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El Debate de la Economía con Jordi Benítez
Bienvenidos al Debate de la Economía. El Gobierno ha anunciado esta semana su intención
de proponer un techo de gasto superior para el 2024, algo llamativo teniendo en cuenta
que la economía española crecerá menos el año que viene. Los ingresos por recaudación
fiscal se están desacelerando y que Bruselas nos volverá a exigir los límites de deuda y
déficit que no ha reclamado durante los últimos años debido en buena medida a la pandemia.
La ministra de Hacienda asegura que España bajará su déficit al 3% sobre el PIB,
pero hay economistas que lo dudan. Por otra parte, Nadia Calviño apura sus últimos días en el
cargo y es un buen momento para analizar el legado que deja con una deuda disparada y un
gasto estructural que pesará como una losa. Algún día llegará a España la necesidad de
rebajar ese gasto, algo que ya ha empezado a hacer en la otra parte del mundo el nuevo presidente
argentino, Javier Millet, cuyos primeros días en el cargo también comentaremos con nuestros
contertulios de hoy que paso a presentarles. Tenemos con nosotros a Carlos Rodríguez Brown,
catedrático de la Universidad Complutense, bienvenido, a pesar del Gobierno, habría que decir,
Carlos. Hola, ¿qué tal estás a pesar del Gobierno? Y a Juan Ramón Rayo, economista,
profesor universitario, conferenciante, escritor y muchas cosas más ampliamente conocido por
ustedes. Bienvenido, Juan Ramón. ¿Qué tal? ¿Cómo estamos? Bueno, pues imagino que habéis visto los
últimos días lo que se ha dicho sobre la senda de déficit que se ha planteado en la reunión del
Consejo Político Fiscal y el techo de gasto. ¿Os parece que se está planteando una política
económica razonable? Carlos, por ejemplo, si quieres. Lo primero es qué cosa más graciosa es
llamar techo de gasto a una cosa que sube sin cesar. Imaginaros que los techos en realidad
fueran así. Estaríamos en el mundo de Alice y en el país de las maravillas. Pues yo creo que
hay una inconsistencia sistemática en los esquemas económicos del Gobierno de Pedro Sánchez y podemos
hablar de la asienta pública, pero lo mismo podemos hablar de la reforma de las pensiones,
que está afectada por la misma inconsistencia, me parece a mí. O sea que sí, que estamos ante
un escenario complicado, ante un Gobierno, que a mí me parece que en este caso y en otros tampoco
dicen la verdad. Juan, ¿a ti qué te parece? No sé, ¿se está planteando cosas razonables o no?
Bueno, es razonable dentro de la ideología de este Gobierno. Es una ideología que pretende
incrementar de manera sostenida el tamaño del Estado. Démonos cuenta de que como suele suceder
con todo tipo de catástrofes, este Gobierno aprovechó la pandemia para incrementar supuestamente
de manera temporal el tamaño del Estado. Quizá en el año 2020 podría tener una justificación,
gasto sanitario, indemnizaciones para los que se quedaban en casa por mandato gubernamental.
Pero claro, si hubiese sido realmente temporal ese incremento del tamaño del Estado, cuando terminó
la pandemia deberíamos haber regresado al tamaño del Estado previo a la pandemia. Pero no, el
Gobierno de Podemos en su momento lo que hizo fue consolidar ese aumento de gasto redirigiéndolo
a otras partidas. Y ahora lo que estamos viendo es que no sólo es que se contentan con ese tamaño
ya hipertrofiado, consolidado posterior a la pandemia, sino que su objetivo es continuar
aumentando todavía más el gasto y el tamaño del Estado. Y claro, si el Estado va creciendo en
tamaño y además tenemos límites al endeudamiento, que son límites razonables que existan,
pues claro, nos podemos dudar menos, queremos gastar más. Al final lo único que cuadra ahí es que
los ingresos que nos van a extraer coactivamente de vía de impuestos van a tener que incrementarse.
