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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Uno de los grandes argumentos utilizados para criticar la inmigración fiscal de los
youtubers a Andorra, y también para rechazar la posibilidad de rebajar el tipo marginal
máximo sobre el IRPF, ha sido que las grandes fortunas, los ricos, las grandes rentas de
este país proporcionan un volumen muy significativo de ingresos públicos, poco más o menos
que el estado de bienestar descansa sobre sus espaldas y, por tanto, si se marchan los ricos
o si se les bajan los impuestos a los ricos para evitar que se marchen, seríamos incapaces
de financiar la educación, la sanidad, las pensiones, las carreteras, la justicia, la policía
o la defensa.
Y, por tanto, que es imprescindible que esos egoístas que se marchan a Andorra para pagar
menos se queden en España para seguir tributando dentro de nuestro país, aguantando, sosteniendo
el estado de bienestar.
Y creo que es pertinente analizar cuánta recaudación proporcionan realmente las rentas
más altas a nuestro estado, cuánto se recauda a costa de estos contribuyentes, porque, en
el fondo, cuanto más pensamos que nuestro bienestar actual, nuestra capacidad actual
para acceder a educación, a sanidad o a pensiones, depende de las transferencias de
renta que recibimos de los ricos más se consolida ideológicamente el estado de bienestar.
Si el estado de bienestar, prácticamente los bienes y servicios fundamentales que el estado
de bienestar nos proporciona, los obtenemos el conjunto de los mortales, porque hay cuatro
ricos que pagan muchos impuestos, evidentemente, plantear cuestiones como la privatización
de la sanidad, de la educación o de las pensiones sería un absoluto anatema, porque si lo privatizamos
y estos ricos dejan de pagar impuestos y nos tenemos que costear nosotros la sanidad,
la educación o las pensiones, y actualmente nos las están pagando los ricos, pues evidentemente
si esa redistribución desde los muy ricos al resto de la población cesara, pues el
resto de la población no tendría capacidad para contratar su propia educación, su propia
sanidad o sus propias pensiones.
Vamos a analizar cuánta recaudación dentro del IRPF, que es el tributo más progresivo
y por tanto en el que aparece reflejada específicamente la contribución de las rentas altas, esto
no significa claro que sean los únicos impuestos que estén pagando, sí que son los únicos
impuestos que como rentas altas están pagando, luego pagarán IVA en función de lo que consuman,
pagarán cotizaciones sociales, pero las cotizaciones sociales están limitadas más allá de 45.000
euros, ya no se paga más por cotizaciones sociales, también los ricos pagarán impuestos
especiales y también pagarán desde luego patrimonio, fuera de Madrid, o sucesiones
y donaciones, pero la recaudación por estos últimos tributos es verdaderamente ridícula
y por tanto despreciable, es decir que fijándonos en el IRPF es donde vemos con más claridad
los efectos de la progresividad fiscal, de cobrar proporcionalmente más impuestos a
las rentas más altas, ahí podemos ver cuánto dependemos directamente de estar cobrando
tantos impuestos tan grabosos a tipos marginales máximos están elevados a las rentas más
altas.
Pues bien, vamos a analizar los datos del año 2018, que son los últimos datos que
tenemos desagregados, además son datos cercanos a la pandemia, pero previos a la pandemia,
porque evidentemente la recaudación durante la pandemia ha caído sustancialmente y no
es representativa de lo que se recauda en un año normal, pero el año 2018, o si tuviéramos
datos del año 2019, si. En esta tabla, elaborada por la agencia tributaria en su sección de
estadísticas, podemos observar cuánto se recauda por cada tramo de renta. En la columna más
a la izquierda tenemos los tramos de renta de los ciudadanos divididos por rangos, por
ejemplo entre 0€ y 1500€ de base imponible, entre 6.000 y 12.000, entre 12.000 y 21.000,
entre 30.000 y 60.000, entre 60.000 y 150.000, entre 150.000 y 600.000 y más de 600.000.
Por tanto, ahí tenemos clasificados a los contribuyentes por tramos de renta. En las
dos siguientes columnas tenemos el número de declaraciones que se han presentado dentro
de esos tramos de renta, por ejemplo, hay 11.367 contribuyentes que en el año 2018 ingresaron
más de 600.000€ y eso equivale al 0.06 del total de contribuyentes. Y en la antepenúltima
y penúltima columna, importe y distribución del importe, lo que observamos es cuánto
han aportado cada uno de esos colectivos, cada uno de esos rangos de renta en ingresos
públicos. Por ejemplo, en el caso de los que ingresaron más de 600.000€ en el año
2018, la recaudación que ha obtenido el estado por IRPF de este colectivo de los 11.367 contribuyentes
ingresaron más de 600.000€ fue de 6.500 millones de euros, equivalente al 8% de toda,
a casi el 8% de toda la recaudación por IRPF de ese ejercicio, porque la recaudación
por IRPF del año 2018 fue de 81.370 millones de euros. Pues bien, a partir de esta tabla
ya podemos saber cuánto aportan los ricos, en particular los contribuyentes que ingresaron
más de 600.000€, como ya he mencionado, aportaron al FISCO 6.500 millones de euros,
el 8% de los ingresos totales. Si estiramos la definición de rico o de renta muy alta
un poco más, es decir, a partir de 150.000€ de ingresos anuales, no de 600.000€, lo que
tenemos es que todos los que ingresan más de 150.000€ anuales, incluyendo claro los
que ingresan más de 600.000€, aportaron en el año 2018 14.500 millones de euros. Estamos
hablando de poco más de 110.000 contribuyentes que aportaron al FISCO, insisto, 14.500 millones
de euros, equivalente a aproximadamente el 18% de todos los ingresos del IRPF. Y si
todavía estiramos más la definición de rico o de renta alta e incluimos en esta categoría
a todo aquel que ingresa más de 60.000€ anuales, tendríamos que esos 855.000 contribuyentes
que en el año 2018 ingresaron más de 60.000€ anuales, incluyendo claro está los que ingresaron
más de 150.000€ y los que ingresaron más de 600.000€ aportaron al FISCO 32.000 millones
de euros. El 40% de toda la recaudación por IRPF procede del 4% de los contribuyentes.
