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Yolanda Díaz, ministra de Trabajo del Gobierno de España, quiere imponer que hombres y mujeres
cobren exactamente lo mismo como futbolistas profesionales.
¿Se trata de una buena idea o de una idea disparatada?
Veámoslo.
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, exige que
los hombres y las mujeres cobren lo mismo en el fútbol.
Y en calidad de ministra de Trabajo y Economía Social en Funciones, también les digo que
ellas son víctimas de la discriminación singularmente retributiva.
Sí, los salarios de las campeonas del mundo, de las mujeres en el deporte, son sustancialmente
distintos, tanto en el desempeño de su trabajo ordinario, cuanto en la selección.
Y cuando hablamos de discriminaciones retributivas, hablamos de vulneración de derechos.
Por tanto, aprovecho esta primera comparecencia en nombre de su mar para señalar, sí, esa
discriminación que existe también, no sólo por lo que hemos visto ayer, que fue gravísimo,
sino también la discriminación retributiva que vienen sufriendo las mujeres en un espacio
tan importante de socialización en nuestro país, como es el fútbol.
Y no crean que esta ocurrencia, que existe discriminación retributiva entre hombres y
mujeres en el fútbol, fue una ocurrencia que sólo mencionara una vez la ministra de
Trabajo.
Posteriormente, en una entrevista en Radio Televisión Española, amenazó a los equipos
de fútbol con inspecciones de trabajo por estar vulnerando derechos fundamentales al
pagarles más a los futbolistas hombres que a los futbolistas mujeres.
Estamos actuando en varias direcciones, la primera de ellas, la que expuse la semana
pasada, cuando comparecí tras la audiencia al rey, en la que ya advertí que la discriminación
retributiva era una vulneración fundamental de derechos y que, por tanto, íbamos a actuar.
La Inspección de Trabajo ya está actuando en nuestro país para corregir las diferencias
retributivas que tienen las deportistas femeninas y los deportistas masculinos.
Insisto, cuando hablamos de diferencias retributivas, hablamos de discriminación y cuando hablamos
de discriminación, hablamos de vulneración de derechos fundamentales.
Probablemente, Yolanda Díaz piensa que si dos personas desempeñan externamente, materialmente,
la misma actividad, esas dos personas han de cobrar el mismo salario, han de obtener
la misma remuneración.
Si una persona juega bien al fútbol durante determinadas horas y otra persona juega igual
de bien al fútbol durante las mismas horas, desde la perspectiva de la ministra de Trabajo,
las dos personas deberían obtener unos mismos ingresos.
Pero esta idea es una idea totalmente incorrecta.
El mercado no remunera per se tiempo de trabajo, esfuerzo o mérito.
Lo que remunera el mercado es el valor que una persona genera para terceros.
Si un determinado futbolista, jugando peor al fútbol o jugando menos horas al fútbol
que otro determinado futbolista es, no obstante, capaz de generar más satisfacción, más
afición, más seguimiento, más entusiasmo, más pasión en terceros, entonces ese futbolista,
jugando peor y jugando menos horas, ingresará más que ese otro futbolista que juega mejor
y que juega más horas.
Porque, repito, lo que remunera el mercado es el valor que cada uno de nosotros es capaz
de generar para los demás.
Y en principio, claro, cabe suponer que si un futbolista juega mejor al fútbol y juega
más horas al fútbol que otro, tenderá a generar más satisfacción entre los ciudadanos.
Pero ese no tendría por qué ser siempre el caso.
Quizá un futbolista juega peor que otro, pero tiene más carisma, o se trata de un
futbolista mayor que ya no está en su mejor momento, pero que ha sido un futbolista histórico
que por tanto tiene a muchísimos aficionados detrás, o simplemente porque ha jugado mejor
sus cartas de marketing y por tanto tiene más seguidores, tiene más fans que otro
futbolista.
Pues bien, en este caso no importaría que juegue peor o juegue menos horas porque sí
es capaz de despertar una mayor pasión que el segundo futbolista, como digo, cobrará
más.
Y eso es exactamente lo que sucede con el fútbol masculino y el fútbol femenino.
Más allá de la opinión subjetiva de cada cual, de si le gusta más el fútbol masculino
o el fútbol femenino, el hecho objetivo básico es que a día de hoy el fútbol masculino
es muchísimo más seguido que el fútbol femenino.
Quizá el futuro sea distinto, no estoy afirmando que esto necesariamente sea inevitable, pero
lo cierto es que hoy por hoy el fútbol masculino genera muchísimo más valor social que el
fútbol femenino.
Hay muchísima más gente dispuesta a pagar mucho más por ver y disfrutar del fútbol
masculino que por ver y disfrutar del fútbol femenino.
Y para constatarlo basta con desagregar los ingresos por sus divisiones de fútbol masculino
y de fútbol femenino que obtienen los principales clubes internacionales de fútbol.
El club de fútbol con mayores ingresos de todo el mundo en el año 2022 fue el Manchester
City, con ingresos de 731 millones de euros.
Pues bien, de esos 731 millones de euros en ingresos, sólo 5,1 millones procedían
de la división femenina de fútbol, es decir, menos del 0,7% de sus ingresos totales.
El siguiente club con mayores ingresos del mundo fue el Real Madrid.
En 2022 logró 714 millones de euros en ingresos y sólo 1,4 millones procedían del equipo
femenino de fútbol, es decir, menos del 0,2% de todos los ingresos generados específicamente
por sus equipos de fútbol.
