This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
y vamos ahora al primer panel de este día, de este primer día del Congreso
Libroamericano de Liberalismo Cultural que lo titulamos conceptos, conceptos,
conceptos, volver a los principios para interpretar el presente, que va a ser una
sucesión de comentarios y opiniones sobre cómo distintas ideas y conceptos
liberales nos permiten entender y mejorar el presente. Este es un panel que va a
tener siete invitados que nos van a presentar sus opiniones y como son
muchos y no tenemos tanto tiempo, no vamos a tener debate como sí en los
próximos paneles, vamos a proceder en orden alfabético así que voy a sumar la
transmisión a todos nuestros invitados. Bienvenido a María, bienvenido a David,
bienvenido a Iman, perdón sí, ahí estamos, bienvenido a Walter, bienvenido a
Ricardo, bienvenido a Juan Ramón, bienvenido a Ricardo, vamos a empezar entonces con
María, que es María Blanco doctora en Economía por la Universidad Complutense
de Madrid, profesora de Historia de Pensamiento Económico y de Historia
Económica en la Universidad Ceu San Pablo y autora entre otros libros, entre
otros sí, entre otros libros de las tribus liberales. María, the floor is yours.
Muchas gracias, en primer lugar quiero comprobar si se me está escuchando bien
desde España, perfecto. Muchísimas gracias por esta invitación, para mí es un
placer estar en este panel donde tengo amigos, good morning David and Tom and
Iman, it's such a pleasure to be with you here, even if it's not in the same place,
but at least in the same time. Y quiero agradecer especialmente a la Fundación
Libertad, pero como tenemos muy poco tiempo no me voy a enrollar con estas
cosas y voy a compartir mis reflexiones. José Venegas siempre ha
comentado que el problema con una cultura libre es que a la larga abre
sótanos llenos de cadáveres y yo estoy totalmente de acuerdo, ¿no? En primer
lugar hay que señalar que si nos teníamos a los conceptos, pues el concepto
de cultura es muy difícil de definir, es decir, una definición muy compleja,
podemos referirnos al conjunto de manifestaciones, artísticas, la cultura
de un país o podemos ir más allá y podemos considerar la cultura como la
definición de la Academia de la Lengua Española, los modos de vidas y
costumbres, los conocimientos y grado desarrollo tanto artístico como
científico como industrial en una época y en un grupo social, ¿no? No es por
tanto un concepto estático, la cultura no es algo que viene en los genes, sino
que es adquirida y evoluciona como evolucionamos nosotros, como evolucionan
las familias, como evolucionan los grupos sociales y la sociedad en
general. ¿Qué sería el liberalismo cultural? ¿Cuál creo yo que es la pregunta
relevante que se tiene que formular el liberalismo cultural? Pues la pregunta
sería, deben aceptarse los modos de vida, las costumbres, los conocimientos y el
desarrollo artístico, científico o industrial diferentes a los míos, siempre
que no transgredan los tres principios básicos del libertario, del pensamiento
libertario, es decir, el respeto de la integridad física y moral de las
personas, el cumplimiento de los contratos, la defensa de la propiedad privada y
también las consecuencias del cumplimiento de estas tres cuestiones,
pues desde mi punto de vista la respuesta es sí, deben aceptarse, ¿no? Y en este
sentido es el que me gusta la definición o la frase de José Venegas, porque
efectivamente de repente emergen, emergen determinadas actitudes, estos
sótanos llenos de cadáveres que para mí son los prejuicios, los prejuicios que
todos tenemos y que a veces actúan en positivo, pero muchas veces los prejuicios
son una barrera, nos va frenando este el desarrollo de la sociedad y en este
momento quiero introducir el concepto de evolución cultural, que no es lo mismo
que cambio cultural, ¿no? Es decir, la manera en la que esta cultura que es
dinámica evoluciona y va cambiando paulatinamente de manera espontánea
desde abajo hacia arriba es mediante la imitación o mediante la enseñanza,
mediante el ejemplo y otras formas de transmisión cultural, pero hay que
tener en cuenta que como sucede en la evolución, especialmente cuando hablamos
de algo que se refiere a la sociedad, que es un sistema hipercomplejo en el
sentido hallequiano, pues esta transmisión cultural también sigue
patrones hipercomplejos, ¿no? Incluso hay gente que trata de definir o de
describir estos patrones de transmisión cultural mediante algoritmos, pero no es
nada sencillo y me planteo otra segunda pregunta, se puede intercedir en esta
transmisión social para afectar el cambio de comportamiento, el cambio de
costumbres, el cambio en los modos de vida de nuestra sociedad, obviamente, sino
que estamos haciendo aquí, sino intentar difundir los principios libertarios y
crear una masa crítica de opinión. Lo que sucede es que nosotros lo estamos
haciendo de abajo hacia arriba, como Hayek proponía, ¿no? Y lo que estamos
viviendo desde mi punto de vista son experimentos constructivistas, tanto
desde el lado más conservador como desde el lado más izquierdistas y quieres,
experimentos constructivistas que intentan afectar estas costumbres y estos
comportamientos y estos modos de vida desde arriba hacia abajo, estableciendo un
supuesto bien desde una superioridad moral que para mí es muy equivocado,
incluso si pretenden preservar un modo de vida que ellos consideran que está
bien. El problema es que se enfrentan con esta complejidad de los patrones de
transmisión social y suelen dar lugar a resultados indeseados y que son
perjudiciales para todos. Muchas gracias.
Bueno, muchas gracias María por tu intervención, muy su cinta, la verdad
gracias también por respetar los tiempos que habíamos planeado. Ahora voy a pasar a
David Bowes. David Bowes es el vicepresidente exécutivo de la Institución de Cato
y ha publicado varios libros, entre ellos, The Libertarian Mind, Manifesto for
Freedom y The Libertarian Reader, de la que él era el editor.
Así que bienvenido David, voy a invitar a ustedes. Gracias por estar aquí en
esta primera conferencia agroamericana para el liberalismo cultural y la
flor es tu. Gracias Marcos. Buenos días.
Buenas a todos.
Me gusta el tema y el espíritu de esta conferencia.
Liberalismo ha cambiado el mundo, por milenio, con pocas excepciones, el mundo
fue marcado por despatismo, esclavidad, jerarquía, privilégio rígido y
literalmente no aumentó en el estado de vida.
Entonces, alrededor de los 1700, el liberalismo llegó a desafiar esa regime.
Liberalismo significa, a mí, la dignidad del individuo, igual y inalienable
derechos, libertad política, autonómica moral, la ley de la ley,
el gobierno constitucional limitado, la pursuación de la felicidad.
Y por el poder de esas ideas y, a veces, una acción revolucionaria,
liberalismo terminó la esclavidad, el gobierno establecido por el consentimiento
del gobierno, dio Europa un siglo de paz en el progreso y le llevó a lo que
Dierdre McCloskey llamó el gran hecho de la historia humana,
el enorme y incendio en las standards de vida que empezaron en el mundo
westeros alrededor de los 1800.
Pero nuestro trabajo no se ha hecho.
Hoy vemos el aumento del liberalismo en ambos lados y rightes,
con estrés a libertad, democracia, trade, edad y incluso paz.
Ideas que pensamos que estén muertos,
socialismo, protección y nacionalismo,
vemos el riesgo de autoritario en ambos lados y rightes.
Y no solo en Rusia y China, donde esperamos,
pero en Turquía, Egipo, Hong Kong, Venezuela, México,
los Filipinos, maybe India, and too close for comfort in France and Austria and the United States.
Y creo que tenemos que recordar
que liberalismo es una creación universal.
Los liberals creen que todos los personas
están indelidos en los derechos alienales,
que entre ellos son la libertad de vida y la acercación de la felicidad,
no solo algunas personas.
Y esa idea es incompatible con ideas políticas
basadas en el agua y el sol,
o tratando a personas diferentes,
basadas en la racia o la religión.
Esa es la frecuencia y la frecuencia que ha hecho el mundo ridido,
pero escuchamos muchas compliancias hoy sobre la globalización.
La globalización es simplemente la idea
de el movimiento libre de las cosas, capital,
personas y ideas alrededor del mundo y por bordes.
No es el gobierno del mundo, como algunos de sus críticos dicen,
el favor de la globalización, y que hemos visto,
es un gran buen para el mundo.
Es decir, más especialización y división de labor,
que son componentes vitales del progreso económico.
Es lo que hace que rica el país, rica,
y trae a pobres países a través de la pobreza.
Las reformas de mercado dentro de los países son importantes,
pero la parte de la división global de labor
ha sido crucial a la risa de las clases midas
en China, India, México, Chile, Europa de la Oeste.
Hemos conocido que la frecuencia ha trabajado desde 1776,
y ahora tenemos otro 250 años de evidencia empírica,
pero aún hemos tenido que defender y spreadirlo.
La batalla para los mercados openes es crucial
para la desarrollo económica, para reducir la pobreza
y para el liberalismo.
Los liberals tienen un rato para ser orgullosos.
Hemos jugado a la incertidumbre, superstición,
privilegio y poder durante muchos años,
y es para esas ideas y ese problema
que usamos las mejores partes de nuestra civilización.
En ese tiempo, hemos extendido los promesas
de la Declaración de la Independencia,
la vida, la libertad y la presud de la felicidad
a las personas a las que han longo sido negadas.
