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Gustavo Petro, presidente de Colombia, denuncia que la extrema derecha lo
criticó y lo insultó por su nacionalidad y por su color de piel durante su visita
a España. ¿Verdad? ¿O mentira? Veámoslo.
Polémicas declaraciones desde Alemania del presidente de Colombia, Gustavo Petro,
sobre el auge del fascismo de la ultraderecha en toda Europa, pero muy
especialmente dentro de España. Escuchémoslo.
Pero igual yo lo vi en las calles organizarse, no escuchar, salirse del
parlamento irracional. Ni la derecha española decidió el ejemplo, pero es la
realidad de que va avanzando en que si circunstancias electorales no son tan
propicias se vuelve determinante y así fue 1933.
Petro está comparando la situación actual de Europa, en la que los partidos
de ultraderecha están avanzando, con la situación de Alemania en 1933, cuando
los nazis llegaron al poder. Y pone como el mayor ejemplo de este paralelismo lo
que le ocurrió a él cuando vino a España. ¿Y qué le ocurrió a Gustavo Petro en
España? Pues que acudió al Congreso de los Diputados a dar un discurso y, por
un lado, se encontró alrededor del Congreso de los Diputados a unos pocos
manifestantes, expresando su repudio, su crítica, su protesta contra la figura de
Gustavo Petro y, por otro, que una vez dentro del Congreso de los Diputados, el
grupo parlamentario de Vox, al que habitualmente se asocia con la
ultraderecha o la extrema derecha, decidió abandonar sus escaños. Decidió
protestar contra el discurso de Gustavo Petro en la sede de la soberanía
nacional de España, marchándose del Congreso. De entrada dimensionemos
mínimamente la escala de estas afrentas contra Gustavo Petro, porque claro, Petro
en esta conferencia está hablando del auge del fascismo en Europa. Bueno, pues
veamos cuál fue la oleada de manifestantes que expresó su rechazo a
Gustavo Petro a las puertas del Congreso de los Diputados de Madrid.
Gracias, maestro de Madrid. Muchas gracias por hacerte siempre en esta lucha. Estamos con ustedes, los liberos americanos.
¿Qué habría? No sé, 30, 40 personas, como mucho. Esas fueron las oleadas de
personas que protestaron contra la visita de Gustavo Petro al Congreso de
los Diputados en España. ¿Tanto le preocupa a Gustavo Petro que 30 personas,
40 personas le expresen en la calle delante del Congreso su rechazo? ¿Qué
pasa, que todo el mundo ha de estar absolutamente prendado con Gustavo Petro
y no hay cabida siquiera a una mínima oposición, a un mínimo rechazo, a un
mínimo repudio de 20, 30, 40 personas? ¿Eso es lo que de verdad le preocupa a
Gustavo Petro? ¿Ese es el auge del fascismo en las calles de Europa? Bien, y
ahora veamos el momento en el que Vox abandonó el Congreso de los Diputados en
protesta por la presencia de Gustavo Petro.
Una salida sin algarabías, sin insultos y contarrrestada, además, con aplausos
más sonoros por parte del resto del hemiciclo. Bueno, uno podrá considerar
maleducado y cívico que unos diputados se ausenten de una sesión en la que un
presidente de un gobierno extranjero da un discurso ante el Congreso de los
Diputados, pero también forma parte de la política poder expresar un rechazo a
ese político. Y si la posición política de Vox es expresar claramente, visiblemente
su rechazo a la visita a España y a la presencia en el Congreso de los Diputados
de España de Gustavo Petro, pues entonces forma parte del juego político
también que puedan querer abandonar el hemiciclo para visibilizar en público su
rechazo a Gustavo Petro y sobre todo a lo que representa. Ahora bien, desde mi
punto de vista el problema de las declaraciones de Gustavo Petro no reside
tanto en que a todas luces exagerara la reacción política y social a la que
tuvo que enfrentarse cuando vino a España. 30 personas en la calle y Vox
abandonando el Congreso de los Diputados no es una ofensiva a calzón quitado de
la ultraderecha contra Gustavo Petro, pero bueno, hasta cierto punto tiene
cierto sentido político estratégico que quiera victimizarse así, aunque debería
ir con cuidado a la hora de establecer paralelismos claramente infundados entre
estas situaciones y el auge del nazismo en Alemania en 1933. Pero más allá de la
hipérbole, el problema de las declaraciones de Gustavo Petro es que
miente sobre las razones que motivaron estas protestas, estas reacciones en su
contra. Gustavo Petro dice que uno de los motivos por los cuales se manifestaron
30 personas en las calles y la ultraderecha de Vox abandonó el Congreso
es porque era latinoamericano y por su color de piel café con leche.
No voy a organizarse contra mí por latinoamericano, por piel café con leche, por de izquierda.
