This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Estos son los resultados de las elecciones a la Asamblea de Madrid, que se celebraron ayer día 4 de mayo.
Partido Popular, 65 diputados, más Madrid, 24 diputados,
Partido Socialista Obrero Español, 24 diputados, Vox, 13 diputados, Podemos, Unidas Podemos, 10 diputados
y Ciudadanos, 0 diputados. Permítanme hacer un breve análisis sobre los resultados de cada una de estas formaciones políticas.
En primer lugar, y comenzando con el bloque de derecha o de centro de derecha, Partido Popular, Vox y Ciudadanos,
el claro vencedor de las elecciones de ayer, tanto dentro de este bloque como entre bloques, fue el Partido Popular,
65 diputados, muy cerca de la mayoría absoluta, 69 diputados,
consigue más votos y más diputados que todos los partidos del bloque de izquierdas juntos
y en definitiva va a seguir gobernando la Comunidad de Madrid, muy probablemente, en solitario.
En cierto modo, el Partido Popular ha conseguido la reunificación del centro de derecha dentro de la Comunidad Autónoma de Madrid
que ansía va a conseguir Pablo Casado a escala nacional, Ciudadanos, los votos de Ciudadanos han sido favocitados
por el Partido Popular y precisamente por eso se ha quedado muy cerca de la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid.
Desde el punto de vista de la política nacional, por tanto, Pablo Casado podría haber encontrado un referente
estratégico que emular en el resto de España para conseguir que todos o una mayoría de los votantes de Ciudadanos regresen al Partido Popular
y así tratar de convertirlo en primera fuerza política dentro del panorama español,
superando al Partido Socialista y convirtiéndose en opción de gobierno.
Desde un punto de vista regional, estos resultados para el Partido Popular van a ser determinantes de su credibilidad futura
dado que Ayuso ahora ya tiene las manos libres para gobernar, tiene las manos libres para aplicar su programa,
un programa que ha vestido continuamente durante la campaña y también en la noche electoral de ayer de la palabra libertad,
un programa que ha predicado bajadas de impuestos, de regulación de la economía y también una mayor libertad de elección
en el ámbito de los servicios mal llamados públicos como la educación o la sanidad.
Si de verdad Ayuso cree en todo eso y cree de verdad, cree con convicción, en todo eso ha llegado el momento de, en estos dos próximos años,
ampliar de manera muy decisiva las libertades personales y las libertades económicas dentro de la Comunidad Autónoma de Madrid.
Ha llegado, por tanto, el momento de pasar de las palabras a los hechos, porque a los ciudadanos, sobre todo lo que nos interesan,
son los hechos de los políticos y más en concreto que los políticos dejen de pisotear nuestras libertades,
no que nos repitan continuamente que son muy liberales y que valoran mucho la libertad si luego no levantan el pie que nos está aplastando.
En cuanto a ciudadanos, pues básicamente ya lo hemos dicho, el partido ha desaparecido de la Asamblea de Madrid,
ha pasado de 26 diputados, de casi el 20% de los votos a cero diputados y menos del 3,5% de los votos,
un fiasco en toda regla que previsiblemente tendrá su impacto en el resto de España a vida a cuenta
de que la formación política de Inés Arrimadas ya venía descendiendo, ya venía cayendo continuamente elección tras elección.
Es muy probable que a partir de ahora el voto a ciudadanos por parte de un votante de centro-derecha
empiece a ser considerado un voto ya totalmente inútil, no ya por la estrategia errática que en muchas ocasiones ha seguido este partido
si pactamos con unos o pactamos con otros, sino sobre todo porque se percibirá que votar a ciudadanos no otorga representación política
y que por tanto no sirve para conformar gobiernos estables de centro-derecha.
Y si esta percepción de fracaso de desbandada empieza a generalizarse, el futuro de ciudadanos en el conjunto del país será negro
y sus votantes se van a repartir entre el centro-derecha y el centro-izquierda
y por tanto ese actor político que de alguna manera había venido a romper el bipartidismo pues terminará esfumándose en apenas unos pocos años.
Y por último tenemos a Vox dentro del bloque de la derecha. Vox ha salvado los muebles en estas elecciones,
no ha mejorado sustancialmente su resultado frente a las autonómicas de hace dos años,
apenas ha conseguido un diputado más y un incremento de 25 centésimas en el porcentaje de voto sobre el total.
Sin embargo, cabe decir que no ha sido un desastre porque en cierto modo ha evitado ser fagocitado absorbido por el aparente voto útil de Díaz Ayuso.
Sin embargo, si el ejemplo, si la estrategia de Díaz Ayuso se generaliza al conjunto de España,
puede que Vox tenga dificultades para convertirse en el partido hegemónico dentro de la derecha que era un objetivo que acariciaba hace apenas unos pocos meses.
Es verdad que Casado no es Ayuso y que Casado no tiene la buena prensa, la buena consideración que tiene Ayuso entre votantes potenciales de Vox,
pero también es cierto que hay una masa de votantes flotante que suele apuntarse al caballo ganador dentro de su bloque ideológico
y, por tanto, si ahora mismo el PP parece que es ese caballo ganador frente a Vox, que parecía serlo hace unos meses,
es posible que algunos de sus votantes regresen al partido popular y consoliden de esa manera su posición de primera fuerza dentro del bloque de la derecha.