En el mundo, más personas en más países
que antes en la historia,
disfrutan de la frecuencia religiosa, la frecuencia personal,
la governación democrática,
la frecuencia de la propiedad de la propiedad,
la oportunidad de comenzar un negocio,
el derecho igual, la civilización, el respeto,
un estado más alto de la vida
y una expectación más larga.
La guerra, la enfermedad, la violencia, la esclavidad
y la inhumanidad han sido dramatically reducidas,
y son ideas liberales y personas de la libertad
que han hecho eso suceder.
Y nuestro desafío en esta generación,
y lo diré, Marcos, en tu generación,
cuando llegas a tomar sobre este conflicto,
es no dejarlo ir,
proteger el liberalismo,
extender el liberalismo en los países
donde es dominante,
extender especialmente a los países
donde no es dominante,
traer estos beneficios
a los pueblos del mundo
por proteger, defender
y refinar el liberalismo.
Gracias.
Gracias, David,
por una buena intervención.
Cualquieres mencionan,
Diedra McCloskey,
estará con nosotros en nuestro próximo panel,
en la noche argentina,
junto con Yaron Brooke, Johann Norber
y Axel Keiser.
Así que estará esperando.
Ese sería un panel muy interesante,
y estará moderado por mi amigo Gareth Edwards.
Pero, tenemos mucho que hablar de eso,
y así me gustaría introducir
Dr. Eamon Butler,
un economista,
que tiene su PhD
desde la Universidad de St. Andrews.
Y es ahora director del Instituto de Adam Smith,
que también ha co-foundado.
También ha autorizado varios libros,
entre ellos 40 centros de los que
y los controles de precio,
que nosotros en Argentina
conocimos muy bien, por supuesto.
Así que, Eamon,
es nuestro placer tenerles aquí.
Bienvenido.
Gracias por haberme.
Espero que mi sonido sea claro,
si no, tengo algunos headphones que puedo usar,
pero espero que sea claro.
Bienvenido.
Bien, estoy temido de que no puedo hablar de ti en español,
porque la escuela que me fui a en Inglaterra
fue realizada por el gobierno,
así que no le enseñaron mucho a todos.
Por lo tanto, tengo que decir que mi inglés
es absolutamente perfecta.
Así que, creo que, si puedo hablar
tan claramente como puedo,
tan claramente como puedo,
entonces, espero que todo el mundo se entende.
Cuando hablamos de conceptos,
creo que David lo ha dicho todo.
Voy a volver a mi heroe, Adam Smith, por supuesto,
y Adam Smith ha famoso que todo lo que hace
para creer un país de pobreza a richas
es la paz, los taxas,
y la administración tolerable de la justicia.
Bueno, generalmente, tenemos paz.
El mundo es un lugar más puerto
que lo que ha estado antes.
No se puede pensar en eso, pero sí es.
Luzamos a pocos de conflicto que lo hicimos antes.
Easy taxes.
Bueno, tenemos muy grandes taxas alrededor del mundo,
y hay muchos movimientos para hacerlos más altos.
Así que, lo falten.
Así que, creo que tenemos que reexaminar
y regresar a eso,
y ver lo que el gobierno realmente tiene que hacer,
y luego de cuánto dinero
realmente tenemos que tener que pagar para eso.
La administración de la justicia,
bueno, con ese score,
estoy muy preocupada.
Creo que en muchos países
hay un poco que llamar a la justicia.
Creo que, incluso en muchos países desarrollados,
la justicia ha sido politicizada.
Y todas esas cosas son contra la idea de un liberalismo clásico.
A mí, el liberalismo,
los conceptos esenciales en liberalismo
son la presunción de la libertad,
que hay que tener un argumento
antes de que no restricte a nadie la libertad.
La prensa del individuo,
porque los grupos no existen sin individuos,
los individuos tienen que venir primero.
Creo que el tercer principal es minimizar la cohesión.
Y eso es extremadamente importante a muchos de nosotros.
Una vez que has permitido las clases criminales
para obtener más de las cosas,
no hay una justicia o una ley en todo.
Otro es la tolerancia.
Y creo que, de nuevo,
hemos perdido un montón de grado en esta frontera
con las personas desplazando estatuos
y muchas otras cuestiones como eso.
Pero tenemos que recordar a nosotros
y, en particular, la generación de la generación de la importancia de la tolerancia.
Es una buena en sí misma,
pero también es vital para la cooperación social.
Si no nos acercamos a gente
y vemos cosas desde su punto de vista,
entonces no podemos cooperar con ellos.
El gobierno limitado.
Bueno, sí, creo que es uno de los problemas del liberalismo,
es que los liberals piensan
que necesitan alguna forma de gobierno
para proteger a la gente,
para tener una defensa y un sistema de justicia.
Pero, si tienes un gobierno en lugar,
es demasiado fácil para muchos grupos de interés
para decir que el gobierno debería hacer un poco más aquí,
un poco más allá,
y, eventualmente, antes de saberlo,
el gobierno es ocupando más de la mitad de tu economía.
Creo que la ley de la ley,
de nuevo, ya he mencionado que necesitamos la igualdad legal.
Y, de nuevo, no estoy seguro de que tenemos eso en muchos países.
Y necesitamos la propiedad, el mercado y los mercados.
Eso ha sido una historia de su suceso
que, en los últimos 30 años,
más y más países han venido al sistema internacional.
Y eso ha traído, en esos 30 años,
algo como un millón de personas de la pobreza abjera.
En términos de la igualdad,
en realidad, el mundo es muy más igual que era.
Entonces, cuando lo hace, el liberalismo hace su trabajo,
y, en realidad, hace un buen trabajo, bastante bien,
que los países más fríos
son también los más ricos,
y que, increíblemente, son también los más iguales.
Así que, creo que David es bastante correcto,
que el liberalismo haga su trabajo,
pero necesitamos decir estas cosas
de nuevo y de nuevo a cada generación,
y necesitamos hacerla,
una fiesta que es importante dedicar tu vida a ti.
Gracias.
Gracias, Dr. Butler, por tu intervención.
Estamos haciendo muy bien con el tiempo,
tengo que decirle a todos ustedes.
Así que, si quisieras hablar un poco más
sobre lo que intentabas, eso es bien.
Continuaremos, por favor.
Y ahora, me gustaría presentar,
voy a cambiar español al Dr. Walter Castro,
que es doctor en Economía por la Escuela Superior
de Economía y Administración de Empresas,
director académico de la Escuela de Negocios
de la Fundación Libertad,
y también profesor de la Universidad Nacional de Rosario
y la Universidad Católica Argentina.
Walter, bienvenido.
Hola, ¿cómo están?
No sé si se escucha bien, no sé si se ve bien.
Se escucha perfecto.
Bueno, buenísimo.
Soy un inútil tecnológico,
me alegra saber que todo funciona bien.
Gracias por la invitación, primero que nada.
Compartí de este rato acá en nuestra casa.
Me pidieron que hiciera algunos comentarios
respecto del concepto, su idea que a mi manera de ver
no podía estar ausentes en el pensamiento
en el ideario liberal, ¿no?
Y para cumplir este cometido,
pensé en cuatro ideas,
dos pares de ideas.
Y en cada caso, la primera de las dos ideas
solo se presenta al efecto de dar pie a la segunda
que quiero su rayar o acentuar.
Así que el ejercicio que propongo
son dos pares de ideas,
con una introductoria y otra de remata en cada caso,
que al final van a querer significar lo mismo.
Qué es lo que no necesariamente es el liberalismo?
El liberalismo no necesariamente son más celulares,
no necesariamente.
Está claro, bien claro,
siguiendo a Adam Smith que el libre comercio
extiende los mercados,
profundiza la división del trabajo,
la especialización, la productividad
y que finalmente, con la acumulación del capital
gozamos de más celulares gracias a la libertad de comercio.
Pero bueno, China produce muchos celulares
y no hay liberalismo ahí.
Así que esto solo de por sí no alcanza.
Entonces, si no son la mayor cantidad de bienes
y necesidades cubiertas,
lo que da pie a la idea de libertad
o no la sustenta de fondo,
¿cuál es el sustento del liberalismo?
A mi manera de ver, el sustento del liberalismo
es un sustento de cuño moral,
a mi manera de ver.
Qué es lo que quiero decir?
Que en rigor de verdad tiene que existir
una suerte de contrato moral,
compromiso moral, comportamiento moral,
que en el fondo se edifica a partir del respeto
entre las personas, de la dignidad de las personas,
de la igualdad de la ley y del estado de derecho,
que es poner la ley por arriba de la cabeza
del arbitro de cualquier gobernante.
Por supuesto que atrás de eso vienen los límites al poder,
las constituciones,
y tratar de frenar ese poder
que inercialmente se autoexpande.
Pero el trasfondo del liberalismo
es que no es una sociedad de castas,
no hay sangre azul y sangre roja.
Hay personas que son iguales en su dignidad
y que están dispuestas a convivir,
respetando seis y de la incertedad.
Entonces, subrayo este argumento moral
que se parece la esencia del liberalismo.
Y para que esto exista,
tiene que existir un revulsivo,
un adversarial rechazo por la injusticia,
por la prevenda, por el privilegio.
Porque si no existe ese rechazo por esas injusticias,
donde algunos son dominantes y privilegiados a otros,
el liberalismo no tendría que haber.
