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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Este pasado sábado estuvo en la sexta noche y en un momento del debate estuvimos discutiendo
sobre si la reforma laboral había incrementado o no la temporalidad en España. Veámoslo.
Respondiendo a Gonzalo a esto último, hoy la tasa de temporalidad es bastante más baja
que antes de la reforma laboral. ¿La temporalidad antes de la reforma laboral?
El 12 ahora, la temporalidad ha subido. Sí, la gente a lo mejor trabaja hoy.
Claro, claro, pero que saben lo que pasa y saben lo que pasan los mismos.
A lo mejor Elisa nos acuerda de cuál es la temporalidad en el año 2004.
Claro, porque ellos no vivían en el año 2004.
Perdona, no, por favor, no, por favor, por favor.
Elisa, si la gente tiene tanta memoria, tú estabas en el mercado laboral en 2004-2005,
¿me puedes decir cuál era la tasa de temporalidad en 2004-2005?
Yo no estoy hablando de que se sepa tal tasa. Yo sé que sabían que en 2004, a lo mejor,
eran fijos, yo era fija en 2000. Ya no soy fija, pero eso lo sabe todo el mundo,
de ellos, de sus hijos, de sus vecinos y de sus yernos.
Elisa, eso se llama la tasa de temporalidad en el año 2004-2005 era del 35.
Es que en el 2012 se había destruido masivamente empleo temporal.
Perdona, perdona, tienes que comparar, crisis con crisis, bonanza con bonanza.
Tienes que comparar. Tienes que comparar.
Periodos en los que la tasa de paro estaba en el 14%, como lo está ahora,
con la tasa de temporalidad en esos mismos momentos.
Cuando la tasa de temporalidad estuvo en el 14%, en periodos anteriores,
perdón, cuando la tasa de paro estuvo en el 14%, en periodos anteriores,
la tasa de temporalidad estaba en el 32, 33%.
Hoy en el 26, por tanto, la reforma laboral no ha aumentado la temporalidad,
la ha reducido insuficientemente.
La temporalidad sigue siendo un problemón de la economía española.
Estoy totalmente de acuerdo en que hay que luchar contra la temporalidad,
porque es un drama, es una lacra, pero cargando, criticando la reforma laboral,
cuando la reforma laboral no ha hecho nada por promover la temporalidad,
es un error. La temporalidad es un problema estructural de la legislación laboral española.
No de la reforma laboral de TPP, estáis engañando,
era estructural, rayo, en plena,
cuando culpáis a la reforma laboral de algo que es estructural a la legislación española.
En plena bonanza y guanón.
Por clarificar la cuestión, mi objetivo en este vídeo es doble.
Primero, demostrar que la reforma laboral no ha elevado la tasa de temporalidad en España
por encima de los niveles que ha alcanzado en los últimos 30 años.
Segundo, explicar por qué la comparación que en un momento plantea Gonzalo Bernardo
entre la tasa de temporalidad de 2012 y la tasa de temporalidad en la actualidad
no tiene sentido y, por tanto, no es una comparación adecuada.
En primer lugar, la tasa de temporalidad actual,
tasa de temporalidad post-reforma laboral,
es una tasa de temporalidad anormalmente elevada en la historia reciente de España,
en absoluto. Como podemos ver en este gráfico,
la tasa de temporalidad a lo largo de los 90 y a lo largo de los primeros años del siglo XXI
durante la burbuja inmobiliaria estuvo sostenidamente por encima de sus niveles actuales.
De hecho, estuvo por encima del 30%.
Cuando en la actualidad oscila según el trimestre entre el 26 y el 27%.
Por tanto, tenemos una tasa de temporalidad apreciablemente más baja que la que había en España
durante otros marcos laborales distintos a la reforma de 2012.
Una tasa de temporalidad unos 6, 7, 8 puntos inferior a la que había en los 90
y a la que había entre 2000 y 2007.
Por supuesto, uno podría decir que quizá nuestra tasa de temporalidad en la actualidad
es anormalmente baja debido a que no estamos haciendo comparaciones homogéneas.
Podría suceder que cuando la tasa de paro es muy baja, la tasa de temporalidad es muy alta
debido a que el empleo que se genera es esencialmente temporal.
Y en cambio, cuando la tasa de paro es muy alta, la tasa de temporalidad tiende a ser baja
porque estamos destruyendo esencialmente empleo temporal.
Por tanto, para que la comparación fuera homogénea deberíamos comparar periodos
donde la tasa de paro era parecida al actual en torno al 14%
y la temporalidad que había en esos distintos periodos.
Pues bien, en el gráfico que podemos observar a continuación,
Cortesía de la Fundación BBVA, lo que observamos es cuál es la tasa de temporalidad en España
en distintos momentos históricos en los que la tasa de paro ha estado cerca de sus niveles actuales
entre el 13 y el 15%. Y como podemos observar en el recuadro que he destacado en rojo,
la tasa de temporalidad en esos momentos rondaba el 33, 34%
cuando en la actualidad la tasa de temporalidad es del 26, 27%.
