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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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La economía del bien común es algo que desde luego suena muy bien porque quién va a estar
en contra del bien común es una etiqueta bastante inteligente, una economía que se va a dirigir
a buscar el bien común, que precisamente por eso, por nada más, solo por eso ha ganado muchos
adeptos, lo cual dice bastante del simplismo y de la ingenuidad de los que se escriben a una
ideología solo por la etiqueta. Pero es así, la economía del bien común es un libro escrito
por Christian Felber, un autor vinculado a ATAC, movimiento de extrema izquierda que no tiene
digamos demasiadas buenas intenciones para con las libertades individuales y el propósito de este
sistema, como ahora vamos a ver y voy a desarrollar un poco más, es subordinar la economía de mercado
y la obtención de beneficios a consideraciones más amplias, es decir que la economía de mercado
no vaya orientada a lomeramente crematístico, a lomeramente monetario, sino que tenga en
cuenta otros valores que son los que componen ese bien común. Lo que pasa es que, claro, el problema
ahora lo veremos está tanto en cómo se define ese bien común, en qué valores se concreta y se
dice que integran ese bien común y sobre todo en las políticas conducentes a, según Christian
Felber, lograr el bien común. De entradas, esta es la portada del libro y como podéis ver más de
25.000 ejemplares vendidos en Alemania, creo que en todo el mundo van por 300.000 y la frase
deportada ya es bastante ilustrativa, un modelo económico propuesto por Christian Felber que
supera la dicotomía entre capitalismo y comunismo para maximizar el bienestar de nuestra sociedad.
Bueno, esta frase es calcada o podría ser calcada a alguna que integrara un programa fascista de
principios del siglo XX, en el periodo entre guerras, porque precisamente el marxismo se
presentaba así mismo como un superador de la dicotomía entre capitalismo y comunismo como
una tercera vía. Y esa tercera vía además veremos que se parece mucho a las propuestas de este
señor. Entonces de entrada, una breve reflexión sobre el bien común. El bien común es un concepto
muy esquivo. Todos tenemos nuestra propia opinión de qué es lo mejor para la sociedad, pero nuestra
opinión sobre qué es lo mejor para la sociedad no significa que eso sea lo mejor para la sociedad.
Básicamente porque cada uno de nosotros, cada uno de los individuos, alcanzamos la felicidad,
es decir, nuestro bien particular, de un modo distinto. Y además tenemos una opinión distinta,
como decía, de cómo el resto deben alcanzar la felicidad. Por tanto, si cada uno de nosotros
tiene una opinión distinta sobre el bien particular y sobre los particulares bienes ajenos,
difícilmente lograremos ponernos en común y de acuerdo sobre qué es el bien común. Es decir,
sobre cómo toda la sociedad consigue alcanzar la felicidad, como dice Cristian Felver. Y de hecho,
aunque todos estuviéramos de acuerdo en que determinados valores, porque podríamos decir,
bueno, en lo más amplio no nos podemos poner de acuerdo, pero si hay un mínimo común denominador en
el que todos sí estamos de acuerdo, hay ciertos valores que son nucleares y que se constituyen
la esencia del bien común. Incluso en ese supuesto es muy probable que cada persona no asigne el mismo
valor relativo a cada uno de sus valores. Por ejemplo, supongamos que todos valoramos la libertad
de expresión y el ecologismo como dos valores nucleares de lo que debería perseguir una sociedad.
Habrá que tomar decisiones sobre si cortamos árboles para imprimir periódicos o si no los
cortamos. Y no cortar árboles para imprimir periódicos atenta obviamente contra la libertad
de expresión que tú puedes canalizar a través de un periódico, pero a su vez preserva la vida
del árbol. Con lo cual, si hay un ecologista que dice, sí, sí, yo soy partida de la libertad
de expresión, pero luego se opone a cortar el árbol. Y luego hay otra persona que dice, no,
yo valoro más la libertad de expresión que el ecologismo. Por tanto, estoy a favor de cortar
el árbol, ahí hay una diferencia irreconciliable en el sentido de componer jerarquías de valores
universales que va a chocar. Y como va a chocar y como no hay manera de reconciliar eso de manera
homogénea, la solución que se ha tendido a dar es someter a escrutinio, someter a votación,
cuales de esas jerarquías de valores son mayoritariamente preferidas. Pero en tal caso, ya no estamos
en el bien común, sino estamos en el bien mayoritario. Lo que prima, como trate en parte de comentar
ayer, lo que prima ya no es el interés de la comunidad, del conjunto de los individuos, ya no
priman los intereses que verdaderamente son comunes al conjunto de los individuos, sino
los intereses que son mayoritarios en alguna de las facciones de la sociedad. Facciones
que ya además se pueden componer a través de lobby, grupos de expresión, grupos organizados
para conseguir objetivos expurios y muy concretos, etcétera. Por tanto, la democracia, el asamblearismo
económico, que es al final lo que defiende Felber, no nos conduce hacia el bien común,
nos conduce en todo caso hacia el bien mayoritario. Y luego, además, cuando estudias cómo se
compone ese bien mayoritario a través de los procesos electorales, ni siquiera nos conduce
a que quien sea más hábil y más se lo cuente para manipular a los demás, conseguirá
imponer sus puntos de vista a través de las votaciones. Entonces, en realidad, el único
concepto, ya lo comenté ayer, que a mí se me ocurre de bien común, es la posibilidad
o el marco normativo en el que todo el mundo puede perseguir sus fines particulares sin
impedir que los demás persigan sus fines particulares. Es decir, el respeto y el establecimiento
de unas normas de convivencia dentro de las cuales cada bien particular es realizable,
o es a priori realizable, siempre y cuando cada persona consiga convencer a otras personas
de que deben cooperar y de que, cooperando entre ellas, ambas salen beneficiadas. La
única carcasa bastante vacía que se me ocurre para definir el bien común, como el marco
normativo donde todo el mundo puede perseguir sus fines. Eso es lo que Hayek llamaba nomocracia,
es decir, un sistema que no tenga fines en sí mismos, sino que se integre o esté conformado
de todos los fines particulares de los miembros que integran ese sistema. Hayek lo contraponía
a la teleocracia, que es la teleocracia, un sistema que, efectivamente, tiene un fin
y ese fin del sistema se ubica por encima de cualquier otro fin particular y subordina
todos los fines particulares al fin del sistema. Hemos de construir un edificio que tú quieres
tener tiempo libre. Tienes que estar picando piedra y trabajando para construir el edificio,
porque ese edificio es bueno para la colectividad.
