This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
¿Es verdad que el sector agrario español está atravesando una mala situación económica?
Veámoslo.
Sois muchos los que me habéis pedido que hable, que opine, sobre las protestas de
los agricultores en el conjunto de Europa y también específicamente en España.
Se trata de un asunto donde se entremezclan temas muy dispares, porque, en principio,
se trata de protestas con un cariz estrictamente económico, protestas en contra de la precarización
económica en el agro europeo y en el agro español, pero, a su vez, esas protestas de
contenido estrictamente económico conectan con reproches hacia la Agenda 2030 o hacia
el gobierno de PSOE y su mar en España, de tal manera que mucha gente compra el pack
completo de estas protestas.
Si estás en contra del gobierno de PSOE y su mar en España o en contra de la Agenda
2030, entonces tendrás que darle la razón a las quejas económicas de los agricultores.
Si, por el contrario, estás a favor del gobierno de PSOE y su mar o de la Agenda 2030, tendrás
que oponerte a las reivindicaciones, a las quejas de contenido económico de los agricultores.
O también en sentido inverso, si estás de acuerdo con las protestas, con las quejas
económicas de los agricultores, entonces necesariamente tendrás que estar en contra
de la Agenda 2030 o del gobierno PSOE y su mar.
Y, a su vez, si estás en contra de las reivindicaciones económicas, de las quejas económicas, de
las aseveraciones económicas de los agricultores, entonces es que estás a favor, necesariamente,
de la Agenda 2030 o del gobierno PSOE y su mar.
Pues bien, justamente para no entremezclarlo todo, mi intención es dedicar varios vídeos
a analizar el asunto de las protestas de los agricultores en Europa y en España.
Y en este primer vídeo, mi objetivo es ofrecer una radiografía sobre cuál es la situación
económica del campo en España.
Porque si el origen de las protestas es económico, la precarización económica del agroespañol,
del agroeuropeo en general y del español en particular, habrá que ver si esa precarización
económica se refleja o no en los datos económicos sectoriales de los que disponemos.
En primer lugar, durante los últimos años ha habido un deterioro significativo de la
rentabilidad en el sector primario español, es decir, en la agricultura, ganadería o
pesca.
Si analizamos la evolución durante los últimos años de la rentabilidad ordinaria sobre los
fondos propios en las empresas del sector primario, comprobaremos que no ha habido una
caída apreciable de la rentabilidad durante los últimos años.
La empresa promedio en el sector primario español obtuvo en el año 2022 una rentabilidad
del 4,4% sobre el capital invertido.
Es una rentabilidad algo menor que la lograda en el periodo 2016-2020, pero es superior
tanto a la cosechada en el periodo 2013-2015 como también a la obtenida en el año 2021.
Ahora bien, al respecto hay que efectuar dos aclaraciones.
La primera es que se trata de una rentabilidad bastante baja, bastante inferior a la que
cosechan otras empresas en otros sectores de la economía española.
No es que en promedio se pierda dinero, pero desde luego no se gana demasiado, lo que significa
que hay empresas más rentables que esta media, pero también empresas bastante menos
rentables que esta media.
Entonces, ¿cuál es la rentabilidad que obtienen las empresas menos rentables y las empresas
más rentables?
Bueno, si ordenamos a todas las empresas del sector primario de menos rentables a más
rentables y dividimos esta serie en dos mitades, la primera mitad de empresas menos rentables
y la segunda mitad de empresas más rentables, al valor que se ubica en la mediana, en el
punto medio de la primera mitad, se le llama primer cuartil.
Y al valor que se ubica en la mediana, en el punto medio de la segunda mitad, se le llama
tercer cuartil.
Pues bien, ¿cuál es la rentabilidad de la empresa agraria que se ubica en el primer
cuartil?
Es decir, algo así, no exactamente, pero algo así, como la media de rentabilidad,
el promedio de rentabilidad de las empresas menos rentables del sector primario y cuál
es la rentabilidad de la empresa que se ubica en el tercer cuartil.
Algo así, repito, no es esto, pero algo así como el promedio de la rentabilidad de las
empresas más rentables del sector primario.
Pues como podemos observar en este gráfico, las diferencias son muy abruptas.
La rentabilidad mediana del conjunto de empresas menos rentables del sector primario español
sí es negativa.
En el año 2022, la rentabilidad fue del menos 2%, en cambio, la rentabilidad mediana del
conjunto de empresas más rentables dentro del sector primario español es bastante positiva.
Estamos hablando de una rentabilidad en el año 2022 del 16,7%, muy cerca además de su
máximo histórico registrado en el año 2017, que llegó a ser del 17,9%.
Por consiguiente, en términos generales, la situación del sector no es boyante, pero
tampoco es negativa, si bien dentro de este promedio hay diferencias muy marcadas.
Las empresas menos rentables dentro del sector agrario sistemáticamente pierden dinero y
las empresas más rentables sistemáticamente ganan bastante dinero.