Así que este es el primer par de ideas.
Para pasar al segundo par de ideas,
voy a arrancar naturalmente por esa de que
la libertad tiene por precios su permanente vigilancia.
Carmen, una frase, por cierto, muy conocida
y todos sabemos lo que significa,
que la libertad o la conquista de libertad costó mucho,
un accidente histórico forjado después de mucho esfuerzo.
Y el punto central es que,
si no existe igual de esfuerzo por defenderla,
la libertad se desvanece.
Todo lo que se consiguió se pierde.
Es una batalla cotidiana la defensa de la libertad.
Si la libertad no se defiende cada día,
se pierde un poquito cada día.
Y, por supuesto, que esta tercera idea
tampoco es en absoluto novedosa,
pero me da pie a la cuarta idea,
que es la que yo quiero sí acentuar
y la que yo quiero subrachar.
¿De qué libertad estoy hablando?
¿De mil libertad?
Bueno, por supuesto que esto es admisible.
Pero la defensa de la libertad, que el liberalismo demanda,
es una defensa de la libertad incondicional.
Y esto nos hace pensar en la defensa de la libertad del otro,
no de mi libertad.
De la libertad del otro que piensa distinto,
que dice distinto, que hace distinto que yo,
sin molestar a nadie.
Entonces, el compromiso moral ahí es mucho más subido,
porque no es el interés de defender mi libertad de expresión,
de tránsito, de comercio, de trabajo,
es defender la libertad de otro o de otros.
Fundamentalmente de quién?
De los más débiles, de las minorías.
De eso se trata el liberalismo,
del compromiso moral por defender
las libertades de las minorías,
que por cierto son las más frágiles y las más débiles
y las más vulnerables, pues son minorías.
Y es más, de la mínima minoría conocida,
que es el individuo,
de ese otro individuo que piensa distinto que yo.
Entonces ahí el desafío es mucho más grande,
porque asumir el compromiso de poner las ideas,
los argumentos, el cuerpo y el patrimonio
para defender la libertad, la dignidad
y el patrimonio de otros tiene un precio mucho más alto,
que hay que pagar incondicionalmente
para que la libertad no se desvanezca.
Y este es el segundo asunto que quiero surola.
Así que existe un compromiso moral
por el respeto de la dignidad de la otra persona,
por supuesto de su manera de vivir la vida y de su patrimonio,
pero además debe existir el compromiso de defenderlo
cuando esté hackeado por la amenaza de alguien
que se arrogue cierta superioridad de poder
o de ideas para prevalecer sobre la manera de vivir de nosotros.
Entonces ¿cuál es el punto de fondo?
Sin un sustrato moral, sin un compromiso moral,
sin un comportamiento moral,
sin esa manera de entender la libertad
como el respeto entre las personas
para una convivencia más armónica, más abierta y más extensa,
el liberalismo no tiene sentido y no tiene futuro.
Eso es lo que quería decir.
Eso no puede estar ausente a mi manera de ver
de lo que llamamos liberalismo.
Muchas gracias.
Muchísimas gracias a vos, Walter, por tu intervención,
que la verdad es espectacular, realmente muy clara
y que da mucho para pensar.
Vamos a seguir, entonces, con otros invitados.
Voy a ir de vuelta en inglés,
para que la doctora Tom Palmer,
quien tiene su doctora en política de Oxford University,
es ahora el chair de George Yeager,
para la libertad de avanzación
y vicepresidenta de ejecución
para programas internacionales en la Network Atlas,
que, por lo tanto, nos gustaría agradecer
por su apoyo continuo de la Fundación Divertada.
Una autor, un editor de varios artículos y libros,
también es un amigo señor en el Instituto de Cato
y el director de la Universidad de Cato.
Bienvenido, Tom.
Muchas gracias, Marcos,
y muchas gracias a Maria y a todos los otros participantes
en este panel.
Es una honra para mí, ser con vosotros.
Olviendo a las alternativas del liberalismo
que están asesinados,
hay un número de problemas, si bien,
de las ideologías competidas que han hecho grandes inroads.
Me gustaría enfocar en uno de ellos
que creo que ha sido especialmente toxicos
y luego hablar de una respuesta liberal.
Y eso es, los movimientos de autoritario populista
que hemos visto en el planeta,
esos vienen en versiones left wing y versiones right wing,
pero tienen un tema común
que es profundo y profunda en liberalismo.
Y eso es la idea de que hay uno verdadero pueblo,
el pueblo,
y ese pueblo es concebido como una colectividad
con uno will,
y una de las cosas que normalmente se despliega de esto
es uno will, uno líder.
Una de las figuras que le dieron articulación a esto
fue Ernesto Laclau,
quien, por suerte, vio de Argentina,
particularmente turista y terrible escritor,
pero cuando se penetra a través de su escritor,
lo que se encuentra es una historia remarcable
de autoritario y even fascismo.
Como dice en su libro sobre la razón populista,
en el caso de populismo,
los personas están construidas
por identificar un enemigo,
por la medida de una exclusión de la frontera
que divide la sociedad en dos campos.
Es decir, el pueblo en ese caso
es algo menos que la totalidad
de los miembros de la comunidad.
Es un componente parcial,
que, al menos, se aspira a ser concebido
como la única totalidad legítima.
Los otros personas no son los personas,
son los imágenes,
los enemigos que tienen que ser asustados
y asustados.
Se adentra a esta ideología populista,
lo que se llama el investimiento afectivo,
que es una forma fanciosa
de ver un trabajo profundo, emocional.
Y las emociones son, principalmente,
los que consideramos negativos,
hatred, rage y dolor.
Como dice, no hay populismo
sin el investimiento afectivo
en un objeto parcial
por lo que significa el caudillo,
el dictador, el furor, el líder,
el gran líder, que será el fóclico
de este trabajo afectivo.
Y que, luego, crea una unidad
de las personas verdaderas
para combinar contra los enemigos de las personas,
que pueden ser concebidas
en muchas formas diferentes.
Puede ser el 1%,
puede ser los juicios,
puede ser los inmigrantes,
lo que quieras,
necesitas un enemigo
para crear la unidad
de las personas que sugeren.
Hugo Chávez, por supuesto,
articuló esta idea muy claramente,
una de sus más desgracias,
dice, Chávez no es yo,
Chávez es una persona.
Es una de las más maravillas
de las que he oído,
pero realmente fue articulada
en esta identidad profunda
de la líder con las personas verdaderas.
Y esto, luego, es motivado
por el rage, el dolor y el hatred.
Lo que me gustaría decir,
es una idea liberal
para ser reclamada
y poner a la fundación
de nuestra defensa
de la democracia liberal,
de la libertad,
de la ley de la ley,
es la idea de la dignidad.
Creo que es una alternativa
y un antidote
para el dolor,
el hatred y el rage
que mueve el autoritario populista.
Entonces, vamos a volver
a uno de los grandes theoristas
de la dignidad,
y eso fue Marcus Tullius Cicero.
En el último año de su vida,
él sabía que iba a ser matado,
él pende un documento,
lo que viene a hacer,
que dice,
en la fecha,
es un mensaje a su hijo.
Él habló de la importancia
de la fecha en la vida,
que fue esencial
a todos los elementos de la vida,
esencial a ser honorable.
En hacerlo,
él articuló una idea de dignidad
que vio a jugar
un rol significativo,
articulando las ideas
de liberalismo
que vienen a ser conocidas mucho más tarde.
La idea original de Roma
de la dignidad
fue comparativa.
La dignidad de la clase senatoria,
la clase equestriera,
y la gente poderosa
comparada a la gente
sin poder.
Y Cicero reconfiguró esta idea
para distinguir la dignidad
del hombre
como un ser racional
de las cosas non-racionales
del mundo.
Él se enfoca en nuestra rationalidad,
que es igualmente compartida.
Todos los humanos
tienen un compartir en la rationalidad.
Esto fue para tener una gran influencia
en el liberalismo proto-liberal
y luego
los movimientos liberales,
notablemente,
y es importante pensar
en las escuelas españolas
y la escuela de Salamanca.
Cicero habla de dos elementos
de la naturaleza humana.
Él dice que tenemos una naturaleza común.
Él dice que hemos sido
vestidos como si fuese una naturaleza
para dos roles.
Una es común,
creciendo en la factura
que todos tenemos un compartir
y un razón.
Pero luego hay otro
elemento también,
otro rol.
Y eso, él dice,
fue asignado específicamente
a los individuos.
Por lo tanto,
hay enormes diferencias de la bodily.
Igualmente,
hay aún más diferencias
en los espíritus de los hombres.
Entonces, cada uno de nosotros
es individualizado también.
Nosotros compartimos en la naturaleza común
de ser seres racionales,
pero cada uno de nosotros
tiene una naturaleza única
que tenemos que ser verdes.
Él dice que tenemos que actuar
en una manera
que no intentemos
contra la naturaleza universal,
pero conserverlo.
Vamos a seguir
nuestra propia naturaleza.
Así que es una teoría
individualista
de un poder natural.
Pero hay otro elemento también,
que creo que es muy importante
para la sociedad
que progresa auténticamente.
No es progresivo en el sentido
que es usado políticamente
en los Estados Unidos,
pero la sociedad
genera real progreso social.