Entonces, la economía del bien común de Christian Felber no solo coloca, por encima
de todo, el bien de la mayoría, sino que ese bien de la mayoría es un bien teleocrático,
es decir, es un bien que se impone sobre el resto y el resto pasan a ser simplemente peones
de la mayoría. Y eso, en ningún caso, se puede considerar bien común. ¿Por qué? Porque
desde luego la minoría, que puede ser minoría con el 99,99%, en ningún caso, la minoría
está alcanzando sus fines. Por tanto, los únicos fines que se alcanzan son los de la
mayoría a costa de la minoría. Y eso, desde luego, no cabe tildarlo de bien común.
Pero, bueno, vamos a entrar un poco más sobre cuáles son las consideraciones de partida
de la economía del bien común. La economía del bien común de Christian Felber se basa
básicamente en dos principios. La idea de que el capitalismo se mueve a través del
egoísmo y de que precisamente por ello el capitalismo de genera una competencia salvaje.
Entonces, lo que Felber quiere sustituir son estos dos principios, que en lugar del egoísmo
prime el altruísmo y que en lugar de la competencia salvaje prime la cooperación estructural
entre las empresas. Entonces, ¿por qué cree que el capitalismo se basa en egoísmo y en
competencia salvaje? Bueno, dice que se basa en egoísmo por la lectura que hace de la
mano invisible de Adam Smith. Dice, si todos egoístamente perseguimos nuestros fines particulares,
el capitalismo presupone que vamos a llegar al bien común, dice Felber.
Pero en realidad lo que sucede es que si el valor fundamental o el motor fundamental
del capitalismo es el egoísmo, lo que tendemos a hacer no es a lograr el bien de las dos
partes, sino que una parte se imponga sobre la otra e instrumentalice a la otra para
lograr sus fines particulares. Fijaos que estoy de entrada, es muy parecido a lo que
Felber quiere hacer con las mayorías sobre las minorías, pero bueno, dejando esto de
lado, esta es la justificación que él da. Y luego cree que el capitalismo necesita de
la competencia como elemento motivador de los agentes económicos. Es decir, si tú y
yo competimos, yo voy a estar más motivado para hacerlo mejor. Por tanto, siempre necesito
tener un rival, dice Felber, que dicen los capitalistas, para estimularme y para superarme.
Pero como cada uno persigue el egoísmo, lo que sucede es que los que llegan a la cúspide
son los individuos más egoístas con menos escrúpulos, etcétera. Y que la competencia
en realidad, al final, de genera en la formación de cárteles, de precios ineficientes, por
ejemplo. Un caso que luego comentaremos.
Felber considera inadmisible que un gestor de un hedgefan cobre tropecientas veces más
que un jardinero. Dice que eso es algo que muestra que el capitalismo no funciona porque
no está asignando correctamente los precios, que obviamente el valor de un jardinero, el
valor económico que genera un jardinero o su contribución al bien común, es muy superior
a la que genera el gestor de un hedgefan al que ve algo así como un parásito. También
dice que el capitalismo genera desigualdad, destrucción ecológica, comportamientos inmorales.
El caso de Felber es un caso de izquierda moralista. Es decir, no es la típica izquierda, de hecho
ha tenido bastante relación con grupos cristianos y demás, a los que les intenta convencer
de que lo típico que el capitalismo degenera en la inmoralidad y en la degradación de los
individuos. Estos son los dos principios sobre los que se basa, los dos principios sobre
su visión del capitalismo en los que se basa la economía al bien común. Entonces, esto
ya dentro de ese ronio. Ese ronio sugerir como sugi de Felber que hoy tenemos un sistema
capitalista, porque Felber confunde el corporativismo actual, los privilegios actuales a oligarquías
políticas y empresariales con capitalismo. Y eso no es capitalismo. Es decir, la crisis
económica actual, por ejemplo, no la ha provocado el capitalismo, la ha provocado el intervencionismo
monetario a la hora de establecer privilegio sobre la banca. Por tanto, cuando se trata
de defender el capitalismo no se trata de defender el sistema actual o al menos no todo
el sistema actual. Y eso es lo que deliberadamente Felber confunde, porque encuentra una situación
de rechazo entre la ciudadanía que es lógica en ciertas cosas, en ciertos ámbitos y la
quiere canalizar hacia su modelo. Y su modelo, como digo, es bastante equivocado no solo en
las propuestas que hace, sino ya de entrada en su concepción del capitalismo y en cómo
los liberales entienden el capitalismo. De entrada, hemos dicho egoísmo como la búsqueda
desmesurada del beneficio monetario propio a costa de los demás y, segundo, competencia
salvaje dirigida a machacar, a aplastar a los demás para precisamente obtener ese beneficio
monetario. De entrada, egoísmo no significa imponerse sobre los demás. Egoísmo significa,
al menos así lo entendía Smith, como ayer nos contó Walter, simplemente perseguir
tu interés propio en cooperación con los demás, porque de Smith se suele hablar de
la mano invisible, pero nos olvidamos o quienes quieren ridiculizar la mano invisible como
algo extremadamente individualista y demás se olvidan de otro de los pilares de la teoría
económica de Smith, que es la división del trabajo. Es la división del trabajo por definición
es cooperativa. Precisamente es división del trabajo. Y como dividimos el trabajo, operando,
especializándonos e intercambiando. Entonces, egoísmo no significa voy a machacar al otro.
