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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Escalada del conflicto diplomático entre España y Argentina. El gobierno
socialista de Pedro Sánchez ha decidido retirar definitivamente al embajador
español en Argentina. No sólo eso, el gobierno socialista de Pedro Sánchez está
estudiando prohibir la entrada de Javier Milei a España el próximo 21 de junio.
Veámoslo.
El vídeo de ayer lo dedicamos a estudiar las causas del reciente conflicto
diplomático abierto entre el Estado español y el Estado argentino a raíz de
unas críticas reactivas y defensivas del presidente de Argentina, Javier Milei, en
contra de la esposa del presidente del gobierno de España, de Begoña Gómez. En
ese vídeo ya vimos que las críticas, los ataques, las denuncias públicas de Javier
Milei en contra de Begoña Gómez se producían dentro de un contexto de
descalificaciones e insultos unilaterales desde el gobierno de España hacia Javier
Milei y sobre un fondo que tenía cierta razón de ser. Es decir, los indicios de
corrupción o al menos de prácticas poco decentes de la esposa del presidente
del gobierno de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. Sin embargo, también en
ese vídeo ya dijimos que las declaraciones de Javier Milei como presidente de
Argentina podían ser problemáticas no porque fueran las que iniciaran las
agresiones o porque el fondo, el contenido de las mismas fuera falaz, sino
porque previsiblemente el gobierno socialista de Pedro Sánchez ejercería
violencia vicaria contra el pueblo argentino, ejercería violencia vicaria
contra el pueblo argentino tratando de dañar de rebote a Javier Milei. Y de
momento ya ha dado un primer paso en esa dirección. El gobierno socialista de
Pedro Sánchez no sólo ha llamado a consultas al embajador español en
Argentina. No, no se ha quedado en eso, sino que finalmente ha decidido retirar de
manera definitiva al embajador español en la Argentina. Y al parecer las
hostilidades del Estado español en contra de Argentina no se van a quedar ahí. El
gobierno de España también está estudiando expulsar al embajador de
Argentina en España e incluso romper relaciones diplomáticas con Argentina. No
sólo eso, por supuesto el gobierno de España también está estudiando impedir la
entrada de Javier Milei en nuestro país el próximo 21 de junio cuando debía acudir
a recibir el premio Juan de Mariana a una trayectoria ejemplar en defensa de la
libertad. Para que nos hagamos una idea del disparate que supone retirar
definitivamente al embajador de España en Argentina. El gobierno español de Pedro
Sánchez está denunciando día sí y día también que el Estado de Israel está
perpetrando un genocidio en Gaza. Conste que no estoy entrando en el fondo de
esta cuestión porque no me siento cualificado para hacerlo. Sólo estoy
exponiendo los hechos tal como los percibe y los denuncia el gobierno
español. El gobierno español, repito, está denunciando que el Estado de Israel
perpetra un genocidio en Gaza y a pesar de estar perpetrando, según el gobierno
español, un genocidio en Gaza, el Estado español no ha retirado el embajador de
España en Israel. Como tampoco retiró el embajador de España en Rusia después de
la invasión de Ucrania. Es decir, que para Pedro Sánchez, cometer un genocidio no es
razón suficiente para retirar el embajador de Israel. Ahora bien, Javier Milei, como
presidente de Argentina, insinúa que Begoña Gómez es corrupta e inmediatamente
retira al embajador de España en Argentina. Es que las frivolidades y
prioridades morales de este gobierno con este hecho quedan clarísimas. El interés
personal y familiar de Pedro Sánchez es más importante para Pedro Sánchez que la
comisión de un genocidio. ¿Y esto por qué es así? Pues porque en la cabeza de Pedro
Sánchez existe una identificación absoluta entre persona y Estado. Para Pedro
Sánchez, atacarle a él o a su entorno familiar o a su entorno partidista es
atacar al Estado español. No sólo eso, es incluso atacar a la forma democrática de
ese Estado. Porque Pedro Sánchez se identifica a sí mismo, no sus ideas, que son
ideas que puede tener cualquier otro, correctas o equivocadas, sino a su misma persona con
la esencia de la salvación de la democracia en España. Ese ha sido el eje de todo su discurso
en todas las últimas campañas electorales. Si yo no salgo reelegido como presidente del
gobierno de España, la democracia desaparece de España. Por tanto, me tenéis que votar aún
con 20 pinzas en la nariz. Porque la salvación de la democracia en el Estado español es mucho
más importante que el desagrado personal que os pueda generar como votantes. De hecho, los
propios miembros del gobierno de España, o de los grupos políticos que dan apoyo al
gobierno de España, no se esconden a la hora de efectuar esa identificación entre la figura
de Pedro Sánchez, el gobierno, el Estado, la nación e incluso los valores mismos de la
democracia. Por ejemplo, el ministro de Cultura Ernest Urtasun dice en Twitter
El insulto del ultraderechista Milley es contra el gobierno y contra España. No, si se trata
de un insulto, que sería discutible, sería en todo caso un insulto a Begoña Gómez, que
es una persona particular. Es la esposa del presidente del gobierno, pero no ocupa ningún
cargo institucional. Por tanto, ni es un ataque a un cargo público, ni mucho menos es un ataque
al conjunto del gobierno, ni muchísimo menos al conjunto del Estado español, y ya, desde
luego, lo que no tiene ningún sentido es decir que se trata de un ataque contra España,
es decir, contra los españoles. En esta misma línea, por cierto, se expresa Íñigo
Herrejón, que si bien no es ministro, es el portavoz parlamentario de la coalición política
de sumar que está integrada en el gobierno de España, dice Íñigo Herrejón. El insulto
del ultraderechista Milley es contra el gobierno español y contra España. Esto es un calco de
lo que ya le hemos leído a Urtasun. Pero sigue Íñigo Herrejón. No es una discusión
entre políticos, sino entre modelos de sociedad. Es decir, que atacando a Pedro Sánchez se está
atacando el modelo de sociedad que defiende Pedro Sánchez. Y como ellos dicen que defienden la
esencia de la democracia, atacando a Pedro Sánchez también se está atacando la esencia
de la democracia. De ahí que, como dijera la ministra de Ciencia Diana Morant hace unos
días, Milley socava, desde su punto de vista, la democracia. Es un enemigo de la democracia.
