This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
El espectacular crecimiento económico alcanzado por China durante los últimos 40 años
le da la razón al pensamiento de Marx y de Engels.
Veámoslo.
Como probablemente sepáis, mi nuevo libro Anti-Marx ya está a la venta y en consecuencia
algunas personas lo están empezando a leer y ya están empezando a efectuar ciertas críticas
a parte de su contenido.
Y hoy quiero hablaros de una de esas críticas que ha recibido el libro para por un lado
comprobar si la crítica es correcta, pero por otro también para reflexionar sobre un
asunto que muchas veces se olvida, que muchas veces no se coloca encima de la mesa y que
tiene desde luego su relevancia.
Y me estoy refiriendo al crecimiento comparativo de China durante los últimos 43 años.
En el capítulo 7 del segundo tomo, el segundo tomo es aquel que dedico a criticar las ideas
de Marx, analizó, entre muchos otros temas, si es verdad que tal y como Marx y Engels
habían presupuesto reiteradamente a lo largo de sus vidas, el crecimiento económico del
capitalismo ya había llegado a su fin, si la capacidad del capitalismo para desarrollar
las fuerzas productivas para incrementar la productividad del trabajo ya se había agotado
y si por tanto ya se daban lo que ellos denominaban condiciones objetivas para hacer la revolución,
es decir, para reemplazar el modo de producción capitalista por el modo de producción socialista
siendo el modo de producción socialista aquel que continuaría desarrollando las fuerzas
productivas toda vez que el capitalismo se había mostrado impotente para continuar
haciéndolo, que el capitalismo no había agotado su capacidad de desarrollar las fuerzas productivas
es muy obvio a lo largo del siglo XX.
Los países capitalistas a lo largo del siglo XX se desarrollaron de manera impresionante
a tasas muy superiores a las del siglo XIX y por tanto no cabía decir en el siglo XIX
que el capitalismo ya no diera para más y que debíamos adoptar el socialismo para crecer
más.
De hecho, aquellos países que adoptaron el modelo socialista a lo largo del siglo XX
crecieron menos que aquellos otros países que adoptaron el modelo capitalista.
Sin embargo, cuando se plantea este último argumento, hay un contraargumento que parece
que tiene cierto sentido y es el contraargumento de que China, país gobernado por el Partido
Comunista de China, ha experimentado un espectacular crecimiento económico durante los últimos
cuarenta años, muy superior al de otros países capitalistas como desde luego Estados Unidos
o los países europeos. Y claro, si China, país comunista, consigue un crecimiento económico
tan espectacular, entonces, tal vez, Marx si tuviera razón, al decir que el capitalismo
ya había agotado su potencial de desarrollo de las fuerzas productivas, en el sentido
de que ya no era el sistema económico más eficiente para seguir incrementando la productividad,
que si adoptáramos el modelo socialista, por ejemplo, el de China, ahora mismo estaríamos
logrando tasas de crecimiento, tasas de aumento de la productividad del trabajo, muy superiores
a las que estamos consiguiendo con un capitalismo muy intervenido por los estados, muy encorsetado
por los estados, pero en todo caso, un sistema capitalista basado en la propia privada de
los medios de producción. Sin embargo, este último contraargumento
resulta bastante cuestionable. Por un lado, porque como ya expusimos en el vídeo que
dedicamos a la muerte de Jiang Zemin, el desarrollo económico de China se ha conseguido durante
las últimas cuatro décadas a través de la introducción del mercado, del capitalismo,
de la propia privada de los medios de producción y del uso del mercado para coordinar la división
del trabajo y las fuerzas productivas dentro de China, ese crecimiento económico tan espectacular,
como digo, se ha conseguido a través del mercado, no a través de la planificación
centralizada. Es verdad que podemos decir que ha sido una elección política la utilización
del mercado, pero es una utilización política del modo de producción capitalista, de modo
que ya podríamos cuestionar si China realmente es un país socialista o al menos un país
que adopta el modo de producción socialista en lugar de un país gobernado por un partido
que se llama comunista, que a largo plazo puede tener el objetivo de implantar el comunismo
en China, pero que durante las últimas cuatro décadas lo que ha hecho ha sido utilizar
el capitalismo para desarrollar a China. Esa es una primera cuestión que habría que
plantear. La segunda, que es la que también planteo en el libro y la que ha sido objeto
de crítica, es que, si bien el crecimiento económico de China en los últimos 40 años
ha sido espectacular y no quiero que haya ningún atisbo de dudas en esto, pero tampoco
ha sido un crecimiento absolutamente inédito en otros países capitalistas del propio entorno
de China. En este gráfico que podréis encontrar en el propio libro lo que hago es comparar
el crecimiento económico acumulado durante 40 años de diversos países, en concreto
China, Japón, Corea del Sur y Taiwán. En el caso de China escojo sus 40 últimos
años de crecimiento y más en particular desde el año 1978 hasta el año 2018. El
año 1978 lo escojo porque es el año en el que comienzan las reformas aperturistas en
China y cuando China verdaderamente empieza a crecer. Son las reformas de Deng Xiaoping
y el año 2018 lo escojo como cierre porque en esa base de datos la del Madison Project
es el último año que aparece. Por tanto tenemos 40 años de crecimiento económico
de China desde el año 1978 y al año 2018. Y lo que observamos es que durante esos últimos
40 años China prácticamente ha multiplicado por 8 su renta per cápita real descontando
inflación en paridad de poder adquisitivo en términos internacionalmente comparables.