Y eso es,
que el dignificado
nos encarga
a actuar en una manera dignificada,
a ser creativo
de vez en vez de los takers,
de vez en vez de los makers.
Y él se enfoca en eso también,
que la dignidad también
nos llama
a ciertos tipos de comportamiento.
Ahora, la reformulación de Cicero
ha tenido un impacto tremendo
también en el concepto de la ciudadanía
que se formó
con la democracia liberal,
porque implica
la habilidad de intercambiar
en la liberación.
Que tuvieras la dignidad
de adrecer a las personas,
no a los enemigos,
sino a las personas
que piensan diferente
y luego
por razón.
Thomas Aquinas
son ideas similares
de las características universales
de la rationalidad,
pero también
de las naturas unicas individuales
también.
Cuando él habló de la personalidad,
que es individualizado,
y también se asoció
con el término
de la dignidad alta.
Él dice,
porque de subsistencia
en las naturas racionales
de la dignidad alta,
cada individual
de la natura racional
se llama la persona.
No solo los enemigos de este grupo
o de ese grupo,
pero cada individuo
de la humanidad
tiene el estado de una persona,
y eso trae
la dignidad también.
Ahora, la dignidad
que fue articulada
por Cicero,
por Thomas Aquinas,
por la galástica española,
realmente
transformó el mundo.
Él le llevó la cualidad
de todos los seres humanos
para poder participar,
oye, ahí está, en las comunidades sociales.
No hay tantas personas
que han visto la importancia de eso
hasta,
como David y Edmund
han mencionado,
en los 17, 18 centímetros,
cuando estas ideas
comienzan a ir a menos
alrededor de la teoría de los derechos individuos
y la teoría de la orden social
que surge
cuando los derechos son bien definidos,
serán legales,
protegidos,
y pueden ser transactivos frecuentemente.
Jairdra McCloskey
en sus muy importantes libros,
esta trilogía
en la era de bourgeois
se enfoca en la dignidad de bourgeois
y creo que esto es un concepto
muy salientario
que deberíamos revivir.
Es importante,
no solo por la economía del mercado,
sino también por la dignidad civil
de ser un ciudadano,
de engañar con otros
sin considerar a ellos
los enemigos que tienen que ser anulados,
sino, en vez de los ciudadanos
con los que necesitamos
vivir juntos en paz.
Es un poco de advertencia.
Tengo un libro que viene
con mi coáutor, Matt Warner,
de Rutledge,
llamado
Development with Dignity,
que se verá el próximo de junio,
en el que veamos el juego de dignidad
y el desarrollo económico
y la generación de
compartidos
y la prosperidad mutual.
El último punto,
Dignity tiene una advertencia
sobre muchos de los argumentos instrumentales
que usamos por el liberalismo,
que hace que seas richa y así.
Y la razón es,
hay un lag de tiempo.
Puedes tener
los derechos respetados
y en algún tiempo más
te verás bien aquí.
Y requiere un argumento complexo
para establecer eso.
En contraste,
Dignity se siente inmediatamente
cuando las personas
son reconocidas como personas,
se sienten en la dignidad
ahora mismo.
No hay un lag de tiempo,
no hay un argumento
complejo
sobre liberalismo
que necesita ser ofrecido.
Cuando las personas son personas en la ley
igual a otros en la ley,
que experiencen la dignidad humana
y virtualmente
todos los valores
y deseos de eso.
Así que creo que Dignity
se siente en la sociedad
basada en derechos individuos,
pero también nos llama
a la independencia,
a la ciudadanía,
a la participación
en la democracia liberal
y a la creación de valor
para nosotros
y para otros.
Gracias, Tom.
Estamos buscando la
lista de los enlaces.
Y vamos a ir ahora.
En español,
vamos a recibir a Juan Ramon
Rallo,
que es doctor en economía
por la Universidad
Rey Juan Carlos de Madrid,
socio fundador
del Instituto Juan de Mariana,
del que también fue director.
Y hoy profesor
en el Campos Madrileño
de la Universidad Francisco Marroquin
y otras instituciones
en España.
Bienvenido, Juan Ramon.
Qué tal.
Muchas gracias por la invitación.
Encantado de estar
acompañado de tan conocidos
y reconocidos
ponentes y defensores
del liberalismo.
En estos minutos,
me gustaría hablar
sobre una aparente
paradoja que podría haber
dentro del liberalismo.
Y es que solemos decir
y es así que el liberalismo
es un conjunto de valores morales
que buscan de alguna manera
proteger la pluralidad,
la diversidad de los modos de vida
de las personas.
Pero claro,
no solo se trata de proteger
la diversidad de los modos de vida
de las personas como individuos
absolutamente aislados
de su entorno.
Las personas forman,
se agrupan,
en grupos.
Y esos grupos tienen una
identidad y unas normas
que les permiten coordinarse
e identificarse entre sí
a ese conjunto de valores,
a ese conjunto de creencias,
a ese conjunto de ideas
que integran los grupos
es a lo que llamamos cultura.
Con lo cual,
se podría dar la aparente
paradoja de que estamos
diciendo que el liberalismo
promueve de alguna manera
o permite de alguna manera
o protege de alguna manera
la diversidad de los modos de vida
de las personas.
Por tanto,
también protege
la diversidad cultural de los grupos
y como parte esencial
de cualquier cultura,
encontramos la moralidad de un grupo
con lo cual el liberalismo
también estaría protegiendo
la diversidad de moralidades
dentro de una sociedad,
la pluralidad moral.
Pero si el liberalismo
es un conjunto de valores morales,
el liberalismo promoviendo
la diversidad moral
estaría de alguna manera
socavando su propia naturaleza,
sus propias bases
o su propia existencia.
¿Dónde cabe, por tanto,
el liberalismo dentro de este marco
de pluralidad moral
dentro de la sociedad?
Bueno, lo primero es que hay que decir
que el liberalismo
claro que es una filosofía política,
una moralidad potencialmente compatible
con muy diversos marcos culturales
y morales.
Y lo es porque
el liberalismo no es una moralidad de máximos,
es una moralidad de mínimos,
es una filosofía política
que lo que busca es descubrir
cuáles son las bases mínimas,
no las máximas, repito,
sino las mínimas para la coexistencia pacífica
entre personas
y entre agrupaciones voluntarias de personas,
es decir, entre grupos voluntariamente conformados.
El liberalismo no pretende resolver
absolutamente todas las problemáticas sociales,
no pretende dar una respuesta absoluta
a todos los problemas individuales y sociales.
El liberalismo pretende sentar las bases
que permiten la cooperación humana a gran escala
para resolver esos problemas sociales emergentes.
Pero el liberalismo, como estamos diciendo,
sí es una moralidad de mínimos.
Sí tiene un cierto contenido,
aunque no sea un contenido de máximos,
sí tiene un contenido de mínimos.
¿Y cuáles son esos contenidos de mínimos
que deberían estar presentes
dentro de cualquier grupo
para que podamos decir que ese grupo
y la emergencia cultural de ese grupo
es una cultura compatible con la del liberalismo?
Pues a mí me gusta decir
que el liberalismo contiene o se fundamenta
en 10 principios fundamentales.
En primer lugar, el individualismo moral.
En segundo lugar, la igualdad ante la ley.
En tercer lugar, la libertad personal.
En cuarto lugar, la propiedad privada.
En quinto lugar, la autonomía contractual.
En sexto lugar, la reparación del daño causado.
La responsabilidad.
En séptimo lugar, la libertad de asociación.
En octavo lugar, el libre mercado.
O la libertad de comercio.
En noveno lugar, el gobierno limitado.
Tan limitado como sea posible.
Incluso si ello supusiera la ausencia de gobierno.
Y en décimo lugar, la globalización.
Es decir, la extensión de todos los principios anteriores
a escala mundial.
La idea última de derechos humanos
como derechos que son propios de cualquier persona
con independencia del grupo al que esa persona forme parte,
del que esa persona forme parte, del que esa persona integre.
Pero si tuviéramos que reducir todos esos principios aún no
solo, si tuviéramos que decir un solo principio que es
constitutivo del liberalismo y que, por tanto,
ha de estar presente dentro de cualquier grupo que con
manifestaciones culturales muy variadas,
pero que se quiera reivindicar como una agrupación humana
compatible con la filosofía política liberal cuál sería
ese principio.
Desde mi punto de vista, la soberanía individual.
Es decir, la idea de que el individuo es el sujeto de
derecho, el sujeto que tiene dignidad que le confiere,
por tanto, derechos frente a otras personas y frente a otros
grupos y que, por tanto, articula esa esfera inatacable,
jurídicamente inatacable, dentro de la cual ese individuo ha
de ser respetado por otras personas a cambio a su vez,
claro, está de que él respete a otras personas para perseguir
sus propios proyectos de vida, para buscar la felicidad tal
como esa persona entiende la felicidad tal como esa persona
decide buscar la felicidad integrando grupos,
integrando voluntariamente grupos donde esa felicidad se
puede definir de una manera o de otra,
pero que en todo caso es una definición compatible con la
libertad del ser humano en la medida en que ese ser humano ha
decidido integrar ese grupo en la medida en que ese ser humano
no ha decidido salirse, separarse de ese grupo.
