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Boletín semanal de los últimos disparates económicos de Podemos. Por un lado, su propuesta
para solucionar la asfixia financiera de los hipotecados a tipo de interés variable de que
se puedan convertir gratuitamente las hipotecas a tipo de interés variable en hipotecas a tipo
de interés fijo. Por otro lado, su propuesta de sancionar a Ferrovial con la obligación de
devolver todas las ayudas públicas que recibió durante la pandemia y que, según Podemos,
fueron claves, fueron cruciales para lograr que esta empresa se mantuviera a flote.
Dos despropósitos a cada cual mayor. Veámoslo.
Durante los últimos días, Yone Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de
Derechos Sociales y Agenda 2030, se ha coronado en lo disparatado de sus propuestas de política
económica. Y me estoy refiriendo a dos recientes ocurrencias de Unidas Podemos verbalizadas por
Por un lado, solucionar el problema de la asfixia financiera que están experimentando
muchos hipotecados a tipo de interés variable mediante la aprobación de una ley que imponga
la conversión gratuita de hipotecas a tipo de interés variable en hipotecas a tipo de interés
fijo. Y por otro lado, sancionar a Ferrovial por el hecho de irse de España con la obligación de
devolver todas las ayudas públicas que ha recibido durante los últimos años y que permitieron,
según Yone Belarra, que esta compañía se mantuviera a flote. Empecemos analizando la
primera de las propuestas, es decir, la gratuidad obligatoria de la conversión de hipotecas a tipo
de interés variable en hipotecas a tipo de interés fijo. Hicimos otra nueva propuesta para facilitar
que la gente pueda pasarse de una hipoteca de tipo variable a una hipoteca de tipo fijo de manera
completamente gratuita y de manera estructural. Creo que esto aliviaría a muchas familias,
a miles de familias en España que están viendo cómo su hipoteca sube 100, 200, 300 euros al mes,
que en un contexto de crisis económica y de inflación como la que vive nuestro país es
absolutamente inasumible. Dejando de lado que esta gente por la mañana te defiende que la economía
española va como un tiro, que nunca se ha creado más empleo que en estos momentos, que España es
el motor económico de Europa. Y por la tarde te dice que estamos experimentando una crisis económica
brutal y que la inflación está arruinando a los españoles, dejando de lado esta contradicción
evidente, lo que propone John E. Bellarra no tiene ni pies ni cabeza. El problema de los hipotecados
a tipo de interés variable no es que los costes de tramitar el cambio de su hipoteca a una hipoteca
de tipo de interés fijo sean muy altos, sean muy onerosos, y que al ser tan altos eso constituye
un obstáculo infranqueable que les impida convertir su hipoteca a tipo de interés variable en una
hipoteca a tipo de interés fijo. No, ese no es el problema. Para convertir una hipoteca a tipo
de interés variable en una hipoteca a tipo de interés fijo, o hay que novar la hipoteca a tipo
de interés variable, es decir, modificar alguno de los elementos esenciales del contrato, en este
caso el tipo de interés, pasarlo de variable a fijo, o tenemos que subrogarnos en una nueva hipoteca,
es decir, que un banco nos conceda una hipoteca a tipo de interés fijo, y con ese dinero que
obtenemos por la hipoteca, amortizamos la hipoteca a tipo de interés variable.
Cualquiera de estas dos estrategias sirve para cambiar una hipoteca variable a una hipoteca fija,
y la ley actualmente ya limita la comisión por novación o por subrogación al 0,15% del capital
pendiente de amortizar. Pero eso solo durante los tres primeros años de vida de la hipoteca,
a partir del cuarto la comisión ha de ser del 0%. Por tanto, todos los hipotecados a tipo de
interés variable que ya lleven más de tres años con su hipoteca, ese cambio, esa transición,
ya resulta gratuita, al menos con respecto a esta comisión. Es verdad que luego puede haber alguna
comisión adicional, por ejemplo, en la subrogación. Hay que tasar nuevamente la vivienda y quizá la
concesión de la nueva hipoteca con la que amortizamos la vieja hipoteca conlleve una
comisión de apertura. Es decir, que la ley que propone Podemos sí que podría terminar abaratando
algo la transición de hipotecas a tipo variable en hipotecas a tipo fijo. Pero es que eso no va
a solucionar los problemas financieros de los hipotecados a tipo variable. ¿Por qué razón?
