eléctrico, es decir,
por tratar de reducir la demanda y distribuir la escasa oferta entre familias y empresas
según el Partido Comunista Chino considera en su inmensa sabiduría que debe ser distribuida.
De la abundancia a la escasez artificial.
¿Y cuáles serán las consecuencias de todo esto?
Las más inmediatas que China no crecerá este año tanto como se esperaba que fuera
a crecer.
Los recortes en las previsiones de crecimiento ya han empezado.
De momento las previsiones de crecimiento siguen siendo altas, han bajado del 8%, pero
siguen en torno al 7,7, 7,8%, pero evidentemente si estos apagones se alargaran en el tiempo
y afectaran cada vez a más empresas, esos recortes inevitablemente tendrían que ser
más intensos de los que hemos experimentado hasta la fecha.
Y desgraciadamente, los negativos efectos sobre el crecimiento económico de estos apagones
no se quedarán en China, en la medida en que las cadenas globales de suministro dependen
críticamente de la fabricación de ciertos bienes de ciertas mercancías en China.
Si esas fábricas en China tienen que parar su actividad por el racionamiento eléctrico
que está imponiendo el Partido Comunista Chino, derivado de su control de precios sobre
la electricidad, entonces esas cadenas globales de suministro también se van a ver afectadas.
En particular, las industrias que más están sufriendo los apagones en el país y que por
tanto más pueden ver descender su producción son las industrias electrointensivas, aquellas
que producen acero, cemento, aluminio o fertilizantes, y por tanto, las cadenas globales de valor
que dependan de la importación de alguna de estas mercancías fabricadas en China serán
las que más se pueden ver resentidas.
Todo lo cual se traduce en que muchas de las mercancías que consumimos habitualmente en
Occidente se encarecerán todavía más, cebando adicionalmente la inflación que ya estamos
experimentando en nuestras economías como consecuencia del encarecimiento de los precios
del gas o de los precios del petróleo.
La combinación, por tanto, de políticas medioambientales que restringen la oferta
y de políticas de estímulo de la demanda que alimentan el gasto está generando cueños
de botella muy serios en algunos sectores de la economía que o bien se traducen en
aumentos de precios, es decir, en inflación, o cuando las autoridades estatales impiden
que los precios aumenten en determinadas industrias, esos cueños de botella se traducen en desabastecimiento,
por ejemplo, los apagones que estamos viviendo en China y cuyos efectos van a llegar más
allá de la economía china.
El último movimiento que falta para completar el escenario estanflacionista es que los bancos
centrales comiencen a subir los tipos de interés, y en ello están.