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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Qué estrategia de inversión es mejor? ¿La gestión activa o la gestión pasiva? Veámoslo.
En el vídeo anterior, dentro de esta serie sobre finanzas personales apadrinada por la
plataforma de inversión Trade Republic, explicamos que un ahorrador puede lograr
exposición al mercado bursátil a través de los ETFs. Los ETFs son un vehículo muy popular,
muy extendido, de inversión que suelen seguir una estrategia conocida como gestión pasiva.
La estrategia de invertir en bolsa a través de la gestión pasiva se contrapone a la estrategia
de invertir en bolsa a través de la gestión activa. Pues bien, en este vídeo vamos a hablar sobre las
diferencias entre la gestión activa y la gestión pasiva, así como sobre los pros y los contras de
cada una de estas estrategias de inversión. En la gestión pasiva, el objetivo de los
inversores es replicar un determinado índice bursátil. Ya sea invirtiendo en un ETF que
replique un determinado índice, por ejemplo el Standard & Poor's 500, o invirtiendo en un fondo
indexado que, como su nombre indica, replique un determinado índice, el inversor lo único a lo
que aspira es a obtener la rentabilidad que proporciona ese índice más o menos representativo
de un tramo del mercado. Por ejemplo, el Standard & Poor's 500 se considera un índice representativo
del tramo de mercado grandes empresas. Y hay otros índices que pueden ser representativos
del tramo de mercado pequeñas y medianas empresas, súper grandes empresas, empresas en inteligencia
artificial, empresas de commodities, empresas de construcción, etc. Si a lo que aspira un inversor
es a conseguir la rentabilidad representativa en cada uno de estos tramos del mercado, lo que hará
será seguir una estrategia de inversión basada en la gestión pasiva. Tener una cartera de inversión,
normalmente a través de un ETF o de un fondo indexado, que replique alguno de estos índices
representativos de estos tramos del mercado, para así obtener la rentabilidad que proporcione el índice,
que es, como digo, la rentabilidad representativa, la rentabilidad promedio de ese tramo del mercado.
La gestión pasiva como estrategia de inversión tiene diversas ventajas. La primera es que uno
siempre consigue la rentabilidad representativa en el tramo de mercado en el que está invertido.
Por tanto, no lo va a hacer peor que el mercado. Segundo, como el vehículo a través del cual se
invierte en el mercado es un vehículo que se limita a replicar un índice, es decir, que se trata de un
proceso de selección de acciones muy automatizado, las comisiones de invertir en fondos indexados o en
ETFs suelen ser muy bajas. Además, la estrategia de inversión de un fondo de un ETF de gestión pasiva
suele ser una estrategia de inversión muy simple y muy transparente. Nos estamos limitando a replicar
este índice. Eso es algo que todo el mundo entiende y que todo el mundo puede comprobar que
efectivamente se está haciendo. Por tanto, las ventajas, rentabilidad de mercado, muy bajas
comisiones, transparencia y simplicidad. ¿Desventajas? Pues que, en primer lugar, se está
renunciando a hacer lo mejor que el mercado. Por definición, un fondo de gestión pasiva nunca va
a abatir al mercado porque lo que pretende es replicar al mercado. En segundo lugar, la inflexibilidad.
Si uno invierte en el índice, ha de invertir en el índice en su conjunto. Aunque haya algunas
empresas o algunas categorías de empresas en las que no quiera invertir, si opta por replicar el
índice, se va a comer todo lo que haya dentro del índice, sea bueno o sea malo. Por ejemplo, si uno
escoge replicar como índice bursátil el IBEX 35, aun cuando en el año 2006 y 2007 supiera que el IBEX 35
estaba repleto de empresas burbujísticas que iban a estallar, si quería replicar el índice,
no podía decir, me quedo con la parte no burbujística del índice y descarto la parte
burbujística, sino que lo tenías que comprar todo. Y eso, por tanto, resta flexibilidad. Y por último,
la tercera desventaja de la gestión pasiva es que, en realidad, no existe una gestión puramente pasiva.
Aún cuando uno aspire a invertir a través de la gestión pasiva, como poco, tiene que seleccionar
en qué índices quiere estar invertido, qué índices quiere replicar. Y al seleccionar qué
índices quiere replicar, está tomando decisiones de gestión activa, de la que ahora hablaremos a
continuación. Por ejemplo, si yo quiero replicar un índice de materias primas, estoy seleccionando
activamente invertir en materias primas. De tal manera que si las materias primas lo hacen peor
que otros sectores de la economía, aunque yo habré obtenido la rentabilidad del tramo de mercado
materias primas, lo habré hecho peor que otros sectores del mercado por mis decisiones personales
de gestión activa. Con lo cual, si uno recurre a la gestión pasiva porque considera que no tiene
conocimientos adecuados suficientes para invertir por su cuenta, en realidad, cuando recurre a la
gestión pasiva, esa falta de pericia inversora también la puede sufrir recurriendo a la gestión
pasiva. Es decir, seleccionando incorrectamente los índices en los que debería estar invertido.
