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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Tenemos de nuevo estado de alarma, en este caso para decretar el toque de queda nocturno
y para limitar el desplazamiento entre comunidades autónomas
dos medidas que ya estuvieron en parte en vigor durante el anterior estado de alarma
porque en la medida en que el confinamiento era absoluto también incluía el toque de queda nocturno
y a su vez impedía el desplazamiento entre autonomías
pero en esta ocasión y a diferencia del anterior estado de alarma
hay una diferencia que creo que es muy importante resaltar
en la medida en que va erosionando la calidad de nuestras instituciones políticas
y me refiero al plazo durante el cual se pretende establecer este estado de alarma
como sabemos el anterior estado de alarma se fijaba por plazos de 15 días
que eran posteriormente prerogados o no en el Congreso de los Diputados
la razón de que se establezcan plazos tan cortos de vigencia del estado de alarma
con la consiguiente fiscalización por parte del Congreso de los Diputados
es que el estado de alarma evidentemente supone una limitación de las libertades básicas de los ciudadanos
y por tanto justamente por ser una limitación excepcional de las libertades de los ciudadanos
hace falta una fiscalización parlamentaria continuada para evaluar
primero si se está abusando o no de las competencias
que el estado de alarma va a otorgar al poder ejecutivo
y segundo si las razones que justifican el estado de alarma
siguen existiendo y por tanto si hay a su vez motivo
para prorrogar la vigencia de ese estado de alarma o no
y por tanto puede decaer y pueden restablecerse las libertades de los ciudadanos
los estados de emergencia son estados extraordinarios que en consecuencia
requieren de un control político extraordinario
para evitar el riesgo de tiranización de nuestras sociedades
y sin embargo el gobierno de Pedro Sánchez pretende
veremos si lo consigue pero pretende aprobar este estado de alarma
durante seis meses hasta el mes de abril
es decir que no tendríamos un análisis, una fiscalización, un control parlamentario
de la pertinencia del buen uso que se esté haciendo o no del estado de alarma cada 15 días
sino que le extenderíamos al gobierno central una carta blanca en forma de estado de alarma
limitado eso sí a las competencias que marque el decreto
que declare el estado de alarma durante un periodo de seis meses
es decir que el parlamento no podría pronunciarse
no podría tumbar el estado de alarma durante seis meses
claramente estamos ante una práctica que erosiona de raíz la calidad de nuestras instituciones políticas
y del respeto que esas instituciones políticas han de tener hacia las libertades civiles
no tanto porque haya repito una limitación excepcional
que puede estar justificada o que puede ser necesaria
de esas libertades civiles para hacer frente a la amenaza de la pandemia
sino porque esa limitación se instrumenta otorgando una carta blanca de seis meses al poder ejecutivo
imaginemos que en el futuro se decidiera otorgar plenos poderes al gobierno central en forma de estado de alarma
durante un plazo indefinido o durante un plazo muy prolongado de 10, 20 o 30 años
en ese caso estaríamos directamente ante una tiranía
porque lo que caracteriza la tiranía es la concentración de todo el poder político en las manos del ejecutivo
y si no hay capacidad en el legislativo para que derogue el estado de alarma
en la medida en que el propio legislativo vota a favor de vaciarse de competencias
durante un periodo muy prolongado de tiempo
competencias necesarias para fiscalizar el ejercicio de los poderes de las competencias
de las potestaes extraordinarias que tiene el ejecutivo durante el estado de alarma
entonces es que el Congreso ha votado cerrarse a sí mismo
en un vídeo de hace bastantes meses que podréis encontrar en la sección de pestañas
yo mismo defendí la posibilidad de compatibilizar el liberalismo con los estados de emergencia
entre ellos el estado de alarma
pero en ese mismo vídeo especificaba que una de las condiciones para que el liberalismo fuera compatible
con los estados de emergencia es un control continuado del ejercicio político que se está haciendo de esos estados de emergencia
pero lo que pretende el Gobierno de Sánchez de Iglesias es justamente que no se pueda ejercer
semejante control durante el plazo de seis meses
es decir, que aún cuando consideremos que las medidas que se están adoptando
son necesarias para contrarrestar la pandemia
desde luego no se están canalizando esas medidas por los cauces formales
que deberían ser exigibles e imprescindibles para legitimar esas medidas
por ejemplo, el Gobierno asegura que la limitación de circular entre comunidades autónomas
sólo estará en vigor en principio durante 15 días
