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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Podrían los aumentos del salario mínimo provocar un incremento de la delincuencia? Veámoslo.
El camino al infierno está empederado de buenas intenciones. Y este podría ser el caso al que se
enfrentan muchos de los defensores de una subida del salario mínimo interprofesional. Mucha gente
defiende subir el salario mínimo interprofesional para conseguir que aquellos trabajadores que
reciben una menor remuneración dentro de nuestro mercado de trabajo mejoren sus condiciones de vida.
Y ese objetivo es, sin duda, un objetivo muy noble. Sin embargo, una política pública como subir el
salario mínimo no solo ha de juzgarse por sus intenciones, sino sobre todo por sus resultados.
Y los resultados económicos y sociales de una subida del salario mínimo están sujetos a mucha
controversia académica. ¿Cuál es el efecto neto de una subida del salario mínimo sobre aquellos
que se ven directamente afectados por la misma y también sobre aquellos que pueden verse
indirectamente afectados por ella? Por ejemplo, algunos economistas sostienen que subir el salario
mínimo dentro de ciertos márgenes, claro, no destruye empleo. Incluso que podría contribuir
a crearlo. En cambio, otros economistas, analizando la misma realidad que los anteriores, alcanzan la
conclusión opuesta, que subir el salario mínimo sí destruye empleo, al menos entre ciertos
colectivos sociales. Verbigracia se suele considerar que colectivos especialmente dañados por la subida
del salario mínimo pueden ser los jóvenes, los inmigrantes o los parados de larga duración. Es
decir, aquellos que ya de entrada tenían mayores dificultades para entrar en el mercado de trabajo
y que, con una subida del salario mínimo, se les incrementan todavía más las barreras de entrada.
Claro, si el salario mínimo destruyera netamente empleo, aquellos que defienden subir el salario
mínimo para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores peor pagados dentro de una sociedad,
en realidad, por muy buena que pudiera ser su intención, estarían condenando a esos trabajadores
o a buena parte de esos trabajadores a una situación peor que aquella en la que se hallaban antes de
subir el salario mínimo, porque se los estaría condenando al desempleo o al supeempleo. Pues
bien, otro resultado social muy negativo y no intencionado, claro, los defensores de una subida
del salario mínimo no quieren en absoluto que ocurra esto, pero otro resultado social muy negativo
y no intencionado que podría tener una subida del salario mínimo, según se acaba de publicar en
una investigación en el Journal of Public Economics, es que subir el salario mínimo podría incrementar
la delincuencia. Concretamente, me estoy refiriendo a un paper que se acaba de publicar, como ya he
dicho en el Journal of Public Economics, y que se titula Los efectos no deseados del salario mínimo
contribuyen a incrementar la delincuencia, de Zacarifón, Joseph Sabia y Résul Cesur. Los autores
de este estudio hallan una relación muy robusta entre los incrementos del salario mínimo y el
aumento de los delitos contra la propiedad. Concretamente, cada aumento del 10% en el
salario mínimo interprofesional generó en Estados Unidos un incremento de los delitos
contra la propiedad por parte de la población entre 16 y 24 años de entre el 2 y el 3%.
Y no en un año. No estamos hablando de una rareza que haya podido ocurrir en un ejercicio
concreto. No, los autores han examinado el periodo 1998-2016. Es decir, que tampoco se
le puede atribuir a la pandemia ningún cambio extraño en el comportamiento de las personas.
No, estamos hablando de lo que sucedió entre el año 98 y el año 2016.
