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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Edmundo González, líder de la oposición venezolana y más que probable presidente
electo del país, se exilia a España. Veámoslo.
Tras el obsceno fraude electoral perpetrado por el chavismo en Venezuela, la dictadura
ordenó la detención de Edmundo González, el más que probable vencedor de los comicios
presidenciales. Y dado que Edmundo González a su avanzada edad posee importantes problemas
de salud, su encarcelamiento habría supuesto casi con total seguridad su muerte. De ahí
que Edmundo González haya solicitado asilo diplomático al Estado español. Y el Gobierno
de España, y más concretamente el Ministerio de Asuntos Exteriores Español, le ha concedido
ese asilo político, que ha sido autorizado por la dictadura chavista, presuntamente porque
el expresidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha mediado para que
la dictadura chavista tolerara la salida de Edmundo González de Venezuela. En términos
generales, nadie que defienda mínimamente el Estado de Derecho y la Democracia debería
celebrar este episodio. Repito, en términos generales, este episodio es deplorable. Y lo
es porque el más que probable presidente electo de Venezuela, Edmundo González, ha tenido que
marcharse al exilio bajo la amenaza de detención por parte de la tiranía chavista. Y de esta
manera, la tiranía chavista, los delincuentes que han cometido fraude electoral y que están
secuestrando las instituciones venezolanas, la oligarquía chavista permanece en el poder
ya sin que la persona que los venezolanos votaron mayoritariamente como presidente de Venezuela
se halle dentro de las fronteras de Venezuela. Es decir, se ha producido justo lo contrario
de lo que debería haberse producido. Edmundo González debería hallarse en la presidencia
de Venezuela y la oligarquía chavista debería estar o en la cárcel o, en todo caso, exiliada
y fuera de Venezuela. Pero, como digo, ha ocurrido lo contrario y nadie que respete mínimamente
el Estado de Derecho y la democracia puede alegrarse de ello. Dicho esto, que el resultado
global de este exilio sea deplorable para el Estado de Derecho y para la democracia en
Venezuela no significa que la actuación de todas las partes en este episodio sea igual
de criticable o incluso criticable. En primer lugar, y obviamente, que Edmundo González solicite
asilo político a España no es en absoluto criticable. Desde un punto de vista humano
es perfectamente comprensible que no quiera morir en una cárcel venezolana y que, por tanto,
tire al menos parcialmente la toalla en su lucha contra la tiranía chavista exiliándose
a España. En segundo lugar, la actuación del Gobierno de España autorizando este asilo
político y recogiendo a Edmundo González en Venezuela tampoco es per se criticable. Al
contrario, lo que sería desde luego muy criticable es que el Gobierno de España le hubiese denegado
la petición de asilo político a Edmundo González. Lo que acaso sí sea criticable en el futuro,
y deberemos estar vigilantes de ello a tenor de los antecedentes de este Gobierno y de su
entorno ideológico, es que el Gobierno de España, de PSOE-SUMAR, utilice la concesión de este asilo
político a Edmundo González para dar carpetazo a la ofensiva institucional contra el fraude electoral
cometido por la oligarquía chavista en Venezuela y, por tanto, contra la consolidación de la dictadura
chavista en Venezuela. Si a partir de ahora el Gobierno de España va desactivando, poco a poco,
claro, sin que se note mucho, sus críticas al fraude electoral cometido por el chavismo en Venezuela,
y si termina reconociendo como presidente electo del país a Nicolás Maduro, a cambio de haber dado
acogida, acomodo, refugio al líder de la oposición, Edmundo González, pues entonces, desde luego, la actuación
del Gobierno de España sí resultaría muy criticable, porque estaría instrumentalizando
el asilo político a Edmundo González, que resulta moralmente obligatorio otorgarle como forma para
apuntalar desde las instituciones políticas españolas a la dictadura chavista. Por eso digo
que habrá que estar atentos. De momento, repito, su actuación otorgándole el asilo político no es en
absoluto criticable. Y tampoco es para ponerse medallas, ¿eh? Es lo mínimamente digno y decoroso
exigible a un Gobierno que respete mínimamente los derechos humanos. En tercer lugar, y de nuevo,
obviamente, el comportamiento que sí es del todo punto criticable y censurable es el de la dictadura
chavista en Venezuela. Esa dictadura ha perpetrado fraude electoral en los recientes comicios electorales,
y para seguir instalada en el poder, a pesar de haber perdido esas elecciones, le ha planteado al líder
de la oposición y más que probable presidente electo de Venezuela una disyuntiva. O te marchas al
exilio o te encerramos y mueres en una cárcel venezolana. Es difícil saber qué prefiere exactamente
la dictadura venezolana, pero todo apunta a que prefiere que Edmundo González se exilie a otro país
antes que meter preso y probablemente dejar morir en la cárcel al líder de la oposición. Algo que
habría erosionado aún más la imagen internacional del chavismo. Por tanto, es el chavismo el que ha
dado un golpe de Estado y el que ha amenazado indirectamente con matar al líder de la oposición
si éste no claudica. Y eso debería merecer la más frontal de las condenas por todos aquellos que
respeten mínimamente la democracia, el Estado de Derecho y los derechos humanos. Y, sin embargo,
sigue habiendo dentro y fuera de Venezuela muchos propagandistas del chavismo que no sólo continúan
blanqueando a la dictadura, sino que se esfuerzan por presentar a Edmundo González como el verdugo.
