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Isabel Díaz Ayuso ha anunciado que deflactará la tarifa autonómica del IRPF para que el
gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid no se aproveche no de sangre a los contribuyentes
aprovechándose de la actual clima de inflación.
Esta noticia, que es muy buena noticia, esconde sin embargo cuatro trampas previsibles que
conviene desentrañar y denunciar.
¿Cuáles son esas trampas?
Veámoslo.
Con la inflación los ciudadanos pagan más impuestos, no solo porque la inflación sea
en sí misma un impuesto sin legislación, un impuesto que erosiona, que socava, que
sustrae poder adquisitivo a los ciudadanos, sino también porque la inflación incrementa
los tipos impositivos efectivos que han de abonar los ciudadanos en aquellas figuras tributarias
que tengan un carácter progresivo.
Me estoy refiriendo particularmente al IRPF.
El IRPF es un impuesto progresivo cuanto más ganas, proporcionalmente más pagas.
Pues bien, si la inflación conduce a que para paliar parte de los efectos de esa subida
de precios las empresas incrementen algo los salarios, los ciudadanos tendrán mayor renta
nominal que no real, no tendrán mayor capacidad adquisitiva, no tendrán mayor capacidad económica,
no serán más ricos, pero sus ingresos nominales habrán aumentado algo para paliar el alza
de los precios y eso dentro del IRPF se traducirá en un tipo efectivo medio más elevado cuanto
más ganas nominalmente que no realmente más pagas.
Pero es que aunque no se produzca ningún incremento de los salarios, si ha habido inflación,
lo que realmente han experimentado los ciudadanos es una caída de sus salarios reales, son
más pobres que antes de la inflación y por tanto el sistema impositivo debería reconocer
esta realidad, el sistema impositivo debería reconocer que los ciudadanos se han empobrecido,
que su capacidad económica se ha reducido y esto en el IRPF, que es un impuesto, repitamos
lo progresivo, cuanto más ganas proporcionalmente más pagas y cuanto menos ganas proporcionalmente
menos pagas, esto debería traducirse en el IRPF en una reducción del tipo efectivo
medio que abonan los ciudadanos cuyos ingresos reales como consecuencia de la inflación
han caído, pero si no se altera en nada la configuración del impuesto, los ciudadanos
como no han visto reducir sus rentas nominales seguirán pagando el mismo tipo impositivo
medio que antes de la inflación, aún cuando su capacidad adquisitiva, su capacidad económica
sea más baja, por tanto no actualizar el IRPF según la inflación, no deflactar el IRPF
según la inflación supone una subida de impuestos para todo el mundo, tanto para aquellos
que experimentan una subida de sus salarios inferior a la inflación como para aquellos
que no ven aumentar sus salarios porque estas últimas personas se han empobrecido en términos
reales y el IRPF no reconoce ese empobrecimiento en términos reales mediante una reducción
en el tipo efectivo que personas más pobres deben pagar.
Una lleva sin actualizar, sin deflactar el IRPF desde el año 2008, es decir, toda la
inflación que hemos sufrido desde entonces se la han comido los contribuyentes no solo
en forma de pérdidas de poder adquisitivo, sino en forma de subidas del tipo impositivo
que abonan dentro del IRPF.
Según las estimaciones del Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, José
Félix Sanz, esto significa que entre el año 2008 y 2021 los impuestos que abona de media
a cada contribuyente se han incrementado en 700 euros por año, es decir, que si hubiésemos
respetado la configuración del impuesto tal como fue diseñado en el año 2008 y se hubiesen
ido actualizando sus distintos elementos, según la inflación en el año 2021 los contribuyentes
de media pagarían 700 euros menos de impuestos, pero es que además si la históricamente
alta inflación que estamos sufriendo en este 2022 no cede, José Félix Sanz estima que
en el año 2023 pagaremos además de esos 700 euros 600 euros más de los que nos corresponden,
es decir, que por no haber actualizado, por no haber deflactado el IRPF según la inflación
desde el año 2008 hasta el año 2022 el contribuyente medio terminará pagando en España 1300 euros
anuales más en impuestos de lo que le corresponden, una brutal subida de impuestos que no ha
requerido ni siquiera pasar por las cortes. Ahora bien, no pensemos que la responsabilidad
de este brutal sablazo impositivo recae únicamente sobre el gobierno central, ni siquiera sobre
este gobierno central, como poco han estado implicados los gobiernos centrales de Zapatero,
de Rajoy y ahora de Sánchez, pero como digo ni siquiera la responsabilidad es exclusiva
del gobierno central, ¿por qué? Porque los gobiernos autonómicos controlan, regulan
la mitad del IRPF, por tanto ellos tienen competencias si lo quieren para deflactar su
parte del IRPF, su parte del impuesto sobre la renta y ningún gobierno autonómico de
ningún signo político, ni PSOE, ni PP, ni los distintos nacionalistas, ninguno ha deflactado
su parte del IRPF, es decir, hasta ahora todos los políticos se han coaligado para silenciosamente
aprovechar la inflación y subirles los impuestos a los ciudadanos por la puerta de atrás.
