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¿Qué son exactamente los bonos de titulización? ¿Pueden ser un activo
interesante para el inversor particular? Veámoslo.
En un vídeo anterior expusimos que la rentabilidad que los inversores obtienen sobre su capital tiende
a aumentar con el tamaño de ese capital, es decir, que los grandes patrimonios suelen obtener,
en promedio, rentabilidades ajustadas por riesgo más elevadas que los patrimonios medianos,
y a su vez los patrimonios medianos también obtienen rentabilidades ajustadas por riesgo
mayores que los patrimonios pequeños. ¿A qué se debe que la rentabilidad ajustada por riesgo
de los inversores tienda a aumentar con el tamaño del patrimonio? Pues la conclusión a la que
llegamos es que se debía fundamentalmente a dos factores. Por un lado, la sofisticación financiera.
Cuanto mayor es el tamaño de un patrimonio, mayores tienden a ser los conocimientos financieros de
aquella persona que administra ese patrimonio. Y esto significa no solo que esa persona podrá
tener una mejor técnica inversora que otras personas que administran patrimonios más pequeños,
sino que esa persona tendrá conocimiento de las muy diversas opciones de inversión que existen
en el mercado. Y cuanto mayor conocimiento tengamos sobre los distintos activos que existen
en el mercado y en los que podemos, en consecuencia, invertir, mejor selección de activos en términos
de rentabilidad-riesgo podremos efectuar en cada momento. Y por otro lado, el segundo factor que
explicaba el fenómeno anterior es que aún teniendo conocimiento sobre las distintas
categorías de activos que existen y sobre las oportunidades de inversión que puede haber en una
determinada categoría de activos en un determinado momento del tiempo, el coste mínimo para invertir
en algunas de esas categorías de activos puede ser muy elevado. Si un pequeño inversor con un
patrimonio de 10.000 euros es consciente de que existe una maravillosa oportunidad de inversión
que requiere de una inversión mínima de 100.000 euros, pues por mucho que conozca esa oportunidad
de inversión no la podrá ejecutar. Por un lado, diseminando un mayor conocimiento financiero entre
todos los patrimonios y, por otro lado, abaratando para todos los patrimonios el coste de invertir en
determinados tipos de activos. Y justamente la plataforma de inversión que apadrina esta serie
de tres vídeos, Mintos, se dedica a abaratar sustancialmente el coste para los pequeños y
medianos inversores de adquirir determinados tipos de activos que normalmente quedarían fuera de su
radar por el elevado coste inicial que supondría invertir en ellos. ¿Y cuáles son esos dos tipos
de activos cuya inversión facilita la plataforma Mintos? Pues, por un lado, los bonos de titulización
y, por otro, los bonos fraccionados. Y en el vídeo de hoy vamos a explicar con mayor detalle qué es
eso de los bonos de titulización. Cada día, los bancos y otras entidades financieras otorgan
préstamos al sector privado, a familias y empresas, para que puedan acometer determinados gastos.
Algunos de estos gastos están vinculados con la inversión o con la adquisición de bienes de
consumo duradero, como viviendas o como automóviles, pero otros son simplemente préstamos dirigidos a
financiar una miscelánea de gastos corrientes. Y esos préstamos, que diariamente conceden los
bancos y otras entidades financieras al sector privado, son préstamos que pueden llevar a
parejados tipos de interés elevados. Por tanto, un inversor particular podría estar interesado en
invertir en esos préstamos. Si un banco financia la adquisición de una vivienda a través de un
préstamo hipotecario, a mí me podría interesar comprar una parte de ese préstamo hipotecario
para que el deudor hipotecario me pague a mí parte de los intereses que, en caso contrario,
pagaría en su integridad al banco. O a su vez, si la financiera de una compañía de automóviles
financia parte de la compra de sus automóviles por parte de sus clientes, a mí me podría
interesar también comprar una porción de esos préstamos que la financiera está dando a los
clientes para que estos adquieran automóviles, porque son préstamos que suelen llevar a parejado
un tipo de interés elevado. ¿Es posible hacer esto directamente? Pues no, porque, por ejemplo,
en la financiación de un automóvil el acreedor es la financiera de la compañía de automóviles y el
deudor es la persona que ha comprado el vehículo. A mí el deudor no me debe nada. Si yo quisiera
convertirme en acreedor de ese deudor, tendría que comprarle a la automovilística la totalidad de
ese crédito. Y formalizar esa cesión de crédito resultaría muy costoso. Además, tampoco sería una