Pues bien ¿Qué han logrado otros países del entorno de China como digo Taiwán, Corea
del Sur o Japón? Para hacer la comparativa no puedo coger el crecimiento económico de
esos países durante el mismo periodo de China, 1978-2018 porque en el año 1978 todos estos
países ya estaban muy desarrollados y el crecimiento económico es relativamente fácil
cuando eres pobre pero se va volviendo cada vez más complicado cuanto más rico eres.
Por tanto la comparativa no puede ser sin más 1978-2018. Entonces lo que hice en este
gráfico es escoger como año de partida para cada uno de estos tres países aquel año posterior
a la Segunda Guerra Mundial en el que su renta per cápita se aproximaba más a la renta per
cápita de China en el año 1978 alrededor de 1500 dólares internacionales. Recuerdo
una vez más estos datos ya están corregidos por inflación por tanto podemos perfectamente
comparar los dólares del año 1978 con los dólares del año 1960. De esta manera lo que
hacemos es comparar cuánto han crecido estas cuatro economías 40 años después de que
alcanzaran un nivel de renta per cápita de 1500 dólares por habitante y lo que observamos
en el gráfico es que estos otros tres países Japón, Corea del Sur y Taiwán crecieron apreciablemente
más que China durante esos 40 años posteriores a haber alcanzado el nivel de 1500 dólares
de renta per cápita anual. En particular la renta per cápita de Japón se multiplicó
por nueve, la renta per cápita de Taiwán por once y la renta per cápita de Corea del Sur
prácticamente por quince y recuerdo que la de China ni siquiera ha llegado a multiplicarse
por ocho. Es verdad que aún así la comparativa es matizable porque China en el año 1978 tenía
mil millones de habitantes cuando los otros tres países tenían alrededor entre todos
ellos de 150 millones de habitantes y puede ser más sencillo generar crecimiento en
un entorno de 150 millones de habitantes que en uno de mil millones de habitantes. No
obstante tampoco está tan claro que eso sea así cuando un país es muy grande y tiene
muchos habitantes puede explotar más fácilmente sus recursos internos y muy en particular
el progreso técnico interno. Si algún chino es capaz de mejorar la tecnología, esa tecnología
está disponible en China y se puede extender rápidamente a un entorno de mil millones
de personas, lo cual permite incrementar mucho la productividad de todos esos ciudadanos.
En cambio si un país es pequeñito primero es más difícil que en un país de no sé
un millón de personas o 10 millones de personas haya innovaciones al nivel de un país de
mil millones de personas. Hay muchas menos mentes pensando en un país de 10 millones
de personas que en uno de mil millones y si hay menos innovaciones se extenderán menos
que esas innovaciones dentro de ese grupo. Esta por cierto los rendimientos crecientes
a escala de las ideas de la tecnología es la contribución central que le valió el
Nobel a Paul Rohmer. A su vez en el año 78, que es el año de partida de China, ya había
mucho conocimiento tecnológico acumulado que China pudo incorporar rápidamente para
crecer mucho. En cambio Corea del Sur o Taiwán por ejemplo alcanzaron los 1.500 dólares
por habitante en los años 60 con lo cual en ese momento había menos tecnología acumulada
que cuando empezamos a contabilizar el crecimiento económico chino. En cualquier caso es verdad
que la comparativa no es perfecta, que es matizable pero en todo caso el resultado sí
es sólido. Es sólido en el sentido de rechazar que el crecimiento económico chino, crecimiento
económico alcanzado bajo las directrices de un partido comunista, sea un crecimiento
que no ha encontrado parangón en ninguna parte del mundo capitalista. No es verdad.