Por tanto, frente a las tantas ideologías modernas que buscan
ubicar la soberanía, el poder de decisión última,
el derecho de decisión último en lugares muy distintos al
individuo, en la nación, en la clase social, en la tradición,
en la madre tierra, el liberalismo,
la idea distintiva del liberalismo es que la soberanía le
corresponde al individuo, a cada persona sobre sí mismo.
Sobre su propio proyecto de vida,
forme parte del grupo del que forme parte,
porque la soberanía individual también implica el derecho
a separarse de aquellos grupos que una persona no quiere
integrar.
Muchas gracias.
Muchas gracias, Juan Ramón, por tu intervención.
Y ahora vamos a pasar, entonces, al último orador del día,
que es Ricardo Manuel Rojas, es abogado doctor en Historia
Económica por S.A.D., profesor de análisis económico del
derecho penal en la maestría en derecho y economía de la
Universidad de Buenos Aires, y autor también de numerosos
libros, el último de los cuales es la propiedad de una visión
multidisciplinaria e integradora.
Estamos muy bien de tiempo, repito,
como le decía hace un ratito, así que, Ricardo,
sin apuros, lo que nos quieras contar sobre el tema de este
panel que, repito, se llama conceptos, conceptos,
conceptos, volver a los principios al particular presente.
Bienvenidos.
Bueno, muchas gracias, Marcos.
Te pido que me confirme que se me escucha bien,
porque tuve unos problemas de conexión al principio.
Gracias.
Bueno, tomo, en primer lugar, agradeciendo la invitación y
estar en este panel de lujo.
Tomo el título de lo que vos planteas para este panel,
nuevos conceptos, volver al principio para interpretar
el presente.
Y lo que me gustaría, ya algunos se han referido al tema,
es tratar de sintetizar para mí, por lo menos,
cuáles son dos conceptos fundamentales que han sido la
base del liberalismo en largo del tiempo.
El liberalismo en su concepción moderna surge a partir de la
revalorización del individuo que tiene lugar en el renacimiento,
el individuo que comienza a ser valorado por su capacidad,
la razón, como una facultad individual,
para tomar decisiones, para buscar objetivos,
para guiar su propia vida, la dignidad del ser humano,
todo lo cual pone en marcha un movimiento tendiente a la
protección de un conjunto de derechos que protejan esa
individualidad de cada ser humano,
que con el tiempo se concentraron en tres,
que son interconectados entre sí, vida,
libertad y propiedad, de los cuales surgen otros que
emanan de estos tres derechos fundamentales.
La lucha del liberalismo en lo largo de toda su vida fue la
lucha por la protección, el reconocimiento de estos
derechos del individuo.
Y el otro gran tema para mí del liberalismo que se conecta
totalmente con el primero es la búsqueda de poner límites
al avance de cualquier forma de poder sobre el individuo,
sea el estado, el grupo o un grupo determinado,
que es justamente la forma de violar lo primero que el
liberalismo tenía en miras que era la protección de la
individualidad y de la posibilidad de que cada individuo
busque su propia felicidad a través de sus propias acciones.
Estos dos conceptos han sido conectados perfectamente.
La medida que el concepto de estado moderno fue creciendo y
ese estado tuvo el monopolio de la fuerza,
el monopolio de la legalidad, la facultad de cobrar impuestos,
los derechos del individuo se vieron cada vez más amenazados
y el liberalismo ha sido la lucha por evitar ese avance del
estado sobre el individuo.
Ahora, yo lo que no, y en este sentido se habló mucho de los
principios morales del liberalismo.
Yo creo que en el fondo la moral es una discusión que remite
fundamentalmente a decisiones individuales si uno recuerda
la famosa frase de Adam Ferguson,
no tropezamos con instituciones que son productos de la acción
humana, pero no del diseño humano y Ferguson ponía como
uno de los ejemplos a la moral.
La moral en general es el producto de un intercambio de
valores que nosotros realizamos y que en algún momento se
sintetizan en una serie de valores en los que estamos de
acuerdo y que podemos no estar de acuerdo y esto no debería
influir en nuestra propia vida.
Y por lo tanto, el principio tal vez moral básico que podría
considerarse como el principio del liberalismo es el de no
agresión, es decir, mantener el uso de la fuerza,
el fraude o la intimidación fuera de cualquier trato entre
seres humanos.
Si se logra este cometido, luego cada uno buscará cuáles son
los valores que quiere buscar o que quiere proteger,
digamos que quiere seguir para su propia vida.
Esto era un punto que quería poner y en este punto yo creo
que el liberalismo no tiene ninguna forma de o no defiende
ninguna forma de gobierno en concreto.
Esto es, en esta idea de ponerle límites al avance del estado,
constitucionalismo norteamericano del siglo XVIII fue
un experimento maravilloso, lo hizo, cambió el mundo,
logró establecer durante, por lo menos o aunque sea,
durante cierto tiempo, límites concretos al avance del estado
sobre el individuo.
Pero esto no significa que el liberalismo esté atado a
ninguna forma de gobierno en especial y la discusión sobre
la forma de ponerle límites al avance del poder,
creo que hay deben permanentemente evolucionar
porque el mundo evoluciona y la situación del mundo de hoy no
es la misma que en el siglo XVIII.
Esto viene a cuento por un problema que se ve, ¿no?
Es decir, hoy hay, no sé, 15 o 20 definiciones distintas de
grupos que se autotitulan liberales, aún excluyendo a los
socialistas que se consideran liberales y a los conservadores
que se consideran liberales.
Los liberales, liberales entre los liberales clásicos,
binarquistas, a los anarco capitalistas, libertarios,
pasando por hordos liberales, mutualistas,
los liberales escoceses, los austríacos,
la economía social de mercado, etcétera.
Podemos encontrar 20 grupos que curiosamente se pelean entre
sí con mucha más violencia de la que usan para atacar a los
socialistas o a los conservadores muchas veces.
Y en realidad lo que yo pienso es que si tomamos esta idea
inicial, justamente el título de la charla de hoy,
encontraríamos que en realidad hay una diferencia de
estrategias.
Algunos piensan que se puede recuperar aquella idea del
gobierno limitado, que tuvieron los padres fundadores de
Estados Unidos y trabajan fuertemente para eso.
Otros piensan que hay que cambiar el paradigma,
que eso ya no va a poder volver a ser.
Y hay que pensar en un nuevo sistema donde cada individuo
pueda elaborar normas y instituciones que le permitan
resolver en forma libre sus problemas con los demás,
sin necesidad de que haya nadie con el monopolio de la fuerza
y de la legalidad.
Y ambos son liberales y ambos luchan por la libertad.
Y me parece que es interesante tener en cuenta esto,
porque para quienes, como yo, por ejemplo,
no pensamos que tenga mucho futuro la idea de gobierno
limitado, me parece que mantenerle el monopolio de la fuerza,
de la legalidad y el cobro de impuestos a un grupo impide,
sobre todo en tiempos modernos, que los derechos puedan ser
garantizados.
Pero soy consciente de que van a pasar mucho tiempo hasta que
el paradigma se cambia.
Mientras tanto, tengo que vivir en una sociedad en la que quiero
ser lo más libre posible.
Por lo tanto, el minarquista no es mi enemigo.
El minarquista es alguien que busca lo mismo que yo por
otros medios.
Esto es lo que quería por un punto de un lado poner en la
discusión.
Y el otro muy rápidamente punto que quería hacer que tiene que
ver con el título del Congreso, la idea del liberalismo
cultural, que no es una crítica al Congreso,
pero sí fue un disparador en mí para hacer esta referencia.
Hoy asistimos a una discusión donde es muy habitual hablar de
la batalla cultural.
Y hay muchos liberales que están enrollados en esta idea de
que estamos peleando una batalla cultural.
A mí la expresión no me gusta y me parece que los liberales no
tenemos que involucrarnos en esa discusión por lo siguiente.
La cultura, como venimos hablando,
es producto de la evolución.
La cultura no se impone por la fuerza,
no se gana en una batalla, en una sociedad libre donde al
principio de una agresión existe y donde los individuos
pueden tomar sus propias decisiones.
La cultura también es un orden espontáneo que se va
generando libremente y que algunos pueden aceptar y otros no.
La interacción humana genera normas,
costumbres, luego tradiciones.
Y en algún momento esto plasma en una cultura.
Todo eso junto es una cultura.
Pero no necesariamente debe ser aceptada por la fuerza.
Y la idea, todos sabemos de la batalla cultural,
una idea de Gramsci que era una forma de tomar el poder de
sociedades donde el establishment político era muy
difícil para el comunismo poder penetrar en él.
Entonces, una estrategia era metámonos en la cultura,
el teatro, en el cine, en la televisión, en la literatura,
porque de ese modo podremos ir penetrando.
Pero el objetivo de esa batalla cultural no era la
cultura, era el poder.
Y el objetivo de la batalla cultural hoy en día para mí
también es el poder.
Es decir, la izquierda contra la derecha utilizando ciertas
ideas culturales para obtener el poder.
Y en realidad los liberales luchamos por algo mucho más
importante.
Estamos en medio de una batalla, pero la batalla es por los
derechos, no es por la cultura.
Entonces, lo que está en juego para nosotros es el respeto de
los derechos individuales frente a la base de distintas
formas de colectivismo, mientras socialistas y conservadores
pelean una batalla cultural.