operación demasiado aconsejable, dado que adquirir únicamente un préstamo puede llevar a parejado
bastante riesgo. ¿Qué ocurriría si concretamente el deudor de ese préstamo deja de pagarlo? Pues que
perdería el 100% de mi inversión. En cambio, claro, si hubiese invertido en 20 préstamos
automovilísticos, aunque uno o dos de ellos dejen de pagarlos, seguiría recuperando mi capital y
los intereses de los otros 18 restantes. ¿Cómo se pueden solucionar estos problemas para que los
inversores particulares puedan invertir en los préstamos que los bancos y otras entidades financieras
hacen, por ejemplo, a las familias? Pues a través de los llamados bonos de titulización. Un vehículo
especial de inversión creado específicamente para este propósito emite bonos de titulización
que pueden ser adquiridos, si hay interés, por los inversores particulares. Y con la financiación
que obtiene ese vehículo especial de inversión, al haber colocado los bonos entre los inversores
particulares, lo que hace ese vehículo especial de inversión es comprar una cartera de préstamos
que bancos o entidades financieras hayan concedido al sector privado de una economía. Por ejemplo,
ese vehículo especial de inversión podría comprar 20, 30, 40 o 50 hipotecas que un determinado
banco haya otorgado al sector privado español, o podría comprar préstamos para la adquisición
de vehículos a varias financieras de automovilísticas. Por tanto, este vehículo especial de inversión
tiene en su activo los préstamos que ha comprado a entidades financieras privadas, préstamos que
esas entidades financieras privadas han concedido al sector privado, y en su pasivo ese vehículo
especial tiene los bonos que han sido vendidos a los inversores particulares. Por tanto,
esos inversores particulares están indirectamente invertidos en los préstamos a vivienda,
a automóviles, préstamos personales, etcétera. Conforme esos préstamos personales vayan pagando
intereses y se vayan amortizando, los inversores en los bonos de ese vehículo especial de inversión
recibirán la amortización de sus propios bonos y también los intereses que están abonando los
deudores de esos préstamos. Y además, como el vehículo especial de inversión ha comprado,
tal como he dicho antes, una amplia cartera de préstamos, aunque alguno de ellos resulte impagado,
los demás en términos generales se seguirán pagando y, por tanto, el inversor en los bonos
de ese vehículo especial terminará cobrando y recibiendo intereses. Que cuidado, como toda
inversión conlleva riesgos, pero son riesgos moderados por la diversificación de la cartera.
Pues eso es un bono de titulización, el pasivo de un vehículo especial de inversión que ha
comprado los préstamos que entidades financieras privadas han concedido al sector privado, de tal
manera que los inversores en esos bonos de titulización están invertidos indirectamente
en esos préstamos. En el caso particular de Mintos, es la propia Mintos la que crea el
vehículo especial de inversión y ese vehículo especial de inversión adquiere entre 6 y 20
préstamos de una misma categoría y con unas características, en términos de duración y en
términos de interés, similares. Es decir, que al invertir en un determinado bono de titulización,
no se está invirtiendo indirectamente en hipotecas, en préstamos para financiar la compra de automóviles,
en préstamos personales, etcétera. No, se invierte sólo en una de esas categorías de préstamos.
Habrá bonos de titulización vinculados a una cartera hipotecaria, habrá otros bonos de
titulación vinculados a una cartera de préstamos para adquirir automóviles, habrá otros bonos de
titulización vinculados a préstamos personales, etcétera. Y como señalaba al principio,
normalmente invertir en estos bonos de titulización suele requerir una inversión mínima inicial muy
cuantiosa. En el caso de Mintos, ofrece la posibilidad de invertir en ellos desde 50 euros.
En definitiva, los bonos de titulización son una categoría de activos que suelen quedar fuera de
la cartera de muchos inversores particulares, tanto por desconocimiento, cuanto porque muchas
plataformas ni siquiera ofrecen la opción de adquirirlos o la ofrecen con importes mínimos
muy elevados. Y pese a tratarse de una categoría de activos que suele quedar fuera de la cartera
de muchos inversores particulares, puede ser un tipo de activos que, en un determinado momento,
en función de la dupla rentabilidad riesgo que estén ofreciendo en ese momento, puede ser un
tipo de activo interesante que incluir en una cartera diversificada más amplia de activos.
Y en el próximo y último vídeo dentro de esta serie hablaremos sobre otra
categoría de activos que a veces también soslaya el inversor particular, los bonos fraccionados.