logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

la Unión Europea acaba de dar el primer paso para iniciar una guerra comercial contra China. Veámoslo.
Una de las industrias más importantes de Europa es la automovilística. Proporciona empleo a 14
millones de personas, o el 6% de toda la fuerza laboral de la Unión Europea. Europa ha tenido
tradicionalmente una ventaja competitiva en este sector, y es que los motores de combustión de
alta calidad en Europa, sobre todo en Alemania, son muy difíciles de copiar si no tienes la
tecnología y, sobre todo, la técnica, el know-how, para imitarlos. De ahí que dentro del segmento de
coches de motor de combustión, las marcas europeas copen el mercado global. Sin embargo,
con el coche eléctrico no sucede lo mismo. Los motores eléctricos son mucho más fáciles de
copiar que los motores de combustión. Por tanto, esa ventaja competitiva que tenía Europa con los
coches de motor de combustión se pierde con los coches eléctricos. En este caso, existen otras
marcas estadounidenses o chinas que perfectamente pueden reemplazar a medio plazo a las marcas
europeas. De ahí que la Unión Europea, con su transición energética acelerada y con su propuesta
de prohibir las ventas de coches de motor de combustión a partir de 2035 y la circulación
de coches de motor de combustión a partir de 2050, en el fondo se haya pegado un tiro en el
pie o le haya pegado un tiro en el pie a una de sus principales industrias, la industria automovilística,
porque ha destrozado la que era su principal ventaja competitiva. Ahora mismo, las estimaciones de
futuro es que en el año 2030, dentro de 7 años, la mitad de todas las ventas de automóviles serán
de automóviles eléctricos. Y en el año 2040, dentro de cada y media, tampoco es que falte mucho,
el 75% de todas las ventas de automóviles serán automóviles eléctricos. En el conjunto del
planeta, las ventas de automóviles con motor de combustión, aquellos en los que Europa es buena,
pasarán de 79 millones de unidades en el año 2023 a solo 14 millones de unidades en el año 2040.
Por tanto, el mercado del coche de motor de combustión se achicará, se comprimirá enormemente,
y ese es el mercado en el que Europa tiene una ventaja competitiva. ¿Somos buenos y
difícilmente imitables produciendo coches de motor de combustión? ¿No somos buenos y en todo
caso seríamos fácilmente imitables produciendo vehículos eléctricos. Y ante esta situación,
¿qué hace la Unión Europea? Prohibir a medio plazo los coches de motor de combustión,
donde tenemos ventaja competitiva, y fomentar los vehículos eléctricos donde no la tenemos. Y,
claro, si eso es así, el resultado a medio largo plazo resulta bastante previsible y es una crisis
estructural de la industria automovilística europea, reemplazada en gran medida por la
industria automovilística eléctrica de terceros países, Estados Unidos y también China. De hecho,
China lleva muchos años invirtiendo en vehículos eléctricos, sabedora de que no podía copiar en
calidad los coches con motor de combustión europeos. China no ha pretendido competir en
ese terreno porque sabía que no tenía nada que hacer en ese terreno. Y ha ido avanzando,
ha ido sofisticando, ha ido mejorando, ha ido abaratando sus coches eléctricos. Y ahora nos
encontramos en una coyuntura en la que los coches eléctricos chinos son buenos y son baratos,
mientras que los coches eléctricos europeos no están a la altura de los chinos y no son tan
baratos. En promedio se estima que los automóviles eléctricos chinos son hoy por hoy un 20% más
baratos que los automóviles eléctricos europeos y además tecnológicamente están a la par o son
mejores. Y en todo caso, aunque en algún momento futuro los coches eléctricos europeos se pusieran
a la altura de los coches eléctricos chinos, tanto en coste como en calidad, repito lo que
ya he señalado, no habría una ventaja competitiva sostenida en la industria automovilística
europea. Pero de momento vamos por detrás, nos hemos quedado por detrás, tanto de Estados Unidos
como sobre todo de China. De ahí que la Unión Europea prevea que durante los próximos años,
hasta el año 2025, la cuota de mercado en la Unión Europea de los coches producidos en China
se duplicará desde el 8 al 15%. Y se duplicará no porque las ventas de automóviles dentro de la
Unión Europea vayan a dispararse, sino porque se venderán menos coches europeos y se comprarán
más coches chinos. Si desde Bruselas promueves la compra de vehículos eléctricos, si los europeos
se van a ver empujados regulatoriamente a comprar más vehículos eléctricos y los
vehículos eléctricos de China son mejores y más baratos que los vehículos eléctricos de Europa,
pues entonces China, las automovilísticas chinas, te van a comer la tostada en tu propio
terreno. Y claro, los burócratas europeos se han empezado a poner nerviosos. Por un lado,
siguen queriendo impulsar el vehículo eléctrico dentro de Europa, por otro, ven que tienen de
momento una desventaja competitiva frente a China y que a medio largo plazo, aunque se equipare la
calidad y el coste de los vehículos, no vamos a tener una ventaja competitiva frente al exterior
y por tanto, inevitablemente, la cuota de mercado de los automóviles europeos, que van a ser
indistinguibles de los automóviles de fuera de la Unión Europea, pues va a caer y eso va a
perjudicar la cantidad y la calidad del empleo dentro de la industria automovilística europea.