Porque ser enemigo de Pedro Sánchez, criticar a Pedro Sánchez o criticar a su esposa, es atacar
a la democracia misma. En esa misma línea, por cierto, se ha expresado el ministro de Economía
del gobierno, Carlos Cuerpo, que supuestamente era una persona tremendamente técnica y que no
se embarraba en el fango de la política o del peor politiqueo. Pues bien, ¿qué ha dicho
Carlos Cuerpo? Lo siguiente. Es un ataque directo, las palabras de Javier Milley contra
Begoña Gómez, a nuestras instituciones y a nuestra democracia. ¿Cómo que es un ataque
a las instituciones españolas decir que la esposa del presidente del gobierno es o puede
ser corrupta? Como mucho será un ataque desagradable e injustificado a la esposa del presidente
del gobierno, pero no un ataque a las instituciones españolas. Begoña Gómez no es ninguna institución,
ni representa a ninguna, y mucho menos a la democracia. Un ataque, dice Carlos Cuerpo, que
va en detrimento precisamente de ese elemento de certidumbre y seguridad para los agentes
económicos, pudiendo suponer esos efectos lesivos. Es decir, que por criticar a Begoña
Gómez el gobierno está deslizando la amenaza, como ya avisé en el vídeo anterior, de que intentará
boicotear económicamente a la Argentina. Pero ¿qué disparate es ese? Es decir, el interés de la
esposa de Pedro Sánchez prevalece sobre el interés de ciudadanos españoles y de ciudadanos argentinos
que son absolutamente inocentes y que están absolutamente al margen de estos dimes y diretes.
Y, por supuesto, esto mismo es lo que ha señalado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel
Álvarez.
Y la respuesta a esa buena fe y a esa hospitalidad fue un ataque frontal con insultos a nuestras
instituciones. Por lo tanto, Argentina tendrá que continuar sin embajadora española en Buenos
Aires.
¿Ataque frontal a nuestras instituciones? Repito nuevamente, ¿qué institución es Begoña
Gómez? Porque, además, no olvidemos que este mismo gobierno justifica las actividades
profesionales poco decorosas y poco decentes de Begoña Gómez argumentando que ella es una ciudadana
particular y privada y que, por tanto, no tiene que someterse a ningún tipo de vigilancia, de
fiscalización, de escrutinio público, a ningún régimen de incompatibilidades, porque ella
es Begoña Gómez, una persona independiente, esposa sí, pero independiente del presidente
del gobierno, Pedro Sánchez. Pues bien, si Begoña Gómez es independiente, autónoma a la
hora de desarrollar su vida profesional, también deberá ser independiente y autónoma a la hora
de recibir insultos y ataques. Y, en ese sentido, no cabrá argumentar que atacar a Begoña Gómez
es atacar a ningún cargo público ni a ninguna institución. Salvo que Begoña Gómez sea institución
cuando nos interesa que lo sea, es decir, cuando queremos utilizar, instrumentalizar el poder del
Estado español para atacar a aquellos que están criticando a una ciudadana particular, y, en cambio,
Begoña Gómez no forma parte de las instituciones españolas cuando no nos interesa que forme parte
de ellas. Por ejemplo, cuando desarrolla comportamientos profesionales poco decentes, poco decorosos y que
deberían estar sometidos a un régimen de incompatibilidades mucho más estricto. Al final, por tanto, se trata de
lo mismo de colocar al conjunto del Estado español al servicio del interés personal y familiar, y también de
partido, de Pedro Sánchez. Porque para Pedro Sánchez, él encarna el Estado español, y, por tanto, todo el poder
coactivo de ese Estado queda a su servicio. Y, como digo, nos podrán gustar más o menos las declaraciones, las
críticas, los ataques de Javier Milei a Begoña Gómez. En el vídeo de ayer ya comenté que, desde mi punto de
vista, eran un error diplomático. No porque Javier Milei no tenga razón en el fondo y en el contexto que
respalda reactivamente esas declaraciones, sino porque Javier Milei debería ubicarse por encima de
ese fango que pretende extender el gobierno socialista en España. Pero más allá de si las
declaraciones de Milei nos parecen bien o nos parecen mal, de lo que no debería haber demasiadas dudas es
que la reacción del gobierno de España es completamente desproporcionada y, sobre todo, la
justificación que expone públicamente ese gobierno y sus atláteres políticos y mediáticos es
profundamente liberticida. Básicamente se nos está intentando inocular la idea de que atacar a Begoña
Gómez o a Pedro Sánchez, me da igual, es atacar al Estado español, es atacar a los españoles y es
atacar a la misma democracia. Y esa equiparación no sólo esconde, por parte de Pedro Sánchez, un
peligrosísimo delirio napoleónico de grandeza, sino que en sí mismo es el germen del totalitarismo.