El tercer equipo con mayores ingresos del mundo fue el Liverpool, con ingresos de 702
millones de euros en 2022 y únicamente 1,2 millones los logró por su división femenina
de fútbol, es decir, de nuevo, menos del 0,2% de todos sus ingresos.
En cuarto lugar encontramos el Manchester United, con ingresos de 689 millones de euros
y sólo 6 millones de euros procedentes del fútbol femenino, menos del 1% de todos sus
ingresos.
En quinto lugar el PSG, con ingresos de 655 millones de euros y únicamente 3,6 millones
procedieron del equipo femenino de fútbol, es decir, menos del 0,6% de sus ingresos totales.
En sexto lugar el Bayern de Muni, con ingresos de 653 millones de euros y tan sólo 1,7 millones
procedían del equipo femenino de fútbol, es decir, menos del 0,3% de todos sus ingresos.
Y en séptimo lugar el FC Barcelona, con ingresos de 638 millones de euros y de esos 638 millones
de euros sólo 1,7 millones procedían de la división femenina de fútbol, es decir,
el 1,2% de todos sus ingresos.
A tenor de estas cifras, está claro que, al menos hoy por hoy, la capacidad de generación
de ingresos del fútbol masculino es enormemente superior a la del fútbol femenino.
Y este no es un fenómeno exclusivamente español, no es que en España reine un machismo estructural
que hay que desarmar, es un fenómeno que se da en todos los países europeos.
En Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, etc.
En todos estos países la división femenina de fútbol genera ingresos diminutos en comparación
con la división masculina.
Que repito, esto no tiene por qué seguir siendo así en el futuro.
Si en el futuro el fútbol femenino sigue creciendo, si cada vez hay más afición por
el fútbol femenino, por los ingresos de esta división aumentarán.
Sólo estoy constatando que hoy por hoy la diferencia en capacidad de generación de
ingresos es brutal.
Y lo es porque hay muchísima más afición que sigue con muchísimo más interés y regularidad
el fútbol masculino que el fútbol femenino.
Y claro, si la división masculina de fútbol, que está compuesta fundamentalmente por los
futbolistas masculinos, tiene una capacidad de generación de ingresos muchísimo mayor
que la división femenina de fútbol, entonces esos futbolistas masculinos, que son los trabajadores
principales de esa división masculina de fútbol, cobrarán salarios mucho más elevados
que sus pares femeninas.
Porque si ese equipo de futbolistas masculinos es capaz de generar unos ingresos de 600 millones
de euros al año o de 700 millones de euros al año, y en cambio el equipo de fútbol
femenino es capaz de generar un millón o dos millones de euros en ingresos anuales,
pues entonces, obviamente, los futbolistas masculinos reclamarán una porción de esos
600 o 700 millones de euros que están contribuyendo a generar, y si se quedan, por ejemplo, con
la mitad, pues entre todos ellos se repartirán 300, 350 millones de euros, y en cambio, aunque
las futbolistas femeninas se queden con el 100% de los ingresos que contribuyen a generar,
pues se repartirán no 350 millones de euros, sino un millón o dos millones de euros.
Es imposible que hoy por hoy los futbolistas masculinos cobren lo mismo que las futbolistas
femeninas porque no generan los mismos ingresos.
Y no los generan, repito, porque hoy por hoy hay muchísima más gente dispuesta a pagar
mucho más por disfrutar del fútbol masculino que por disfrutar del fútbol femenino.
Y por tanto, los futbolistas cobran en función del valor añadido que generan para terceros.
Si en el futuro los equipos femeninos de fútbol generan tantos ingresos como las
divisiones masculinas, pues entonces las jugadoras de esos equipos de fútbol femenino cobrarán
lo mismo que cobran hoy sus pares masculinos.
Si de verdad la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, obligara a los equipos de fútbol a
pagar a las futbolistas femeninas lo mismo que cobran los futbolistas masculinos, una
de dos.
O los equipos de fútbol rebajarían enormemente los salarios de los futbolistas masculinos,
de tal manera que los mejores futbolistas no vendrían a la Liga Española y los ingresos
de la Liga Española se hundirían.
O bien, si obliga a que las futbolistas femeninas cobran lo mismo que los futbolistas masculinos,
es decir, si obliga a que los gastos salariales de un equipo de fútbol que genera un millón
de euros en ingresos o dos millones de euros en ingresos sean solo por el lado de los salarios
gastos de 300 o 400 millones de euros, pues entonces las pérdidas de ese equipo de fútbol
femenino serían tan gigantescas que los clubes de fútbol optarían por cerrarlos.
Y claro, si tú cierras los equipos de fútbol femenino, pues jamás se podrá desarrollar
una afición alrededor de los equipos de fútbol femenino que lleve a que quizá en el futuro
tengan una capacidad de generación de ingresos similar a la de los equipos masculinos de
fútbol y, por tanto, que las jugadoras, que las futbolistas de esos equipos, terminen
cobrando muchísimo más de lo que cobran ahora.
Al final, si Yolanda Díaz consiguiera su objetivo, imponer una estricta equiparación
salarial entre el fútbol masculino y el fútbol femenino a día de hoy, lo único que lograría
sería destruir el fútbol femenino y arruinar a todas las jugadoras que hoy por hoy viven
del fútbol femenino.
Es decir, que Yolanda Díaz, buscando una malentendida igualdad, lo único que conseguiría
sería más pobreza, así en el fútbol como en el resto de la economía.