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El Partido Popular de Alberto Núñez Cijo se une al Partido Socialista de Pedro Sánchez
para mantener la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores.
¿Con qué argumentos?
Veámoslo.
Ayer el Congreso tramitó como proyecto de ley el Real Decreto Ley 30 Barra 2021 que establecía
dos cosas.
Por un lado, la obligatoriedad del uso de las mascarillas en exteriores y, por otro lado,
la revalorización de las pensiones mínimas.
En un vídeo anterior ya criticamos esta perversa práctica parlamentaria por la cual se somete
a una votación única dos asuntos que no tienen absolutamente nada que ver.
Nada tiene que ver si las mascarillas deben ser o no deben ser obligatorias en exteriores
con si conviene o no conviene revalorizar las pensiones mínimas y las pensiones no contributivas.
Al parecer, si uno quiere votar en contra de la obligatoriedad del uso de mascarillas
en exteriores, también ha de votar en contra de la revalorización de las pensiones.
Y si uno quiere votar a favor de la revalorización de las pensiones, también tiene que votar
a favor de la obligatoriedad de las mascarillas en exteriores.
Sin embargo, todo esto ya era conocido.
La novedad en la votación de ayer fue que el grupo parlamentario de Ciudadanos presentó
una enmienda a ese proyecto de ley para eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas
en interiores.
El gobierno ya ha decidido que las mascarillas dejen de ser obligatorias en exteriores y
Ciudadanos pretendía con esta enmienda que también dejaran de ser obligatorias en interiores
como ha sucedido ya en muchos otros países del mundo sin que se haya producido un incremento
significativo apreciable de los casos y de la mortalidad.
¿Y cuál fue el resultado de la votación de esa enmienda del grupo político de Ciudadanos?
9 votos a favor de Ciudadanos, 47 abstenciones de Vox y 283 votos en contra de todas las
demás fuerzas políticas, incluyendo el Partido Socialista Obrero Español e incluyendo
el nuevo Partido Popular de Alberto Núñez Ceijo.
Vamos a analizar brevemente el sentido de voto de Vox, de PSOE y de PP.
Empecemos con Vox.
Vox se abstuvo a esta enmienda presentada por el grupo parlamentario de Ciudadanos para
eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores.
¿Y por qué votó en contra de algo de lo que Vox está a favor?
Porque Vox también defiende eliminar ya la obligatoriedad del uso de mascarillas en
interiores.
Pues porque, según han argumentado, la enmienda que presentó Ciudadanos era una enmienda
que también incluía la revalorización de las pensiones mínimas y de las pensiones no
contributivas.
Y como consideran que eso es una perversa técnica parlamentaria, entonces era mejor
abstenerse.
En realidad esto es inexacto, la enmienda de Ciudadanos no contemplaba absolutamente
nada en materia de pensiones.
Lo que sucedía es que era una enmienda a un proyecto de ley que sí contemplaba la
revalorización de las pensiones.
Es decir, lo que pretendía Ciudadanos era aprovechar que ese proyecto de ley iba a salir
aprobado para incorporar un renglón, un conjunto de párrafos en realidad, que estableciera
la eliminación del uso de las mascarillas en interiores.
Pero como Vox se oponía al proyecto de ley, optó por abstenerse a la hora de incluir
enmiendas a un proyecto de ley al cual se oponía, quizás sea una posición demasiado
rocambolesca, pero al menos hay que decir que no votaron en contra de esa enmienda.
Se abstuvieron apelando a que iban a votar en contra de la convalidación del proyecto
de ley y, por tanto, no tenían mucho sentido votar a favor de una enmienda a un texto contra
el que luego vas a votar.
Bien, nos podrá parecer mejor o peor esta explicación, pero al menos la abstención
tiene cierta lógica.
Vamos ahora con dos casos que son, a mi juicio, mucho más escandalosos, el del Partido Socialista
Obrero Español y el del Partido Popular.
El PSOE vota en contra de esta enmienda de Ciudadanos para eliminar la obligatoriedad
del uso de mascarillas en interiores, no porque se oponga a eliminar la obligatoriedad del
uso de mascarillas en interiores, sino porque quiere ser Pedro Sánchez quien se cuelgue
la medalla de haberlo hecho.
Es puro oportunismo político para que los ciudadanos tengan que agradecerle a él, a Pedro Sánchez
en particular, que les haya devuelto sus libertades.
¿Y por qué sabemos que el PSOE no está en contra ahora mismo de eliminar el uso obligatorio
de la mascarilla en interiores?
Pues porque hace apenas unos días Pedro Sánchez anunció que muy pronto se eliminará el
uso obligatorio de mascarillas en interiores.