Pero es que ese reproche racista, esa ofensa racista, jamás estuvo encima de la mesa,
ni entre los manifestantes, ni dentro de Vox. Primero escuchemos a Santiago Abascal,
presidente de Vox, explicar las razones por las que su grupo parlamentario abandonó el
Congreso de los Diputados al inicio del discurso de Gustavo Petro. No entro a valorar si lo que
dice Abascal es correcto o es incorrecto, simplemente me limito a mostrar los argumentos
que ofrece y como escucharéis el argumento racista o lejanamente racista o que tenga algo
que ver con el racismo no aparece en absoluto a lo largo de su intervención.
Los colombianos que viven en España saben perfectamente quién es Petro,
probablemente muchos españoles desconocen a quien hemos puesto alfombra roja hoy en España
y en el Congreso de los Diputados. Petro es a Colombia lo que Otegi es a España,
un terrorista no ha arrepentido. Fijémonos que Abascal está comparando a
Petro con Otegi. Otegi es un antiguo etarra que ahora mismo es el líder de uno de los
principales partidos políticos en el País Vasco, de Bildu. Difícilmente, por tanto,
se puede decir que Abascal está criticando a Petro por ser colombiano, latinoamericano,
por tener el color de piel café con leche, cuando lo está comparando con Otegi,
con un antiguo terrorista y político vasco. Está diciendo los mismos motivos que a nosotros,
a Vox, nos llevan a expresar un rechazo radical contra a Otegi, esos mismos motivos nos llevan
a expresar un rechazo radical contra a Petro, nada más. Y por cierto, si alguien intentara
expresar que Abascal sí es racista con Petro, porque Abascal también debe de ser racista
contra los vascos, recordemos que Abascal es vasco.
Un señor que antes de coger el avión para venir a España ha insultado a España para
después recibir el collar de la reina Isabel la católica. Y esto no es más que una muestra
de cuál es la política internacional de este gobierno, siempre sumiso ante los enemigos
de las libertades, desde China hasta Venezuela, pasando por Cuba o por Colombia.
Nuevamente, aquí Abascal está diciendo que el gobierno de España se alía con los enemigos
de las libertades. Se hallen estos donde se hallen. Abascal claro que expresa su rechazo
contra Petro por ser de izquierdas y en particular, desde la perspectiva de Abascal, de una izquierda
radical y filoterrorista. Pero la crítica es por eso, no por ser latinoamericano o por
su color de piel.
Además, este señor tiene un pasado que no se puede ocultar, un pasado de sangre, un
pasado que ha dejado dolor, que ha dejado muertos en Colombia y un pasado del que no
se ha arrepentido y que nosotros hoy queremos condenar con este gesto.
Se han marchado del Congreso porque, según dicen, Gustavo Petro no se ha arrepentido de
su pasado. De nuevo, no entro a valorar, a enjuiciar si todo esto es correcto o no. Lo
que estoy constatando es que ningún argumento de los que hemos escuchado hasta el momento
tiene nada que ver con que sea Gustavo Petro latinoamericano o con que su color de piel
sea café con leche o no café con leche.
Pero no solo eso. Este señor es una pieza clave en lo que es hoy el Foro de Sao Paulo,
que es la organización internacional del comunismo para hacer avanzar las tiranías
y los regímenes socialistas y comunistas en Iberoamérica. Y por eso hoy nosotros nos
unimos a parlamentarios de todos los países de Iberoamérica que están firmando un manifiesto
a través del Foro de Madrid en contra del blanqueamiento que supone la figura de un
enemigo de las libertades, de la democracia y de cualquier cosa que tenga que ver con
el más mínimo respeto a los derechos humanos.
De nuevo, Abascal y Vox en general lo están criticando, lo están repudiando por ser de
o de extrema izquierda. Pero desde luego ese repudio no tiene nada que ver con que sea latinoamericano
o hispanoamericano o iberoamericano. De hecho, lo que está diciendo Abascal es que ellos
se han aliado con otros parlamentarios y grupos políticos iberoamericanos para hacer frente
a la izquierda radical en Iberoamérica. Si quieres expresar tu rechazo contra las personas
de Iberoamérica, difícilmente te alías con las personas de Iberoamérica. Difícilmente
las consideras unos iguales a ti en tu lucha contra el comunismo global, como dice Abascal.
Por tanto, de nuevo, la crítica de Gustavo Petro es por su ideología política, no por
su nacionalidad o por su color de piel.
Nosotros hoy tratamos de representar el sentir de muchos colombianos que están perplejos
y de muchos colombianos que viven en España que han tenido que abandonar su patria y que
saben quién era Petro, que saben qué tipo de crímenes cometió la organización terrorista
a la que Petro pertenecía. Nosotros representamos a todas esas personas y respetamos al pueblo
colombiano.
¿Cómo una persona a la que se acusa de racista contra un colombiano va a querer representar
a los colombianos? No tiene mucho sentido lo que está argumentando Abascal, con razón
o sin ella. Pero lo que está argumentando Abascal es que nosotros queremos tanto, estamos
tan hermanados con los colombianos, que hacemos sentir la oposición de los colombianos contra
Petro desde el Parlamento de España. Eso no tiene nada que ver con expresar rechazo,
repudio a Petro por ser latinoamericano o por su color de piel.