Egoísmo significa yo voy a perseguir mis fines y voy a tratar de convencer a otros de que
me ayuden a perseguir mis fines a cambio de que yo les ayude a perseguir los suyos. Y
es muy distinto al egoísmo, tal como se lo describe absurdamente por Felber, porque además
incluso la motivación del ser humano al buscar su interés propio no tiene por qué
ser egoísta en el sentido más estricto del término. El interés propio puede comprender
el altruísmo hacia los demás. O sea, yo puedo buscar el beneficio monetario para ayudar
a los demás. Ahora bien, altruísmo no significa desfilfar los recursos. Precisamente la economía
de mercado es útil para incluso canalizar el altruísmo hacia la economización de recursos
y por tanto maximizar las posibilidades de altruísmo. Pero vamos, como decía lo fundamental,
es que en cierta medida el capitalismo y la división del trabajo, lo positivo que tienen
es que no hace falta que cada individuo sea altruista para que al final todos consigan
sus fines. Es decir, a menos que queramos reformar la naturaleza humana de un modo que
nos vamos a conseguir, es evidente que el ser humano, como también ayer nos contaba
a Walter, tiene una parte de egoísta en el sentido más estricto del término. Y lo
que nos interesa es disfrutar de un sistema económico donde ese egoísmo se pueda canalizar
precisamente hacia el bien común. Y el bien común que es que el resto de personas puedan
lograr sus fines cooperando con esa persona. Lo que decía Smith no es por la bondad del
carnicero. A mí me da igual por lo que sea lo que me interesa es que el carnicero pueda
cooperar conmigo y que el carnicero, al buscar sus intereses particulares, pueda ayudarme,
lo quiera él o no lo quiera, pero porque eso es la mejor vía, pueda ayudarme a lograr mis
propios intereses particulares que de nuevo pueden ser egoístas o altruistas en el sentido
antes definido. Y en ese sentido, el capitalismo, como digo, es estructuralmente altruista. Esto
es una frase que puede ser muy polémica, pero lo que quiero resaltar es que antes de satisfacer
nuestras necesidades tenemos que preocuparnos por satisfacer las necesidades de los demás.
Lo hagamos movidos por el altruismo empático propio o simplemente por la necesidad y la
conveniencia de que en este sistema tengo que buscarme las harichuelas para cooperar
con los demás y la manera de cooperar con los demás es satisfacer las necesidades de
los demás. Pero el capitalismo en sí mismo no es un sistema de autosubsistencia donde
yo sé auto suficiente y me olvide del resto. Yo por necesidad tengo que cooperar con el
resto porque precisamente si me salgo de la división del trabajo voy a ser mucho menos
productivo y voy a tener mucha menos capacidad para satisfacer mis fines, ya sean estrictamente
egoístas o altruistas en el sentido de parte de las ganancias que yo obtengo, las quiero
revertir en quienes me rodean. Por tanto, ese es el egoísmo que necesita el capitalismo
para funcionar. No necesita un egoísmo de te voy a machacar a ti porque así yo salgo
ganando, etcétera. Y no es tampoco el egoísmo que podemos ver en nuestro entorno. O sea,
obviamente habrá personas inescrúpulos, etcétera, pero no todo el mundo es una persona
inescrúpulos como podemos ver porque si no ni siquiera nos reuniríamos aquí nos estaríamos
apaleando entre nosotros. Y luego el otro error de Felber es no entender para qué sirve la
competencia en todo el capitalismo. Felber dice, necesitamos la competencia como elemento
motivador porque si no la gente, bueno, Felber dice que los capitalistas, los liberales dicen
que necesitamos la competencia como elemento motivador porque si no la gente no tendría
incentivos, no tendría tantos incentivos a obrar adecuadamente, que la competencia es
como una especie de presión para que tú saques lo mejor de ti y, por tanto, que necesitamos
esa continua rivalidad que como seres humanos nos lleva, dice Felber que dicen los liberales
a ser los más eficientes posibles. Felber dice que hay otras motivaciones, que la competencia
en realidad es irrelevantes, que se ha demostrado que se puede motivar al ser humano de otras
maneras sin necesidad de que exista competencia y que incluso el ser humano se vuelve más
productivo cuando lo saca de un entorno hostil de competencia. Y puede ser que ciertos entornos
muy hostiles de competencia machaquen mentalmente a ciertos individuos y sus individuos sean
más provechosos dentro de entornos cooperativos. Eso, pues, se da el caso. Habrá otros individuos
que ganan lo mejor de sí cuando están sometidos a presión continua, otros no. Lo esencial
es que, como digo, dentro del capitalismo las formas fundamentales son formas de cooperación
estructural. La división del trabajo es una cooperación estructural entre empresas. La
competencia, si os fijáis, se da en la última etapa, sobre todo en la última etapa, donde
el consumidor, el capitalista, en etapas intermedias, pero el capitalista anticipando
las necesidades futuras de los consumidores, tiene que validar o rechazar los planes empresariales
que le proponen como planes de creación de valor. Es decir, la competencia no es tanto
–bueno, no es un mecanismo para estimular al prójimo, sino es un mecanismo para que
podamos discriminar los buenos de los malos planes empresariales, los planes empresariales
que satisfacen de verdad las necesidades de los consumidores y que son más urgentes y
cuales no lo hacen. Porque si no, planes empresariales potenciales los hay infinitos. Todos tenemos
nuestra idea de cómo ganar dinero. La cuestión es que, como los recursos son escasos y hay
que economizarlos, solo deben salir adelante aquellos planes que sean relativamente más
valiosos para los demás. Y la manera de que sobresalgan, prímenos subsistan aquellos planes
que son relativamente más valiosos para los demás, es sometiéndolos al dictamen competitivo
del consumidor. Es decir, que el consumidor diga esto sí, esto no. Y eso es competir,
porque los dos quieren que el consumidor les diga esto sí, pero no les puede decir a
todos esto sí porque los recursos son escasos. Por tanto, la competencia es un mecanismo