Y al respecto, como ya explicamos en el vídeo anterior, recordad que una forma de recurrir
a la estrategia de gestión pasiva, con sus pros y sus contras, con sus puntos débiles y sus puntos
fuertes, es invertir a través de ETFs. Y a través de Trade Republic podéis invertir en una amplia
selección de ETFs que replican muy diversos índices. Pueden ser índices más generales, como el MSCI World,
o de carácter más sectorial, por ejemplo, del sector de la inteligencia artificial y del Big Data,
o, por ejemplo, del sector de los coches eléctricos. O también pueden ser ETFs que repliquen índices
de otras latitudes geográficas, por ejemplo, de economías emergentes, como puede ser el MSCI Emerging
Markets. La variedad de opciones es enormemente amplia. Puedes obtener más información sobre Trade
Republic pinchando en el enlace que aparece en la caja de descripción de este vídeo o en el
comentario destacado. Hablemos ahora de la estrategia de inversión basada en la gestión activa. En la
gestión activa, el inversor selecciona por él mismo las acciones en las que quiere invertir o le paga
a un inversor profesional para que seleccione en su nombre las acciones en las que invierte. Por tanto,
si yo invierto en un fondo de gestión activa, lo que estoy en realidad haciendo es subcontratar a un
gestor profesional de inversiones no para que replique un índice, sino para que seleccione en
qué acciones va a invertir con el propósito de batir el índice de referencia. Por ejemplo,
imaginemos un gestor profesional que dice, yo voy a invertir en algunas acciones del Standard & Poor's 500.
Esa estrategia de inversión, seleccionar algunas acciones y no otras del Standard & Poor's 500,
es una estrategia de gestión activa y, por tanto, ha de tener como objetivo, como es lógico,
hacer lo mejor que el Standard & Poor's 500. Si el Standard & Poor's 500 proporciona una rentabilidad
promedio del tramo de mercado grandes empresas estadounidenses, si un inversor profesional simplemente
invierte en grandes empresas estadounidenses, tendrá que hacer lo mejor que el promedio. Es decir,
que el Standard & Poor's 500, porque si lo hace igual o peor, para eso invertimos en el índice. No le
pagamos al gestor profesional para que seleccione un subconjunto de las acciones del Standard & Poor's
500 que al final terminen haciéndolo igual o peor que el conjunto del índice. Por consiguiente,
la ventaja de la gestión activa de seleccionar por ti mismo las acciones en las que inviertes o de
escoger un fondo cuyo gestor es un inversor profesional que escoge las acciones en las que invierte,
o en las que no invierte, la ventaja de la gestión activa es que potencialmente puede llegar a batir al
mercado. Es decir, puede hacerlo mejor que el promedio del mercado. Y si un fondo de gestión activa puede
sacarle al mercado sostenidamente 1, 2, 3 o 4 puntos porcentuales al año, como ya explicamos en un vídeo
anterior en el que enfatizamos la crucial importancia del interés compuesto, pues entonces,
un fondo de gestión activa que sostenidamente bata al mercado a largo plazo puede suponer una
diferencia gigantesca con respecto a una estrategia de inversión basada en la gestión pasiva. Y la otra
ventaja muy vinculada con lo anterior es la flexibilidad. A través de la gestión activa no
nos tenemos por qué comer el conjunto de un índice representativo del mercado. No nos tenemos por qué
comer el conjunto del mercado. Podemos decir, esto sí, que me gusta, esto no, que no me gusta.