Por tanto, estas cifras nos indican que los ricos tributan mucho, que tributan poco, bueno
de entrada, nos indican que un porcentaje muy pequeño de los contribuyentes, el 4%
o el 4,2%, a roja, proporciona al estado el 40% de la recaudación del IRPF. Si hubiese
muchísimos más ricos en España, evidentemente se recaudaría mucho más, pero como no hay
muchos más ricos, como no hay muchos más ciudadanos con ingresos por encima de 600.000,
de 150.000 o de 60.000€ al año, la capacidad recaudatoria que tiene el estado aún sangrando
de manera muy agresiva a estos ciudadanos no es para echar cohetes. ¿Y por qué digo
que no es para echar cohetes? Porque aunque 32.000 millones de euros, que es lo que se
recauda a costa de las personas que ingresan más de 60.000€ al año, equivalga al 40%
de toda la recaudación por IRPF, en el conjunto de los ingresos estatales apenas representan
esos 32.000 millones de euros el 6,8% del total de ingresos del estado. El estado español
en el año 2018 recaudo más de 470.000 millones de euros. De esos 470.000, solo 32.000 procedieron
de una definición ya muy amplia de rico, más de 60.000€ anuales en España. Como
digo, luego estos ricos, estas rentas altas también pagarán otros impuestos, pagarán
seguridad social, pagarán IVA, pagarán indirectamente ellos u otros no tan ricos el impuesto sobre
sociedades, pero los impuestos que pagan por tener una renta alta son estos, no son otros.
Por tanto, la conclusión que creo que se puede sacar es que dependemos muchísimo menos
de los ingresos fiscales de los ricos de lo que el estado nos quiere hacer creer. En
realidad, el grueso de los ingresos del estado los soportan las clases medias e incluso las
rentas bajas, no los más ricos. Los más ricos, si ya tomamos una definición algo más estricta
de más ricos, aquí los ingresan más de 600.000 o más de 150.000, proporcionan un porcentaje
bastante pequeño de los ingresos públicos. Recordemos, el IRPF, específicamente recaudado
de los que ingresan más de 150.000 euros anuales es de apenas el 3,5% de todos los ingresos
del estado, es decir, que aproximadamente 96 de cada 100 euros recaudados no proceden
del IRPF de esas rentas tan altas. Ni es cierto, por tanto, que el estado de bienestar se vaya
a desmoronar porque el Rubius u otros youtubers se marchen a Andorra, el estado de bienestar
descansa sobre los hombros de las clases medias, ni es cierto que las clases medias para costearse
la educación, la sanidad o las pensiones dependan esencialmente del dinero que les da el estado
a costa de los más ricos. En realidad, el estado recauda impuestos a las clases medias
para decidir el y no cada ciudadano particular cómo gasta el dinero de cada ciudadano particular,
en lugar de tener control propio sobre el dinero que el estado nos quita vía impuestos
para financiar servicios que podríamos, en su inmensa mayoría, financiar si el estado
no nos quitará ese dinero, el estado nos arrebatan los impuestos para ser el quien lo gestione,
para ser el quien monte sus redes burocráticas, sus redes clientelares, eso sí, devolviéndonos
esa burocracia, esas redes clientelares en forma de servicios públicos que no tienen
porque ser exactamente aquellos que demanda cada ciudadano particular, cada ciudadano
individual. En definitiva, dependemos mucho menos de las transferencias estatales y de
las transferencias de los más ricos de lo que nos quieren hacer creer. Nos quieren
hacer creer que dependemos de ellas para que no protestemos, para que no pidamos gobernar
nuestra propia vida, para que aceptemos, por algún tipo de interés redistributivo propio,
que sean los gobernantes, que sean los políticos, que sean los burocratas los que gestionen nuestra
educación, nuestra sanidad y nuestras pensiones. Si la inmensa mayoría de la sociedad paga
la inmensa mayoría de los impuestos que financian la inmensa mayoría de servicios públicos,
esa inmensa mayoría de la sociedad tiene plena capacidad para autogestionar su propia vida
sin que los políticos le quiten el 30, el 40 o el 50% de todo lo que ingresa a través
del conjunto de impuestos que existen dentro de España.