para descubrir, como decía Hayek, cuáles son los bienes más valiosos que hay que producir
y cómo hay que producirlos. Es decir, cuál es la mejor manera de proveer las necesidades
más urgentes de las personas. Porque es que ahora mismo si nos pusiéramos a divulgar
qué hay que producir y cómo hay que producirlo, como digo, cada uno de nosotros tendríamos
una idea, pero ninguna de esas ideas sería verdad a priori. Solo una vez sometamos esas
ideas al juicio de los consumidores podríamos verificar expost a posteriori que un plan
empresarial era positivo y otro era negativo. Tenemos una incertidumbre inerradicable sobre
lo que hay que producir y cómo hay que producirlo y la única manera de vencerla es a través
de la competencia como un proceso de descubrimiento de los planes empresariales más urgentes.
Obviamente si te cargas la competencia, te cargas la posibilidad de discriminar planes
y por tanto te cargas simplemente la manera que tienes de solucionar el problema de la
ignorancia inerradicable del ser humano para conocerlo todo.
Luego hay otros errores que comete Felbert sobre el capitalismo, dice que el capitalismo
genera hambrunas, el capitalismo saca a los países de las hambrunas, de hecho aquellos
países que tienen hambrunas son porque han adoptado economías intervenidas o porque
no se han sumado a los flujos de globalización. Y de hecho a poco que ha abierto los mercados
internacionales en los últimos 30 años se ha visto como el número de gente hambrienta
y el número de gente pobre en términos absolutos ha ido cayendo de manera brutal.
También dice que genera destrucción ecológica, de nuevo la destrucción ecológica la genera
en la tragedia de los comunes o en la propiedad privada y desde luego la tragedia de los comunes
no es algo propio del capitalismo o es algo que se puede dar en el capitalismo pero que
se tiende a solucionar con herramientas como la propiedad privada o los contratos. Por
tanto las herramientas o los principios propios del capitalismo tienden a solucionar la degradación
ecológica y al contrario los principios del estatismo tienden a acentuarla porque ahí
si se da mucho mejor la tragedia de los comunes. Luego habla de acumulación desmedida de bienes
materiales, aquí veis pues ya la moralina de ciertas partes de muy extremas de ciertas
versiones del cristianismo de desprendimiento absoluto de los bienes materiales como vía
para alcanzar la felicidad que hoy es absolutamente legítimo pero como veremos cuando se quiere
imponer a los demás como vía universal para alcanzar la felicidad pues ya es algo más
discutible. En todo caso el capitalismo no se basa en la acumulación desmedida de bienes
materiales entendido como consumismo sino el capitalismo se basa en el ahorro, el ahorro
genera el capital, capital, capitalismo y el capital la inversión productiva para incrementar
el día de mañana nuestro bienestar precisamente para invertir, para generar capital necesitas
ahorrar, necesitas detraer de tu consumo. Luego dice que en el capitalismo la democracia
de genera no ligarquía, yo creo que la democracia puede degenerar en no ligarquía dentro y
fuera del capitalismo, de hecho fuera del capitalismo los pesos y contrapesos y la autonomía
individual para tener más criterio a la hora de votar o no votar es mucho menor porque
o sea fuera del capitalismo eres simplemente un peón del sistema y por tanto careces de
si quiera autonomía para formarte tu criterio o para plantear cuáles son tus fines porque
tus fines quedan insertos en lo que la propia mayoría decide, es decir ahí si es un hormiguero
puro y duro y por tanto es muy fácil manipular todo eso en beneficio de una de las partes
de una de las sectas que puedan surgir dentro de ese proceso electoral y luego que genera
desigualdad. Por ejemplo dice que es incomprensible lo que os decía antes que un jardinero cobre
menos que un gestor de Hechfan. De nuevo esto es no entender que la valoración económica
que se hace de los servicios de un jardinero es muy escas, bueno es muy escasa depende
en países muy ricos probablemente sea más alta que muchos ingenieros aquí pero en cualquier
caso es relativamente menos valiosa que otros servicios laborales porque al final si nos
fijamos el servicio de jardinería es un servicio bastante egoísta, o sea paradójicamente
a lo que dice Felver el servicio de jardinería es muy egoísta porque es oye arreglame mi
jardín. En cambio el servicio de gestionar un Hechfan que es lo que Felver no puede
entender que cobre en tanto es un servicio de como asigno el capital como bien escaso
a lo largo de toda la sociedad. Por tanto si el jardinero me corta mal las plantas el
perjudicado soy yo y a menos que sea un obseso de que el jardín esté todo perfecto si no
me corto las venas el hecho de que me arregle mal alguna planta no me genera un malestar
brutal e insalvable. En cambio como un gestor de Hechfan empieza a meter la pata en todas
las inversiones que realiza está destruyendo primero el capital de miles de personas que
está gestionando es decir está arruinando a miles de personas el ahorro acumulado patrimonialmente
por miles de personas y luego además a la hora de tomar las decisiones económicas
de qué hay que producir y cómo hay que producirlo dentro del capitalismo está tomando mal
con lo cual está deteriorando está perjudicando a millones de personas de manera muchísimo
más vital que si me han cortado bien una planta me han dejado de cortar. Por tanto es lógico
que a un gestor de Hechfan que sea bueno precisamente para evitar todas esas meteduras de pata que
son mucho más devastadoras o potencialmente mucho más devastadoras que lo que puede hacer
un jardinero se le pague mucho más simplemente porque la sociedad valora mucho más sus servicios
sin que la sociedad sea con sin que los individuos que componen la sociedad sea consciente de
que lo valora pero obviamente lo que sí valora es comer adecuadamente todos los días vestirse
adecuadamente todos los días tener ordenadores internet etcétera y eso depende de que en
gran parte depende de que quienes gestionan el ahorro de la colectividad del conjunto
de los individuos asignen correctamente ese capital en los fines que son más valiosos.