Creo que nosotros debemos no perder el objetivo,
que es la batalla por los derechos individuales,
para eventualmente en el futuro poder elaborar la forma
cultural que surja de la evolución espontánea.
Esos dos puntos quería plantear y agradezco mucho la invitación.
Bueno, muchísimas gracias, Ricardo, por la introducción
al tema.
Hemos estado hablando sobre principios y conceptos básicos
en el liberalismo y como han sido todos muy respetuosos del
tiempo, incluso demasiado respetuosos,
tenemos todavía algunos minutos,
tenemos una media hora para hablar.
Y entonces, bueno, primero que nada,
Ricardo se estaba refiriendo a la cuestión de la batalla
cultural y en ese sentido quiero recordarles a todos que a las
15-30 de Argentina y hasta las 17 vamos a tener un panel que se
llama La Cultura en Disputa y nos vamos a preguntar qué es la
batalla cultural, si es que salgo.
Ricardo quizás no le guste demasiado el concepto,
vamos a ver qué opinan los otros panelistas,
que van a ser Alberto Venegas Lynch, Antonio Escotado,
Mauricio Rojas y Edgar Dozablotsky.
Pero bueno, entonces, voy a hacer una pregunta.
Si alguien quiere intervenir, yo no había planeado que hubiese
tiempo de debate, así que estamos, yo es voluntaria de la
participación.
Pero a escucharlos hablar se me ocurre que dado que hemos
estado hablando mucho sobre qué es el liberalismo,
podríamos hablar también sobre cuáles son los principales
desafíos al liberalismo cultural.
Tom estuvo hablando un poco sobre esta cuestión,
pero quizás otros quieran intervenir.
Mi pregunta es, primero en español,
¿dónde está el principal desafío al liberalismo desde un
punto de vista cultural?
Si se trata de personas, de partidos, de movimientos que
desafían ideas liberales, o si, por ejemplo,
se trata de conceptos anti-liberales también,
o supuestos que la gente hace sobre el liberalismo o sobre
los liberales.
Let me reframe this in English for our English speaking
audience.
Tom was talking about illiberalism.
So to him or to the others, my main question now is,
what is the main challenge to liberalism from a cultural
standpoint?
And because it could be anything, it occurs to me.
It could be, is it parties?
Is it people?
Is it movements that challenge liberal ideas?
Is it illiberal or anti-liberal concepts?
Is it assumptions that people make about liberalism
or liberals?
You're all welcome to engage, if you'd like.
Me gustaría si puedo intervenir.
Después de escuchar a mis compañeros de panel,
parece muy claro que en nuestro haber tenemos los
principios, me uno a los 10 principios que ha mencionado
Juan Ramón, tenemos la historia,
tenemos los filósofos que Imon también ha mencionado,
tenemos muchos debates entre nosotros, etcétera.
Yo no creo que los desafíos o el principal desafío del
liberalismo cultural sea algo externo,
porque el liberalismo creo que siempre se ha estado
enfrentando primero al Estado que crece y crece y crece,
sea que, según a Ricardo, en esa idea de no creemos en el
Estado mínimo, ya vamos a por lo grande, no Estado,
sea que prefieres un Estado mínimo,
como él decía, pues son como compañeros que vamos hacia el
mismo sitio que es limitar el Estado.
Siempre hemos estado confrontando porque creo que somos
incómodos, el pensamiento y los principios liberales son
incómodos, a veces son antiintuitivos,
no solamente desde el punto de vista económico,
también jurídico, etcétera, somos muy puntillosos,
buscamos matices.
Yo creo que el principal desafío está dentro del propio
liberalismo, en esta identidad, en esta búsqueda de lo que sí
somos, ¿no?
Y en especial, porque creo que dentro del propio liberalismo
está surgiendo un movimiento constructivista que,
mencionando lo que decía Tom Palmer,
esta idea de populista, de que hay un pueblo, una forma,
una manera, de verdad, que desde arriba se puede planificar
todo lo demás, hay gente dentro del liberalismo que se lo ha
creído, hay gente que está dispuesta a comprar o aceptar
ese constructivismo o esa articulación constructivista
de unos principios liberales que, obviamente, en el momento en
que aceptas el constructivismo, te sales de lo que los principios
liberales establecen.
Yo creo que es un tema casi de pérdida de la identidad,
no tanto tal vez de los valores, pero desde luego de saber que el
cómo se hacen las cosas también afectan y que el
constructivismo y esa idea populista de un pueblo, un
camino, etcétera, y un mesías no funciona dentro del
liberalismo.
Muchas gracias, María.
Me parece que Eamon quería decir algo, después también
tenemos a Juan Ramón y a Tom.
Eamon.
Es uno de los más grandes problemas del liberalismo.
Es una de las ciencias, si te gusta.
Es, en realidad, su propio suceso.
Porque el liberalismo ha sido tan sucesivo,
económicamente y socialmente, que las personas piensan que
puede agarrar alguna intervención, que siempre estará
ahí, que es tan fuerte y tan beneficioso, que todo el mundo
dirá, oh, tenemos que seguir con esto.
Y creo que las personas creen que las instituciones,
como la ley de la ley y el justicia y la idea de
minimizar la fuerza, que estas cosas llevarán,
no importa lo que te enviarán al sistema liberalismo.
Así que las personas enviarán todos los tipos de
intervenciones del gobierno y expectan que se eviten.
Pero es una planta delicada.
No se va a evitar, si es muy cuidadosa,
cultivada y nurturada.
Y creo que la democracia también es una de las plantas,
supongo, de liberalismo.
Pero, otra vez, las personas celebran la democracia.
Ellos dicen que es una institución maravillosa.
Es que nos permite tomar decisiones sociales
sin tener violencia.
Y así, ellos piensan que sí.
Y, por supuesto, interviene a todos en estas decisiones.
Así que deberíamos hacer más cosas democráticamente
y hacer más decisiones democráticamente.
Y eso, por supuesto, significa que lo que estás preguntando
es más cosas que ser decididas políticamente.
Y así, las políticas y la democracia
se estrenan más allá de su incendio
y más allá de sus capacidades.
Y luego, las personas perdieron la confianza.
Y luego, estás en la situación que Tom ha describido,
donde las personas distraen el sistema político
y, en vez de eso, vuelven a las alternativas populistas.
Así que creo que es muy esencial
que entendamos los básicos conceptos de liberalismo
y, de hecho, democracia.
Y que nosotros reiteramos esos básicos conceptos
sobre y sobre y sobre otra vez.
Gracias, Eamon.
We have now Juan Ramón and then Tom.
En la naturaleza humana está tanto el instinto
hacia la cooperación como el instinto hacia el parasitismo.
Y creo que ese instinto hacia el parasitismo es una constante
que influye la forma que adoptan la cultura y las instituciones
dentro de cualquier comunidad.
Es muy complicado que el ser humano, en contra de lo que se
suele criticar del liberalismo.
A los liberales se nos suele decir que somos personas que nos
deus, pero ocupamos de los demás.
Y que eso es muy sencillo.
Ocuparte solo de lo tuyo es muy sencillo.
Y aquí quiero traer a colación esa maravillosa idea
del recientemente fallecido filósofo Gerard Gauss,
que es a Oda, a Mister Scrooge, de ocuparte de lo tuyo.
La virtud de ocuparte de lo tuyo y de no meter las narices
donde no te llaman.
Desculturalmente, creo que el poder, la cultura,
se reconfigura en cada época para que ese instinto parasitario
que podemos tener muchos seres humanos adquiera una cierta
legitimación social.
Es decir, que haya ciertos procesos socialmente reconocidos
dentro de cualquier comunidad, ya sean a través del Estado,
en nuestras sociedades modernas, o a través de otro tipo de
instituciones.
Podría ser la religión en otras instituciones que justifique
que unas personas, normalmente en las mayorías beneficiadas,
estén parasitando a las minorías.
Y a mí, si me gusta el término batalla cultural,
ahí no coincido con Ricardo, no porque crea que el liberalismo
deba reconfigurar toda la cultura, ni muchísimo menos.
Yo mismo he expuesto en mi exposición que el liberalismo es
una filosofía política de mínimos.
Pero sí ha de dar la batalla por esos mínimos que deben
estar presentes, o deberían, deberíamos aspirar a que estén
presentes en toda cultura.
Es decir, defender el derecho de cada individuo a autodeterminarse,
a vivir su propia vida sin ser parasitado por otros.
Desmontando todas las justificaciones, todos los mitos,
todos los relatos que en cada época, en cada contexto social,
se construyen para que aquellas mayorías que se ven beneficiadas
de parasitar a los individuos en minoría,
esas narrativas que no tienen una raíz moral válida,
queden desmontadas.
Y al desmontarlas, estamos dando la batalla cultural,
porque estamos modificando, estamos contribuyendo a modificar.
Descentralizadamente, a través del terreno de las ideas,
pero estamos contribuyendo a modificar las percepciones
sociales mayoritarias que justifican el aplastamiento de
los derechos individuales.
Y ese creo que es el mayor reto.
El reto es seguir luchando día a día la eterna vigilancia
contra el instinto parasitario que está presente en todos los
seres humanos y, en cierto modo, construir,
no en términos hayequíanos, construir civilización,
fomentando valores centrados en el respeto y restricto al
proyecto de vida de cada persona.
Muchas gracias, Juan Ramón.
Ricardo después va a querer hablar también,
pero primero tenemos a Tom.
