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Advertencia de Pedro Sánchez. Ayudas públicas a los afectados por la gota fría de Valencia
a cambio de presupuestos. Veámoslo.
La principal preocupación de todo político es perpetuarse en el poder. Y, por tanto,
la principal habilidad que ha de tener todo político es saber adaptarse constantemente
al entorno cambiante para aprovechar ese entorno cambiante en su beneficio y perpetuarse en el
poder. Pues bien, eso es exactamente lo que acaba de hacer Pedro Sánchez a cuenta de las ayudas
extraordinarias para los afectados por la tragedia natural y política de la gota fría en Valencia.
Como es bien sabido, Pedro Sánchez no logró aprobar los presupuestos generales del Estado para el año
2024. Tuvo que prorrogar los del año 2023. Y todo apuntaba a que tampoco lograría aprobar
unos nuevos presupuestos generales para 2025, teniendo en consecuencia que prorrogar nuevamente
los de 2023 y mostrando su incapacidad parlamentaria para gobernar este país después de las elecciones
generales de julio del año 2023. Pues bien, en este contexto político de debilidad parlamentaria,
de incapacidad parlamentaria para aprobar por segundo año consecutivo las cuentas del reino,
al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, se le ha ocurrido instrumentalizar las ayudas dirigidas a los
afectados por la gota fría de Valencia con el objetivo político de lograr que sus presupuestos
generales para 2025 salgan aprobados y, por tanto, para no tener que exhibir su debilidad parlamentaria.
Y es que, según Pedro Sánchez, para que las ayudas públicas puedan llegar a Valencia,
será imperativo, sí o sí, que se aprueben los presupuestos generales correspondientes al año 2025.
Escuchémoslo.
Por supuesto, necesitaremos unos nuevos presupuestos generales del Estado.
Si había alguna razón para aprobarlos antes de esta dana y las terribles tragedias que está
acarreando en todos los ámbitos, desde el punto de vista vital, humano, económico, sectorial,
desde el punto de vista social, pues es evidente que el gobierno de España, si antes decía que no iba
a eludir mi responsabilidad de presentar unas cuentas públicas, en esta ocasión esa responsabilidad
se multiplica hasta unos límites colosales. Y, por tanto, vamos a ofrecer a todos los grupos
parlamentarios un nuevo marco presupuestario para atender las realidades de cada uno de
los colectivos sociales, de cada uno de los territorios, singularmente de aquellas comunidades
autónomas, principalmente la Comunidad Valenciana, que se ve afectado por esta terrible tragedia
climática. Y, efectivamente, pediremos el apoyo, espero que podamos tener el apoyo mayoritario
de la Cámara para poder tramitar y aprobar unos presupuestos hoy aún más necesarios que ayer.
Esto es un chantaje en toda regla. Y lo es por dos razones. La primera, porque no es verdad que para
aprobar ayudas extraordinarias a los afectados por la gota fría de Valencia sea necesario aprobar
unos nuevos presupuestos. El gobierno, pasando por el Parlamento y en ocasiones sin pasar por el
Parlamento, puede modificar las partidas de los presupuestos que actualmente están en vigor, es decir,
de los presupuestos prorrogados de 2023. Por ejemplo, en el año 2024 el gobierno recurrió de manera muy
habitual a las ampliaciones de crédito del presupuesto, es decir, a la ampliación de los
presupuestos para atender nuevas necesidades de gasto. Aquí tenemos, de hecho, una noticia del
confidencial de agosto de 2024 que lo indica. El gobierno dispara un 60% las ampliaciones de crédito
para suplir la falta de presupuestos. España no tiene cuentas públicas para este año, pero eso no
supone un problema para gobernar. El Ejecutivo ha modificado las de 2023 en 20.000 millones de euros
durante el primer semestre de 2024. Es decir, que sólo en el primer semestre de 2024 el gobierno
aumentó el gasto con respecto a los presupuestos de 2023 sobre la base de los presupuestos de 2023 en
20.000 millones de euros. 20.000 millones en un semestre. Por tanto, potencialmente en el conjunto
del año se podría llegar a 40.000 millones, 50.000 millones, 60.000 millones o lo que se necesite y sea
aprobado por las cortes. De hecho, es que hoy mismo el gobierno, por real decreto, ha aprobado
ayudas por importe de 10.600 millones de euros para los afectados por la gota fría.
En este primer real decreto ley estamos hablando ya de 10.600 millones de euros. Son muchos recursos
económicos a los que vendrán otros muchos que vamos a tener que pedir a las instituciones
comunitarias, otros que vamos a tener que desembolsar de nuestras cuentas públicas.
Y ese real decreto ley deberá ser convalidado por el Congreso y, previsiblemente, lo será con el
apoyo mayoritario de todos los grupos políticos. Vamos que para aprobar estas ayudas no han sido
necesarios unos nuevos presupuestos, porque se han aprobado con los presupuestos de 2023 prorrogados,
algo que podría volver a suceder en lo que resta de año o también el año que viene. Pero lo que
dice Sánchez es que, a partir de aquí, las nuevas ayudas, los nuevos recursos públicos que deban
comprometerse a los afectados por la gota fría, sí deberán encajarse dentro del marco de unos nuevos
presupuestos. Que si no hay nuevos presupuestos, entonces no habrá más ayudas. Y eso sí es un
chantaje, porque, repito, no son necesarios nuevos presupuestos para que haya nuevas ayudas. Uno podrá
decir que es más conveniente, más transparente, incluso más eficiente que se canalicen las ayudas a
través de los presupuestos generales del Estado, porque así podemos observar de manera ordenada
cuáles son los recursos con los que cuenta el Estado y a qué los destina. Pero, desde luego,
lo que no puede decirse es que unos nuevos presupuestos resultan indispensables para que
haya nuevas ayudas a los afectados por la gota fría. Pero es que, aun cuando pensáramos, de verdad,
que unos nuevos presupuestos son indispensables o, al menos muy aconsejables para canalizar las ayudas
públicas a los afectados por la gota fría, si eso fuera así, y si Pedro Sánchez pidiera un apoyo
sincero de la oposición a esas cuentas públicas, lo que tendría que hacer es sentarse con la oposición
para negociar esos nuevos presupuestos, para permitirle a la oposición que presente enmiendas
al proyecto de presupuestos elaborado por el Gobierno, de tal manera que esos nuevos presupuestos,
que no son sólo las ayudas a los afectados por la gota fría, sino todas las restantes cuentas del
reino, para que esos nuevos presupuestos que van a ser votados por la oposición, también tengan,
también contengan, parte de las reivindicaciones presupuestarias de la oposición. Pero no parece
que Pedro Sánchez vaya a hacer nada de eso en lo sustancial. Lo que hará el Gobierno del PSOE,
en esencia, es presentar su proyecto de presupuestos al Congreso, añadir las ayudas a los afectados por
la gota fría y colocar a la oposición en un brete. O votas mis presupuestos, no los presupuestos que tú
y yo hemos consensuado, sino mis presupuestos más las ayudas a los afectados por la gota fría, o entonces
se caen los presupuestos y se caen las nuevas ayudas. Y ese es el segundo chantaje. No sólo
condicionar las nuevas ayudas a que salgan adelante unos presupuestos para España, sino a que salgan
adelante sus presupuestos. Los presupuestos del PSOE y de Pedro Sánchez. Los políticos reaccionaron tarde
mal y con desgana ante esta tragedia. Pero ahora, pasados los días, todos ellos ya están pensando
en cómo instrumentalizarla para sus intereses partidistas y personales.