Vale entonces partiendo de esas dos premisas de que el capitalismo se vongue por egoísmo
y que la competencia de genera en competencia salvaje, Felver dice hay que desprogramar
el capitalismo de la búsqueda del beneficio monetario. Las empresas sean de mantener
dentro de una economía de mercado pero las empresas deben buscar el beneficio del bien
común con lo cual hay que crear una medición alternativa de beneficio que es lo que el
llama el balance del bien común entonces ese balance del bien común lo que tiene que hacer
es partir del beneficio monetario e incluir una serie de puntos de notas en función de
si la empresa cumple con ciertos objetivos que se conseguirán universalmente válidos
como pueden ser creación de empleo, calidad del empleo, formas justas de reparto de beneficios,
trato igualitario a los trabajadores o cuidado del medio ambiente.
Entonces esos fines que Felver de todas formas dice esto es mi opinión luego esto habría
que someterlo al asamblea popular que es ahí donde se determinaría el bien común, que
cuáles son los valores que componen realmente el bien común pero como hemos comentado son
los del bien común, el bien mayoritario pero en todo caso si os fijáis estos valores
que Felver asigna como bien común en realidad son el bien particular de los trabajadores
de la empresa pues estamos diciendo no que haya cada vez más trabajadores que el empleo
esté mejor pagado que se trate de la misma manera y cada vez mejora a todas las personas
vamos que si en lugar de producir de la manera más económica los bienes y servicios que
necesitan los consumidores sometemos el capital de la empresa a montar un bar en la empresa
a hacer que trabajen los trabajadores 4 horas a la semana y cobre en el doble que ahora
etcétera se promueve mejor el bien común cuando lo que tiene son bienes y servicios
en menor cantidad y de peor calidad que además son apropiados en una mayor parte por los
trabajadores que trabajan menos y que gozan de mayores prestaciones dentro de la empresa
es decir es consumir el capital dentro de la empresa en beneficio particular de los trabajadores
que componen la empresa para componer ese balance del bien común felver dice hay que
dar una serie de puntuaciones de cero a mil cero es máximo mal común es decir el mínimo
bien común y el mil es el máximo bien común son una serie de puntos que llevan a que cada
empresa tenga asociado un color el rojo es máximo un cumplimiento el verde es el máximo
cumplimiento con lo cual lo que dices los consumidores serían capaces de discriminar
que empresas pues hacen más por el bien común y por tanto podrían comprar aquellos productos
de aquellas empresas que más hacen por el bien común y todo esto pues está muy bien
yo no estoy en contra de que una empresa diga yo trato muy bien a mis trabajadores re invierto
parte de mis beneficios en el medio ambiente etcétera y como tal me pongo una pegatina
y tu señor consumidor si crees que sus valios o compras productos de esa pegatina pagando
el precio tres veces incrementado el problema es que eso ya puede suceder hoy es decir nada
impide que hoy las empresas compitan no tanto por la calidad de los productos sino por
signos o símbolos mejor dicho que les permitan distinguirse de otras empresas en función
de los objetivos que esos símbolos teóricamente representan o sea podrían competir por tratar
mejor a sus trabajadores y eso sería una señal que se manda a través de un símbolo
que puede conceder como dice félver una empresa auditora independiente el problema es que
eso hoy no sucede y si eso hoy no sucede es porque quizá los consumidores a elegir no
valoren eso prácticamente nada con lo cual habría que plantearse si a lo mejor todo
eso no integra el bien común y si el bien común no tiende a descubrirse a través
del proceso de mercado es decir a través de la elección concreta de los consumidores
entonces a félver aunque dice que quiere mantener la libertad como luego veremos dice claro
es que la gente todavía no está bien instruida no está bien educada entonces no se la puede
dejar al inicio elegir libremente si quiere unos colores o quiere otros entonces al principio
hasta que aprenda e interiorice los valores del bien común porque lleva muchos años
adoctrinada por la mentalidad capitalista pues el estado tiene que participar a la hora
pues de por ejemplo subvencionar a las empresas que tienen colores más altos o imponerles
impuestos más elevados a quienes tienen colores más cercanos al rojo vale entonces de todas
formas claro aún con el sistema de colores subsistirían beneficios en la empresa porque
una cosa es que se cree el valance del bien común otra que no haya beneficios monetarios
dice que se puede hacer con esos beneficios monetarios atención inversiones con valor
