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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El Partido Popular mejoró sustancialmente sus resultados electorales con respecto a
las elecciones del pasado 20 de diciembre, motivo por el cual se considera que se da
el encargado de formar gobierno después de haber alcanzado algún tipo de componenda
con el resto de fuerzas políticas que le permita superar la sesión de investidura.
Pero más allá de estas dificultades a muy corto plazo, a las que se va a enfrentar
el gobierno de Manuel Rajoy para superar esta sesión de investidura, lo cierto es que,
a medio plazo, el próximo gobierno se va a enfrentar a unas dificultades, como mínimo
de cariz presupuestario, que van a ser muy serias y que van a requerir de una serie de
amplios consensos políticos que, de momento, y a pesar del resultado de las pasadas elecciones,
no existen en el arco parlamentario español. ¿Cuáles van a ser esos dos grandes problemas
presupuestarios a los que se va a enfrentar el próximo gobierno de España?
Uno de carácter bastante inmediato, pero que tiene su repercusión a lo largo de toda
la legislatura y es la necesidad de ajustar el presupuesto del Estado español para cumplir
con los objetivos de déficit que marca Bruselas. Para 2016, según la Comisión Europea, necesitaríamos
a cometer un recorte de 8.000 millones de euros para terminar cuadrando las cuentas.
8.000 millones de euros es aproximadamente el doble de la última rebaja de impuestos
del Partido Popular, por tanto, se trata de un recorte sustancial. Pero es que, para
más sin rí, es muy probable que ese recorte necesario para cumplir el objetivo de déficit
del año 2016 no sea de 8.000 millones, sino que, atendiendo a los datos de ejecución
presupuestaria que hemos conocido hasta la fecha, todo apunta a que alcanzará los 12.000,
los 13.000 o los 14.000 millones de euros de recorte necesario para cumplir con el objetivo
de déficit. ¿Y si no recortamos esas cantidades? ¿Qué sucederá? Básicamente, nos enfrentaremos
públicamente con Bruselas después de que ésta nos haya dado un año de gracia a cambio
de que este año sí cumpliéramos con el déficit. Por tanto, tiene el Partido Popular capacidad
para sacar adelante un recorte extraordinario del gasto de 10.000, 11.000, 12.000 millones
de euros con la aprobación de los presupuestos del año 2017 a la vuelta de la esquina. Pues
es algo que se antoja bastante complicado y que, a medida en que carezca de ese apoyo
político, todo apunta a que el PP preferirá enfrentarse con Bruselas, a enfrentarse con
las fuerzas políticas españolas para alcanzar un acuerdo que permita cumplir con nuestros
compromisos y que permita dejar de endeudar en tanta cantidad al conjunto de los españoles.
Pero ese es solo uno de los problemas presupuestarios. El otro problema presupuestario se da el problema
de la Seguridad Social, laucha de las pensiones, la famosa UCHA de las Pensiones, el Fondo
de Reserva de la Seguridad Social, se agotará con toda seguridad durante esta legislatura.
Ese hecho más simbólico que trascendente, porque, al final, las pensiones están respaldadas
por el poder recaudatorio del Estado, por el ahorro que se haya acumulado fruto de
superáids pasados de la Seguridad Social, pero ese hecho simbólico sí ilustrará
que el enorme déficit de la Seguridad Social ya está consumiendo incluso los pocos activos
que se habían acumulado hasta la fecha y sí van a marcar un negro futuro para nuestras
pensiones. El próximo Gobierno, por tanto, debería, como poco, reformar el sistema de
Seguridad Social, pero, de nuevo, va a tener el Partido Popular apoyos suficientes dentro
del Gobierno para, incluso aunque quiera el Partido Popular, que es dudoso que quiera
hacerlo, si quisiera reformar el sistema público de pensiones, pues, de nuevo, no parece que
vaya a ser así. Por tanto, tanto por el ajuste presupuestario imprescindible para cumplir
con Bruselas, cuanto por la reforma de las pensiones imprescindible para equilibrar a
largo plazo el enorme desajuste presupuestario que exhibe la Seguridad Social hasta la fecha
y más que va a exhibir en el futuro, tanto por una cosa como por la otra, tanto por estar
maniatado en un concepto como en otro, todo apunta a que esta legislatura va a ser simplemente
la legislatura de la pasividad política. El Partido Popular nunca se ha caracterizado
por una gran proactividad, nunca se ha caracterizado por querer emprender muchas actividades, muchos
proyectos, muchas reformas, muchas rebajas impositivas, muchos recortes del gasto, no
ha sido el partido más reformista ni mucho menos de la historia de España, y si a esta
desgana natural del Partido Popular, por moverse, por no quedarse enrocado a la espera de que
los problemas se disuelvan en lugar de que se resuelvan, si a esta desgana natural le
añadimos el bloqueo político que a buen seguro nos vamos a encontrar en el Parlamento, tenemos
el cóctel perfecto para que esta legislatura no se haga absolutamente nada, como sucedió
a partir de la año 2013 en la anterior legislatura en la que el Partido Popular tenía mayoría
absoluta. Pero esta paralisis política no es admisible en un contexto de urgente reforma
sobre todo en el ámbito presupuestario, será toda apunta a una legislatura perdida, donde
como mucho la economía seguirá creciendo, pero mientras tanto seguiremos endeudando
masivamente a los españoles y no atenderemos los desequilibrios subyacentes que siguen
perseverando en la estructura fundamental de este estado tremendamente manirroto y tremendamente
confiscatorio que seguimos padeciendo.