Por ejemplo, la secretaria general de Podemos y exministra del gobierno de España, Yone Belarra,
ha escrito en la red social X lo siguiente. La prisa que se ha dado el gobierno progresista del
PSOE en dar asilo al opositor venezolano ultraderechista. Y se va a cumplir un año sin
que haya roto relaciones diplomáticas con Israel. Un Estado genocida que lleva miles y miles de niños
y niñas asesinados y asesinadas a sus espaldas. Sin palabras. Uno, desde luego, puede estar a favor
de romper las relaciones diplomáticas con Israel. No es eso lo que pretendo criticar de este tuit,
sino más bien que esté insinuando que es una vergüenza que el gobierno de España le haya
otorgado el asilo político a Edmundo González. Porque, claro, siendo un ultraderechista y, por tanto,
en última instancia, un golpista debería pagar sus crímenes en una cárcel venezolana. En una cárcel
donde estaría condenado a morir. Y si creéis que me estoy extralimitando en esta interpretación
de las palabras de Yone Belarra, basta con que leamos a una de las inspiraciones intelectuales
de ese partido llamado Podemos, Juan Carlos Monedero, uno de los principales propagandistas
de la tiranía chavista en España. Madrid siempre ha sido muy acogedora con sátrapas,
corruptos, ladrones y dictadores latinoamericanos. Ha recibido a Pinochet, a Videla, a Peña Nieto,
a Calderón, a Leopoldo López, etc. ¿Cómo no nos va a quedar un huequito para Edmundo González?
Si has hecho daño a tu pueblo, vente. Claro, si alguien ha hecho daño a su pueblo, debería ir a la cárcel
y no encontrará cómodo en este nido de dictadores y de corruptos que es Madrid, la ciudad en la que
reside Juan Carlos Monedero. Aunque probablemente esto solo sea fachada narrativa. Claro, si han
estado semanas diciendo que Edmundo González era un golpista, ¿cómo van a celebrar que un
golpista encuentre a cómodo en España? Pero en términos de realpolitik, muy probablemente la
oligarquía chavista sí prefiera que Edmundo González esté exiliado en España a que muera en
una cárcel venezolana. Y, de hecho, el propio Juan Carlos Monedero se encarga de difundir esta
versión oficial del chavismo. Es una decisión que intenta soluciones. Que a Cayetana Álvarez de Toledo
le horrorice es que va en la buena decisión. En la buena dirección, entiendo. ¿Y alguien creyó que
Edmundo González, colaborador de los Escuadrones de la Muerte, es un héroe? Los que querían una guerra
civil en Venezuela pierden. Pues bien, en cuarto lugar, todos estos propagandistas del chavismo que
están blanqueando la dictadura y que siguen demonizando a la oposición, justamente, repito,
para apuntalar a la dictadura, desde luego también han tenido un comportamiento muy reprochable en todo
este episodio. Y en quinto y último lugar, ¿cómo cabe valorar la labor del expresidente del gobierno
de España, José Luis Rodríguez Zapatero? Pero ahora hay una parte de la sociedad española que
pretende blanquear su indigna labor y colaboración con la dictadura chavista, diciéndonos que, en este
caso, Zapatero ha mediado para que Edmundo González obtenga el asilo político en España. Desde luego,
facilitar que Edmundo González pueda encontrar refugio en España y que no muera en una cárcel
venezolana es, en principio, algo loable. Pero no perdamos de vista que muy probablemente eso es lo
que buscaba la dictadura chavista, como podemos inferir de la lógica de las relaciones internacionales
y del tuit de Juan Carlos Monedero, que es una especie de portavoz oficial del chavismo en España,
que acabamos de leer. Por tanto, la labor de Zapatero, en este caso, está siendo instrumental
a los intereses de la tiranía chavista. Zapatero no está haciendo absolutamente nada que incomode,
y mucho menos que socave, el control que la dictadura chavista ejerce sobre la población
venezolana. Lo que está haciendo es representar, frente al gobierno de España, los intereses de la
dictadura chavista. O expresado de otra manera, Zapatero jamás habría movido un dedo, en este caso,
si el exilio a España de Edmundo González perjudicara o preocupara en lo más mínimo a la
oligarquía chavista. Y en este caso creo que sí conviene deslindar la actitud que está teniendo el
gobierno de España del PSOE de la de José Luis Rodríguez Zapatero. Al menos, el gobierno de España
sí ha salido a la palestra a decir que hasta ahora, veremos qué sucede a partir de ahora, a raíz de
aceptar este asilo político a Edmundo González, pero al menos sí ha salido a decir que hasta ahora
no reconoce a Nicolás Maduro como presidente electo de Venezuela por las claras irregularidades en el
proceso electoral. Eso es lo mínimo que se le puede exigir a un gobierno o a un verificador
electoral como fue Zapatero. Y Zapatero, en cambio, no ha salido en ningún momento a criticar el fraude
electoral que evidentemente hubo en Venezuela y que él sabe que hubo en Venezuela. Y cualquiera
que no salga a denunciar ese fraude electoral, cualquiera que no reconozca que hasta ahora no
se ha aportado ni la más mínima prueba, que acredite que Nicolás Maduro ha ganado estas elecciones y que,
por tanto, no tiene ninguna legitimidad para considerarse presidente electo de Venezuela,
cualquiera que no verbalice este mensaje político mínimamente exigible es simple y llanamente un
esbirro del chavismo. Y, por tanto, sí, el comportamiento de Zapatero en este episodio como
esbirro funcional del chavismo, por supuesto que es criticable. En definitiva, no hay nada de lo que
alegrarse, salvo acaso humanamente por Edmundo González, de este exilio político del que muy
probablemente ha sido el presidente electo de Venezuela. Estamos ante una evidencia más de
que Venezuela no es una democracia, de que Venezuela no es un Estado de Derecho y estamos ante un decisivo
paso adelante más para consolidar, para apuntalar el poder de esa dictadura.