Los burócratas europeos, por tanto, se han empezado a poner nerviosos. ¿Y qué se les ha
ocurrido para intentar la cuadratura del círculo? Pues acusar a China, al Estado chino, de que está
subsidiando su industria de automóviles eléctricos, como si Estados Unidos y la
Unión Europea no estuviesen haciendo exactamente lo mismo por diversas vías,
e iniciar oficialmente una investigación al respecto que podría concluir si esa investigación
efectivamente constata, acredita que China, el Estado chino, está subsidiando la venta de
automóviles eléctricos, esa investigación podría concluir con la imposición de Aranceles en Europa
a la importación de automóviles eléctricos desde China.
Esto distorcia nuestro mercado. Y como no aceptamos esta distorsión de dentro de nuestro mercado,
no aceptamos esto de fuera. Así que puedo anunciar hoy que la comisión está lanzando una
investigación anti-subsidio en los vehículos eléctricos que vienen de China.
Y si tomamos como referencia a Estados Unidos, que desde Trump ya castiga a China con este tipo
de aranceles, cabría esperar que Europa imponga un arancel del 25% a la importación de vehículos
eléctricos chinos, todo lo cual obviamente perjudicaría de una manera notable al consumidor
europeo. Los burócratas de Bruselas le fuerzan, le empujan, le obligan a comprar vehículos
eléctricos, hay vehículos eléctricos de China que son más baratos y de mayor calidad,
al menos de momento, que los europeos, y en Bruselas le dicen no, no, te obligamos a que
compres un coche eléctrico, pero no vamos a dejar que compres un coche eléctrico barato,
vas a tener que comprar un coche eléctrico caro. Por tanto, si quieres un coche eléctrico
chino, un 25% más de coste. Y si no, compra un coche eléctrico europeo, más caro y de peor
calidad, de momento, para cumplir con nuestras normas y nuestras regulaciones. Por tanto,
aunque todavía estamos en los primeros pasos de esta operación, todo parece apuntar a que la Unión
Europea va a terminar estableciendo aranceles contra la importación de vehículos eléctricos
chinos. Es decir, la Unión Europea va a comenzar una guerra comercial contra China y de las guerras
comerciales todos salen perdiendo, porque no esperemos que si hacemos eso China se vaya a
quedar de brazos cruzados. ¿Qué hará China si Europa le impone aranceles del 25% a sus
vehículos eléctricos? Pues hacer algo bastante parecido. China también puede establecer aranceles
a la importación de vehículos europeos y, especialmente, las marcas alemanas son muy
dependientes del mercado chino. Más del 20% de todos los automóviles que se compran cada año
en China, y China no es un mercado precisamente pequeño, son alemanes. A su vez, el 33%,
un tercio de todos los beneficios que obtiene anualmente BMW proceden de China y, en el caso
de Volkswagen, es algo menor, pero es el 26%. Por tanto, si China establece aranceles sobre la
importación de vehículos europeos, las marcas alemanas también sufrirán y sufrirán de manera
inmediata. No solo eso, China también podría castigar a Europa limitando las exportaciones
de materias primas y de productos intermedios que emplea la industria automovilística alemana
para producir sus coches y venderlos dentro de Europa o fuera de Europa. Si China restringe
o encarece esas exportaciones de materias primas y de productos intermedios, los vehículos europeos
se volverán más caros y menos competitivos tanto dentro como fuera de Europa, a pesar de los
aranceles que la burocracia europea quiera imponerle a China para que sus hoy por hoy
más competitivos vehículos eléctricos no penetren tan rápidamente dentro del mercado europeo. Se
mire como se mire, despropósito tras despropósito de la Unión Europea, que parece empeñada en
volvernos a todos los europeos más pobres.