Además, si Casado emula la estrategia ideológica de Ayuso y se apropia de ese término libertad que tanto ha repetido a la presidencia de la Comunidad de Madrid
durante su campaña electoral, eso también forzará a Vox a enfatizar otra serie de consignas ideológicas
ante la fracción de sus votantes dentro del espectro de la derecha.
De hecho, durante la noche electoral de ayer ya empezamos a ver ese reparto de papeles, de valores, de cargas ideológicas entre el Partido Popular y Vox,
mientras que el Partido Popular repetió libertad, libertad, libertad.
En el caso de Vox, la palabra libertad apenas la pronunció en un par de ocasiones
y, sin embargo, otras palabras como orden o como patria fueron muchas más veces mencionadas durante el discurso de Abascal,
lo que, en última instancia, significa que Vox va a querer ser reconocido dentro del bloque de la derecha como el partido que es capaz de salvaguardar el orden y la patria
frente a un Partido Popular más cerca del centro derecha del liber progresismo,
es decir, de unos valores que no tienen por qué ser la prioridad ideológica de parte de los votantes incluidos en ese bloque de la derecha,
que prefieren cuestiones como el orden, como la tradición o como la patria.
Lo cual, por cierto, no es una buena noticia para todos aquellos que esperaban que Vox se fuera acercando con el tiempo hacia el liberalismo
y se fuera alejando de valores derechistas más clásicos como los que he mencionado antes.
Parece que, finalmente, la posición de Vox dentro del espectro ideológico será esa, tradición, orden y patria.
Yendo ya al bloque de la izquierda, el fracaso del PSOE es a todas luces estrepitoso de haber sido primera fuerza política en Madrid hace dos años,
se ha convertido en la tercera fuerza política después de haber perdido 11 puntos en el cómputo del voto global y haber perdido también en consecuencia 13 diputados.
El fracaso del PSOE tiene dos causas muy claras. Por un lado, su alianza estratégica y gubernamental con unidas Podemos
y, por otro, la reivindicación en Madrid de un modelo de gestión de la pandemia que los ciudadanos madrileños han percibido como mucho más restrictivo,
como mucho menos adecuado que el modelo de gestión de la pandemia que exhibió Ayuso.
Además, por supuesto, contar con un candidato tan malo como Ángel Gabilondo, un candidato que no quería ser candidato,
que sólo estaba pensando ya en su retirada en ser defensor del pueblo y no en ser líder de la oposición en la Asamblea de Madrid
o, incluso, presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, si hubiesen dado los números, desde luego ese factor tampoco ha ayudado.
La cuestión, claro, es en qué medida, a partir de ahora, el PSOE virará de estrategia después del tremendo batacazo que ha experimentado en Madrid.
Abandonará definitivamente la estrategia de la confrontación, de demonizar a todo el bloque de la derecha, alertando de que viene el fascismo, de que viene la ultraderecha
y de que, por tanto, todos los votantes de la izquierda han de estar permanentemente hipermovilizados para evitar ese peligro que pone en riesgo el mantenimiento de la democracia y de las libertades civiles.
En definitiva, abandonará la estrategia de demonizar la foto de Colón como prácticamente único reclamo electoral ante sus votantes o, en cambio, profundizará en esa estrategia que, desde luego, en Madrid no ha funcionado
buscando una mayor enemistad contra la Comunidad Autónoma de Madrid, por ejemplo, atacando el modelo fiscal propio de la autonomía de Madrid, armonizando el impuesto sobre patrimonio, el impuesto sobre sociedades,
limitando las posibles rebajas en el IRPF dentro de Madrid. Buscará Sánchez, ganar en Madrid por la fuerza lo que no ha conseguido o ganar en Madrid por las urnas.
Mucho me temo que vamos a ver esa derivada. Buscar desmontar desde el gobierno central lo que los madrileños han dicho no a desmontar en las urnas recientemente colocadas.
En cuanto a más Madrid, si bien de momento es un fenómeno estrictamente regional, porque cuando intentó dar el salto a la política nacional, su fracaso fue igualmente estrepitoso,
no hay que perder de vista que, de momento, el rejón a través de más Madrid ya ha logrado aquello que Pablo Iglesias siempre quiso conseguir y jamás logró,
que es darle el sorpaso al Partido Socialista en unas elecciones. Es verdad, unas elecciones regionales, autonómicas, pero unas elecciones en las que, además, el presidente del gobierno,
durante parte de la campaña, se implicó de manera bastante directa. Por tanto, más Madrid puede, quizá, aspirar a convertirse en esa izquierda alternativa, en esa izquierda juvenil alternativa,
a lo que podría significar el Partido Socialista. Algo que podemos, intentó lograr con un discurso más típicamente anclado en la izquierda tradicional, en la izquierda dura, en la izquierda filocomunista y que jamás consiguió.