Por consiguiente, si tú quieres eliminar la obligatoriedad de las mascarillas en interiores,
que votas en contra cuando lo propone Ciudadanos, o es que votas en contra precisamente porque
lo propone Ciudadanos y porque no lo has propuesto todavía tú.
Esta es la carroña de la política, aunque dos grupos parlamentarios estén a favor de
una medida que consideran que contribuye a incrementar el bienestar de los ciudadanos,
en este caso a ampliar la libertad y la responsabilidad de los ciudadanos, uno de ellos puede votar
en contra para ser el quien se cuelgue la medalla de cara a los votantes, de ahí que
la libertad individual de los ciudadanos sea un mero instrumento de ese partido político
que vota en contra para alcanzar y perpetuarse en el poder.
Ese partido político no vota algo según considera que es más o menos respetuoso con la libertad
de los ciudadanos, vota algo en este caso en contra según considera que le va a sumar
los restar votos. ¿Y qué me dicen las mascarillas? Esto también
es el premio a la incoherencia. Fíjense, ustedes hace apenas un mes en el debate en
esta Cámara de la Combalización decían que se necesitan informes científicos para quitar
o poner mascarillas. Yo les recordé entonces que efectivamente yo lo apoyo siempre que
estos decisiones tienen que estar basados en informes científicos. ¿Y ahora por qué
no? Ahora ustedes deciden, toman una decisión, pero estoy segura, no serán como el señor
Sánchez, tendrán ustedes informes científicos técnicos.
Fijémonos en lo que está diciendo Ana Pastor. El Partido Popular de Alberto Núñez
Cijo no apoya eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores, no porque
haya evidencia científica muy sólida que acredite que el uso de mascarillas en interiores
es efectivo para contrarrestar la pandemia, sino porque no tenemos evidencia que demuestre
que son ineficaces. Es una inversión absoluta de la carga de la prueba. Le está reprochando
a ciudadanos que presenten una enmienda para eliminar la obligatoriedad del uso de mascarillas
en interiores sin tener la evidencia que acredite que el uso de mascarillas en interiores no
sirve para nada. No, señora, quienes tienen que aportar evidencia sólida de que sirve
para algo son quienes defienden que el uso de mascarillas en interiores debe seguir siendo
obligatorio, no quienes buscan eliminar esa obligatoriedad para restablecer la libertad
de los ciudadanos, sino quienes defienden perpetuar la conculcación de la libertad
de los ciudadanos. El argumento de Ana Pastor podría llegar a ser razonable en los inicios
de la pandemia. En ese momento no tenemos, por definición, ninguna evidencia de qué
funciona y de qué no funciona. Estamos ante una situación muy incierta, muy peligrosa
y quizá ahí, el principio de precaución, aconseje que, por si acaso, nos pongamos
la mascarilla. Más vale pecar por exceso de celo que por defecto de celo. Sin embargo,
dos años después del inicio de la pandemia, dos años durante los cuales aquellos ciudadanos
que así lo han querido han tenido la opción de protegerse frente a la pandemia, dos años
durante los cuales los ciudadanos han ido adaptando sus estilos de vida para convivir
con el virus, para minimizar los riesgos de contagiarse con el virus, dos años durante
los cuales hemos tenido tiempo a recopilar evidencia, si es que la hubiese de que el
uso de mascarillas en interiores son eficaces, y dos años durante los cuales, por tanto,
los políticos que han establecido el uso obligatorio de mascarillas en interiores deberían
haber demostrado que esa restricción es imprescindible para evitar una propagación descontrolada
de la pandemia y para evitar una alta mortalidad deriva de la pandemia.
Y sin embargo, no es a Ana Pastor, a quien se le reclama que aporte esas pruebas para
perpetuar la obligatoriedad del uso de mascarillas en interiores. Al contrario, la desfachatez
de Ana Pastor y del Partido Popular llega hasta el extremo de ser ellos quienes, sin
evidencia que los respalde, reclaman a ciudadanos que aporte evidencia para suprimir la obligatoriedad
del uso de mascarillas en interiores. La carga de la prueba, al parecer, recae sobre
aquel que no quiere ver conculcada su libertad, no sobre aquel que defiende conculcaciones
de la libertad ajena. Este es el nuevo Partido Popular de Alberto
Núñez Cijo y también, por cierto, de Isabel Díaz Ayuso, porque Isabel Díaz Ayuso ha
apoyado a Alberto Núñez Cijo para ser presidente del Partido Popular Nacional. Y este, por
tanto, es el nuevo Partido Popular de Alberto Núñez Cijo que es exactamente igual al viejo
Partido Popular, un Partido Popular alérgico a la libertad y a la responsabilidad individual.