Please, Tom.
Con los otros anglófonos, estamos limitados en nuestra
habilidad de participar, porque creo que he traído el
gistro de las presentaciones españolas, pero me
hesita a venir en caso de que tengo algo malo.
Me gustaría elegir, en un punto muy importante,
que Ian ha hecho sobre sobreburdening ciertas cosas.
El liberalismo es tan fuerte que podemos cortar aquí, cortar ahí,
tomar este barco de la fundación, el hogar
todavía estará estando.
Es también lo cierto de la institución de la democracia,
por lo tanto, la democracia requiere, para que sea
sustainable, el gobierno limitado.
Si vivas en un sistema en el que los percibidos pueden
ser confiscados, imprimidos o ejecutados,
lo hará para que no se pierdan si están en poder, y eso significa
el final de la democracia.
Así que, una democracia sustainable requiere del gobierno limitado.
Es un componente importante de la democracia, que es, en general,
que la mayoría de ellos quiera hacer lo que quiera.
Si se acercan a los derechos de la minoridad, o los derechos
de los individuos, a algunos niveles fundamentales,
se atreve a ser una democracia.
Y esto es lo que hemos visto en la democracia.
Y esto es lo que hemos visto con la democracia,
la democracia, el chavismo, y así así.
No hay democracia en todo.
Porque a alguien que se siente contra ellos,
sabe lo que pasa a ellos como consecuencia.
Creo que, a nivel de la cultura,
tenemos un problema muy serio.
Y me da un poco de las tecnologías de la época moderna
que ha facilitado tantos canales de comunicación.
Nos la invitamos, pensamos que esto era maravilloso.
La internet iba a liberar a todos nosotros.
El problema es que se creó siloasación y echo chambers.
Y es tan fácil en un echo chamber
de refugiar, de escuchar a otras personas y de asistir a ellas.
Estamos todos en el silo.
Estamos hablando de cómo los demás personas son evocados.
Y porque no están en nuestro silo,
es fácil no verlos siendo ciudadanos y seres humanos.
Tenemos que el tribalismo ha emerge contra el pluralismo.
El liberalismo requiere una concepción pluralística de la sociedad.
No hay un will de la sociedad o un tipo de valores.
Hay una multitud dentro de una sociedad.
El pluralismo religioso, el pluralismo social,
todos los tipos de pluralismo.
Y luego, relacionado a eso, es la denigración de las reglas.
Las reglas son cómo vivimos juntos,
como si no compartimos todos esos valores comunes.
Cuando somos en realidad pluralísticos,
podemos tener un mínimo de reglas.
Pero creo que el concepto de reglas
ha venido en contacto, en vez de su acción.
Victor Orban, un populista de la derecha,
un populista inliberal en Europa,
articuló esto claramente.
Él dijo, enough talk, enough of this deliberation.
What we need is action.
He said, 30 strong young men who know what needs to be done.
This is the language of authoritarianism.
It is the denial of liberalism.
And we need to resurrect the ideas
and the more legitimacy of pluralism
that our fellow citizens who don't see the world
the way that we do,
who live differently, who have different religious values,
they are also fellow human beings and deserve our respect,
even when we disagree about important matters.
And then, the concept of rules,
rather than directly trying to get this
or that particular outcome,
but adherence and fidelity to rules.
Those are very deep values
that are associated with liberalism
and I'm afraid they're slipping away from us.
Thank you, Tom.
This is turning into a very interesting discussion.
We have now Ricardo and then Walter.
Ricardo.
Gracias.
Adón, solo dos cuestiones rápidamente.
Respecto de que sea Juan Ramón,
yo creo que en el fondo estamos diciendo lo mismo.
En definitiva, justamente lo que hoy se...
Si yo sigo la forma en que Juan Ramón describió
la batalla cultural en realidad,
es una batalla por derechos individuales.
La cultura es lo que se va a poder crear después
que nosotros tengamos reconocido
el derecho a que nadie avance sobre nosotros.
Y la batalla que tenemos hoy no es muy distinta
que la que tuvieron los autores del renacimiento
tratando de fomentar el reconocimiento
de la dignidad del hombre,
o la que tuvieron los padres fundadores de Estados Unidos,
o la que tuvieron los escoseces,
o Mises y Hayek en el fondo,
es una batalla por derechos.
Y después, que tengamos garantizado el derecho
de que nadie se meta en nuestras vidas,
contribuiremos al desarrollo de una cultura.
Y por eso es que no es que digo que no hay una batalla,
al contrario, creo que hay una batalla
que es mucho más importante y mucho más difícil
que una mera batalla cultural.
Eso simplemente, pero en el fondo creo que estamos diciendo
prácticamente lo mismo.
Y por otro lado, tal vez para poner un puntito más doméstico
a la discusión de lo que los liberales tenemos por delante,
yo creo que uno de los problemas más grandes
que tenemos los liberales es que vivimos en un mundo
donde el monopolio de la fuerza y de la legalidad
está establecido e indiscutiblemente.
Y eso incluye la posibilidad de que el Estado
use nuestros propios recursos
para redistribuir del modo en que quiera.
De modo que uno le tiene que salir a decir a la gente
que luche para tener el derecho de trabajar toda su vida
para tratar de progresar despacio
frente a alguien que le dice, vos tenés derecho
a que yo le quite plata al que tiene más que vos y te la dé.
Y eso genera incentivos, las personas se manejan por incentivos.
Cambiar los incentivos perversos del estatismo es algo muy difícil
y creo que es uno de los grandes desafíos que tenemos.
Por ejemplo, cuando yo leo a la época de la colonia en Argentina
los primeros grandes liberales, como Belgrano Víates,
que hablaban de estas cuestiones y que leían a los liberales europeos,
en realidad, liberalismo generaba incentivos muy fuertes en favor
en el siglo XIX o XVIII, porque la gente lo que quería era
tener acceso a un poco de tierra, poderla trabajar,
comercializarla en paz y poderla vender.
Y todo eso no lo podía hacer porque el monarca tenía el poder absoluto de la tierra
y nadie podía tener acceso a la tierra.
El liberalismo le decía, vos deberías poder comprar un pedazo de tierra,
vos deberías poder trabajar, comerciarlo libremente y venderse lo quien quiera.
Entonces el liberalismo generaba incentivos favorables.
Hoy, frente a la alternativa de que venga un gobernante con una tarjeta
y me diga, yo te todo los meses te deposito tanto
porque vos tenés derecho a ser mantenido por otros a quienes yo les voy a quitar dinero
porque ganan más que vos, es un desafío muy grande.
Creo que deberíamos encontrarle la vuelta a eso porque, si no,
me parece muy difícil que el liberalismo pueda pelear con armas iguales en esta situación.
Muchas gracias. Ricardo, pasamos ahora a Walter.
No sé si escucha, Marcos, solo una última idea.
Me parece que el desafío es un poco el mismo de siempre, ¿no?
Targuzano adentro de la manzana.
Las mieles de la libertad han generado mucho beneficio y tanto beneficio,
digo, salir de la pobreza, bajar el conflicto,
es lo que ha pasado en los últimos 200 años del occidente.
En alguna manera nos descompromete de la defensa de la libertad.
Y si uno pensar en la cultura como una cuestión evolutiva,
naturalmente puede evolucionar o involucionar, ¿no es cierto?
O sea, podés pensar en disfrutar de más grados de libertad
o también podés pensar que evoluciona un orden cerrándose hacia su fase anterior.
Estamos en el medio de eso.
Entonces el punto es que la libertad se defiende pero en el margen
y se empuja para conseguir más grados de libertad.
O sea, existe permanentemente una defensa de los valores del liberalismo en el margen.
Y en el margen es donde está la minoría más chiquita.
O sea, y ahí es donde se empuja, porque si no, no abrir los grados de libertad.
Lo que quiero decir, y ya termino, es que nosotros solemos creer
que la reciprocidad y la utilidad explican en buena medida toda la evolución.
Y personas que se respetan reciprocamente o mutuamente
y que luego, interesadamente, comercian, logran un orden de mayor libertad y éxito.
Pero la reciprocidad y la libertad, la reciprocidad y la utilidad
no alcanzan porque son las para defender la libertad.
Entonces el trasfondo de esto es que tiene que haber un compromiso moral
de defensa de la libertad en el margen para las pequeñas minorías,
para el tipo que está innovando y generando el cambio del orden.
Que es siempre marginal, ahí es donde se defiende la libertad.
Y ese compromiso, a mi manera de ver, se da solo con ejemplaridad.
Y esta es la palabra que quería destacar.
La ejemplaridad es simplemente hacer coincidir lo que uno piensa
con lo que siente, con lo que hace y con lo que dice.
Y este asunto es bien relevante, porque vos podéis atar
dos cualquiera de estos verbos y vas a ver que hay gente que no hace lo que piensa
o hay otra gente que piensa esencialmente lo que hace.
Y hay otra gente que dice lo que piensa y otra gente que no dice lo que siente.
Y otra gente que, bueno, en fin.
Ahora, el punto es pensar, decir, hacer, consistentemente, ejemplarmente, no es fácil.
Es pensar, sentir, hacer y decir, consistentemente, no es fácil.
Y los liberales, yo creo que en alguna medida tenemos que preocuparnos
por qué ese compromiso moral sea ejemplar.