Carlos, a ti qué te parece más preocupante, o sea, del contexto actual en el que nos movemos,
en el que van a volver las reglas de gasto, parece que va a haber un aumento de impuestos
considerable. A lo mejor, pues, como consecuencia de esa vuelta de reglas de gasto, van a pedir
una serie de recortes. Hablás también de la reforma a las pensiones antes, en tu primera
intervención. No sé qué te parece más preocupante de cara a los ciudadanos. Pensando en los ciudadanos,
pues mira, cuidado con esto. Yo creo que, como casi siempre en la economía, hay que distinguir los
plazos, ¿no? Porque España tiene un problema de largo plazo, creo yo, que es que crecemos pocos y
tenemos una productividad muy baja. Y esto yo creo que es debido al intervencionismo, como lo prueba
el hecho de que esta productividad languideciente es un fenómeno de la Europa occidental, es un
fenómeno de los estados grandes a los que hacía referencia Juan Ramona hace un momento, ¿no?
Entonces yo diría que ese problema más importante de largo plazo, y por supuesto yo no veo a los
socialistas haciendo nada para favorecer un cambio en ese sentido y que seamos más productivos,
si lo quieres poner más a corto plazo, pues hay evidentemente un problema de hacienda pública.
Y ese problema de hacienda pública, el gobierno está, digamos, lanzando una campaña de propaganda
fabulosa conforme a la cual la corbea española va bien, está creciendo, inminuye el paro y si
aumenta el gasto público, bueno, eso lo van a pagar solamente los ricos, los asquerosos ricos,
como yo les llamo. Pues el problema de esto es que otra vez es mentira. Y a medida de que
las personas vayan comprensiendo que es mentira, es decir, a medida que las personas comprendan
que toda esta expansión del estado le está pagando la gente corriente, pues a lo mejor pasa
lo que tiene que tendría que pasar. Y es que tenga una traducción política, esta molestia
de los ciudadanos, todavía más intensa que la que ha tenido en las elecciones de 2023.
Juan, la reducción del gasto seguramente tendría que ser una prioridad, ¿no? Pero bueno,
hay instituciones que a veces han hablado de un recorte, se podría decir 60.000 millones,
me parece que decía el Instituto de Estudios Económicos de Gasto Superfluo. Esto es algo que
se tendría que, además, estallando este gasto estructural, también muy buena medida propiciado
por los fondos europeos, en fin, que van destinados, como se ha visto hace poco, a empresas públicas.
Y además, esto habría que ponerle límite, porque si no se puede convertir en un... Bueno,
ya es un problema. Bueno, de nuevo, es un problema para quien paga los impuestos que financian ese
gasto y puede ser una bendición para aquellos que parasitan ese gasto, beneficiándose, por tanto,
de los impuestos y de la riqueza que han generado otros. Sí, es un problema, si lo queremos,
desde un punto de vista social y dinámico, en el sentido que apuntaba Carlos, es decir,
que la hipertrofia estatal, esa creciente parasitación de quienes generan riqueza,
y además no solo parasitación fiscal, sino también hiperregulación, solo te quitan el
dinero, sino que te dificultan la generación de riqueza, pues lo que va haciendo es que Europa,
no solo España, efectivamente es un problema del conjunto de Europa o de la mayor parte de Europa,
pero especialmente grave en países como España o Italia, cuya productividad lleva estancada 30
años, y sin aumentos de la productividad solo podemos mejorar nuestra calidad de vida trabajando
más horas, y eso no es exactamente o no tiene por qué ser una mejora en la calidad de vida,
ganas más pero trabajas más. Entonces, sí, es un problema, si lo quieres, social y dinámico,
desde esa perspectiva, desde la perspectiva de que no contribuya a solventar el problema,
el grave problema de largo plazo de la economía española, que es el estancamiento de la
productividad. Pero, claro, sí que te salva la papeleta financiera de corto plazo, si tú estás
obsesionado con aumentar el gasto, incrementar los impuestos, pues te ayuda a estabilizar
macroeconómicamente un país que está hiperendeudado y que si aumentara el gasto sin aumentar los