social y ecológico añadido es decir de lo que se trata es de definimos el bien común
de una manera pues que el dinero vaya a todo lo que definimos de esa manera aunque no sea
lo que los consumidores quieren aumentar las reservas de la empresa bueno eso está bien
pero reparto de beneficio entre los colaboradores entre quienes entre los trabajadores los capitalistas
los que meten el capital felbert no los considera colaboradores ya veremos luego que felbert
tiene el propósito de erradicar la figura del capitalista que el capitalista que no
trabaja activamente dentro de la empresa como un trabajador más debe desaparecer de la empresa
y no se le debe remunerar entonces una manera de repartir los beneficios entre los trabajadores
la otra préstamos gratuitos a otras empresas que me diréis vosotros que incentivo tiene
una empresa a prestarle gratuitamente a otra para que a lo mejor no se lo devuelva felbert
dice que claro como ya se habrá establecido la cooperación estructural entre empresas
ya será mucho más fluida que una se preste en dinero a otras para que las otras puedan
desarrollar los proyectos alocados que puedan tener porque tenete en cuenta que esos proyectos
no se validan en función de las decisiones luego de los consumidores en el mercado sino
de lo que el gobierno luego te da por detrás en todo caso lo que dice felbert es que los
beneficios no deben utilizarse ni para repartir dinero entre los capitalistas ni para fusiones
o adquisiciones hostiles entre empresas, es decir en todo caso si dos empresas los trabajadores
de dos empresas se ponen de acuerdo en que lo mejor es fusiones etcétera bien pero
si encontramos una empresa que está pesimamente gestionada que está destruyendo valor y
llega un dinero un señor con dinero dice yo la voy a comprar la voy a reflotar la voy
a poner a generar valor eso no porque eso es una adquisición hostil propio de la competencia
salvaje que caracteriza el capitalismo luego tampoco inversiones financieras porque de
nuevo felbert no entiende la función de los mercados financieros dice no el capital hay
que repartirlo pero hay que repartirlo gratuitamente esto de que yo compro activos y me dan intereses
sin formar parte del núcleo de trabajador de la empresa no es admisible y tampoco admite
donaciones a partidos políticos lo cual está muy bien pero probablemente se uno quitaría
para que los políticos siguieran en los consejos de administración de las empresas
y recibiendo subvenciones que ellos mismos darían para las empresas que luego han de
repartir casualmente entre los trabajadores que participan activamente en la empresa.
Por tanto desprogramar a la economía de mercado del beneficio monetario como pretende felbert
no es que se produzca los bienes que quiere el común de las personas sino que lo que
tiende a provocar es que se produzca cualquier cosa cualquier cosa arbitraria porque una
vez renunciamos a producir con racionalidad económica es decir producir economizando
los medios para satisfacer los fines más urgentes de los individuos que eso es lo que nos da
el beneficio monetario a partir de ahí producimos de manera arbitraria lo que el estado dice
que es el bien común o lo que la mayoría dice que es el bien común pero que la mayoría
ni es capaz de valorar el coste de oportunidad propio ni para otras personas pues eso será
lo que produciremos sea realmente lo que valoramos o no porque es en el mercado donde se ve realmente
lo que valoramos teniendo en cuenta el coste de oportunidad.
Además dice felbert que pasaremos como digo de la competencia salvaje a la cooperación
estructural que como las empresas ya no buscan el beneficio económico monetario y a las empresas
podrán cooperar entre ellas aunque no sea eficiente o rentable económicamente y por
tanto se tenderán a prestar ayuda las unas a las otras porque eso además redundará
en mayor beneficio del bien común.
Bueno, esto de la cooperación estructural entre empresas si os fijáis es justamente
lo que acababa de criticar cuando criticaba los cárteles un cárteles es una cooperación
estructural entre empresas dice los cárteles son una de generación del sistema capitalista
pero luego dice las empresas es bueno que coperen entre ellas coperen entre ellas para
que para fijar precios fijar cantidades repartirse mercados y luego además dice que en momentos
de crisis las empresas tenderán a rimar el hombro, es decir que por ejemplo si hay un
sector que se cae las empresas negociarán entre ellas también teniendo en cuenta parlamentos
económicos regionales y demás para decir bueno tú reducer la producción un 10 y otro
10 etcétera ahí de nuevo nos encontramos que queda igual que empresa sea más eficiente
que empieza a minimizar los efectos de la crisis porque todas tienen que sobrevivir
sean más eficientes o menos.
