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¿Se puede utilizar el pasaporte COVID como herramienta política de control social? Pues
sí, y en China ha sucedido. Veámoslo.
Hoy no voy a hablar de un tema específicamente económico, aunque en principio podría parecerlo.
Hoy voy a hablar sobre cómo algunos gobiernos autoritarios como el chino utilizan herramientas
emergidas de la pandemia, como el pasaporte COVID, para cercenar de manera muy radical y
arbitraria las libertades de los ciudadanos. En esencia os quiero mostrar cómo herramientas
como el pasaporte COVID en manos de gobiernos autoritarios se pueden terminar convirtiendo
en herramientas de absoluto control social. De entrada seamos conscientes de que actualmente
la vida de 1.400 millones de chinos está fuertemente condicionada por el color que les aparezca en una
aplicación móvil, en la aplicación móvil de su pasaporte COVID. La aplicación es como un
semáforo, muestra tu peligrosidad social a la hora de contagiar el coronavirus a otras personas.
Si en esa aplicación tu estatus, tu color, es verde, eso significa que no acarreas un riesgo de
contagiar el COVID a terceros y que, por tanto, puedes moverte irrestrictamente y que puedes,
en consecuencia, entrar en cualquier local, en cualquier comercio, en cualquier restaurante.
Si, en cambio, el color que aparece en esta aplicación es amarillo, eso significa que debes
quedarte siete días en casa, básicamente porque quizá tengas COVID y, por tanto,
hay que curarse de espantos. Y, por último, si en la aplicación aparece el color rojo,
eso implica que has de hacer dos semanas de estricta cuarentena. Todos los comercios,
antes de entrar en ellos, te tienen que requerir que les enseñes el color de la aplicación,
es decir, cuál es tu estatus de salud, cuál es tu peligrosidad social a la hora de contagiar el
coronavirus, si tienes el color verde, te dejan entrar, si tienes amarillo o rojo, no solo no
puedes entrar, sino que te conminan a que te quedes en casa una semana o dos semanas.
¿Cómo se determina el color que aparece en tu aplicación? ¿Cómo se determina tu estatus de
salud o tu peligrosidad social a la hora de contagiar el coronavirus? Podríamos pensar que
ese color depende de si te has hecho el test y de si el test da positivo o de si has pasado
recientemente la enfermedad y todavía no queda claro si sigues siendo un potencial foco de contagio,
etcétera. Por supuesto, todos esos datos influyen a la hora de determinar cuál es el color en
la aplicación y por tanto cuál es tu estatus de salud, pero no es lo fundamental. La aplicación
utiliza el Big Data para estimar la probabilidad de que tú seas un foco de contagio. ¿Te hayas
hecho tests o no te hayas hecho tests? Por ejemplo, si has estado cerca de una zona donde ha habido
muchos contagiados, aunque no te hayas hecho un test y no sepamos si tienes coronavirus o no,
la aplicación calculara que tienes una cierta probabilidad de estar contagiado y por tanto,
es probable que cambie tu estatus de salud desde verde a amarillo o incluso a rojo. Si vas a una
farmacia y compras un medicamento o contra el dolor de cabeza o contra el resfriado, eso también se
toma como un indicio de que puedes tener coronavirus y por tanto también la aplicación modifica
automáticamente tu estatus de salud y se comunica a todos los demás ciudadanos que eres un potencial
foco de contagio y que no se acerquen en consecuencia a ti. Y por supuesto, si las autoridades policiales
ven que tu estatus de salud es amarillo o es rojo, te van a empujar a quedarte en casa. Pues bien,
ahora cambiemos a un tema que aparentemente no guarda ningún tipo de relación con el anterior,
pero que en unos minutos los vamos a conectar de un modo verdaderamente terrorífico. El pasado
mes de abril cuatro bancos pequeños de la provincia china de Henan entraron en series
dificultades financieras. Sus prestamistas, sus financiadores online, les cerraron el grifo
del crédito y por tanto esos bancos empezaron a tener problemas de liquidez. Los depositantes se
dieron cuenta de que estas pequeñas entidades financieras tenían problemas de liquidez y lo
que hicieron fue acudir rápidamente a estos bancos a retirar los fondos. Y como sabemos,
sin muchas personas, sin muchos depositantes acuden simultáneamente a retirar los fondos de un
banco que tiene serios problemas de liquidez, lo que se produce es un pánico bancario, una
corrida bancaria que termina congelando los depósitos de los depositantes y que por tanto deja
a esos acreedores, a los depositantes, sin capacidad de recuperar su dinero, sin capacidad de cobrar
aquello que les debe el banco. Pues bien, desde que se produjo esta congelación de los depósitos
bancarios en estas cuatro entidades financieras de la provincia de Henan, el pasado mes de abril,
las protestas, el descontento social entre los depositantes y por tanto las protestas se han
ido incrementando. Y en la actualidad ya es común que haya protestas de miles de personas en las
oficinas de estos bancos exigiéndoles que les devuelvan su dinero, o al menos que se
especifica un plan, un calendario de devolución de ese dinero. Son protestas además que no
se dirigen únicamente contra los bancos, sino también contra el gobierno chino,
dado que supuestamente el gobierno chino está garantizando la solvencia de estas
entidades. Y claro, cuando una protesta social muta en protesta contra el gobierno chino,
las autoridades tienen que intervenir. Y en los últimos días, como podemos ver en
las imágenes, se han producido enfrentamientos directos entre los depositantes y la policía.