Pues bien, así llegamos a la crítica que me han hecho hoy en contra de este gráfico
y de otros argumentos alrededor al mismo. La crítica ha venido de una cuenta de Twitter
que se llama Refuta Liberales, el terror de los liberales, cansado de las mentiras en
materia de economía e historia de los liberales, experto en historia económica.
Bien, este señor presenta varios argumentos en su hilo. Si os interesan el resto de argumentos
y las réplicas que he ofrecido a los mismos encontraréis el link a su hilo yendo comentario
en contra de mis réplicas en la caja de comentarios de este vídeo. Pero me voy a centrar en
una de las críticas que hace porque es la que visualmente resulta más ilustrativa de
que hablas sin tener demasiado conocimiento sobre aquello de lo que está hablando y me
refiero a la primera de sus críticas. Dice, pasemos al tema de la historia económica
que es lo que más me interesa como experto en ella. Primero, Rayo intenta vender que
el crecimiento de China no es tan espectacular haciendo cherry picking con los años. Si
se cogen otros años el crecimiento de China es mayor. Y en este tweet junta el gráfico
que ya os he presentado y luego otro gráfico en el que se observa una conclusión bastante
distinta a la que os he presentado con anterioridad. Y es que si en lugar de escoger como año
de partida China 1978 escogemos China 1976 y como año de partida de Japón no el año
46 sino el año 50 y como año de partida de Taiwán no 1953 sino 1959 y como año de partida
de Corea del Sur no 1963 sino 1964, es decir variaciones relativamente pequeñas en los
años de partida. Supuestamente la imagen que se presentaría es esta tan radicalmente
distinta donde vemos que la línea negra china crece mucho más rápido que cualquier otro
de los países con la que se la compara. Aunque este otro gráfico fuera correcto, una primera
cuestión que deberíamos plantearnos es ¿por qué escoges esos otros años de partida y
no los que he escogido yo? Mi criterio para escoger los que he señalado es bastante transparente
y creo que es ensato. Tomemos como año de partida para comparar el crecimiento económico
acumulado a que el año en el que todos los países tuviesen la misma renta per cápita
o aproximadamente la misma renta per cápita. En caso contrario las comparativas se distorsionan
mucho, por ejemplo Japón en el año 1950 tenía una renta per cápita que duplicaba la
de China en el año 1976. Es mucho más fácil crecer y acumular altas tasas de variación
desde una renta per cápita baja que desde una renta per cápita alta o lo mismo con
Singapur. Singapur en el año 1964 tenía una renta per cápita de 3.800 dólares internacionales,
China en el año 76 de 1500, por tanto era más del doble de renta per cápita. De modo
que insisto, una primera cuestión que habría que plantearse es por qué esos años y no
otros. No obstante es verdad que si los resultados
fueran tan sensibles a pequeños cambios en los años que se escogen para efectuar la comparativa,
pues quizá esa comparativa no fuera del todo relevante. Si variando un par de años por
un lado y variando un par de años por el otro, el ranking, la jerarquía de países que más
crecen, se trastocara tantísimo de estar China en último lugar, a estar China destacadísima
en primer lugar, pues ya digo quizá la comparativa no sería tan relevante como podría parecerlo
en un comienzo. Sin embargo, incluso si tomamos los años de partida que él mismo nos propone,
el gráfico que él nos presenta no es correcto, probablemente porque haya utilizado otra base
de datos distinta. La que estoy empleando yo es la base de datos del Madison Project,
que es internacionalmente reconocida como la base de datos de referencia para este tipo
de comparativas de evolución de la renta per cápita entre países.
