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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, proclama públicamente que piensa seguir gobernando
durante los próximos años, con o sin el apoyo del Poder Legislativo.
¿Pero qué significa y qué implica exactamente esto?
Veámoslo.
Una de las frases más inquietantes que pronunció Pedro Sánchez este fin de semana ante el
Comité Federal del PSOE fue la siguiente.
Vamos a avanzar con determinación en esa agenda, con o sin apoyo de la oposición, con
o sin un concurso de un Poder Legislativo que necesariamente tiene que ser más constructivo
y menos restrictivo.
Y, lógicamente, también vamos a seguir gobernando para la gente, para la convivencia y para
el progreso.
Es decir, que Pedro Sánchez pretende seguir gobernando con o sin el apoyo de la oposición,
hasta ahí todo lógico, todo razonable, todo normal, pero también, cuidado, con o sin
el apoyo del Poder Legislativo.
Y claro, después de escuchar esto, que el presidente del Gobierno amenace con gobernar
de espaldas al Poder Legislativo, se han encendido todas las alarmas sobre la vocación despótica
de Pedro Sánchez.
No en vano, el artículo 66 de la Constitución Española nos indica lo siguiente.
Primero, las Cortes Generales representan al pueblo español y están formadas por el
Congreso de los Diputados y el Senado.
Segundo, las Cortes Generales ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus presupuestos,
controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye a la
Constitución. Dicho de otra manera, gobernar a espaldas de las Cortes Generales del Poder
Legislativo significaría gobernar a espaldas del pueblo español y sustrayéndose al control
que las Cortes Generales han de efectuar sobre el Poder Ejecutivo, es decir, sobre Pedro Sánchez.
En suma, podría parecer que Pedro Sánchez está aquí proclamando a los cuatro vientos
que se va a convertir en un tirano y que va a anular las competencias propias del Poder
Legislativo, que va a pisotear desde el Ejecutivo a las Cortes Generales del Estado y va a manejar
el Estado sin ningún tipo de peso y contrapeso.
Sin embargo, y por mucho que pensemos que este es el plan último de Pedro Sánchez con
respecto al Estado español, o por muy críticos que seamos con Pedro Sánchez, lo cierto es
que interpretar de esta manera estas palabras específicas de Pedro Sánchez sería tergiversarlas.
Lo que está queriendo decir aquí Pedro Sánchez no es nada de lo anterior, lo cual no significa
que esas palabras no sean criticables, aunque por otras razones.
Estas palabras de Pedro Sánchez en las que anuncia que seguirá gobernando con o sin el
concurso del Poder Legislativo son una réplica a otras recientes amenazas del partido Junts per
Cataluña. Recordemos que el resultado de las últimas elecciones generales en España fue
tan frágil y tan débil para Pedro Sánchez que, para poder aprobar leyes en el Congreso
de los Diputados, necesita del concurso, necesita del apoyo de prácticamente todos los grupos
parlamentarios de la Cámara. No sólo del PSOE, no sólo de Sumar, sino también del PNV, de Bildu,
de Esquerra Republicana de Cataluña y de Junts per Cataluña. Basta con que alguno de estos partidos
vote no a los proyectos de ley que el Gobierno remita a las Cortes para que estos proyectos de ley,
salvo que los apoyen PP o Vox, no salgan adelante. Es decir, que tanto el PNV, Bildu, Esquerra o Junts
son minorías de bloqueo. Y durante las últimas semanas la relación entre el PSOE y Junts per
Cataluña se ha enfriado porque el PSOE ha conquistado la presidencia de la Generalitat de
Cataluña que Junts quería para ellos, para Puigdemont. De tal manera que podríamos decir que las relaciones
entre ambos están en suspenso. Y por ello, hace pocos días, Junts per Cataluña amenazó a Pedro
Sánchez con un game over de la legislatura. Escuchémoslo. Si la fórmula para frenar el
expolio de Cataluña, el expolio que ahoga Cataluña, es pasar del café para todos al calimocho
para todos, porque es más dulce, más divertido, pero igual de insolidario, ya le decimos que no.
Junts dice no. Si esto va de calimocho fiscal, ustedes se están cargando directamente, unilateralmente,
el acuerdo de Bruselas. Si se carga en Bruselas, game over.