Pero esto quizá puede haber empezado a cambiar, porque esta misma semana la presidenta de
la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, hizo el anuncio de que su gobierno prepara
una deflactación de la tarifa del IRPF para el año 2023, de modo que aparentemente los
madrileños al menos estarán protegidos en el año 2023 frente a la inflación, una buena
idea que ojalas extienda al resto de gobiernos autonómicos, y claro, por supuesto, también
al gobierno central, que controla la mitad del IRPF para todos los españoles.
Ahora bien, siendo buena noticia que el gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid tenga
pensado deflactar su parte del IRPF según la inflación para evitar que la inflación
incremente los impuestos efectivos que pagan los ciudadanos madrileños, al menos, insisto,
en la parte del IRPF que controla la Comunidad de Madrid, siendo buena noticia es una noticia
que sigue dejando algunas dudas.
Primero, Isabel Díaz Ayuso ha comunicado que deflactará el IRPF su parte del IRPF
en el año 2023 para las declaraciones presentadas en el año 2024, ¿por qué 2023 y no 2022?
La inflación históricamente alta la tenemos ahora, quizá el año que viene se repita
o quizá no, pero desde luego sí sabemos que en el año 2022 hay una inflación brutalmente
alta que, según José Felix Sanz, va a incrementar los impuestos, como ya hemos dicho, solo este
año en 600 euros de media por español.
¿Por qué dejas la deflactación del IRPF para un año en el que no sabemos si será
muy urgente deflactarlo y, en cambio, en 2022, cuando sí es urgente proteger a los ciudadanos
españoles y madrileños de la inflación, ¿te escaqueas y no deflactas el IRPF?
Es que por un lado nos quieres vender, que bajas impuestos y por el otro estás haciendo
caja con la brutal inflación del año 2022.
Segunda duda, la deflactación será solo para el año 2023 o tendremos una deflactación
automática a partir del año 2023, porque la diferencia no es menor.
Si Isabel Díaz Ayuso entiende que la inflación es una forma de incrementarles los impuestos
a los madrileños, lo que tendría que hacer es aprobar una ley de indexación de deflactación
automática del IRPF a la inflación, de tal manera que, cada año, según la inflación,
se fueran modificando los elementos nominales del IRPF para proteger a los ciudadanos madrileños
de esa inflación, pero no parece que sea eso lo que se va a hacer.
Lo que parece que se va a hacer es simplemente deflactar en el año 2023, por obra y gracia
de Isabel Díaz Ayuso, y en el año 2024.
Si queremos seguir protegidos frente a la inflación, deberemos continuar encomendándonos
a la arbitrariedad, a la gracia de Isabel Díaz Ayuso, confiando en que en el año 2024
vuelva a deflactar el IRPF a la inflación.
¿Y por qué en lugar de introducir tanta arbitrariedad política, cuando a mí me parece bien sí
y cuando a mí me parece bien no, no apruebas una ley de deflactación automática que sustraiga
esa decisión de tus manos?
¿Es que acaso buscas reclamos políticos con los que poder contentar a los votantes
madrileños ante las elecciones en lugar de facilitarles automáticamente la vida al conjunto
de ciudadanos madrileños?
Tercera duda, ¿cuál será el indicador a partir del cual se deflactará la tarifa
del IRPF?