Y esto lleva siendo así desde hace años, no es que en el año 2022 las condiciones
se hayan deteriorado extraordinariamente, no.
De hecho, el año 2022, incluso para las empresas menos rentables dentro del sector primario,
no fue un año especialmente malo.
Y lo que probablemente muchos os estáis planteando después de ver estos datos es ¿cómo es posible
que haya empresas dentro del sector agrario español que sistemáticamente pierdan dinero
y no cierren?
Pues por dos razones.
Primero, las empresas que pierden dinero en un determinado año no tienen por qué ser
las mismas que pierdan dinero en otro año.
Es decir, que siempre haya empresas que pierdan dinero en un determinado año no significa
que esas empresas sean las mismas todos y cada uno de los años.
Una empresa del sector primario puede haber perdido dinero en 2022 pero haberlo ganado
en 2021, con lo cual lo que deberíamos medir, pero no tenemos esos datos, es la rentabilidad
del conjunto de años, es decir, la rentabilidad promedio de una misma empresa a lo largo de
los años.
Y un segundo motivo es que la rentabilidad es negativa después de contabilizar los
salarios.
¿Y esto por qué puede ser en algunos casos significativo?
Pues porque el dueño de la empresa se puede colocar un salario, tampoco estoy diciendo
que astronómico, pero un salario suficientemente elevado como para que el resultado contable
sea negativo pero a él, gracias a ese salario que se asigna, le compense seguir con la actividad.
En lugar de registrar beneficios contables y repartirse dividendos, lo que hace es asignarse
un salario que sobre el papel lleva a que la empresa tenga pérdidas pero que el propietario
de la explotación compensa con el salario que gracias a esa explotación está logrando.
En segundo lugar, ¿cuáles son las cifras de empleo en el sector primario español y
más concretamente en el sector agrario y ganadero español?
¿Ha habido despidos masivos de trabajadores durante los últimos años en el sector primario?
¿O en cambio ha habido contrataciones?
Pues bueno, a tenor de este gráfico, creo que la tónica general es una cierta estabilización
del nivel de empleo en el agroespañol.
Es verdad que no está en su punto más elevado de la serie, pero tampoco ha experimentado
una caída abrupta.
Por ejemplo, en el cuarto trimestre de 2023, el volumen de empleo, 700.000 personas, es
superior al volumen de empleo del cuarto trimestre de 2022, si bien en el cuarto trimestre
de 2022 era inferior al volumen de empleo del cuarto trimestre de 2021 o de 2020.
Pero las diferencias no son exageradísimas.
El empleo promedio en el sector agrario y ganadero español desde el año 2012 al 2023
ha sido de 705.000 personas, y la media del año 2023 son 670.000, es decir, sí ha habido
una caída, pero no ha habido un desmantelamiento de los niveles de empleo en el sector ganadero
y agrícola.
En tercer lugar, ¿cómo es posible que la rentabilidad o el volumen de empleo dentro
del sector primario español se haya mantenido más o menos estable durante los últimos
años si, según se nos está diciendo, las importaciones desleales de países extranjeros
están destruyendo el campo español, se están quedando con todo el mercado español y no
somos capaces de competir contra ellas?
Pues porque esta narrativa es engañosa.
El sector primario español, ganadería, agricultura, pesca, es tremendamente competitivo, tanto
dentro como sobre todo fuera del país.
Como podemos ver en esta tabla, las exportaciones agroalimentarias de España ascendieron en
2022 a casi 60.000 millones de euros, mientras que las importaciones llegaron a 50.000 millones
de euros.
Por tanto, exportamos más de lo que importamos en el sector primario español.
Tenemos un superávit comercial, año 2022, de 10.000 millones de euros.
Y aunque no tenemos todavía los datos de diciembre de 2023, todo apunta, a tenor de
lo ocurrido entre enero y noviembre de 2023, todo apunta a que esas exportaciones y ese
superávit comercial en el sector primario fue mayor en 2023 que en 2022, y a su vez
las exportaciones de 2022 fueron superiores a las de 2021, 2020, 2019 o 2018.
Por tanto, no hay un grave problema de competitividad ni en el sector primario español en su conjunto
ni tampoco en cada una de las ramas que lo componen.
Si nos centramos específicamente en las exportaciones agrarias, excluyendo por tanto la ganadería
o la pesca, veremos que en el año 2022 las exportaciones agrarias ascendieron a 23.100
millones de euros, 4.300 millones de euros más de lo que importamos.
También, por tanto, en agricultura tuvimos en el año 2022 un saldo comercial positivo,
exportamos más de lo que importamos.
Y en el año 2023, de nuevo, nos faltan los datos de diciembre, pero todo apunta a que
las exportaciones serán superiores y el saldo de la balanza comercial, la diferencia entre
exportaciones e importaciones, probablemente se mantenga al mismo nivel que en el año 2022.
