logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Ya tenemos nuevo ministro de Economía en España, Carlos Cuerpo Caballero. ¿Quiénes
son los ganadores y quiénes son los perdedores de esta operación? Veámoslo.
La hasta ahora vicepresidenta primera del Gobierno de España y ministra de Economía,
Nadia Calviño, abandona su cargo para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones,
y eso ha provocado la necesidad de buscarle un relevo. Y ese relevo, el nuevo ministro
de Economía de España, será Carlos Cuerpo Caballero, quien hasta este momento ocupaba
la Secretaría de Estado del Tesoro. Pues bien, en esta operación política, en este
intercambio de cromos, Nadia Calviño se va al Banco Europeo de Inversiones, su número
dos es promocionado al frente del Ministerio de Economía, hay dentro del Gobierno cuatro
ganadores y un perdedor. ¿Quiénes son esos cuatro ganadores y ese perdedor?
En primer lugar, la principal ganadora de esta operación es Nadia Calviño, la hasta ahora
vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía, se marcha, como ya hemos dicho,
a ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones, y esto conlleva para ella dos ventajas.
La primera es que consigue desvincular su gestión de la buena o mala marcha de la
economía española. Se trata de un puesto más gerencial al margen de cuál sea la evolución
cíclica de la economía europea y de la economía española. Aún cuando durante los próximos años
todas las economías europeas y también la española entraran en una profunda crisis,
su cargo, presidenta del Banco Europeo de Inversiones, no está sujeta a la competición
electoral. Ni los españoles vincularíamos a Nadia Calviño con la crisis, porque ya no estaría
al frente del Ministerio de Economía y, por tanto, no tendría aparentemente ninguna responsabilidad
en lo que suceda en España, ni tampoco su puesto estaría al albur del ciclo electoral. Aún cuando
los españoles en algún momento votaran masivamente en contra de Pedro Sánchez,
Nadia Calviño ya está colocada en la presidencia del Banco Europeo de Inversiones. Y ese puesto
no se elige democráticamente, sino a través de las élites políticas que la han catapultado
a esa posición. Y, por otro lado, Nadia Calviño consigue un notable aumento salarial. Como presidenta
del Banco Europeo de Inversiones, cobrará cada año 382.000 euros, frente a los menos de 85.000
euros que cobraba, que percibía como vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Economía. Es
decir, que sus ingresos anuales antes de impuestos se han incrementado en prácticamente 300.000 euros.
Pero, además, Nadia Calviño también sale ganadora de esta operación por un segundo motivo,
y es que ha conseguido colocar al frente del Ministerio de Economía a su número dos,
a lo que podríamos considerar, al menos hasta el momento, un peón de Nadia Calviño. Es decir,
que aunque no sea ministra de Economía, hasta cierto punto Nadia Calviño seguirá teniendo
una ascendencia sobre el Ministerio de Economía, porque aquel que ocupará el cargo era su número
dos hasta el momento. Era, por tanto, su subordinado y ella su jefa. Distinto habría
sido el caso si el puesto de ministro de Economía hubiese sido ocupado por otra familia política
distinta del equipo de Nadia Calviño. En ese caso, la dinastía Calviño no habría heredado
el control del Ministerio de Economía. Ahora sí. Y, por tanto, lo que cabe prever en ese ministerio
no sólo es continuidad con las políticas que ha aplicado Calviño hasta el momento,
sino también continuidad en el personal que integra ese ministerio y que procedía todo él
del entorno de Calviño. El segundo ganador de esta operación, evidentemente, es el propio
ministro de Economía, Carlos Cuervo, que ha ascendido dentro del Ministerio. Antes era
secretario de Estado del Tesoro y ahora ministro de Economía. Se trata de un nombramiento que,
en principio, tiene un perfil más técnico que político y, a su vez, un perfil bajo. Bajo en
el sentido de que, al menos hasta ahora, Carlos Cuervo no era una personalidad pública que tuviese
mucho carisma y mucha autoridad frente a los ciudadanos o frente a los simpatizantes del PSOE.
En gran medida, para el común de los ciudadanos es un ad benedizo, es un completo desconocido.
Que Carlos Cuervo tenga un perfil más técnico que político es, en principio,
una buena noticia. Significa que la política económica de este gobierno no estará,
al menos desde un comienzo, fuertemente ideologizada en una mala dirección. Seguirá siendo política
económica y, por tanto, política, pero al menos el aspecto económico estará más o menos bien
cubierto por conocimientos. Es decir, que la demagogia política no engullirá completamente
la técnica económica. Que esto es lo que previsiblemente habría sucedido si hubiesen
nombrado ministro de Economía a un militante iletrado con el carnet del PSOE en la boca.
Lo cual no significa, cuidado, que entrando como un perfil esencialmente técnico,
Carlos Cuervo, en el ejercicio de su nueva función, no vaya degenerando hacia un cargo
político y politizador. Esa transición de técnico a político ya la hemos visto con otros
personajes. En buena medida con Nadia Calviño y, sobre todo, con José Luis Escrivá. Por tanto,
no sería descabellado que a Carlos Cuervo le terminara sucediendo lo mismo. Y en ese caso,
cuidado, porque el peor de los políticos es el técnico politizado. Porque el político que no
es técnico es un ignorante y no sabe exactamente cómo hacer daño. Pero el técnico sí sabe muy
bien cómo hacer daño y en su condición de técnico politizado lo querrá hacer.