Por tanto, el marco laboral POST Reforma de 2012, si algo ha hecho,
ha sido reducir en algo la temporalidad que había en España.
¿Y por qué la ha reducido? Bueno, pues por una razón muy sencilla,
en la medida en que la diferencia entre el coste de despido del trabajador indefinido
y el coste del despido del trabajador temporal se han estrechado, sigue siendo todavía
una diferencia muy importante, pero es menor de la que había antes de 2012,
el sesgo empresarial a contratar trabajadores temporales
con preferencia a trabajadores indefinidos se ha reducido. Es decir, la llamada dualidad
del mercado de trabajo, el hecho de que haya una parte del mercado de trabajo
con contratos indefinidos y blindados frente a las contingencias de la economía
y que haya otra parte del mercado de trabajo que sea trabajadores temporales
que son la variable de ajuste cuando vienen maldadas y cuando vienen bien dadas,
esa dualidad, esa segmentación del mercado de trabajo debido a la legislación laboral
no es que haya desaparecido ni muchísimo menos, España sigue teniendo una tasa de temporalidad
altísima, pero sí es menor de lo que solía ser antes de la reforma laboral de 2012.
Tan es así, insisto, que la reforma laboral de 2012 no afecta en absoluto
a la contratación temporal, no hay ninguna medida en la reforma laboral de 2012
que promueva la contratación temporal, no hay ninguna medida que afecte
siquiera la contratación temporal. Desde el año 2012, si algo ha sucedido,
es que el coste de indemnización por despedir a trabajadores temporales
ha aumentado, no ha disminuido, no se ha vuelto más sencillo.
Lo que sí hizo la reforma de 2012 es abaratar algo el coste de la indemnización
por despido de los trabajadores indefinidos, pero no de los temporales.
Y justamente por eso, la comparación que pretende hacer Gonzalo Bernardo
para de alguna manera culpar a la reforma laboral de haber incrementado
la temporalidad, comparación entre la tasa de temporalidad de 2012
con la tasa de temporalidad actual, es una comparación tramposa. En efecto,
en el cuarto trimestre de 2011, justo antes de aprobar la reforma laboral,
la tasa de temporalidad era del 24,6% del conjunto de asalariados,
y hoy esa tasa de temporalidad es del 26,6%. Por tanto, es cierto
que entre finales de 2011 y la actualidad, la tasa de temporalidad ha subido
en dos puntos. ¿Pero por qué digo que esta comparación es tramposa?
Pues por lo mismo que decíamos antes. Hay que comparar periodos en los que la tasa de paro
es similar, no periodos en los que la tasa de paro es distinta. La tasa de paro
a finales de 2011 superaba el 20%. Hoy está en el 14%.
Durante el primer periodo de la crisis económica, es decir, antes de la reforma laboral
entre 2007 y 2011, el empleo que se destruyó fue básicamente empleo temporal,
porque el despido indefinido era muy caro y, por tanto, las empresas priorizaban
prescindir de los trabajadores temporales, aunque fueran más baratos y más eficientes
que los trabajadores indefinidos, simplemente porque despedir a los indefinidos
les salía carísimo. Entre el año 2007 y el año 2011 se producen 2 millones
de despidos de asalariados y de esos 2 millones 1,5 son asalariados temporales,
es decir, el 75% de toda la destrucción de ocupación asalariada se concentra
en los trabajadores temporales porque era mucho más barato despedirlos a ellos
que a los trabajadores indefinidos. ¿Pero qué sucede a partir del año 2012
cuando la reforma laboral reduce algo la diferencia entre el coste del despido
de los temporales y el coste del despido de los indefinidos?
Pues que desde el año 2011, desde finales de 2011, en España se han creado
1,7 millones de empleos. En realidad, si midiéramos desde el año 2014,
que es cuando empezará la recuperación, se crean más, pero comparando desde
finales de 2011, antes de la crisis 2012-2013, desde finales de 2011 a la actualidad
1,7 millones de empleos. De ellos, 700.000 son temporales.
Por tanto, cerca de un millón de empleos asalariados que se han creado en España
son asalariados indefinidos. Esto, en cierta medida, rompe el patrón histórico
de la economía española en los últimos 30 años. Como hemos dicho antes,
es cuando España crecía, creaba mucho empleo temporal, y cuando España
crecía destruía mucho empleo temporal. Lo que ha sucedido tras la reforma laboral
es que sí, obviamente hemos creado mucho, demasiado empleo temporal, pero mucho menos
del que era normal o era habitual que creáramos con otro marco laboral
que abarataba muchísimo la contratación y el despido temporal en relación
con la contratación y el despido indefinido. Por tanto, si la reforma laboral
no ha creado, no ha massificado, no ha amplificado la contratación temporal
en España, ¿por qué nuestro país tiene una tasa de temporalidad tan sumamente
alta entre la primera y la segunda mayor de Europa, según el trimestre
en el que lo estemos comparando? ¿Por qué nuestro país tiene una tasa de temporalidad
tan sumamente alta? Bueno, esto viene no de la reforma laboral del año 2012,
sino de una reforma laboral que aproba el Partido Socialista en el año 84.
