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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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En el último vídeo ya tuvimos ocasión de explicar que sí, que el sistema
sanitario español ha experimentado recortes durante los últimos años como
consecuencia de la situación de pre-quiebra en la que se encontraba la
Administración Pública Española, pero a su vez ya aclaramos que esos recortes
han sido aproximadamente iguales en todas las administraciones públicas con
independencia del partido que estuviera en el gobierno. De hecho, en ese vídeo
vimos que, si acaso, la Junta de Andalucía, gobernada por el Partido
Socialista, había recortado más el gasto sanitario público dirigido a
centros públicos que la comunidad autónoma de Madrid. Sin embargo, uno
podría seguir planteándose si esos recortes del gasto sanitario no han
tenido una influencia muy decisiva a la hora de agravar significativamente la
crisis sanitaria que estamos experimentando a raíz de la pandemia.
Global, es decir, de no haberse producido los recortes, habríamos evitado la
saturación del sistema sanitario español en diversas regiones de España y, por
tanto, habríamos sido capaces de salvar muchísimas más vidas de las que se han
salvado. Bueno, para responder esta pregunta vamos a fijarnos en los datos
de uno de los recursos más importantes del sistema sanitario para hacer frente
a la actual crisis, las camas de cuidados intensivos, es decir, las camas en la UCI.
En el año 2011, antes de que comenzaran los recortes en el sistema público
español, la comunidad de Madrid, que es la comunidad que ha experimentado una mayor
saturación de su sistema sanitario durante estas últimas semanas, la
comunidad de Madrid llegó a tener 11,7 camas en la UCI por cada 100.000 habitantes.
En el año 2017, último dato que tenemos disponible, el número de camas en la UCI
era de 10,9 por cada 100.000 habitantes. Parece, por tanto, que se ha
producido una reducción, un recorte notable del número de camas en la UCI,
pero recordemos que estamos dando cifras por cada 100.000 habitantes. Si traducimos
estas cifras en números absolutos, tenemos que el recorte de camas en la UCI
ha rondado las 40. Es decir, hemos pasado de aproximadamente 745 camas en la UCI
en el año 2011 a 704, 705 camas en el año 2017.
¿Y por qué esta cifra es muy importante? Pues porque pone de relieve el grado
extremo de tensión al que se ha sometido nuestro sistema sanitario. En el
peor momento de la crisis sanitaria, el pasado 2 de abril, la comunidad de Madrid
tenía ingresadas en la UCI por causa del COVID-19 a 1.528 personas.
Estoy dejando, por tanto, de lado todas las otras personas que estaban ocupando la UCI
por causas distintas de la actual pandemia, que evidentemente también consumían
recursos hospitalarios. Por tanto, recordemos, pongamos estas cifras en
perspectiva. La UCI madrileña, antes de los recortes,
llegó a tener prácticamente 750 camas. En el peor momento de esta crisis
sanitaria, solo como consecuencia de los infectados por el COVID-19, llegaron a
necesitarse más de 1.500 camas en la UCI. Es decir, que en lugar de unas 12 camas
en la UCI por cada 100.000 habitantes, como tuvimos en el año 2011, habríamos
necesitado para ser capaces de capear sin ninguna dificultad la situación de
crisis sanitaria que hemos experimentado más de 25 camas en la UCI.
Y, como ya tuve ocasión de recordaros en el anterior vídeo, las estimaciones del
Imperial College sostienen que, sin ningún tipo de medida de confinamiento
domiciliario, habrían sido necesarias en el pico de la pandemia 280 camas en la UCI
por cada 100.000 habitantes. Recordemos, teníamos en el mejor momento 11.7
con las medidas que se tomaron de confinamiento, habríamos necesitado más
de 25 y de no haber tomado ninguna medida de haber dejado que la epidemia
siguiera su avance, habríamos necesitado 280 o, por dar las cifras en
números absolutos, teníamos 250 camas en la UCI, nos han hecho falta más de
1.500, sin medidas de confinamiento habríamos necesitado 18.000 camas en la UCI.
Evidentemente, lo que estas cifras ponen de manifiesto es que ningún sistema
sanitario, ninguno, ni con recortes, ni sin recortes, puede estar capacitado para
absorber la enorme magnitud de contagiados graves de una epidemia como esta.
El sistema sanitario madrileño se habría desbordado igualmente, aunque no hubiese
habido recortes desde el año 2011. La única forma auténtica de evitar el
desbordamiento, la saturación del sistema sanitario madrileño habría sido
frenar la propagación de la pandemia desde el comienzo, desde fechas muy
tempranas. Es decir, la única forma habría sido evitar llegar a un número de
contagiados tan extraordinario como el que finalmente hemos alcanzado. Y creo que
esta es la verdadera cuestión de fondo en este debate. Quienes están afirmando
categóricamente que la principal responsabilidad, el principal culpable de
la alta letalidad de esta pandemia, es la saturación del sistema sanitario
madrileño como consecuencia de los recortes que se aplicaron durante los
últimos años. En realidad lo que quieren es mover el foco de la
responsabilidad, que no estemos mirando, que no estemos cuestionando a aquellos que
no tomaron las medidas de confinamiento domiciliario o al menos de contención
reforzada para evitar la propagación descontrolada de esta epidemia, no quieren
que les estemos pidiendo cuentas a quienes no tomaron esas medidas y en
cambio pretenden concentrar toda la responsabilidad en estos recortes.
Evidentemente si el sistema sanitario madrileño hubiese tenido algunos
recursos adicionales, por ejemplo 40 camas más en la UCI, habría sido posible
salvar algunas vidas más. Creo que esto nadie lo puede cuestionar, pero desde
luego focalizar la responsabilidad en ese recorte de 40 camas en la UCI cuando la
verdadera causa de la saturación es que la propagación del virus se descontroló
tanto que fueron necesarias más de 1500 camas en unidades de cuidados intensivos
únicamente para tratar a los contagiados graves por esta enfermedad. Si
queremos poner las responsabilidades de cada uno en una balanza,
pongámoslas de esta forma. Un recorte de 40 camas en la UCI versus una
deficiencia de 750 camas en la UCI como consecuencia del descontrol de la
epidemia a finales de febrero y principios de marzo. 40 versus 750 significa
que la responsabilidad es un 5 por ciento para quienes recortaron el número de
camas en la UCI versus un 95 por ciento para quienes permitieron con su
actuación negligente que el virus se propagara por todos los rincones de la
comunidad de Madrid y por tanto quienes dispararon la necesidad de camas en la UCI
hasta 750 nuevas unidades.