Pero al menos de entrada parece mejor que sea técnico a que no lo sea.
Ahora bien, el perfil bajo del nuevo ministro de Economía supone que en esta operación también
hay un tercer ganador. Y ese tercer ganador es el entorno de su mar. Hasta el momento,
Nadia Calviño había actuado como un dique de contención, modesto, pero en todo caso dique
de contención, frente al populismo económico que blasona Unidas Podemos o ahora mismo SUMAR.
Al final, es verdad que Unidas Podemos y ahora SUMAR han salido ganadores de muchas de las
batallas económicas que libraron contra Calviño. Pero, al menos, Calviño imponía ciertas líneas
rojas que o no se cruzaban o se desplazaban muy poquito. Pero eso era posible porque Calviño tenía
una ascendencia tanto dentro del gobierno como fuera del gobierno que era bastante potente.
Ahora bien, el perfil bajo de Carlos Cuerpo, al menos de entrada, puede llevar a que en SUMAR
se sientan embalentonados para impulsar en mucha mayor medida su agenda antieconómica.
Si quien tiene que cortarles las alas a los de SUMAR no tiene tijeras, pues entonces difícilmente
lo hará. Y quizá por esto último, quizá porque el nombramiento de Carlos Cuerpo supone en gran
medida reforzar el poder negociador de SUMAR dentro del gobierno, la cuarta ganadora de esta
operación ha sido la hasta ahora ministra de Hacienda María Jesús Montero y, a partir de ahora,
ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del gobierno. Carlos Cuerpo no ha heredado la
vicepresidencia primera que ocupaba Nadia Calviño, sino que esta le ha sido transferida
a María Jesús Montero, una persona de confianza de Pedro Sánchez y, por supuesto, absolutamente
fanática y militante del Partido Socialista Obrero Español. ¿Qué significa esto? Pues que Pedro
Sánchez pretende dotar a María Jesús Montero de autoridad económica y fiscal dentro del gobierno
para contrarrestar algunas de las propuestas más alocadas que pueda plantear internamente SUMAR.
Esta labor de contrapeso no la habría podido hacer o lo hubiese hecho de una manera bastante
más débil sin el soporte que le otorga la vicepresidencia primera. Pero con esa
vicepresidencia, digamos que tiene una mayor autoridad interna, de ahí que la cuarta ganadora
de esta operación política sea María Jesús Montero. ¿Y quién es, en cambio, el gran perdedor?
Pues el gran perdedor, al menos de momento, es José Luis Escrivá. En el anterior gobierno,
José Luis Escrivá ocupaba un ministerio importante, el Ministerio de Seguridad Social.
En este nuevo gobierno pasó a ocupar el Ministerio de Transformación Digital,
un área del Ejecutivo sin prácticamente competencias. Baste decir que en el anterior
gobierno Transformación Digital estaba, se integraba dentro del Ministerio de Economía.
Pues bien, quitaron algunos temas menores dentro del área de economía y se las
transfirieron a Escrivá. Mucha gente, yo entre ellos, interpretamos que esta transferencia de
Transformación Digital en forma de ministerio a José Luis Escrivá respondía a que José Luis
Escrivá iba a ser, cuando se fuera a Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones,
el nuevo ministro de Economía. Si en el anterior gobierno Economía estaba junto a
Transformación Digital, ahora desgajabas Transformación Digital y se lo dabas a Escrivá,
tenía sentido que en una remodelación del gobierno volvieras a unir Economía y
Transformación Digital y se lo entregarás a José Luis Escrivá. Pero nada de esto,
al final José Luis Escrivá ha sido degradado a un cargo de ministro sin prácticamente competencias.
Puede ser que Roma no paga de traidores, porque no olvidemos que José Luis Escrivá fue el gran
traidor de los jóvenes y de los autónomos durante la pasada legislatura, con dos reformas de las
pensiones y del régimen de cotización de los trabajadores autónomos que machaca a estos
colectivos para mantener sin ningún tipo de ajuste el poder adquisitivo de los pensionistas,
puede ser que Roma no paga de traidores o que Pedro Sánchez le esté reservando en el futuro
un puesto que a Escrivá le apetezca en mayor medida. Por ejemplo, el de gobernador del Banco
de España, pero al menos de momento está aparcado como un coche usado en el garaje
del Ministerio de Transformación Digital. En definitiva, cuatro ganadores y un perdedor
en la batalla política interna por el reparto del poder en el Gobierno de España. Pero al final,
los perdedores de todas estas peleas intestinas por repartirse como buitres el poder político,
en este caso el poder político-económico, en última instancia los perdedores de someter nuestras
vidas, nuestras libertades y nuestra prosperidad a este infame reparto de cargos que no atiende a
las necesidades de los ciudadanos, sino a las necesidades de las élites políticas que se están
peleando por repartirse esos cargos, en última instancia los grandes perdedores somos todos nosotros.