Por tanto lo que quiere es felber de hecho luego os leer una frase donde dice que en
el sistema de la economía del bien común la quiebra prácticamente desaparecería, es
decir que las empresas dejarían de quebrar lo que quiere es justamente eliminar el mecanismo
de la quiebra como un sano mecanismo dentro del capitalismo ¿para qué? para erradicar
aquellos problemas empresariales que destruyen valor, no es que habéis leído a Anasim Taleb
anti fragile lo que viene a decir es que la quiebra es un mecanismo muy valioso porque
permite precisamente que economizar los recursos del resto, es decir si deciden uno se la pega
los 99 restantes saben que no han de seguir el camino del que se la está pegando, por
tanto si tu eliminas el mecanismo disciplinador y el mecanismo purificador de la quiebra lo
que tiendes a hacer es consolidar errores y luego además también dice que los trabajadores
saldrían beneficiados obviamente porque está todo montado para repartirse el capital pero
cuidado habría que establecer un salario mínimo bueno esto está la orden del día un salario
máximo que sea 6 o 7 veces el salario mínimo tampoco mucho más y luego y esto ya es lo
más curioso creo yo un año sabático de trabajo obligatorio por cada década trabajada con
esto felber espera que se elimine el desempleo porque dice claro si cada año de media el
10% de la población activa se va de vacaciones a donde sea el 10% de paro que pueda haber
estructural se recolocará en España tendrían que ser dos efectivamente o tres vale ahora
planteaos una empresa super especializada formada por ingenieros donde cada ingeniero está
super especializado donde el proyecto sale adelante porque todos están cooperando cooperando
lo que quiere felber entre ellos continuamente y de repente decimos no mira el 10% tú de
vacaciones y vamos a meter aquí a este señor que es licenciado en bellas artes a este que
es filólogo en lenguas eslabas y a este que es economista vosotros creéis que esa empresa
continuaría produciendo lo que tenía que producir no pero es que al siguiente año el 10% que
se irían de vacaciones sería no otro por tanto esa empresa estaría permanentemente
paralizada porque si necesitas todas las piezas como un engranaje y sacas un engranaje se
cae el sistema es una anécdota pero es una anécdota muy ilustrativa de los planteamientos
de este señor vale entonces obviamente todo esto está muy bien porque felber dice que
con el pleno empleo se garantizarían las pensiones el estado de bienestar se podrían
ir subiendo los salarios etcétera pero claro hay un problema como todos los sistemas socialistas
y es quién lo paga porque al final todo al final todo esto hay que pagarlo y felber aunque
no entiende la función del capital la función del capital precisamente es permitir que se
financie en proyectos empresariales y que esos proyectos estén en funcionamiento durante
todo el tiempo que se necesita hasta que se vendan y se rentabilicen en los consumidores tampoco
es tan ingenuo como para pensar que no hace falta ningún tipo de capital el sabe que hay que
rapiñar a los demás el es consciente de eso con lo cual propone distintas vías por las
cuales las empresas se podrían financiar la primera es capital ajeno decir deuda proporcionada
por bancos orientados al bien común o empresas altruistas lo que hemos visto es decir empresas
que presten a otras empresas sin interés entonces los bancos deberían prestar sin intereses tampoco
deberían pagar intereses a los depositantes porque la ahorra es algo peligroso para hacerlo
entonces la idea es que no hay que pagar intereses o no hay que cobrar intereses puede ser una
idea atractiva para aquellos que se hayan creído todas las tonterías de la usura pero ahora
fijaos o plantearos cómo podéis coordinar proyectos empresariales a lo largo del tiempo
sin tener en cuenta los intereses imagina que tenéis un proyecto que tarda 100 años en
proporcionar un rendimiento pero que cuando lo proporcione de media habrá proporcionado
un rendimiento medio anual del 5% y luego tenéis un proyecto que a un año proporciona
un rendimiento del 4% como elegís y como discrimináis cuál es preferible el que proporciona el
5 simplemente porque es mayor que el 4 aunque haya que esperar 100 años a que ese proyecto
madura que ese proyecto proporciona el rendimiento simplemente fijándonos en el rendimiento sobre
el capital no sabemos qué proyecto es preferible a otro hay que tener en cuenta lo que en finanza
se llama el coste del capital es decir cuál es el coste de financiar más 100 años pero
claro si el tipo de interés si la manera de captar capital a 100 años es pagar un 200%
obviamente que yo logre proporcionar un 5% anual no me sirve para sacar adelante este
proyecto en cambio en el proyecto a un año si me puedo financiar al 2 y proporciona un
4 si puedo sacar adelante ese proyecto es decir el tipo de interés es una manera de asignar
el capital intertemporalmente y sin tipo de interés no hay racionalidad alguna en la asignación
intertemporal de capital félver se lo quiere cargar con lo cual volvemos a producir a las
producciones arbitrarias y a producir cualquier cosa que creamos sin ningún fundamento que
es positiva luego además él cree que hay que financiar los préstamos de los bancos con
depósitos a la vista con lo cual tenemos un descalce de plazos monumental ese problema
no lo entiende de igual que los bancos se financian a muy corto plazo y presta en muy largo plazo
no entiende que su genera ciclos económicos pero también además habría descalces de
riesgos porque félver se quiere cargar los fondos de capital riesgo dice que eso no debe
existir que deben ser los bancos los que en todo caso destinen sus préstamos a inversiones
con un riesgo relativamente más alto pero ahí que está haciendo está exponiendo a los
depositantes al riesgo de esas empresas está haciendo lo de las preferentes es decir coger
el dinero de los ahorradores conservadores y destinarlo a proyectos muy arriesgados porque
es la única manera de financiar proyectos arriesgados es decir a través de los bancos
lo que no entiendes que los fondos de capital riesgo lo que hacen es concentrar el capital
de aquellas personas con un perfil de riesgo muy osado precisamente para intentar lograr
una rentabilidad muy alta es lo que dices los riesgos han de ser compartidos por todos
porque te cargas también las aseguradoras luego capital social de particulares dedicados
a trabajar en la empresa bueno esto básicamente es que los trabajadores puedan reinvertir
su capital en la empresa y que se expoli al capitalista que ha creado la empresa de su
participación en la misma él dice que al cabo de 20 años el capitalista no debe tener
ningún tipo de derecho dentro de la empresa y por último y esto es lo más disparatado
quizá el capital propio de cada persona a través de lo que él llama la dote democrática