Y lo que es peor, en alguna ocasión, la policía local ha estado en inferioridad numérica frente
a los manifestantes y no ha podido o no ha tenido facilidad para reducirlos. Y aquí llega lo
verdaderamente preocupante. ¿Qué hizo la policía local hace unos días para dispersar a esos
manifestantes que estaban protestando frente al banco y frente al gobierno para recuperar el dinero
que les ha sido impagado por parte de esas entidades financieras? Pues lo que hicieron las
autoridades policiales locales fue manipular el estatus de salud de los manifestantes,
tal como aparecía en la aplicación que controla la peligrosidad social de contagiar COVID a
terceras personas. Cambiaron el estatus de salud desde verde a rojo de los manifestantes para
ordenarles que se quedaran en casa durante dos semanas. Dado que el color que aparece en la
aplicación depende del Big Data, dado que el color, el estatus de salud que aparece en la aplicación,
depende de numerosos inputs y de la combinación que hace la aplicación de esos numerosos inputs,
es imposible que el usuario sepa los motivos que hay detrás de ese cambio de estatus de
salud. Es imposible que sepa cuál es el motivo exacto, concreto, que ha llevado a que el estatus
de salud haya cambiado de verde a amarillo o a rojo. Supuestamente el estatus de salud no
puede cambiar por nada que no esté relacionado con el riesgo de haber contraído coronavirus y por
tanto del riesgo que una persona contagiada supone de contagiar a terceros. Pero en el caso de estas
protestas contra cuatro bancos en la provincia china de Henan, las autoridades policiales locales
cambiaron arbitrariamente el estatus de salud de más de 1.300 personas para dispersarlas y encerrarlas
en casa. De esta manera narra lo sucedido el Financial Times, no un periódico conspiranoico de
tercera o de cuarta regional, sino el Financial Times. El episodio ha llamado la atención a nivel
nacional en China después de que algunos funcionarios locales cambiaran los códigos de las
aplicaciones de salud personal de más de 1.000 depositantes para hacer ver que corrían un alto
riesgo de haber estado expuestos al COVID-19 y evitar de esta manera que protestaran. La decisión
exacerbó el miedo más general a que se use indebidamente estas aplicaciones obligatorias
de rastreo de contactos de coronavirus para ejercer el control sobre la sociedad. Más allá de la
opinión que uno pueda tener sobre si hay que controlar los movimientos de una persona que
esté infectada por un determinado virus que sea contagioso para terceros y que por tanto pueda dañar
a esos terceros, lo que es incuestionable es que las herramientas que se utilizan para este objetivo
también pueden ser objeto de abuso para cercenar las libertades individuales y para controlar a la
sociedad. En este caso nos hemos encontrado con que a las autoridades locales chinas no les interesaba
que hubiese protestas contra los bancos locales y contra el gobierno y para ello instrumentalizaron
la aplicación de pasaporte COVID-China para imputarles una falsa enfermedad a los ciudadanos chinos
que estaban protestando y por tanto para encerrarlos durante dos semanas en casa. Y ese experimento de
represión política en China es el que algunos quieren importar a Occidente.