Porque si un hipotecado a tipo de interés variable convierte hoy su hipoteca a tipo de interés fijo,
el tipo de interés que pagará esa persona son los tipos fijos de hoy. El tipo de interés fijo
de las hipotecas hoy puede rondar el 3%, 3,5% o incluso 4%. Por tanto, los hipotecados que
cambien hoy su hipoteca de tipo variable a tipo fijo se están cerrando a largo plazo un tipo de
interés anual del 3%, del 3,5% o del 4%. Aunque bajen en el futuro los tipos de interés, seguirán
atados a ese 3%, 3,5% o 4%, que son los tipos de interés fijos de hoy. Por tanto, si muchos de
estos hipotecados ya no pueden pagar un EURBOR del 3,6% más el diferencial que les haya añadido el
banco a su hipoteca a tipo de interés variable, tampoco podrán pagar una hipoteca del 3%, del 3,5%
o del 4%. Con el agravante, insisto, de que si el EURBOR baja en el futuro, como el mercado espera
que termine bajando, el mercado se puede equivocar, por supuesto, pero las expectativas ahora mismo en
el mercado es que, durante los próximos trimestres, los tipos de interés van a empezar a bajar. Y
Jon Belarra está empujando a los hipotecados a tipo de interés variable a que cambien hoy a una
hipoteca a tipo de interés fijo, abaratándoles los pequeños costes que subsisten hoy, para
mantenerlos encerrados durante el resto de la vida de la hipoteca a esos altos tipos de interés
fijos. No sé si es que Belarra cree que convertir una hipoteca a tipo de interés variable en una
hipoteca a tipo de interés fijo significa que la conversión se producirá a los tipos de interés
fijos que habrías pagado hace tres o cuatro años. Pero eso no funciona así, la conversión se efectúa
a los tipos de interés fijos actuales. E insisto, cerrarte hoy un tipo de interés fijo del 3,5%
o del 4% a 20-25 años no tiene por qué ser el mayor negocio financiero de la vida de una persona.
La mano dura que plantea contra Ferrovial por haber sobrevivido gracias a las ayudas públicas que
recibió durante la pandemia. Escuchémosla. Desde mi punto de vista lo que estamos viendo con
Ferrovial, el gobierno de España no lo puede permitir. Pensamos que el gobierno de España
tiene que ser mucho más contundente. Ferrovial lo está viendo todo el mundo, se va a otro país
para tratar de evadir el pago de impuestos en España. Eso es reírse a la cara de los españoles y
las españolas que con su dinero, con el dinero de sus impuestos, con dinero público, dieron ayudas
en lo peor de la pandemia a una empresa como esta. Se mantuvo a flote gracias a las ayudas públicas
y hoy lo que estamos viendo es que en tiempos de bonanza, bueno, pues cogen las cosas y se van.
Creo que no se puede permitir y que tienen que devolver hasta el último euro de dinero público
que recibieron de los españoles y de las españolas. ¿A qué ayudas públicas se está
refiriendo Yone Belarra? ¿Cuáles fueron esas gigantescas ayudas públicas que contribuyeron
a que Ferrovial sobreviviera durante la pandemia? Vuelvo a colocar sus palabras.
Se mantuvo a flote gracias a las ayudas públicas. Se mantuvo a flote durante la pandemia gracias a
las ayudas públicas, dice Yone Belarra. Vamos a ver cuáles fueron esas gigantescas ayudas públicas
que permitieron que una empresa como Ferrovial sobreviviera en el año 2020 o en el año 2021.
Neutral nos desgrana los detalles. Titular, en tres años, 2020, 2021 y 2022, Ferrovial ha recibido
14 subvenciones por 3,2 millones de euros. Además de las subvenciones públicas, Ferrovial ha
recibido tres préstamos del Estado por 792.278 euros. No millones de euros, sino euros, es decir,
un préstamo de menos de un millón de euros. Ferrovial es una empresa con un patrimonio neto,
con unos fondos propios, con una capitalización propia de casi 8.000 millones de euros. Una
empresa que, en ejercicios normales, puede estar ganando cada año entre 150 y 200 millones de euros.