Es decir, que Junts está amenazando a Pedro Sánchez con retirarle el apoyo parlamentario
y si Junts le retira el apoyo parlamentario, Pedro Sánchez no podrá aprobar una sola ley
ni convalidar un solo decreto ley en el Congreso de los Diputados. Ahora bien, aunque Junts per
Cataluña bloquee toda la agenda legislativa de este gobierno, lo que no podrá hacer Junts
per Cataluña es echar a Pedro Sánchez a través de una moción de censura, dado que en una moción
de censura hay que votar un presidente del gobierno alternativo a Pedro Sánchez, que debería ser pactado,
en este caso, con PP y con Vox. Si PP, Vox y Junts per Cataluña unieran sus votos en el Congreso
para apoyar a un mismo candidato a presidente del gobierno, entonces Junts sí podría echar
a Pedro Sánchez del Ejecutivo. Como eso parece ciencia ficción, lo único que puede hacer Junts
per Cataluña para castigar a Pedro Sánchez es bloquear, como decíamos, toda su agenda legislativa,
que el gobierno no puede aprobar una sola ley en todo lo que queda de legislatura. Ese es el
significado de la amenaza de Game Over que Junts lanzaba contra el gobierno de Pedro Sánchez. Y
lo que le estaba replicando Pedro Sánchez en este Comité Federal a Junts, sin mencionarlo
explícitamente, es que esa amenaza no les preocupa, que aun cuando no puedan aprobar una sola ley en lo
que queda de legislatura, aun cuando no cuenten con el concurso con el apoyo del Poder Legislativo
para aprobar leyes, Pedro Sánchez no se piensa marchar. Pedro Sánchez y sus ministros piensan
seguir al frente del gobierno, porque a menos que les hagan una moción de censura, con las
dificultades prácticas que ya ha expuesto, no se les puede echar o hasta que se agote la legislatura,
o hasta que Pedro Sánchez, como presidente del gobierno, decida unilateralmente disolver las
cortes y convocar elecciones anticipadas. Por tanto, Pedro Sánchez le está diciendo a Junts que los
tiempos de la legislatura, el Game Over de la legislatura, no los maneja ya Junts, los maneja
Pedro Sánchez. Por ello decía al principio de este vídeo que las palabras que hemos extractado de Pedro
Sánchez no hay que interpretarlas como que Pedro Sánchez está anunciando que se va a convertir en
un tirano. Que con eso tampoco estoy diciendo que Pedro Sánchez no quiera deteriorar gravemente el
Estado de Derecho y la separación de poderes en España. Solo estoy diciendo que esas palabras no van
dirigidas a anunciar ante el pueblo español que se quiere convertir en un tirano pisoteando al
poder legislativo. Es una contestación dentro de una negociación política a Junts per Cataluña.
¿Que tú no me quieres apoyar en el Congreso? Vale, no te preocupes, pero yo voy a seguir al
frente del gobierno. No me preocupa que me estés amenazando, porque como no te vas a liar con PP y
Vox, no me puedes echar de donde a mí. Más me preocupa que me eches, del poder ejecutivo. Ahora bien,
que las palabras de Pedro Sánchez que hemos escuchado no sean criticables en este sentido,
es decir, en el sentido de que esté anunciando que se va a convertir en un tirano, no significa
que no sean criticables en otro sentido. Quedan prácticamente tres años de legislatura y lo que
está diciendo Pedro Sánchez es que, aun cuando durante estos tres años de legislatura no apruebe una
sola ley en las Cortes Generales del Estado, aun cuando no consiga aprobar unos solos presupuestos
generales del Estado, porque recordemos que los de este año ya han sido prorrogados, aun cuando no
pueda sacar adelante una sola iniciativa política en forma de ley, Pedro Sánchez no va a dar por
concluida la legislatura. Porque su prioridad no es desplegar una agenda legislativa. Su prioridad es
seguir al frente de la Moncloa. El gobierno va a seguir ocupando los sillones ministeriales,
aun cuando ese gobierno, en la práctica, no pueda hacer nada relevante. Aun cuando, a efectos prácticos,
sin el concurso del legislativo, se convierta en una especie de gobierno en funciones durante los
próximos tres años. Que, oye, como liberal no me parece un mal resultado, que durante los próximos
tres años este gobierno no pueda desplegar en absoluto su agenda legislativa y que vayamos a un
bloqueo político que deje las cosas como están y no las siga empeorando, no es el peor de los
escenarios imaginables. Pero sí es un escenario que muestra con mucha claridad cuál es la auténtica
prioridad de Pedro Sánchez. La auténtica prioridad de Pedro Sánchez es él mismo y su poder. Porque si
la prioridad de Pedro Sánchez fuera servir al pueblo español, lo que tendría que decir es,
miren, si me bloquean durante tres años la agenda legislativa, como yo no puedo gobernar en el sentido
en el que yo creo que voy a mejorar las condiciones de vida de la sociedad española, disuelvo las cortes,
convocamos nuevas elecciones, vuelvo a concurrir con un nuevo programa político y a ver si los
españoles me dan la confianza en las urnas para que pueda sacar adelante esa agenda política ahora sí
a través de unas cortes que me den un respaldo mayoritario. Pero al menos lo que está diciendo
aquí Pedro Sánchez, no sabemos si como farol negociador o no frente a Junts, pero lo que está
diciendo aquí Pedro Sánchez es que, con tal de que él siga al frente de la Moncloa, lo mismo da si su
agenda política no avanza en nada durante los próximos tres años. En suma, aun cuando Pedro
Sánchez en estas palabras no nos esté anunciando que se va a convertir en un tirano, sí nos está
reconociendo que vive absolutamente obsesionado con el poder.
Sánchez en este momento.
Sánchez en este momento.
Sánchez en este momento.