impuestos, pues directamente nos iremos a la bancarrota. Estamos viviendo los últimos días,
probablemente, de Nadia Calviño, al frente del Ministerio de Asuntos Económicos, llegó con mucho
prestigio, yo me acuerdo las piedras comparecencias que tuvo, que era muy alabado su prestigio,
que tenía de algún lado el exterior y demás, la Unión Europea. ¿Qué balance hace? Y me gustaría
incluirles también, ahora que se acaba de cumplir el segundo año de la reforma laboral,
que no sea de Nadia Calviño, pero por un lado el balance que hacéis de Nadia Calviño y por otro
lado de la reforma laboral. Carlos. Pues es curioso el prestigio que tienen los
los eurócratas, que es lo que es Nadia Calviño, cuando precisamente es de Europa de donde vienen
estos males intervencionistas de los que estamos hablando. Pero en fin, yo creo que son ficciones,
ficciones políticas. A los socialistas les gusta tener una persona a cargo de economía que sea una
imagen internacional y que sepa hablar inglés y que manejarse de Europa. Esto pasó antes, ya pasó
con Solves y si nos remontamos mucho más atrás pasó con Solchaga y con Boyer en la época de Felipe
González. Entonces los enfrentan a las partes más radicales del gobierno en la época de Solchaga,
era con la Alfonso Berra, en fin. Estos son maniobras de propaganda. Gestión, gestión de verdad,
pues ha sido bastante deficiente. La revista per cápita española, pues vamos, yo creo que es una
caída importante en la legislatura anterior y yo creo que es una gestión bastante, bastante
deficiente. Y desde luego lo de la reforma laboral, a mí me gusta verlo desde el punto de vista
optimista como un pequeño pasito más en esta cosa de la liberalización lenta que llevamos haciendo
durante décadas porque no nos atrevemos a hacer políticas liberales. Pero claro, por otro lado,
¿qué es lo que sabemos? Pues que hay una trampa, estadísticas, y yo no sé cuántos trabajadores
figuran como ocupados sin estarlo, pero seguramente son más de medio millón. O sea que no, no, en
ninguno de los casos me parece un balance muy plausible. Juan, tu visión sobre el demófono.
Bueno, a ver, sobre Nadia Calviño, que podría haber sido mucho peor, ha sido buena, pero podría
haber sido mucho peor, lo cual siempre hay que destacarlo, claro está, especialmente ante la llegada
de un posible nuevo ministro o ministra de Economía. Y en segundo lugar, quiero recuperar una crítica
que lanzó Nadia Calviño contra Ferrovial cuando decidió marcharse de España. Y el verdad, tenía
falta de compromiso con España. Pues bien, ya en cuanto ha tenido la oportunidad de llegar a un
alto cargo en la eurocracia europea, se ha ido rápidamente dejando a España en la estacada,
porque además, en campaña electoral, uno de los grandes reclamos del PSOE fue Nadia Calviño.
Nosotros tenemos a Nadia, ellos no tienen a nadie. Ahora el PSOE tampoco tiene a nadie, ¿no? Entonces,
bueno, esa sería una evaluación rápida. Habría muchísimas más cosas que decir. Y sobre la reforma
laboral, pues bueno, yo aplaudí la aprobación de la reforma laboral, no porque implicara ninguna
gran liberalización, ni mucho menos, sino porque consolidaba, en un tema distancia, las principales
reformas o cambios de la de 2012. Y de esa manera, pues era como una reforma laboral la de 2012,
que ya se volvía estructural, ¿no? De todos los partidos de PP, de PSOE, incluso de Podemos. Pero,
bueno, sí ha habido ciertos cambios, sobre todo en relación a la temporalidad, que no sabemos muy
bien qué impacto efectivo han tenido. Si lo miramos en términos estrictamente jurídicos, pues sí,
los contratos temporales han caído, los indefinidos han aumentado. Pero la cuestión es la temporalidad
efectiva, la temporalidad económica, el hecho de que una persona obtenga un contrato de trabajo y
a la semana deje de tenerlo, eso se ha reducido, se ha reducido verdaderamente. Y, bueno, para eso
hacen falta estudios más de profundidad, análisis empíricos de la evolución del mercado de trabajo
desde la aprobación de la nueva reforma laboral, que no tenemos, que no tenemos en gran medida. Y,
