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Violencia política en España sobre manifestantes que se han limitado a protestar pacíficamente
en contra del Partido Socialista Obrero Español.
Veámoslo.
Desde hace varios días se están celebrando en varias ciudades de España manifestaciones
pacíficas delante de las sedes del PSOE para protestar contra la previsible aprobación
de una ley de amnistía que borre los delitos cometidos según el Código Penal Español
por parte del independentismo catalán en el año 2017, durante el famoso Prusés de
Independencia.
En un vídeo anterior ya expresé mi opinión sobre la ley de amnistía, una opinión que
por un lado es compatible con el derecho a la secesión, a la separación política,
que creo que habría que reconocer a todas las personas y a todas las asociaciones de
Por otro lado, la crítica a la ley de amnistía como instrumento que emplee el poder legislativo
o el Ejecutivo a través del Legislativo para asaltar la independencia del Poder Judicial.
En cualquier caso, uno puede estar a favor de la ley de amnistía o puede estar en contra
de la ley de amnistía, siempre y cuando exprese sus opiniones pacíficamente, aún cuando
sea delante de la sede de un partido político, no debería haber ningún problema con ello,
ni para apoyar la ley de amnistía o para apoyar la independencia de una región de
España o para criticarlas.
Sin embargo, en la manifestación pacífica, repito, pacífica que tuvo lugar anoche en
la calle Ferrat de Madrid, es decir, en la calle donde se halla la sede del Partido Socialista
en Madrid, se produjo un episodio vergonzoso de violencia política contra los manifestantes
pacíficos. Sin que mediara violencia de ningún tipo por parte de los manifestantes en contra
de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que estaban protegiendo la sede del
Partido Socialista de que pudiese protestarse en frente de ella, no de que fuera violentamente
asaltada, sino de que se pudiese protestar delante de ella, repito, sin que mediara ningún
tipo de violencia por parte de los manifestantes contra los cuerpos y fuerzas de seguridad
del Estado, éstos, la policía, utilizó gas lacrimógeno contra estos manifestantes.
Durante algunas horas hubo cierta confusión sobre si se empleó o no se empleó gas lacrimógeno
para disolver la manifestación espontánea y pacífica en contra del Partido Socialista.
Pero finalmente la delegación del Gobierno, es decir, el propio Gobierno, confirmó que
la policía había utilizado gas lacrimógeno en contra de los manifestantes pacíficos.
Pero ha habido, tú lo decías, momentos de mucha tensión, sobre todo cuando se han lanzado
gases lacrimógenos, en un principio ha habido confusión, no se sabía quién había tirado
esos gases lacrimógenos. Finalmente la delegación de Gobierno confirma que la policía ha tenido
que utilizar gases lacrimógenos para disolver a los manifestantes que aquí se habían convocado
a través de las redes sociales.
Y el propio diario El País, que en un principio se había resistido a informar sobre el uso
del gas lacrimógeno, finalmente terminó contactando con el Sámur y el Sámur le confirmó
que efectivamente tuvo que atender a 6 personas víctimas del gas lacrimógeno. Podemos leer
en las páginas del país.
Efectivos del Sámur afirmaron haber atendido a media docena de personas por el lanzamiento
de gases lacrimógenos en las inmediaciones de la Sede Nacional del PSOE en la madrileña
calle de Ferraz.
El uso del gas lacrimógeno en estas circunstancias es una completa y desproporcionada aberración.
Por ejemplo, lo que dice Amnistía Internacional sobre el uso del gas lacrimógeno en manifestaciones
es lo siguiente.
El documento de posición de Amnistía Internacional aclara que la Policía solo puede utilizar
el gas lacrimógeno en caso de violencia generalizada cuando sea imposible hacer frente a los individuos
violentos por sí solos. Nunca deben utilizarse gases lacrimógenos para dispersar a manifestantes
pacíficos.