Desde luego, y en todo caso, más Madrid se consolida como el líder de la oposición dentro de la Asamblea de Madrid. Ya lo fue durante los últimos dos años,
debido a que Gabilondo prácticamente no ejerció de oposición a Díaz Ayuso, Mónica García, si lo hizo, y ahora vuelve a hacerlo, aunque solo sea porque, primero, es el primer partido de la oposición,
y segundo, los otros dos partidos de la oposición, Pessoe y Unidas Podemos, no tienen, de momento, ningún liderazgo claro en la Asamblea de Madrid. Han sido decapitados,
porque tanto Gabilondo como Pablo Iglesias no van a ocupar sus escaños.
Y esto nos lleva al análisis de los resultados de Podemos, que aparentemente fue el gran perdedor de las elecciones del día de ayer. Sin embargo, no lo olvidemos, Podemos mejoró sus resultados con respecto a las elecciones de hace dos años.
Es verdad que puede que los mejorara menos de lo que muchos creían que iba a mejorarlos, pero, en última instancia, Pablo Iglesias consiguió su objetivo, que era mantener la representación de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid,
y mejorar en algo el resultado de la formación política, todo lo cual, por cierto, arroja bastantes dudas sobre si Pablo Iglesias en algún momento tuvo de verdad la convicción,
tuvo de verdad el deseo de quedarse en la Asamblea de Madrid. Si, habiendo conseguido, en cierto modo, los objetivos que el mismo se había marcado, salvar a Unidas Podemos y mejorar el resultado, Pablo Iglesias se marcha del partido durante la misma noche electoral,
pues quizá es que nunca quiso quedarse como parte de la oposición en la Asamblea de Madrid, lo cual, por cierto, también encaja bastante bien con la indemnización que pidió como ex vicepresidente segundo el gobierno,
y que no habría recibido si hubiese tomado posesión de su escaño en la Asamblea de Madrid. Aparentemente, esa decisión nunca tuvo sentido, porque Pablo Iglesias sí iba a ocupar el escaño,
y ocupar el escaño implicaba renunciar a la indemnización, pero claro, si de verdad tenías pensado no ocupar el escaño, aunque públicamente dijeras y juraras lo contrario, pues pedir esa indemnización, evidentemente, sí tenía todo el sentido del mundo.
En todo caso, y más allá de los avatares profesionales de Pablo Iglesias, que probablemente pasen por volver a los medios de comunicación a hacer propaganda política desde fuera de la política profesional,
lo cierto es que el partido Unidas Podemos queda muy seriamente tocado a nivel regional, prácticamente ha perdido en todos los territorios representación y capacidad de condicionar los gobiernos regionales,
y desde un punto de vista nacional queda sin un líder claro, es verdad que Yolanda Díaz parece que va a ser la nueva líder esa de Unidas Podemos, pero también es cierto que Yolanda Díaz primero no es militante de Podemos,
no viene del entorno de Podemos, viene del entorno de izquierda unida, y segundo que cuando el líder indiscutible del partido se marcha, dentro de la formación se pueden empezar a generar movimientos políticos,
que en cierto modo alteren el rumbo esperado de los acontecimientos, encumbrando o no a Yolanda Díaz como nueva líderesa del partido.
Desde el punto de vista nacional, esta progresiva desintegración de Podemos supone una buena noticia para las libertades, en la medida en que un partido frontalmente antiliberal
va perdiendo fuerza dentro del panorama político, lo cual quizá permita o no al PSOE centrarse algo, es decir no estar tan escorado hacia la extrema izquierda, pero también abre la puerta a que la posición electoral que hasta ahora venía ocupando Unidas Podemos
conforme vaya ganando estructura de partido la termine ocupando más Madrid o más país en el conjunto de España, lo cual por cierto podría ser también bastante peligroso para las libertades individuales,
porque si bien a Podemos se les ve venir de frente, porque tienen un discurso muy claro y muy inequívoco respecto al recorte de las libertades civiles y libertades sobre todo económicas de los ciudadanos,
a más Madrid no se le ve tan alas claras esa intencionalidad última de recortar las libertades de los ciudadanos, aunque en última instancia más Madrid no deja de ser una excesión de Podemos,
y lo único que ha hecho ha sido darle un giro populista al discurso, a la ideología antiliberal de toda la vida, que en el caso de Unidas Podemos como digo era muy clara, era muy visible para todo el electorado y por tanto generaba un amplio rechazo entre sectores muy extensos de la ciudadanía,
o dicho de otra manera, una alianza PSOE más país podría terminar siendo más lesiva para las libertades individuales en la medida en que podrían irse produciendo ofensivas, liberticidas, no claramente detectables y por tanto no susceptibles de generar resistencia social entre los ciudadanos,
que no es algo que tienda a suceder tanto con Unidas Podemos porque los movimientos más claramente liberticidas de PSOE y Unidas Podemos sí son percibidos como tales por la ciudadanía y por tanto sí generan un rechazo,
una resistencia social bastante amplia que luego termina arrojando resultados como el de Madrid.
En definitiva, lo cierto es que la moción de censura en Murcia que desató las lecciones de Madrid con el resultado que ayer conocimos ha cambiado de manera muy profunda las coordenadas del debate y de la estrategia política en España.
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