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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Europa, cada vez más decadente, se está quedando atrás desde un punto de vista económico frente a
los Estados Unidos. ¿Por qué razón? Veámoslo. La riqueza que produce anualmente una economía
viene dada por su PIB, por su Producto Interior Bruto. Y una forma de descomponer los factores
que determinan el PIB es la siguiente. Por un lado, las horas totales trabajadas durante ese
año y, por otro lado, la productividad media por hora trabajada, lo que en consecuencia
significa que existen dos formas de incrementar el PIB y, por tanto, la riqueza de la que disfrutan
los ciudadanos. O bien aumentamos el número de horas que trabajamos cada año o bien aumentamos
la productividad media por hora trabajada. Por ejemplo, hace aproximadamente dos décadas, el
PIB por ciudadano, el PIB per cápita de los Estados Unidos, era más elevado que el PIB per cápita de
Alemania o de Francia, sobre todo porque el número de horas trabajadas en Estados Unidos era más alto
que en Alemania o en Francia. Una diferencia que, al menos en parte, se explicaba por sus distintos
gravámenes fiscales. El tipo marginal máximo en el IRPF de Estados Unidos es apreciablemente más bajo
que el tipo marginal máximo del IRPF en Alemania o en Francia, lo que significa que por cada hora extra
que trabajan los estadounidenses, el Estado le roba mucho menos dinero que por cada hora extra que
trabajan los franceses o los alemanes. Y, por tanto, el incentivo a trabajar más horas es más elevado en
Estados Unidos que en Francia o en Alemania. Por ejemplo, aún a día de hoy, el número de horas
trabajadas cada año en Alemania es en promedio de 1.341 horas por trabajador. A su vez, las horas
trabajadas en Francia son de 1.511 horas anuales por trabajador. Y en Estados Unidos, en cambio, el número
de horas trabajadas anualmente en promedio por cada trabajador es de 1.811. Es decir, que aún cuando la
productividad por hora trabajada en Alemania o en Estados Unidos fuera la misma, si en Estados Unidos
se trabaja un mayor número de horas a esa misma productividad, la producción total de la que
dispondrán sus ciudadanos será mayor en Estados Unidos que en Alemania. Y este era el principal factor
que explicaba los diferenciales de renta per cápita de prosperidad material entre Estados Unidos y
Alemania o Francia hace, como digo, 20 años. Sin embargo, durante estos últimos 20 años ha sucedido
un fenómeno adicional que todavía ha abierto más la brecha, todavía ha incrementado más las distancias
en términos de renta per cápita entre Estados Unidos y Europa. Por ejemplo, en el año 2008,
justo antes de la crisis financiera, la renta per cápita en paridad de poder adquisitivo de los
Estados Unidos era de 53.800 dólares anuales, mientras que la renta per cápita de la eurozona
era de 34.100 dólares anuales. Es decir, que la renta per cápita de Estados Unidos era un 57%
superior a la renta per cápita de la eurozona. A finales del año 2022, sin embargo, la renta per
cápita de los Estados Unidos, descontando ya inflación, se ha incrementado hasta los 62.700
dólares anuales, mientras que en la eurozona solo ha crecido hasta los 37.400 dólares anuales.
Por tanto, hemos pasado de que la renta per cápita de Estados Unidos fuera un 57% superior a la de la
eurozona a que sea un 67% superior. Estados Unidos está creciendo más rápido que la eurozona
cuando, en teoría, siendo más rico Estados Unidos que la eurozona, debería tener más potencial de
crecimiento más acelerado la eurozona para equipararse con Estados Unidos que no al revés.
