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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El PIB de Argentina cayó un 5,1% en el primer trimestre del año 2024.
¿Se trata de un dato verdaderamente catastrófico que pone de manifiesto el fracaso de la política
económica de Javier Milei?
Veámoslo.
El PIB de la economía argentina se contrajo un 5,1% en el primer trimestre del año 2024
con respecto al primer trimestre del año 2023.
Se trata de un dato económico en aislado indudablemente malo que muchos han tomado como la prueba definitiva
de que la política económica de Javier Milei está fracasando.
Sin embargo, permítanme efectuar varios comentarios sobre este dato.
En primer lugar, se trata de un dato totalmente esperable y totalmente descontado.
¿Por qué se trata de un dato totalmente esperable?
Pues porque, como ya hemos venido comentando en numerosos vídeos a lo largo de este canal,
el plan de estabilización macroeconómica que está implantando Javier Milei en la economía argentina
y que básicamente consiste en restablecer la solvencia del Estado argentino,
recortando el exceso de gasto para conquistar el superávit presupuestario que lleva cinco meses
logrando en Argentina, ese plan a corto plazo tiene efectos indudablemente contractivos.
Si se recorta el gasto público, todos aquellos que directa o indirectamente obtenían ingresos
merced a ese gasto público, ahora dejan de obtener esos ingresos.
Y, por tanto, su flujo de gasto a la economía interna argentina también se recorta.
Y una reducción del gasto interno en la economía argentina supone a corto plazo
una minoración de la producción por parte de aquellos empresarios que antes vendían,
gracias a ese gasto privado que estaba siendo financiado con la generación de inflación
y que ahora venden menos.
Solo en el caso de que el recorte del gasto público hubiese ido de la mano de un incremento
de otro gasto privado, por ejemplo del gasto en inversión, que hubiese contrarrestado el
impulso que proporcionaba ese exceso de gasto público generador de inflación, solo en ese
caso podríamos haber amortiguado los efectos contractivos del ajuste presupuestario y del
saneamiento macroeconómico.
Pero esto último no ha sucedido porque, entre otros motivos, el Congreso no ha aprobado
la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, una legislación
que proporciona incentivos, facilidades, reducciones de costes a la inversión.
Y, como digo, esta medida impulsada desde el Gobierno para precisamente amortiguar los efectos
contractivos del necesario ajuste presupuestario ha hallado un bloqueo persistente en el Poder
Legislativo argentino.
No se aprobó en el primer trimestre de 2024 y, de hecho, tampoco se ha aprobado durante
el segundo trimestre de 2024, porque si todo va muy bien, terminará saliendo adelante esta
misma semana, la última semana del segundo trimestre de 2024.
Por tanto, era una caída del PIB esperable.
El propio Milley avisó de ella incluso en su discurso de investidura.
Y, por otro lado, era una caída del PIB de la actividad que ya estaba totalmente descontada,
porque a lo largo de los últimos meses hemos tenido indicadores adelantados que nos indicaban
que, en efecto, durante el primer trimestre de 2024, la actividad argentina cayó de manera
considerable. Y este dato del PIB no hace más que confirmar lo que ya sabíamos, pero lo confirma de
manera bastante retrasada. Tengamos presente que ya estamos al final del segundo trimestre de 2024 y
estamos hablando de lo que sucedió en el primer trimestre de 2024. De hecho, hay algunos indicadores
adelantados que, todavía de manera incompleta y siempre con cierta prudencia, pero parecen indicar
que la economía tocó suelo en el primer trimestre de 2024 y que ya se está produciendo una cierta,
todavía muy tímida, muy débil, pero una cierta recuperación en el segundo trimestre de 2024.
Y, en segundo lugar, si acaso, la noticia debería ser que el PIB argentino ha caído en el primer
trimestre de 2024 menos de lo que cabría esperar que cayera. De entrada, la caída del PIB del 5,1%
en el primer trimestre de 2024 es una caída interanual. Es decir, acumula la caída de la
actividad, la caída del PIB vivida en el segundo trimestre de 2023, en el tercer trimestre de 2023,
en el cuarto trimestre de 2023 y en el primer trimestre del año 2024. Pues bien, lo que cayó
específicamente la actividad en el primer trimestre del año 2024, con respecto al cuarto trimestre del
año 2023, fue el 2,6%. Es decir, que aproximadamente la mitad de esta caída interanual del PIB se debe a los
tres trimestres anteriores al gobierno de Javier Milei. Solo la mitad de esta caída, concentrada,
eso sí, en un trimestre en el que se experimenta uno de los mayores ajustes fiscales de la historia
de la Argentina, si no el mayor, solo la mitad de esta caída, concentrada en un trimestre, es imputable
al gobierno de Javier Milei. Y el dato, como digo, es malo, claro que es malo, pero comparativamente no es
un desastre. Sin ir más lejos, en el segundo trimestre del año 2023, cuando la economía estaba
cebada artificialmente por el gasto inflacionista del gobierno peronista, en ese trimestre la economía
se contrajo un 5,3% en términos interanuales. Es decir, que el PIB en el segundo trimestre del año
2023 fue un 5,3% inferior al segundo trimestre del año 2022, a pesar, como digo, de que no había
ningún ajuste de por medio, sino lo contrario, la gestación masiva de desequilibrios macroeconómicos
que ahora está intentando corregir Javier Milei. Por tanto, sí, es un dato malo, pero no un dato tan
atípico en la historia reciente de la economía argentina máxime, teniendo en cuenta la magnitud del
ajuste, repito una vez más, que ha aplicado Javier Milei. No solo eso, si miramos los propios datos
que ha publicado el INDEC y le quitamos la estacionalidad a esta serie temporal del PIB,
veremos que en realidad la economía argentina lleva cayendo prácticamente trimestre tras trimestre
desde comienzos del año 2022. De ahí que, aun cuando hubiese ganado el peronismo y no hubiese
aplicado ningún ajuste, o aun cuando hubiese ganado Javier Milei y no hubiese aplicado ningún ajuste,
la economía en el primer trimestre del año 2024 no lo habría hecho bien. La economía,
previsiblemente y siguiendo la dinámica de trimestres anteriores, también se habría contraído.