Es decir, renunciar al privilegio propio.
Renunciar a la prevenda propia, porque en un orden que se está descomponiendo,
el incentivo a participar de la fiesta le repartó de altísimo.
Y el compromiso moral es mucho más fuerte
y mucho menos gente está dispuesto a hacerlo.
Entonces, en esos puntos, cuando la libertad se empieza a contraer,
cuando el orden se empieza a chicar, cuando la justicia empieza a reciar,
el compromiso moral que se demanda para mantener el orden abierto
y por más grado de libertad es mucho mayor
y sólo se consigue con gran ejemplaridad.
Y eso es muy difícil.
Ese para mí es el desafío moral último que la defensa de la libertad exige.
Muchísimas gracias, Walter, por la discusión.
Tenemos todavía algunos pocos minutos
y me gustaría hacer otra pregunta pequeña,
basada en lo que estaba diciendo Imon.
Ahora la voy a hacer en inglés, pero básicamente pensando en el éxito
que ha tenido el propio liberalismo en un número de aspectos,
desde el económico, hasta el social, el cultural,
lo que se me ocurre es, bueno, ¿cómo tenemos que hacer para defenderlo?
Porque la discusión me hacía acordar a la profecía de Marx
de que el capitalismo iba a caer por su propio peso.
Entonces mi pregunta es si deberíamos estar preocupados.
Si había algo de razón en esa predicción.
O si, por el contrario, podemos defender al liberalismo exitosamente.
Briefly, en inglés,
voy a pegar algo que Imon ha dicho sobre el suceso de liberalismo
en un número de francés,
van de económico a non-economico.
Entonces mi pregunta es, ¿cómo podemos defenderlo?
Porque esto me mencionó la discusión de Marx's profecía
de que el capitalismo iba a caer por su propio suceso.
Entonces, ¿está correcto?
¿Puedemos estar preocupados sobre esto?
Si alguien quiere entrar, están más de bienvenido.
Este es David.
Déjame entrar y decir algo sobre eso.
Creo que él está absolutamente correcto.
Es muy fácil de tomar para garantizar
la confort y el estado de vida que tenemos hoy.
Y he dicho que si solo las truths de la economía
trabajan más rápido y más obvio,
para que salga el mínimo y inmediatamente
2 millones de personas pierdan sus trabajos,
entonces la gente lo entenderá.
Pero porque la economía es muy fuerte
y puede llevar mucho de la intervención
sin visibilizar o caer, y estamos reducidos a decir,
bueno, sí, la economía fue 2,7% el año pasado,
pero podría haber sido 2,9% sin esa particular ley.
Puede haber sido 3,1% sin varias reglas.
Es muy difícil para las personas que entiendan.
Así que creo que es importante recordar a las personas.
Y esto es uno de los cosas que Dierga McLosty ha hecho,
ha dicho que el mundo antes del liberalismo y el capitalismo
y uno de los cosas es para reivindar a las personas de nuestros sucesos
y lo que podríamos dejar ir.
Y eso actually brings up something I wanted to comment somewhat
critically on in Eamon's talk.
He said that toleration is an important liberal value
and I agree with that, of course.
He also said we've lost a lot of ground on the toleration issue.
Well, yes, I know what he means by that,
that the idea of political correctness or wokeism on campus,
yes, it's terrible that college professors
are being challenged for either having dissident ideas
or saying something infalicitously or whatever.
However, when you say we've lost a lot of ground on toleration,
I take a longer view.
Look at the origins of the United States.
There was no tolerance at all for black people.
They were held as slaves.
There was not so much toleration for women having ideas
or economic activity.
Gay people were not fully equal citizens in the United States
until six years ago.
And I won't presume to comment on Latin America
and the rest of the world,
but I think you can all tell similar stories.
So when I think about toleration
and how we've gone from countries
where the monarchy and the aristocracy
looked down on everyone else,
and I have to say, if you're going to hate people,
it's probably better to hate them for their ideas
or their actions than for the circumstances of their birth.
So I don't really disagree with Eamon
that yes, we should talk to college students
about the values of a liberal society
and the fact that people disagree with each other
and we should accept that and we should argue with them.
And the line between vigorous response
and attack or shutdown may be difficult to discern,
but we know that there is a difference there.
So this is part of remembering our success.
There are wars in the world.
It's not nearly as bad as it used to be.
There is intolerance for certain ideas,
way better than toleration in the past,
and even the economy,
for all the things that we,
for all the regulations that we've heaped on it,
we had an economy,
there was an economy that essentially did not grow
for thousands of years,
and only when some form of bourgeois liberalism,
capitalism arose around 1700,
did we start to see sustained economic progress
that has brought us to a world
where we can all sit in comfortable libraries, I notice,
and talk to each other across the world.
And that is, that's what we are defending.
We should call ourselves progressives
because we are the only people
who defend progress and want more of it.
Thank you, David, for your comment.
It was very, very encouraging.
I have to say, we have time for one more short comment
if anyone would like to join,
and then we'll close and move on to a different panel.
Would anyone like to jump in?
I just like to say that,
yeah, David, I am actually an optimist.
It doesn't come naturally to me.
But when I look at it,
and I look at the young people coming through
and all the rest of it,
they're excited by liberal ideas,
and the cleverest ones are the most excited.
And through trade, commerce, internationally,
having expanded the world trade system,
got rid of a lot of tariffs,
still a lot of barriers that is true,
but bringing a lot of ideas,
but bringing millions,
indeed, billions of people into the world trading system.
We do learn about other countries and other peoples
and their customs and so on,
and we consume their goods and their services,
and we eat in their ethnic restaurants and all the rest of it.
We begin to understand other people.
So I think liberalism has made the world
a smaller place.
It's made the world a safer place.
And, yeah, I do agree.
It has, overall, it's made the world a more tolerant place.
And those can only be good things.
OK, Juan Ramón y Walter,
querían hacer un comentario.
Tom, really briefly,
if you would like to, too.
Just wanted to add,
we have a moral obligation to be optimistic as well.
Optimistic people are more likely to succeed than pessimists.
And I think liberals are called to be optimistic for that reason,
if or no other.
Thank you, Tom.
Juan Ramón, muy brevemente.
No puede morir.
Por legarlo con lo que decías de que el capitalismo
puede morir de éxito.
En la media en que el capitalismo genera prosperidad,
el capitalismo también genera
una cantidad creciente de personas
que tienen que trabajar durante menos horas
y que, por tanto, pueden dedicar más horas a pensar.
Es decir, genera muchos más intelectuales.
Y creo que la tarea de los liberales es influir crecientemente
sobre esas hornadas expansivas de intelectuales
para que no se acerquen a ideas antiliberales.
Vamos a tener cada vez más gente con tiempo libre pensando,
y en la medida en que esa gente con tiempo libre pensando,
dedique su tiempo libre a pensar
sobre cómo limitar las libertades de los demás,
pues ahí tendremos un problema.
Pero ahí entra la batalla de las ideas,
la batalla cultural, la batalla por los derechos,
como lo queramos llamar, que es importante refrescar
y renovar cada día.
Muchísimas gracias, Juan Ramón.
Y ahora sí, Walter, para cerrar, muy brevemente.
En Latinoamérica, nosotros vivimos
contrario a lo que creemos en una situación mercantilista.
Uno cree que vivimos metidos en un mundo socialista.
Esto no es cierto.
La gente en particular vive dentro de mercantilismo,
con castas, con capitalismo de amigos,
con mandones que repartan el poder
como si fueran reyes y nobles.
Y entonces es mucho más propicio
el espacio para que los liberales hagamos
lo que se hizo en otro momento,
es decir, reclamar justicia.
Simplemente justicia, igualdad de trato
ante la ley y que se terminen los privilegios.
Es una gran oportunidad para que la gente joven
en el maltrecho momento de Latinoamérica
reclame por estas cosas para cambiar
el orden en el que vivimos y ganar más grado de libertad.
Bueno, Walter, muchísimas gracias.
Muchísimas gracias a todos nuestros panelistas,
a David, a Iman, a Ricardo, Tom, Juan Ramón,
Walter, María, por este debate
que es tan interesante.
Les agradecemos muchísimo por haber sido
parte de este primer panel del Congreso
Superamericano de Liberalismo Cultural.
Les damos las gracias.
Y vamos a pasar, entonces, al segundo panel.
Vamos.
Te voy a pedir, Gareth,
que te sumes a la transmisión.
Ahí es todo, y Marcos, ¿cómo estás?
Todo bien?
¿Qué panel que tuvimos recién?
¿Qué panel? ¿Qué opinas?
Muy interesante, realmente, con un montón
de ideas
que parecen conectarse
en algunos puntos, otras
con diferencias como las fuimos viendo,
pero que sin duda alguna dejan planteada
la semilla como para seguir discutiendo.
Yo iba siguiendo los comentarios,
incluso de la gente que está allí
de otro lado, desde sus pantallas,
desde sus celulares, desde sus computadoras,
desde donde decía que no se estén viendo
distintos lugares del mundo, y me da la impresión
de que era básicamente lo que yo estaba
sintiendo, lo que se veía reflejado en muchos
de los comentarios que íbamos teniendo ahí
en YouTube, así que sin duda alguna
un panel de excelencia,
Marcos, el que moderaste recién,
lo llevaste muy, muy bien.