¿Pero qué sentido tiene que aumentar el salario mínimo? Incremente la criminalidad. ¿Cuál es
el mecanismo causal que puede explicar esta relación? Bueno, pues los autores establecen
tres hipótesis, si bien aquella que parece tener un mayor peso de evidencia empírica detrás es la
tercera. La primera es que si la subida del salario mínimo incrementa la capacidad de compra de
muchos trabajadores, esos trabajadores que pasan a tener mayor capacidad de compra podrían empezar
a adquirir en mayores cantidades bienes de consumo duraderos, como por ejemplo un teléfono móvil más
caro. Pues bien, si hay más personas por la calle que tienen bienes de consumo duraderos caros,
los delincuentes tendrán más incentivos a cometer más robos, porque habrá más víctimas
potenciales a los que arrebatarles su propiedad. Este podría ser un canal a través del cual la
subida del salario mínimo genera aumentos de la delincuencia. Otro canal podría ser que si la
subida del salario mínimo reduce el empleo y el número de horas trabajadas, y los autores de este
informe constatan que sí lo hace, que aumentar el salario mínimo reduce la cantidad de empleados y
reduce la cantidad de horas que en promedio trabaja cada empleado, si eso es así puede haber determinadas
etnias dentro de Estados Unidos, los autores mencionan el caso de los negros o el caso de
los latinos que pasen más tiempo por la calle y se crucen en un mayor número de ocasiones con
la policía. Y si la policía estadounidense tiene un sesgo racista acusado, el hecho de que se
cruce en un mayor número de ocasiones con latinos o con negros podría incrementar el número de
arrestos aún sin fundamento. Esa es la segunda hipótesis que manejan los autores. La tercera,
que es a la que conceden una mayor probabilidad, porque es la que encaja mejor con la evidencia
disponible, es que, de nuevo, si el aumento del salario mínimo reduce la cantidad de personas
empleadas y reduce la cantidad de horas que trabajan los que mantienen su empleo, esa caída de la
renta disponible de muchos ciudadanos, recordemos, el salario mínimo se sube para aumentar la renta
disponible, pero si destruye empleo y reduce el número de horas trabajadas podría terminar
mermando la renta disponible de muchas personas. Y esa caída de la renta disponible podría
empujar a quienes han sido no beneficiados, sino perjudicados por la subida del salario mínimo,
podría arrastrarlos a la criminalidad, a la delincuencia, por dos razones. Una, por la
mayor ociosidad. Si el salario mínimo te ha condenado al paro, estás ocioso, es decir,
estás no ocupado, no tienes ninguna tarea entre manos durante todo el día, y eso puede
llevar a algunas personas, no a todas, no estoy diciendo ni muchísimo menos esto y los autores
tampoco, pero puede llevar a un porcentaje de esas personas ociosas a la criminalidad. Y la
segunda razón es que si la subida del salario mínimo te ha arruinado, quizá trates de complementar
los ingresos que has perdido con delitos contra la propiedad, es decir, a través de robos que te
proporcionen unos ingresos que suplan los que anteriormente obtenías a través del mercado,
trabajando en un empleo que fue destruido o que desapareció como consecuencia de la subida del
salario mínimo. Por supuesto, todavía es pronto para concluir categóricamente que el incremento
del salario mínimo en Estados Unidos durante el período reseñado llevó a un aumento de la
criminalidad por alguno de los tres posibles mecanismos que hemos estudiado. Una investigación
académica es eso, una investigación académica. Será necesario que en el futuro aparezcan resultados
que apunten en una misma dirección para, a su vez, apuntalar esta conclusión. Una flor no hace
primavera y, por tanto, necesitamos mucha más evidencia que reafirme o que contradiga esta
primera evidencia inicial. Sin embargo, el contenido de esta primera evidencia inicial
no es demasiado alentador. Es decir, el hecho de que las subidas del salario mínimo puedan estar
generando incrementos de la delincuencia como consecuencia de la pauperización que ocasionan
entre aquellos trabajadores a los que supuestamente se quería beneficiar, se quería ayudar,
debería ser un resultado que preocupara enormemente a los defensores del salario mínimo por cuanto
apuntaría a que los resultados de la política que bienintencionadamente defienden son absolutamente
opuestos a aquellos que buscaban. Y si la posibilidad de que un aumento del salario mínimo
contribuya a incrementar la criminalidad no genera una cierta preocupación entre aquellos que
defienden supuestamente de manera bienintencionada la subida del salario mínimo, entonces es que
quizás sus intenciones no sean tan nobles como en un principio parecían. Porque si tienes
evidencia que te está diciendo que lo que estás defendiendo genera resultados malísimos y tú
sigues defendiendo por mero dogmatismo ideológico esa medida a pesar de los nefastos resultados,
entonces es que la bondad o la maldad de los resultados te traen absolutamente al
pyro y lo único que buscas es reafirmarte ideológicamente a través de una medida que
forma parte de tu credo ideológico. Es decir, estás utilizando a las víctimas de las políticas
públicas que tú defiendes como peones en tu tablero de ajedrez ideológico. Estás sacrificando
peones que son personas de carne y hueso a las que les estás destrozando la vida para tratar de
dar un jaque mate ideológico que te reconforte moralmente. Y eso, desde luego, tendría muy poco
de bien intencionado.