que es la dote democrática pues él quiere establecer límites a la propiedad y a la herencia
que nadie pueda tener un patrimonio de más de 10 millones de euros por ejemplo y que
ninguna herencia pueda ser mayor de un millón de euros con lo cual todo lo que exceda a
eso se tiene que redistribuir y repartir entre todas las personas esos la dote democrática
la propiedad obtiene una persona por nacer y esa propiedad la podría destinar a una
empresa bien obviamente la conclusión de esto cuál es primero habría un volumen de ahorro
pequeñísimo segundo el poco ahorro cabría se asignaría de manera arbitraria y de manera
catastrófica porque ni habría coordinación intertemporal ni coordinación por riesgos
etcétera y además se asignaría el capital a proyectos que no son los más valorados
por los consumidores sino los más valorados por el poder político y termino con la lectura
de algunos fragmentos del libro de la economía del bien común que yo creo que es en verdad
me hubiese podido ahorrar toda la charla leyendo estas cosas de entrada pues cómo la violencia
constituye el núcleo estructural de la economía del bien común y esto es interesante para
que veáis el lenguaje bello con el que se disfraza el defender atentar contra la libertad
de los demás dice sin lugar a dudas sería preferible que la economía del bien común
se basara en la motivación intrínseca es decir la voluntariedad pero eso sólo puede
ser un objetivo a largo plazo en primer lugar son todavía muy pocas las personas motivadas
principalmente de manera intrínseca han aprendido a seguir incentivos y objetivos externos el
beneficio y relacionado con esto y el segundo y más importante motivo si dejáramos a día
de hoy a las empresas decidir libremente cómo se comportan es cierto que algunas elegirían
la orientación del bien común pero otras no porque muchos de nosotros hemos interiorizado
valores asociales como el egoísmo y el comportamiento competitivo y los viviríamos y estos y estos
otros se impondrían porque en la dinámica del sistema actual la empresa con el mayor
beneficio económico gana la competencia es decir se tendría que suprimir el actualmente
válido marco legal para la economía ha llegado el momento para esto como ya dijo Aristóteles
si en la tierra dominase el amor todas las leyes serían innecesarias esta perspectiva
sigue siendo válida dado que nosotros como humanidad estamos tan lejos se necesitan
normas obligatorias decir cómo reprimir al prójimo con palabras muy bellas bueno frases
textuales son las personas que trabajan en la empresa deben participar en los beneficios
que esta genera en la economía del bien común hay un salario mínimo y máximo para cada hora
de trabajo por ejemplo se puede establecer que lo percibido como máximo por hora trabajada
sea diez veces lo fijado por para el mínimo por ejemplo en el futuro no deben existir
dividendros las personas pueden involucrarse en las empresas la diferencia radica en que
por ello no se obtendrán réditos financieros ni tampoco podrán vender parte de la empresa
a los mercados participar en bolsa las empresas deben obtener sus ingresos solamente a través
de los productos que fabrican o los servicios que prestan no a través de operaciones financieras
la quiebra es improbable en la economía del bien común en la economía del bien común
todas las empresas preparadas para cooperar de un sector afectado por la crisis podrían
convocar un comité de crisis o de cooperación para discutir las diversas formas de repartir
los costes de la crisis en el sistema de la economía del bien común todas las personas
se tomarán un año por década en su vida laboral para dedicarse a otras cosas en la
economía del bien común ya no van a existir ni bancos ni aseguradoras enfocadas al beneficio
el sistema financiero se va a convertir en un bien público las pensiones y por ende su
reparto no van a ser por ello menos seguras el dinero en forma de crédito debe ser un
bien público y los mercados financieros deben ser cerrados las personas depositarán sus
activos financieros en la banca democrática bancos cooperativos o cajas de ahorros que
sólo negociarán con depósitos y créditos las personas viven de los salarios no de los
rendimientos del capital la sociedad anónima del futuro será una sociedad con participaciones
de ciudadanos a nivel regional o global básicamente el banco central se ocuparía de la financiación
del estado sin intereses no debe haber en el futuro ni derivados ni títulos de crédito
pero tampoco ofertas públicas de venta o pubs ni fusiones ni adquisiciones de empresas los
precios de las materias primas se fijarán democráticamente en una asamblea en la que
productores y consumidores acordarán conjuntamente precios razonables para ambas partes el banco
no buscará maximizar sus beneficios y por tanto su tendencia al riesgo es débil el
banco central que evita la quiebra de bancos mediante la recapitalización no habrá intereses
ni en créditos ni en depósitos de ahorros el salario mínimo debe garantizar una vida
digna podría estar referenciado a una cesta de buena vida y establecerse en mil doscientos
euros mensuales como valor orientativo se debe debatir en la economía del bien común sobre
un tope máximo que limite la propiedad privada por ejemplo 10 millones de euros mejor sería
que un organismo social independiente del gobierno guiar a las empresas se podría concebir un
parlamento económico regional que actuando como representante del pueblo soberano participan
el consejo de administración de todas las empresas de una región después de 20 años el fundador
de una empresa con cien empleados no tendría matemáticamente ningún acceso al beneficio se
trata sólo de evitar que los propietarios de las grandes empresas efectúen una desproporcionada
retirada de beneficios para su enriquecimiento personal la herencia se mantiene hasta ciertos
límites los activos heredados que excedan ese límite se traspasan a un fondo intergeneracional
público cuyo contenido se repartirá de manera equitativa como un adote democrática entre los
descendientes de la siguiente generación el límite se podría poner en las herencias monetarias y
de inmuebles por ejemplo en 500 mil o 700 mil euros por persona el libre comercio sería una amenaza
para un para una individual economía del bien común es decir que mientras no todo el mundo
adopte la economía del bien común hay que cerrar las fronteras porque si no de fuera nos vendrán con
sus modelos capitalistas a conquistarnos bueno pues básicamente esto es la economía del bien
común tan pues aplaudida en ciertos círculos españoles y que como he dicho al principio creo
que lo he dicho no es más que otra forma de fascismo es decir si nos fijamos en todas las
medidas que propones fascismo puro y duro eso sí con un nombre mucho más bonito muchas gracias