por tanto, no podemos decir mucho más allá de que ha cambiado la forma en que se contabilizan
los contratos y que, por tanto, las comparaciones no son homogéneas y hay que tener cuidado al
hacerlas. Bueno, el último bloque que… Los últimos minutos que quería preguntar, porque a más me costa
que lo seguís, mucho es cómo estáis viendo el cambio en la Argentina con Javier Viley estos
primeros días, ¿no? Pues lo que anunció, lo que va haciendo, qué basura creéis que puede llegar,
qué dificultades… Bueno, va a tener muchas dificultades, eso está clarísimo, ¿no? Carlos,
¿qué te parece? Dificultades, yo creo que son las mayores que ha habido desde luego en la
historia democrática. Y el otro día decía Roberto Cachanoz, quien destacaba con los vistas
argentinos que al igual hay 15 hasta la crisis de 1890 para encontrar una situación más dramática,
¿no? Vamos a ver, yo tengo esperanzas, primero porque hay que tenerlas y segundo porque es
completamente insólito que en cualquier país y desde luego, particularmente en la Argentina,
un liberal se presente a las elecciones con un mensaje claramente liberal y encima las gane. O sea,
esto es verdaderamente extraordinario. No sabemos muy bien por qué las ganó. Aquí hay dos
posibilidades. Uno, porque las ganó porque los argentinos se volvieron liberales, eso sería
maravilloso. Y la otra sería que las ganó porque los argentinos se hartaron del peronismo. Entonces,
si es esta segunda, entonces a lo mejor los valores de los ciudadanos no están preparados
para el cambio que mi ley iba a proponer hacer, que es de verdad volver a una sociedad en donde se
reire la competencia y la libertad y la gente no esté pujando por el gasto público y por vivir
de subsidio. Si la gente quiere seguir viviendo de subsidio, seguir teniendo una economía controlada,
pero cambiando el gobierno, pues entonces mi ley no va a tener el colchón político para hacer las
medidas que va a tomar. Y entonces ahí ya veremos lo que pasa. A mí me gusta siempre decir que los
liberales tenemos miedo en el caso de mi ley porque tenemos miedo de que fracase, mientras que los
socialistas de todos los partidos tienen miedo de mi ley porque tienen miedo que tenga éxito.
Juan, tu visión y cuando yo termino. Sí, enlazando con esto último que decía Carlos,
creo que hay mucho miedo de que tenga éxito, sobre todo porque uno de los grandes argumentos
que ha ablandido la izquierda durante las últimas décadas se desmoronaría. Y ese argumento es que
en democracia es imposible aplicar un programa liberal, que para aplicar un programa liberal,
para aplicar un programa de shock, una doctrina del shock, necesitas una dictadura. Y aquí,
si mi ley cumple con su palabra, pues tendremos un shock liberal que habrá llegado o se habrá
implementado desde las urnas. Y eso es algo que para la izquierda supone un cortocircuito,
porque para ellos en el fondo la democracia es incompatible con el liberalismo o con el
neoliberalismo. Yo creo que mi ley va a tener muchas dificultades. Al final esto es como si
tuviéramos una empresa quebrada o al borde ya de la quiebra inminente, que es el Estado argentino,
y colocamos al frente de la misma a un maravilloso gestor. Colocamos a Jeff Bezos, a Elon Musk o a
cualquiera de estos empresarios que haya generado empresas de decenas de miles de millones de dólares.
Y al final ese maravilloso gestor, como la situación de la empresa está pésima,
pues no consigue reflotarla. Pues ese es un riesgo. Claro que es un riesgo de que el
Estado argentino quiebre a pesar de las políticas que de momento todavía son pocas, las que hemos
conocido, quedan muchas por delante, pero que de momento van desde mi punto de vista
bastante bien orientadas para resolver problemas de fondo que son muy muy muy profundos y muy
complicados de solucionar. Ojalá tenga éxito porque si lo tiene, desde luego será una buena
noticia para las ideas de la libertad. Muy bien, pues hemos llegado al final del programa. Muchísimas
gracias a Carlos Rodríguez Brown, a Juan Ramón Rayo y a ustedes por seguirnos y les esperamos
en una próxima edición del debate de la economía.