pero quién tiene que determinar ese en principio
es decir, quién tiene que determinar si ha llegado el momento de restablecer la circulación entre comunidades autónomas
o en contra de lo que se afirmó en principio hay que seguir limitándola por condiciones sanitarias
pues bajo el decreto del estado de alarma, quién tendrá esa capacidad es el Gobierno central
cuando evidentemente esa decisión debería someterse a fiscalización parlamentaria
cada 15 días para evaluar si de verdad existe esa necesidad
o si en cambio el Gobierno está abusando de sus competencias para limitar esta libertad ciudadana
otro ejemplo, tenemos evidencia cierta para el caso de España de que el toque de queda es una medida eficaz
para contrarrestar los contagios de la pandemia
evidencia para España obviamente no tenemos porque todavía no se ha decretado el toque de queda
y por tanto no podemos conocer cuáles van a ser sus efectos
y por eso es tan importante evaluar regularmente la pertinencia de esta limitación de nuestras libertades
imaginemos que en un mes nos damos cuenta de que el toque de queda no sirve para nada
o que tiene una influencia marginal a la hora de prevenir los contagios
en ese caso tendríamos que mantener el toque de queda durante otros cinco meses
simplemente porque el Gobierno ha conseguido aprobar a través del Congreso
un estado de alarma de seis meses que lo habilita a mantener esta limitación
de esta libertad civil durante seis meses, evidentemente no
por eso es tan importante que cada 15 días se evalúe en el Congreso
si esta medida es necesaria o no lo es
pero es una aberración que le demos carta blanca al Gobierno para que se cargue esta libertad durante seis meses
sin ningún tipo de evidencia y sin ningún tipo de fiscalización a posteriori
y eso al margen de si la Constitución da cabida a una prórroga de más de 15 días del estado de alarma
o no, el texto constitucional es relativamente ambiguo en este sentido
dado que parece dar cabida a una prórroga de más de 15 días
aunque desde luego no lo afirma literalmente y además no olvidemos que una prórroga muy extendida
de un estado de alarma, en general de un estado de emergencia
atenta contra la propia lógica, contra la propia naturaleza del estado de alarma
que la Constitución abre una rendija para que se limiten extraordinariamente
nuestras libertades sin justificación alguna para ello no debería proporcionar un aval ciudadano
a que los políticos aprovechen esa rendija para limitar extraordinariamente nuestras libertades
La limitación de derechos fundamentales de libertades básicas siempre debe someterse
a la interpretación más restrictiva posible, no a la más amplia posible para los políticos
sino a la más restrictiva para que no tengan margen de interpretación abusiva de las normas
para acabar con nuestras libertades y por desgracia muchos ciudadanos que se han convertido más en hinchas
de partidos políticos que en personas que como ciudadanos reivindican sus derechos y sus libertades
frente al poder político terminan tragando con interpretaciones excesivamente laxas de las normas
para habilitar al poder político a que limite nuestras libertades
En general y para concluir creo que en esta crisis también se verifica un fenómeno que hemos podido observar
en todas las crisis anteriores que hemos vivido y es que los políticos intentan aprovechar la crisis
para acresentar permanentemente su poder sobre la sociedad
Las crisis pueden justificar medidas de excepción para atajar las crisis
pero justamente porque son medidas de excepción frente a la crisis una vez la crisis desaparece
las medidas de excepción también deberían desaparecer
pero en este caso por desgracia lo que estamos viendo es que los políticos están aprobando normativas
que limitan nuestras libertades supuestamente para combatir la pandemia en algunos casos puede ser así
en otros no necesariamente es así dado que se están adoptando medidas
que luego no están siendo revisadas si son eficaces o no lo son para combatir la pandemia
pero en cambio a pesar de que no son revisadas, de que no son analizadas, de que no son fiscalizadas
esas medidas restrictivas de nuestras libertades se mantienen en vigor de manera indefinida
y en este caso tres cuartos de lo mismo estamos normalizando la aplicación de estados de emergencia
en este caso de estado de alarma y ya por una duración muy prolongada
como si fuera normal que los políticos pudiesen limitar libertades de los ciudadanos de manera indefinida
de manera al menos muy prolongada sin contar con una revisión permanente del Parlamento
sobre la motivación y sobre el uso que se esté haciendo de esa limitación de las libertades ciudadanas
y eso desde luego es una semilla de cara al futuro terrorífica
la democracia liberal es frontalmente incompatible con estados de excepción y restrictos e indefinidos