En el año 84 el mercado laboral español estaba muerto, no generaba empleo,
y el Partido Socialista lo que hace es, bueno, facilitemos que al menos
se cree empleo temporal porque es mejor un contrato temporal que estar en el paro.
Quien es responsable, por tanto, de la legislación que multiplica
la contratación temporal en España es, repito, el Partido Socialista en el año 84.
Y esa invitación de la legislación laboral a recurrir a abusar
del contrato temporal no ha cambiado sustancialmente desde entonces.
De hecho, el mayor cambio para reducirlo ha sido, en todo caso, la reforma laboral
del año 2012. ¿Y por qué no ha cambiado demasiado desde entonces?
Pues porque las circunstancias que llevaron al Partido Socialista a aprobar
la reforma laboral del año 84 que promovió la contratación temporal
siguen en gran medida vigentes. El coste de despido
del trabajador indefinido en España, a pesar de la reforma laboral de 2012,
sigue siendo muy caro. De acuerdo con la OCDE, somos el país europeo
con el despido indefinido más caro junto con Portugal.
¿Esto qué significa? Pues significa que los empresarios son bastante renuentes
a aumentar la contratación indefinida por el riesgo a que tengan que
extinguir en el futuro de ese trabajador y lo tengan que hacer a un coste muy alto.
Por tanto, si la contratación indefinida no es algo que se promueva
con fluidez, salvo cuando la economía está creciendo mucho, lo único que queda
es recurrir a la contratación temporal. El problema es que la contratación temporal
lastra la carrera laboral de aquellas personas que la sufren.
Y, por tanto, tampoco debería ser la alternativa basurienta en la que se basara
la economía española, el mercado laboral español. Así que, en definitiva,
existen dos grandes opciones. Una de ellas, favorecida, defendida por Podemos,
que es prohibir o regular muchísimo la contratación temporal para, en cierto modo,
volver al régimen anterior a 1984. El problema de esta alternativa es que,
si mantenemos el coste de la contratación indefinida muy alto, va a haber menos
contratación temporal, sí, pero no va a haber más contratación indefinida.
Y, por tanto, menos contratación temporal, misma contratación indefinida,
en conjunto es menos contratación agregada, menos creación de empleo.
Existe otra posibilidad, que es rebajar el coste de la contratación indefinida
para que, al mismo tiempo que penalizamos o dificultamos la contratación temporal,
no desincentivemos como ahora la contratación indefinida. En ese caso,
sí habría menos contratación temporal, pero al mismo tiempo incrementaríamos
la contratación indefinida y no se produciría una merma en la contratación total.
Esa es la alternativa que habría que explorar, pero es una alternativa que, por desgracia,
no defiende ningún partido político. De ahí que todos ellos en general
hayan perpetuado el régimen que inauguró el Partido Socialista en el 1984,
que es mantener la contratación indefinida muy cara y flexibilizar
la contratación temporal, aún cuando ello genere problemas muy serios
tanto para los trabajadores que la padecen como para la productividad
del conjunto de la economía, porque qué empresario va a invertir
en formar y capitalizar a un trabajador que va a estar apenas unos meses en su empresa
y que, al cabo de esos meses, va a reemplazar por otro trabajador
que también va a estar solo unos pocos meses en la empresa. En todo caso, y al margen
de estos debates más de fondo, lo que sí debería quedar claro, a tenor del debate
que mantuvimos en la sexta noche, es que, primero, la tasa de temporalidad
hoy es más baja de lo que solía ser con contextos macroeconómicos
similares en España gracias a la reforma laboral. La reforma laboral
no ha promovido la temporalidad, sino que la ha desincentivado. Y, segundo,
la comparación de la tasa de temporalidad del año 2011 con la tasa de temporalidad actuales,
es una comparación tramposa. Hemos de comparar tasas de temporalidad
en contextos macroeconómicos similares, sino sería tan demagogo
como decir que, como la tasa de paro a finales de 2011
era muy superior a la tasa de paro actual, toda la reducción
en la tasa de paro que hemos experimentado desde el año 2011 es gracias a la reforma laboral.
Y eso, obviamente, no es así. Por tanto, la reforma laboral no ha
impulsado la contratación temporal, sino que la ha desincentivado.
No lo suficiente, por eso seguimos teniendo una tasa de temporalidad demasiado alta
y, por eso, también hace falta una vuelta de tuerca en nuestra legislación laboral.
Pero no una vuelta de tuerca que penalice, que prohíba la contratación temporal
al tiempo que se mantiene tan cara como ahora la contratación indefinida,
sino una vuelta de tuerca que flexibilice las condiciones de contratación
y que, por tanto, vuelva más fácil para todos contratar indefinidamente y a largo plazo.
Subtítulos por la comunidad de Amara.org