Pues bien, lo que he hecho a continuación es redibujar el gráfico que adjunto en mi
libro, pero no tomando como año de partida los años que creo que con un criterio razonable
adopto yo, sino los años que adopta este refutador de liberales. Y lo que nos encontramos
si hacemos esto es el siguiente gráfico. Y en este gráfico, como podemos observar,
el crecimiento económico de la renda per cápita acumulado de China desde el año 76 al año
2018 sigue siendo inferior al crecimiento económico acumulado de la renda per cápita
de Japón, Taiwán, Singapur o Corea del Sur, y en ocasiones bastante inferior. En el caso
de Japón desde el año 50 al año 92, cogemos esos 43 años, la renda per cápita de Japón
se multiplica por 10. En el caso de China en cambio, desde el año 76 al año 2018, se
multiplica por menos de 9. Lo mismo ocurre con Singapur o con Taiwán. Singapur entre
el año 1964 y 2006 multiplica su renda per cápita por más de 12, y Taiwán entre el
año 1959 y el año 2001 la multiplica también por 12. Y de manera muy destacada Corea del
Sur, que multiplica su renda per cápita por más de 15, entre el año 64 y el año 2006,
es decir, durante esos 43 años la multiplica prácticamente el doble de lo que lo ha hecho
China durante ese mismo periodo de 43 años. La única economía en este nuevo gráfico
que queda por detrás de China es Hong Kong. Hong Kong entre el año 60 y el año 2002
multiplica su renda per cápita por algo más de 6, pero poco más, es decir, queda por
detrás de China. Ahora bien, fijémonos que Hong Kong ve su renda per cápita estancada
justamente durante el periodo inmediatamente anterior e inmediatamente posterior a la anexión
de Hong Kong por parte de China, la cual tuvo lugar en el año 1998. Antes de 1998, Hong
Kong seguía siendo una colonia británica bajo jurisdicción británica. Por tanto,
aquí no está muy claro a quién cabría culpar por el estancamiento de la renda per cápita
de Hong Kong. Hasta principios de los años 90, Hong Kong se estaba desarrollando más
rápidamente que China durante un periodo comparable. Pero imaginemos que la base de
datos del Madison Project no nos gusta del todo por lo que sea. Bueno, otra base de datos
internacionalmente reconocida para hacer comparaciones de crecimiento económico entre países es
la base de datos del Penguin Table en su edición última del año 2021. Pues bien, si hacemos
estos mismos cálculos con los datos que nos proporciona esta otra base de datos, obtendremos
el siguiente gráfico. Y la imagen que se desprende de este gráfico es bastante similar
a la del anterior. Es verdad que aquí China mejora algo en términos relativos, prácticamente
crece al mismo ritmo que Japón durante estos 43 años, pero sigue creciendo menos, un poquito
menos que Japón, bastante menos que Singapur y muchísimo menos que Taiwán o que Corea
del Sur. Y a su vez también nos encontramos con que el estancamiento de Hong Kong se
produce durante los años inmediatamente anteriores e inmediatamente posteriores a su anexión
por parte de China. Sea como fuera y a tenor de todos estos datos no cabe decir, como decía
Marx, que el capitalismo ya haya agotado todo su potencial para seguir desarrollando las
fuerzas productivas. Desde luego no era así en absoluto en el siglo XIX, que es cuando
lo diagnosticaba Marx, pero tampoco ha sido así a lo largo del siglo XX. Incluso si colocamos
a China bajo la esfera socialista y consideramos que el crecimiento económico de China es
atribuible al socialismo y no a la introducción del mercado dentro de China, aún así el crecimiento
económico de China, que es el más espectacular, que se puede atribuir el modo de producción
socialista a todos los otros países, socialistas han crecido menos de lo que ha crecido China,
aún así ese crecimiento económico socialista es comparable, sino inferior al crecimiento
económico que han experimentado otros países capitalistas. De modo que el socialismo no
ha conseguido nada que no haya conseguido también el capitalismo, de modo que el capitalismo
al menos de momento no ha agotado todo su potencial. Eso no significa que no pueda agotarlo en
el futuro, no pretendo extender el argumento hasta ese punto. Lo que significa es que cualquier
diagnóstico que hasta la fecha haya concluido que ya había que acabar con el capitalismo
y reemplazarlo por el socialismo era un diagnóstico incorrecto y es un diagnóstico que Marx, Engels
y todos sus seguidores repitieron casi década por década desde mediados del siglo XIX hasta
la actualidad. Es decir, que han estado repitiendo la matraca década tras década de que ya
había llegado la hora terminal del capitalismo y ya había que reemplazarlo mucho antes de
que, incluso según sus propios criterios, esa hora terminal hubiese llegado. En todos
estos casos, tanto Marx como Engels actuaban más como ideologizados activistas políticos
que como rigurosos científicos sociales. Y si queréis saber sobre esto y sobre muchos
otros temas acerca del pensamiento de Marx, anti-Marx, una crítica a la economía política
marxista.