Las primeras informaciones que tenemos al respecto apuntan a que el gobierno madrileño está
pensando en deflactar la tarifa del IRPF en función de la revalorización promedio de
los salarios dentro de Madrid.
¿Y por qué a partir del incremento promedio de los salarios nominales en Madrid?
Pues porque previsiblemente los salarios tienden a crecer menos que la inflación.
Si fuera al revés los ciudadanos estarían experimentando ganancias reales en su poder
adquisitivo y lo que hace normalmente la inflación es erosionar su poder adquisitivo.
Por tanto, si Isabel Díaz Ayuso escoge la revalorización promedio de los salarios en
lugar del IPC, lo que está haciendo no es deflactar realmente el IRPF en función de
la evolución del poder adquisitivo de los ciudadanos, está deflactándolo en función
de un indicador que subestima la inflación real que están sufriendo los madrileños.
¿Y por qué?
Pues previsiblemente para poder simultáneamente estar en misa y repicando, es decir, vender
propagandisticamente que estás protegiendo a los madrileños frente a la inflación y
al mismo tiempo hacer caja a costa de la inflación que padecen esos madrileños.
Y por último, Isabel Díaz Ayuso va a deflactar únicamente la tarifa del IRPF, como parece
que así va a ser, o al menos como así ha dicho que va a hacer, o va a deflactar todos
los elementos del IRPF, porque la diferencia no es menor.
El IRPF no solo está compuesto por la tarifa, por los distintos tramos y los tipos impositivos
de cada tramo, sino también por los beneficios fiscales contenidos en el IRPF.
Los beneficios fiscales contribuyen decisivamente a determinar cuál es el tipo impositivo que
terminan abonando los ciudadanos.
Y muchos de esos beneficios fiscales tienen un carácter nominal, es decir, cuando suben
los precios, la importancia relativa de esos beneficios fiscales se diluye.
Nuevamente, José Félix Sanz estima que la mitad de la subida del IRPF como consecuencia
de la inflación se debe no tanto a no actualizar la tarifa del impuesto, sino a no actualizar
los beneficios fiscales.
Si Isabel Díaz Ayuso y su equipo saben esto, e imagino que lo saben, si finalmente deciden
deflactar únicamente la tarifa, pero no los beneficios fiscales autonómicos al IRPF,
lo que estarán haciendo, de nuevo, es un ejercicio propagandístico para poder decir
en público, te estamos manteniendo los impuestos, te estamos protegiendo frente a la inflación,
no nos estamos aprovechando recaudatoriamente del incremento de los precios, eso por un lado,
y por otro, seguir haciendo caja, porque si no deflactas beneficios fiscales, haces caja
diluyendo el efecto reductor, que sobre el tipo efectivo medio, tienen esos beneficios
fiscales no deflactados a la inflación.
En definitiva, creo que la noticia de que Isabel Díaz Ayuso, de que el gobierno de la comunidad
autónoma de Madrid deflacten la parte autonómica del IRPF a la inflación, es una muy buena
noticia que puede influir a otras administraciones públicas a hacerlo propio en España y ya
toca.
Sin embargo, no hay que dejarse encandilar por una buena noticia, detrás de una buena
noticia suele haber la búsqueda de un buen titular de prensa, y muchas veces los políticos
se contentan con el titular de prensa y se olvidan de los detalles de la noticia, y
en este caso, los detalles son muy importantes, son tan importantes como el titular.
Si Isabel Díaz Ayuso se queda con el titular, hemos protegido a los madrileños frente a
la inflación, despreciando el texto que acompaña ese titular, ¿cómo estás protegiendo realmente
a los madrileños frente a la inflación?, ¿los estás protegiendo de la inflación
en 2022?, ¿los estás protegiendo de la inflación medida según el IPC?, ¿los estás protegiendo
en todos los elementos del impuesto y no solo en la tarifa?
Si se olvida de las partes nucleares de la noticia, pues entonces Isabel Díaz Ayuso
se quedará en gran medida en un ejercicio de propaganda, y lo que nos da de comer a los
ciudadanos no es la propaganda política, es que nos bajen de verdad los impuestos.