Es verdad que en 2020 perdió dinero, pero en 2021 obtuvo unos beneficios extraordinarios de
1.200 millones de euros. Sentado todo lo anterior, no parece que 3,2 millones de euros sobre un
patrimonio neto de casi 8.000 millones de euros hayan sido demasiado decisivos para la supervivencia
de Ferrovial. Y lo mismo cabe decir del préstamo que no llega al millón de euros. Los pasivos de
Ferrovial, el conjunto de las obligaciones financieras de Ferrovial, superan los 18.000
millones de euros. No parece, por tanto, que Ferrovial tenga un enorme problema para captar
financiación en los mercados por importe de menos de un millón de euros cuando ya capta más de
18.000 millones de euros. Pero claro, uno se podría plantear, entonces, si no lo necesitaban,
¿para qué se lo dieron? Y desde luego uno se puede oponer a las subvenciones públicas a
empresas privadas. Yo me opongo radicalmente a ello. Pero no deberíamos engañar al personal
con la finalidad de estas subvenciones. Yo neve la rada a entender que se le dio dinero a ayudas
públicas a Ferrovial para posibilitar que sobreviviera, cuando el objetivo de estas
subvenciones no era, en absoluto, reforzar la solvencia o la liquidez de Ferrovial. Estas
subvenciones o estos préstamos se le dieron a Ferrovial para que aceptara gestionar determinados
servicios municipales o participar en determinados proyectos en los que al Estado le interesaba que
participara. Lo podemos leer en la misma noticia de Núutro. La multinacional ha recibido subvenciones
de distintos organismos como la Agencia de Residuos de Cataluña, la Agencia Gallega de Innovación o
la Fundación de la Energía de la Comunidad de Madrid. En estas ayudas destacan cuatro del
Ayuntamiento de Murcia, donde se concedieron cuatro subvenciones a Ferrovial Servicios por
2,9 millones de euros, según recoge el Sistema Nacional de Publicaciones de Subvenciones de
Ayudas Públicas. La más cuantiosa es de un millón de euros y la percibió en diciembre de 2022.
Esta subvención es anual y estaba prevista en un contrato público del consistorio para la redacción
del proyecto de obras y construcción de piscina cubierta y su gestión. Según se señala en la
resolución de la subvención para Ferrovial, en los pliegos del contrato estaba previsto que el
Ayuntamiento de Murcia entregara anualmente a la empresa adjudicataria una cuantía para la gestión
del Centro Deportivo. Básicamente, el Ayuntamiento de Murcia quiere que exista una piscina municipal
dentro del Centro Deportivo municipal, esa infraestructura es deficitaria, o al menos lo
es en las condiciones en las que el Ayuntamiento de Murcia quiere que se preste ese servicio
municipal, por ejemplo, con tarifas reguladas a precios bajos, asequibles, etcétera. Y,
por tanto, para que haya empresas interesadas en prestar ese servicio municipal que es deficitario,
el Ayuntamiento de Murcia da una subvención para compensar esas pérdidas derivadas de ese proyecto
del Ayuntamiento de Murcia, cuya gestión es encargada a una empresa privada. Esto, repito,
no tiene nada que ver con darle dinero a Ferrovial para garantizar que se mantenga a flote. Y lo
mismo con los préstamos que ha recibido Ferrovial. Leemos en neutral. Además de las subvenciones,
Ferrovial también recibió préstamos, como tres que concedió el Ministerio de Ciencia e Innovación,
por un total de 792.278 euros a dos empresas del Grupo Ferrovial, uno de 191.282 euros a Ditec Pesa,
una filial especializada en la fabricación de asfaltos, y otros dos de un total de 600.996 euros
a Ferrovial Agromán. Los préstamos servían para financiar un proyecto de I+, del Centro para el
Desarrollo Tecnológico-Industrial dependiente del Ministerio de Ciencia. Es decir, que el
Ministerio de Ciencia quería que Ferrovial participara en ese proyecto y para impulsar
su participación le dio un préstamo de casi 800.000 euros. Eso no es darle un préstamo para
proporcionarle liquidez y que Ferrovial se mantenga a flote. Es más, siendo un préstamo,
Ferrovial tendrá que devolverlo, sea ferrovial española o neerlandesa. Por tanto,
lo que está diciendo Joan Ebelarra con respecto a estos 800.000 euros no pinta nada,
Ferrovial ya va a tener que devolver ese dinero. ¿Se quede o se marche?
Eso es reírse a la cara de los españoles y las españolas que con su dinero, con el dinero de
sus impuestos, con dinero público, dieron ayudas en lo peor de la pandemia a una empresa como esta,
se mantuvo a flote gracias a las ayudas públicas y hoy lo que estamos viendo es que en tiempos de
bonanza, bueno, pues cogen las cosas y se van. Creo que no se puede permitir y que tienen que
devolver hasta el último euro de dinero público que recibieron de los españoles y de las españolas.
Creo que aquí la única que se ríe de los españoles y de las españolas eres tú.