Pero ¿cuál es el factor adicional que explica esta expansiva brecha entre la renta per cápita de los
Estados Unidos y la renta per cápita de la eurozona? Pues que la productividad por hora
trabajada en los Estados Unidos ha crecido durante los últimos años mucho más de lo que ha aumentado
en la eurozona. En este gráfico podemos comprobarlo. En el año 2023, la producción por hora trabajada,
la productividad por hora trabajada en Estados Unidos, era casi un 60% superior a la productividad
en el año 2000. Y, sin embargo, en la eurozona ni siquiera era un 20% superior. Con lo cual, claro,
si en promedio trabajamos menos horas y somos mucho menos productivos que Estados Unidos por hora
trabajada, es obvio que nuestra renta per cápita no crecerá tanto como la de Estados Unidos. Es más,
si el número de horas trabajadas se reduce más de lo que conseguimos aumentar nuestra productividad por
hora trabajada, lo que eso supondrá es que nuestra calidad de vida, al menos en términos materiales,
porque obviamente también hay que tener en cuenta el valor que puede tener el ocio, pero nuestra calidad
de vida en términos de producción material, de bienes y servicios que tendremos a nuestra disposición,
de renta per cápita, nuestra calidad de vida en ese supuesto se deteriorará. Para que el conjunto
de los europeos puedan vivir mejor, es decir, puedan tener acceso a más y mejores bienes y servicios,
incluso reduciendo su jornada laboral, es absolutamente crucial que consigamos aumentar nuestra productividad
por hora trabajada de manera muchísimo más rápida de lo que lo hemos hecho durante los últimos 20-25 años.
Y si no aumentamos nuestra productividad por hora trabajada, no es por ninguna imposibilidad tecnológica.
Como hemos visto, Estados Unidos ha conseguido aumentar su productividad muchísimo más rápido de lo que lo ha hecho Europa.
Y eso que Estados Unidos tampoco es un caso de absoluto éxito en materia de incrementos de la productividad,
porque su productividad ha crecido más lentamente de lo que venía creciendo históricamente.
Pero es que, en el caso de Europa, el estancamiento de su productividad es absolutamente escandaloso
y, por ende, enormemente preocupante.
¿Y cuáles son los factores que dentro de Europa están dificultando, están obstaculizando, están frenando
que incrementemos nuestra productividad por hora trabajada y, por tanto, nuestro bienestar?
Pues, en primer lugar, la hiperregulación.
Hiperregulación que impide tanto la entrada de nuevos competidores en industrias existentes,
cuanto que encarece absurda y artificialmente los costes de operar, de funcionar, de crear valor
dentro de alguna de esas industrias.
Por citar uno de los últimos y más claros ejemplos,
la reciente regulación europea en materia de inteligencia artificial
lo que consigue es que no se desarrolle la inteligencia artificial dentro de la Unión Europea.
Con lo cual, uno de los principales vectores de desarrollo tecnológico futuro
simplemente no puede tener lugar dentro de la Unión Europea
por la regulación que ha aprobado la burocracia europea
para controlar y encorsetar tantísimo el desarrollo de esta industria
hasta el punto de que la expulsa.
En segundo lugar, la existencia de mercados financieros atrofiados, subdesarrollados.
La principal fuente de financiación de las empresas europeas son los bancos,
pero los bancos no son capaces de proporcionar financiación a todo tipo de compañía.
Por ejemplo, los bancos no le van a proporcionar a una startup
un enorme volumen de financiación para que implemente un proyecto de negocio enormemente incierto.
Y si la principal vía de obtener financiación son los bancos,
pero los bancos solo financian a empresas más o menos consolidadas,
más o menos establecidas, más o menos seguras, más o menos previsibles,
pues entonces la financiación de nuevas ideas, de nuevos proyectos disruptivos,
de nuevos proyectos que incrementen de manera muy apreciable la productividad dentro de Europa,
también se ve muy mermado.
En tercer lugar, la presencia de una estructura universitaria
que no genera capital humano valioso para potenciar el desarrollo tecnológico.
En cuarto lugar, un progresivo envejecimiento poblacional que desincentiva el emprendimiento.
Y en quinto lugar, una fiscalidad enormemente gravosa,
tanto para los trabajadores cualificados cuanto para las empresas,
que desincentiva el gasto intensivo en I más D y, por tanto, el desarrollo tecnológico.
En definitiva, que todo lo que toca el megastado europeo,
regulaciones, fiscalidad, educación, mercados financieros, lo estropea.
Y estropeando todo esto, lo que hace es socavar la capacidad de incrementar la productividad
dentro de Europa y, por tanto, nuestra calidad de vida presente y futura.