Entonces, si Vox no empleó en ningún momento insultos racistas contra Gustavo Petro, más
bien al revés, ¿Vox trataba de hermanarse con el pueblo colombiano que rechaza a Gustavo
Petro? ¿De dónde procedieron los insultos, las críticas, los argumentos racistas contra
Gustavo Petro? ¿Esos insultos, esas críticas, esos argumentos racistas que Gustavo Petro
denunciaba en Alemania como la forma más visible y peligrosa del auge de la extrema
derecha en Europa? A lo mejor, cabrá pensar, esos insultos racistas se le dirigieron desde
esas 20 o 30 personas que se estaban manifestando delante del Congreso de los Diputados en contra
del propio Gustavo Petro.
Pues afortunadamente, el periódico español El Debate acudió a entrevistar a esos pocos
manifestantes que estaban protestando delante del Congreso de los Diputados por la visita
de Gustavo Petro. Escuchemos las declaraciones de esos manifestantes para comprobar si había
algún ápice de racismo en contra de Gustavo Petro y de su color de piel.
Tristemente y lamentablemente, Petro, el ciudadano presidente actual de Colombia, aliado del
régimen criminal asesino de Nicolás Maduro, está aquí y siendo recibido por el gobierno
de España. Dolorosamente y lamentablemente, este señor Petro es un ex guerrillero, miembro
de la FARC, la guerrilla, antiguamente reconocida como organización terrorista, asesinos y
criminales. Está respaldando hoy por hoy y siendo prácticamente el canciller, irónicamente,
de Nicolás Maduro, del régimen de Nicolás Maduro. Es decir, son aliados, son cómplices,
se apoyan entre sí para respaldar un discurso, un accionar del foro de Sao Paulo.
Esta señora se opone a Gustavo Petro por ser aliado del tirano Nicolás Maduro. Muy
racista anti iberoamericana no parece.
Nuevamente, crítica a Gustavo Petro por blanquear la tiranía venezolana. Pero
argumentos racistas ni uno.
Este señor, que se da peruano por el interés tan directo que tiene en la política de Perú,
está criticando a Gustavo Petro por haberse aliado con el aspirante también a tirano,
con el golpista Pedro Castillo, y por intentar socavar la legitimidad de la actual presidenta
de Perú. De nuevo, estaremos de acuerdo o no con esto, pero el argumento es el que es,
es un argumento que nada tiene que ver con el racismo.
Entonces, si en ningún momento nadie de los que tengamos registro criticó la raza, el
color de piel, la nacionalidad de Gustavo Petro, si la base de la crítica en ningún
momento, en absoluto, fue esa, en todo momento fue su ideología, su historia personal vinculada
a la guerrilla, sus alianzas internacionales con los tiranos de Venezuela o el tirano aspirante
de Perú, ¿por qué Gustavo Petro, que fue condecorado en España, acusa a parte de la
población española de extrema derecha y de racista en su contra? Pues obviamente para
victimizarse y para no entrar a los otros argumentos correctos o incorrectos, pero que
sí hemos escuchado a lo largo de todas estas críticas. Es mucho más fácil decir que esas
personas están protestando porque son racistas, porque no aceptan mi color de piel, que decir
y argumentar en contra que están protestando porque me estoy aliando con Nicolás Maduro,
que estoy defendiendo a un golpista como Pedro Castillo, porque soy un exguerrillero o porque
tengo una agenda de extrema izquierda. De nuevo, que será cierto o no será cierto, pero esos son
los argumentos de fondo o más o menos de fondo en los que tendría que entrar. Pero para no entrar
a responder eso es más fácil decir todos estos me rechazan por mi raza, por mi color de piel,
todos esos son tan malos que no aceptan lo que yo soy, no lo que yo pienso y lo que yo hago,
no aceptan lo que yo soy y a partir de ahí desvías la atención de lo que sí es o sí
puede ser mucho más criticable que es lo que piensas y lo que haces. Pero si uno se toma
verdaderamente en serio el problema que puede llegar a suponer el racismo, y obviamente hay
motivos más que sobrados desde una perspectiva tanto moral como histórica para tomarse el
problema potencial del racismo muy en serio, si uno se toma en serio el problema que puede llegar
a suponer para una sociedad el racismo, no se puede frivolizar de esa manera con el racismo,
no se puede instrumentalizar políticamente el racismo de una forma tan rastrera como hizo
Gustavo Petro en Alemania. Es decir, que Gustavo Petro recurrió a la carta racista en una sociedad
que se rompió, que fue devastada, que cometió crímenes atroces precisamente por ese racismo.
¿Cómo puedes tener tan poco tacto, tan poca consideración, tan poca decencia como para ir
a Alemania y victimizarte de que en España se te criticó por tu raza, por tu color de piel,
cuando eso es falso? Si debería resultarnos enormemente criticable y censurable que un
político fuera racista, también debería resultarnos enormemente criticable y censurable
que un político instrumentalice en su propio beneficio un falso racismo. No es por su nacionalidad,
no es por su color de piel, es por maniobras políticas tan bajunas como esta, por lo que
Gustavo Petro cada vez genera un mayor rechazo tanto en España como en Colombia.