¿Pero cuáles son las desventajas de la gestión activa? Pues en primer lugar, que es muy complicado,
es tremendamente complicado batir de manera sistemática al mercado. Por ejemplo, en los últimos
20 años, el 86% de los fondos de gestión activa en Estados Unidos lo han hecho peor que el índice del
Standard & Poor's 1.500. Pero es que el 94% de los fondos de gestión activa especializados en
grandes empresas lo han hecho peor que el Standard & Poor's 500. Por tanto, no es imposible hacerlo
sistemáticamente mejor que el mercado, pero sí es enormemente complicado. Y es que, por definición,
no todos lo pueden hacer mejor que la media, claro está. Pero además, en un mercado tan competitivo y
tan sofisticado como este, es especialmente complicado hacerlo mejor que la media. Por tanto,
la probabilidad de fracasar a la hora de seleccionar un fondo de gestión activa que esperamos que bata al
mercado es muy alta. Y de la misma manera que obtener sistemáticamente un punto, dos puntos,
tres puntos de rentabilidad extra al año por encima del mercado a largo plazo constituye una
diferencia enorme, cosechar uno, dos o tres puntos de rentabilidad anual inferior al mercado a largo
plazo también constituye una diferencia enorme. Segunda desventaja de la estrategia de inversión
basada en la gestión activa, que las estrategias de los fondos de gestión activa en los que
invertimos pueden ser muy complicadas de entender. Precisamente porque le damos flexibilidad, libertad
al gestor de ese fondo para que invierta como considere mejor, no tenemos por qué entender
realmente cuál es la estrategia que ese gestor está siguiendo. De ahí que en muchas ocasiones sean
fondos menos transparentes y menos simples de entender. Y si son difíciles de entender,
también serán difíciles de seleccionar. Si ya sería complicado seleccionar justamente aquel 10%
o aquel 6% de fondos que baten sistemáticamente al mercado entendiendo bien la estrategia de inversión
de cada uno de estos fondos de gestión activa, imaginad si no la entendemos adecuadamente. Y la
tercera gran desventaja de los fondos de gestión activa es que las comisiones de estos fondos suelen
ser mucho más altas que las de los fondos que siguen estrategias de gestión pasiva. Al fin y al
cabo, como ya he dicho, en los fondos de gestión activa le estamos pagando a un inversor profesional
para que invierta en nuestro nombre. Y ese inversor profesional se va a cobrar su tiempo a través de las
comisiones que nos imponga a los partícipes. Las comisiones de un fondo de gestión activa pueden ser
perfectamente del 2 o del 3% del importe que hemos invertido, mientras que las comisiones de un fondo de
gestión activa pueden ser del 1% o inferior al 1%. Pues bien, aunque un fondo de gestión activa sacara
una rentabilidad uno o dos puntos superiores a la del mercado, si esa rentabilidad la fagocita a través
de comisiones, al final nos quedamos igual o peor. Solo si un fondo de gestión activa obtuviera
sistemáticamente una rentabilidad mucho más elevada que el promedio del mercado, tendría
sentido pagar estas comisiones y que aún así no resultara provechoso. Y además, a este respecto,
también hay que señalar que muchas veces, cuando se invierte en un fondo de gestión activa,
se pagan comisiones desproporcionadas a cambio de que el gestor aporte muy poco valor. Porque de la
misma manera que antes, cuando analizaba los contras de la inversión en gestión pasiva,
he señalado que no existe la gestión puramente pasiva, porque como mínimo hay que seleccionar qué
índice queremos replicar, muchos fondos de gestión activa no son en realidad fondos puramente de gestión
activa. Muchos gestores cobran comisiones muy altas como si estuviesen gestionando activamente los
fondos y, en realidad, a lo que se dedican sin dejarlo entrever con claridad es a replicar de
manera camuflada los índices bursátiles. Si un fondo de gestión activa compra acciones más o menos
con un peso similar al que esas acciones tienen en el índice de referencia, pues entonces, al final,
la rentabilidad de ese fondo será muy parecida a la del índice de referencia, con la diferencia de
que habremos pagado comisiones mucho más altas. En definitiva, ¿qué estilo de inversión es superior?
¿La gestión activa o la gestión pasiva? Pues en gran medida dependerá del objetivo que uno tenga a
través de la inversión. Si uno quiere construir a largo plazo, poco a poco, progresivamente, un
patrimonio personal amplio, sin sufrir una enorme volatilidad e incertidumbre frente a la que ya
proporciona el conjunto del mercado, pues entonces su estrategia adecuada de inversión es la gestión
pasiva. Porque replicando los índices de referencia se subrogará a la rentabilidad que proporciona el
mercado. No lo hará mejor, pero tampoco peor. Ahora, si uno quiere construir de manera más acelerada su
patrimonio personal, asumiendo riesgos adicionales y extraordinarios frente a los que ya constituye el
conjunto del mercado, pues entonces puede recurrir a la gestión activa. Dentro del enorme universo de
fondos de gestión activa habrá un pequeño subconjunto que batirá sistemáticamente al
mercado. Y si uno es capaz de encontrar alguno de esos fondos, habrá hallado un tesoro. Pero
precisamente porque no es sencillo seleccionar adecuadamente qué fondos de gestión activa
baten sistemáticamente al mercado, optar por este estilo de estrategia acarrear riesgos
extraordinarios. El riesgo de equivocarte a la hora de seleccionar el fondo de gestión activa y,
por tanto, de hacerlo peor que el mercado. Y, por supuesto, también cabe la posibilidad de
combinar ambos estilos de inversión. Uno no tiene por qué tener todo su patrimonio en fondos de gestión
pasiva o todo su patrimonio en fondos de gestión activa. Podemos tener una parte de nuestro patrimonio,
aquella que queramos exponer a una menor volatilidad con respecto al conjunto del mercado,
a fondos de gestión pasiva, y, en cambio, dedicar otra parte de nuestro patrimonio,
aquella que estamos dispuestos a exponer a mayores riesgos, a fondos de gestión activa que hayamos
seleccionado inteligente e informadamente. De lo que se trata, en suma, es de invertir con criterio,
con conocimiento de causa y siendo consecuentes con las decisiones de inversión que hemos tomado.
Y para alcanzar, en parte, ese fin, esta serie de vídeos sobre finanzas personales apadrinada por TradeRepublic.