Pero se habría contraído sin ningún saneamiento macroeconómico y, por tanto, con una inflación cada
vez más disparada. Baste decir que en el cuarto trimestre del año 2023 la economía se contrajo
de manera desestacionalizada un 2,5%. En el primer trimestre del año 2024 un 2,6%. Y es una tragedia,
es una calamidad. Sí, es un mal dato, pero es un mal dato en línea con los que ya estaba
experimentando la economía argentina antes de que Javier Milei llegara al gobierno. En suma,
la noticia de que el PIB argentino ha caído un 5,1% en términos interanuales o un 2,6% en
términos intertrimestrales no es una noticia inesperada. Que la actividad económica se iba
a contraer en el primer trimestre del año 2024 era algo esperable antes de que se iniciara el ajuste
del gasto para acabar con la inflación y era algo que ya estaba constatado y reflejado en todos los
indicadores adelantados que habíamos ido recibiendo hasta el momento. Cualquier persona que siguiera
mínimamente la actualidad económica de la Argentina sabía que este dato iba a ser así o incluso peor,
porque si acaso hay algo noticiable en estos datos preliminares, ya veremos si no se revisan en el
futuro a la baja, es decir, si en verdad no cayó más el PIB de lo que recogen estos datos, la noticia
en realidad debería ser que bastante poco ha caído para la magnitud de un ajuste presupuestario
histórico que además, hasta el momento, está siendo capaz de alcanzar los resultados que buscaba,
es decir, introducir a la economía dentro de una senda desinflacionaria. Recordemos que el dato de
inflación del mes de mayo fue el más bajo desde comienzos del año 2022. Con esta reflexión anterior
no pretendo retorcer la realidad de la economía argentina ni dar a entender que todo está yendo
maravillosamente. Ya hemos explicado que el Estado argentino está quebrado y lo que intenta hacer Javier
Miley, ya veremos si tiene éxito, es reestructurar su deuda, reestructurar sus pasivos, para que pueda
ir pagando poco a poco a lo largo del tiempo sin caer en la hiperinflación o en el default.
Pero esa es una empresa, ese es un proyecto para el que no existen garantías de éxito.
Sabemos cuáles son los pasos que hay que dar para reestructurar una entidad, un agente económico,
un Estado que está quebrado, pero incluso dando los pasos que hay que dar no hay garantías de que
termine saliendo bien. Y de hecho, ahora mismo la economía argentina empieza a tener algunos
problemas que son verdaderamente más serios que el hecho de que en el primer trimestre del año 2024
el PIB haya caído en términos interanuales un 5,1%. Si en lugar de mirar al pasado, a lo que ya era
sobradamente sabido, a lo que ya estaba sobradamente descontado, a lo que era perfectamente esperable,
si en lugar de mirar a eso miramos al futuro, miramos otros indicadores adelantados que vamos
recibiendo, sí hay motivos para una cierta preocupación o para una cierta inquietud. Por
ejemplo, se está volviendo a abrir la brecha cambiaria y está volviendo a aumentar el riesgo
país. Ambas magnitudes siguen muy por debajo del nivel que marcaban antes de que Javier
Milley llegara al poder. Pero aún así, desde los mínimos de abril han aumentado de una manera
apreciable. Y si estos dos desequilibrios monetarios financieros no se controlan, entonces el plan de
ajuste y de saneamiento macroeconómico podría terminar fracasando. Esos son los datos adelantados
a los que hay que ir prestando atención. Porque será la corrección de esos desequilibrios,
que la brecha cambiaria no se abra excesivamente, que el riesgo país siga bajando y por tanto permita
que la Argentina refinancie sus enormes vencimientos de deuda a tipos de interés manejables. Es la
resolución de esos desequilibrios lo que posibilitará que Argentina salga del pozo peronista sin una
hiperinflación o sin un default. Pero darle mucha importancia a estas alturas de la película al dato
de PIB del primer trimestre del año 2024, cuando era un dato, insisto, descontado y esperable,
mientras tenemos otros indicadores adelantados que sí son más relevantes y que, por desgracia,
no están evolucionando tan bien como deberían, es simplemente ceguera analítica. En lugar de mirar
al frente mientras estamos conduciendo, estamos mirando por el retrovisor ya no de nuestro coche,
sino del último vehículo de la fila. Aunque en el fondo, muchos de los que ahora mismo están
enarbolando la caída del PIB en el primer trimestre del año 2024, no la enarbolan por motivos analíticos,
para tratar de comprender cuál es la situación real de la economía argentina. Muchos de los que
enarbolan el dato no son conscientes de que el PIB cayó prácticamente lo mismo en el cuarto trimestre
del año 2023 o que venía cayendo de manera casi ininterrumpida, si miramos el dato desestacionalizado,
desde comienzos del año 2022. Todo eso les importa muy poco, porque su objetivo no es analizar de una
manera más o menos objetiva o de una manera más o menos insesgada cuál es la situación y cuáles son
las perspectivas de la economía argentina. Lo único que desean es sumarse al coro de
propagandistas que desea tumbar mediáticamente al gobierno de Javier Milei para que su intento
de sanear y reflotar la economía argentina con respecto al desastre peronista que le fue legado
termine fracasando. Porque lo único que desean es que ellos y los suyos regresen al poder,
aunque sea sobre las cenizas de la Argentina.
¡Gracias!