Eso no significa, cuidado, que España tenga un superávit comercial en agricultura con
respecto a cada uno de los países con los que comerciamos.
Hay países a los que exportamos más de lo que importamos y hay otros países a los que
importamos más de lo que exportamos.
Un ejemplo relevante en este último caso puede ser Marruecos.
La balanza comercial agraria con Marruecos sí fue negativa en el año 2022.
En concreto, le importamos, le compramos a Marruecos 850 millones de euros más en
productos agrarios de lo que le exportamos.
Pero esto no tiene por qué ser dramático si el conjunto del sector agrario español
sigue exportando al conjunto del planeta mucho más de lo que importa.
De hecho, en el año 2023 y a pesar de que nos faltan los datos de diciembre, todo apunta
a que el déficit comercial agrario con Marruecos se habrá reducido.
Y en todo caso, demos nos cuenta de que las importaciones agrarias de Marruecos ascendieron
en 2022 a unos 1.000 millones de euros, en 2023 probablemente se encuentren algo por
debajo, 920, 930 millones de euros, y el conjunto de las importaciones agrarias de todos los
países del mundo es de 18.800 millones.
Es decir, que estamos hablando de que Marruecos representa el 5% de nuestras importaciones
agrarias, importaciones, repito una vez más, para las que el sector agrícola español
tiene un saldo comercial superhabitario frente al conjunto del planeta.
Por tanto, el sector agrario español sí es competitivo, su competitividad no está
siendo mermada por la competencia internacional.
Ahora bien, y en cuarto y último lugar, lo que podríamos plantearnos es cuál es el
fundamento, cuál es la base de esa sólida competitividad del campo español.
El campo español es muy competitivo frente a otros productores internacionales porque
somos muy productivos o porque los salarios, en cambio, son bastante bajos.
Y la respuesta, en términos promedio, en términos generales, es que somos capaces
de mantener nuestra competitividad frente a competidores extranjeros porque los salarios
son bastante bajos.
Como podemos ver en este gráfico, los salarios en el sector primario español, agricultura,
ganadería, silvicultura y pesca, fueron los terceros más bajos de toda la economía
española.
Pero ni siquiera este gráfico nos presenta una imagen fiel de la realidad, porque en
este gráfico se están mezclando, se están promediando los salarios a jornada completa
con los salarios a jornada parcial, de manera que si, por ejemplo, en la hostelería hay
más trabajo a tiempo parcial que en el agro, el salario promedio del sector saldrá más
bajo, pero no necesariamente el salario por hora.
Y, de hecho, el salario promedio por jornada completa en la hostelería es más elevado
que en el campo.
Dicho de otra manera, el salario promedio por jornada completa en el sector primario
español es el segundo más bajo de toda la economía española, solo por delante del
servicio doméstico.
En definitiva, la radiografía que nos dibujan los datos económicos anteriores es la de
un sector primario español que es capaz de mantener sus niveles de actividad, porque
el empleo en el sector primario no se desmorona, las exportaciones no se hunden, sino que crecen,
tenemos un saldo comercial superhabitario que no se contrae, sino que se mantiene o
incluso crece.
Por tanto, un sector primario español que es capaz de mantener e incluso de incrementar
sus niveles de actividad, pero a costa de unos salarios muy bajos.
El argumento competitivo de nuestro sector primario no es la alta productividad, porque
si lo fuera podrían pagar salarios mucho más altos y seguir siendo competitivos.
El argumento competitivo de nuestro sector primario son los bajos salarios, unos salarios
que se mantienen bajos no para proporcionar unas rentabilidades extraordinarias a las
empresas del sector primario, sino incluso unas rentabilidades bastante bajas y modestas,
al menos, repetimos, en términos promedio.
Por tanto, en términos generales, en el sector agrario español no gana demasiado ni el trabajador
ni el capitalista.
Habrá trabajadores y habrá capitalistas a los que les vaya muy bien dentro del sector
agrario, pero en términos generales, en términos promedio, a ambos les va bastante mal.
Y si a esto le sumamos que durante los últimos años la población española, también por
tanto la del campo, ha experimentado una pérdida generalizada de poder adquisitivo
como consecuencia de la inflación, pues si los niveles de partida ya no eran muy bollantes
y además se ha vivido una pérdida adicional de poder adquisitivo, pues se ha generado
un polvorín en el que probablemente han prendido las protestas que ahora estamos viviendo tanto
en España como en el conjunto de Europa.
Porque no perdamos de vista que la política agraria es común a toda la Unión Europea
y por tanto, probablemente, los problemas del campo español sean problemas muy similares
a los que experimenta el agro de otros países europeos.
Ahora bien, esta mala situación económica de partida justifica todas las quejas, todas
las reivindicaciones, todas las peticiones de los agricultores en sus protestas por todos
los países europeos, pues esta es la cuestión que analizaremos en el próximo vídeo.