Y esto es justo lo que sucedió anoche en Madrid. La Policía Nacional, por orden del Ministerio
del Interior, es decir, por orden del Gobierno conformado por el partido político contra
el que se estaban manifestando pacíficamente estas personas, la Policía Nacional utilizó
gas lacrimógeno para disolver protestas pacíficas. Es decir, que un partido político en España,
por mucho que ocupe el Gobierno, utilizó la Policía Nacional como un cuerpo de represión
política al servicio del partido. Se trata, repito, de un uso totalmente desproporcionado
del gas lacrimógeno. Sin que haya mediado ninguna violencia, se reprime a los manifestantes
pacíficos.
En palabras del portavoz del sindicato policial, Alternativa Sindical de Policía Alfredo Perdiguero,
pensaba que solo era humo, pero cada vez más dicen que han usado gases lacrimógenos.
En las marchas de la Dignidad se usaron de manera excepcional al lado de Colón, porque
hubo más de 60 policías heridos. Son medios que Interior no suele permitir usar ni contra
los radicales más violentos. Sindicalmente defendemos y defenderemos siempre las actuaciones
Si esto ha sido así, contra gente que solo gritaba, desde el sindicato pediremos responsabilidades,
porque si el delegado del Gobierno ha dado la orden y alguien la ha ejecutado, lo único
que ha conseguido es dejarnos a los pies de los caballos y quitarnos el apoyo de la gente.
Y eso no lo vamos a permitir.
Es decir, que la última vez que se utilizaron en Madrid gases lacrimógenos fue en el año
2014, en las marchas de la Dignidad, cuando hubo 60 policías heridos. ¿Cuántos ha habido
ahora para justificar preventivamente el uso de gases lacrimógenos?
Pero es que esta represión política en contra de manifestantes pacíficos no terminó aquí.
Después de que se disolviera la manifestación, agentes de la policía persiguieron a manifestantes
que en ningún peligro entrañaban para darles porrazos.
Y en este otro vídeo podemos observar cómo la policía está reduciendo violentamente
a un peligrosísimo anciano que intentaba seguir protestando, seguro que con mucha
posibilidad de generar muchísimos destrozos, en Ferrad.
Estamos ante indecorosos episodios de violencia y de represión política en España. Violencia
y represión política contra manifestantes que, al menos hasta el momento, han sido completamente
pacíficos. Por tanto, se lo reprime por sus ideas y por su mensaje, no por sus actos.
Y ante este vergonzoso episodio de violencia y represión política en España, al presidente
del Gobierno en funciones, responsable último de la Policía Nacional que ha ejecutado estos
actos de violencia y de represión política en contra de manifestantes pacíficos, simplemente
se le ocurre salir a defender no a las víctimas de esa represión y de esa violencia política,
sino a los miembros de su partido que tenían que soportar las molestias de que los ciudadanos
pacífica y espontáneamente protesten delante de sus sedes.
Escribió anoche Pedro Sánchez.
Agradezco mi cariño y mi apoyo a la militancia socialista que está sufriendo el acoso de
los reaccionarios a las casas del pueblo. Atacar las sedes del PSOE, ¿pero qué ataque
es si estamos hablando de manifestaciones hasta el momento totalmente pacíficas? Atacar
las sedes del PSOE es atacar, atención, la democracia y a todos los que creen en ella.
Pero más de 140 años de historia nos recuerdan que nunca nadie será capaz de amedrentar
al PSOE. Seguiremos adelante.
En lugar de disculparse y de cesar al ministro del Interior por el uso absolutamente desproporcionado
de la violencia policial en contra de manifestantes pacíficos, Pedro Sánchez saca pecho y echa
pestes contra las víctimas de esta represión policial. Más bien parece que los está amenazando.
No nos dejaremos amedrentar. Seguiremos adelante.
¿Seguiremos adelante cómo? ¿Con este tipo de represión policial contra manifestantes
pacíficos?
Ojalá este episodio de inadmisible violencia policial no se repita en lo sucesivo. Ojalá
los españoles que así lo deseen puedan manifestarse pacíficamente allí donde consideren pertinente.
Ojalá la Policía Nacional no se esté transformando en una policía de partido, en una policía
que practica la represión ideológica. Ojalá Pedro Sánchez no se esté tiranizando. Ojalá
Pedro Sánchez no se esté cargando el Estado de Derecho y la separación de poderes.
Ojalá todo eso no siga sucediendo. Pero mientras suceda, habrá que denunciarlo.