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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La Agencia de Calificación FICH considera que el default de Rusia es inminente.
¿Por qué razón?
Veámoslo.
En el mercado existen tres grandes agencias de calificación.
Standarampur, Moody's y FICH.
El cometido de estas agencias de calificación es evaluar la capacidad de repago de la deuda
por parte de los deudores.
Es decir, que probabilidad existe de que una determinada emisión de deuda finalmente
sea pagada y no impagada.
Pues bien, durante los últimos días, estas tres grandes agencias de calificación han
rebajado la calificación, la nota, el rating de la deuda pública rusa, hasta colocarla
en una categoría que se conoce como bono basura.
Sin embargo, de las tres agencias de calificación, la que hizo una evaluación más dura, más
pesimista sobre el futuro de Rusia fue FICH.
De acuerdo con FICH, el default, el impago de la deuda rusa es inminente, lo cual así
de entrada resultaría bastante sorprendente.
La deuda pública de Rusia sobre su PIB es de apenas el 20%.
Recordemos, en comparación, que en el caso de España estamos hablando de, por ejemplo,
el 120%.
Seis veces más.
Si España no quiebra, si España no está impagando su deuda, ¿por qué Rusia, que tiene
seis veces menos deuda pública que España, está abocada según FICH y también, implícitamente,
según Standarampur y según Moody's, ha le impago en el muy corto plazo?
Pues existen esencialmente dos razones por las cuales FICH cree que Rusia terminará impagando
su deuda.
La primera es que quizá Rusia no pueda pagar parte de su deuda.
¿Qué parte de su deuda?
Pues una porción de la deuda pública rusa está denominada en moneda extranjera, en
dólares y en euros.
Y como Occidente le ha expropiado, aunque sea temporalmente a Rusia sus reservas en moneda
extranjera, específicamente sus reservas en dólares y en euros, podría darse el caso
de que Rusia no disponga de suficiente moneda extranjera como para atender el repago de
su deuda.
De hecho, el próximo 16 de marzo, en apenas una semana, el gobierno ruso tiene que pagar
intereses sobre su deuda pública denominada en moneda extranjera por valor de 100 millones
de euros.
Y son muchos los que temen que quizá el gobierno ruso no pague esos 100 millones de euros.
Es decir, son muchos los que temen que Rusia pueda hacer default en solo una semana.
Pero de verdad están tan mal las cosas en Rusia como para que su gobierno no pueda atender
un pago de 100 millones de euros, algo absolutamente minúsculo en relación con el tamaño del
conjunto de la economía, en relación con los ingresos regulares que sigue percibiendo
en moneda extranjera al gobierno ruso al vender energía, tan mal están las cosas como para
que Rusia no pueda pagar esos 100 millones de euros, pues bien, aquí nos encontramos
con el segundo grupo de razones que son las principales que conducen a Fitch a pensar
que el impago de Rusia es inminente, no tanto que Rusia no pueda pagar, aunque es evidente
que la congelación de la mitad de sus reservas exteriores dificulta que a medio largo plazo
Rusia pueda atender sus obligaciones denominadas en moneda extranjera, pero en el corto plazo
el problema no es tanto ese cuanto que Rusia no quiera pagar.
Y qué señales ha dado el Kremlin para no querer pagar su deuda pública, al menos no
quererse la pagar a los tenedores extranjeros, a los inversores extranjeros en esa deuda
pública, pues ha dado dos señales bastante claras, primera señal no transferir ningún
rublo a los inversores extranjeros, el pasado 3 de marzo Rusia pagó los intereses que vencían
de unas emisiones de deuda pública rusa denominada en rublos, pero solo los inversores locales,
los inversores rusos en esa deuda pública cobraron los intereses, los extranjeros europeos
o estadounidenses que tuvieran esa deuda pública, esa emisión de deuda pública no recibieron
sus intereses, y a día de hoy todavía no los han recibido, es decir, que los inversores
extranjeros en deuda pública rusa no han cobrado los intereses que se les adeuda, técnicamente
ya estaríamos por tanto en un default, técnicamente Rusia ya habría impagado sus obligaciones
de deuda pública, pero ¿por qué no estamos hablando de un default de Rusia? Por dos razones,
la primera es que la deuda pública rusa tiene un periodo de gracia de 10 días, es decir,
que expiraría el próximo 13 de marzo para pagar en caso de que no lo haya hecho, pero
en segundo lugar y más importante, porque según Rusia sí ha pagado, el gobierno ruso
ha abonado los intereses en rublos de esa deuda pública, pero los ha abonado en un banco
ruso, y como el banco ruso como consecuencia de las sanciones, en este caso de las sanciones
impuestas por el gobierno ruso, no puede hacer transferencias a bancos extranjeros, los tenedores
extranjeros de deuda pública rusa no han cobrado, pero no porque el gobierno no haya
pagado, sino porque no se puede transferir el dinero entre bancos, con lo cual Rusia
alega forzando desde luego los términos que ellos sí han pagado y que por tanto no están
en default. El hecho de que los inversores no hayan cobrado no es responsabilidad del
gobierno ruso, no obstante parece una clara señal de que no hay ninguna voluntad de cooperar
de buena fe con los inversores extranjeros. Si no se transfieren los rublos que el gobierno
ha depositado en un banco ruso a los inversores extranjeros, no es porque Occidente lo impida,
es porque el Banco Central de Rusia ha ordenado que no se efectúen esas transferencias, por
tanto aquí estamos en una especie de pre-default, de pre-impago. Segunda señal que nos hace
sospechar que el gobierno ruso no quiere pagar su deuda a los inversores extranjeros. El
pasado 5 de mayo Putin emitió un decreto por el cual la deuda pública rusa denominada
en moneda extranjera en dólares o en euros se entendería plenamente pagada si se abonaba
no en dólares o en euros, sino en rublos al tipo de cambio que en ese momento prevaleciera
en el mercado. Es decir, que la deuda en dólares que vence el próximo 16 de marzo si se paga
no en dólares, sino en rublos el gobierno ruso entenderá que está adecuadamente pagada,
pero si eso sucediera sería un default, sería un impago, porque el contrato de la deuda
pública especifica que se tiene que abonar en dólares, sino entregas dólares, sino
que entregas cualquier otra cosa, lo que sucede es que estás impagando y el gobierno ruso
autoriza, legaliza, permite, incluso podríamos decir que insta a practicar un impago a través
de esa modalidad, no entregar 100 millones de dólares, sino el equivalente a esos 100
millones de dólares en rublos. En definitiva, todo apunta a que durante las próximas semanas
el gobierno ruso no va a pagar en tiempo y en modo los vencimientos de su deuda pública,
y no los pagará no porque no pueda, sino porque no quiere, como forma de represalia
por las sanciones que Occidente le ha impuesto a Rusia. Si Rusia no paga la deuda pública,
todos los tenedores extranjeros de deuda pública rusa tendrán que dar la debaja en
sus balances, es decir, se tendrán que anotar pérdidas extraordinarias, lo cual podría
generar ciertos destrozos en algunas partes del sistema financiero occidental que estén
demasiado expuestas a la deuda pública rusa. ¿Y qué implicaciones tendrá esto para Rusia?
Pues un aislamiento todavía mayor de los mercados financieros globales del que ya le han impuesto
las sanciones occidentales. Si Rusia no paga su deuda pública, nadie querrá comprar su
deuda pública, aún cuando no existan sanciones occidentales que lo impidan. Fijémonos cómo
en apenas dos semanas la economía rusa ha dado un vuelco absoluto, ha quedado patas
arriba y totalmente devastada.