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En cualquier manual de introducción a la economía podemos encontrar que una subida del salario mínimo genera desempleo
El razonamiento es muy sencillo, si los trabajadores perciben un salario que es igual a su productividad marginal
es decir, a la contribución a los ingresos empresariales que desarrolla el propio trabajador
y subimos ese salario mínimo por encima del salario de mercado que es igual a la productividad marginal del trabajador
entonces estaremos obligándole al empresario a que le entregue al trabajador una suma de dinero
que es mayor que la productividad marginal de ese trabajador, es decir, que ese trabajador produce 100
pero estamos obligando a que el empresario le pague 150
con lo cual inevitablemente el empresario preferirá despedir a ese trabajador o no contratarlo
antes que pagarle 150 por unos ingresos empresariales que le suponen 100
Sin embargo, este modelo, que es un modelo yadio que está presente en todos los manuales de introducción a la economía
tiene dos lagunas o tiene dos posibles fallos
El primero, que no es tan relevante para la exposición que quiero realizar a continuación
es que no necesariamente el perjuicio que recaiga sobre el trabajador
ha de ser un perjuicio en términos de ocupación, en términos de empleabilidad
el empresario, aún cuando se enfrenta a una subida del salario mínimo, puede tratar de absorber ese mayor coste por otras vías
por ejemplo, obligando o forzando a que el trabajador trabaje más a destajo
que no se tome pausas o que mejore su eficiencia y por tanto que su productividad marginal aumente en respuesta a la subida del salario mínimo
Otra posibilidad que significaría un perjuicio para el trabajador es que se le quiten
no rentas salariales, porque esas están reguladas por ley, por el salario mínimo, pero si rentas en especie
Si, por ejemplo, el trabajador tiene un seguro médico pagado por el empresario
la subida del salario mínimo podría implicar que deje de tenerlo
o que se tenga que tomar menos días libres o que subidas salariales futuras
que podría haber experimentado, queden congeladas, queden suspendidas
debido a ese incremento inmediato del salario mínimo por ley
Sin embargo, como digo, no es esto sobre lo que quiero reflexionar en este vídeo
sino sobre la interpretación de fondo que la mayoría de manuales de introducción a la economía existe
y es que las subidas del salario mínimo perjudican necesariamente a los trabajadores a los que se pretende beneficiar
Ya sea perjudicándoles, mandándoles al paro o ya sea perjudicándoles con una intensificación de su carga de trabajo
o con una supresión de otros complementos de remuneración no salarial que tenían anteriormente
Por tanto, la cuestión es, toda subida del salario mínimo necesariamente perjudica a los trabajadores
repasemos la hipótesis de partida, si el trabajador está cobrando un salario de acuerdo a su productividad marginal
subir el salario mínimo por encima del salario que está percibiendo supone subir el salario exigido por ley
por encima de la productividad marginal del trabajador
y en ese caso, el empresario preferirá no contratar al trabajador
antes que contratarlo porque el salario mínimo exigido por ley
es decir, lo que le tiene que pagar supera la productividad marginal del trabajador
es decir, los ingresos que el trabajador contribuye a generar para el empresario
Sin embargo, como digo, hay una hipótesis que es discutible
y es la de que el trabajador perciba un salario equivalente a su productividad marginal
Esta equivalencia entre salario y productividad marginal es totalmente cierta en mercados competitivos
es decir, en mercados donde existe una pluralidad de demandantes de trabajadores
una pluralidad de empresarios que quieren contratar trabajadores
Imaginemos que la productividad de un trabajador es 150 y un empresario solo le quiere pagar 100
En ese caso aparecerá otro empresario que competitivamente sobrepujará por ese trabajador
Le ofrecerá, por ejemplo, 110 para que no sea contratado por el empresario que le ofrece solo 100
¿Y por qué le ofrecerá 110? Pues porque, como decimos, la productividad marginal es 150
Es decir, que si lo incorpora en su empresa obtendrá unos ingresos extra de 150 a un coste de 110
Por tanto, seguirá ganando 40
Pero por esa misma regla aparecerá otro empresario que estará dispuesto a contratar a ese trabajador
no por 110, sino por 120, dado que, como le generará 150, 120 de coste supone que aún gana 30 de beneficio
Y también, obviamente, tendrá a aparecer un tercer empresario que dirán no, yo te ofrezco 130
porque produce 150 y por tanto sigo ganando 20 contratándote
Es decir, en un mercado competitivo si existe una tendencia a que el salario se equipare a la productividad marginal del trabajador
¿Pero qué sucede en mercados laborales no competitivos? Es decir, en mercados laborales donde solo existe un empleador
donde solo existe un empresario que está demandando trabajadores o, en todo caso, un grupo reducido de empresarios
Estos mercados laborales no competitivos se suelen llamar mercados monopsonistas
mercados donde solo hay un demandante de trabajadores, similar a los mercados monopolistas
donde solo hay un empresario que ofrece, es el único que ofrece que vende un producto
Por bien, en los mercados laborales monopsonistas el único demandante de empleo
si cuenta con la capacidad para manipular el salario que está pagando a sus trabajadores
por la vía de reducir su demanda de trabajadores
al igual que un monopolio es capaz de elevar el precio de lo que vende
contingentando la cantidad de productos que saca a la venta en el mercado
si reduzco la oferta y como soy monopolista soy el único que controla la totalidad de la oferta
si reduzco la oferta el precio del mercado sube
Pues del mismo modo, un monopsonista como es el único que maneja la demanda
tiene capacidad para reducir el número de trabajadores que desea contratar
con la finalidad de que el salario pagado a cada trabajador caiga
En este caso, por tanto, al monopsonista le puede interesar contratar menos trabajadores
de los que podría contratar para que el salario por trabajador sea más bajo
del que tendría que ser para poder contratar un mayor número de trabajadores
y, por tanto, obtener beneficios extraordinarios vinculados a que está pagando un salario
inferior a la productividad marginal de los trabajadores
Pues bien, en mercados monopsonistas un salario mínimo, una subida del salario mínimo
no tiene por qué generar desempleo ni por qué perjudicar al trabajador por ninguna otra vía
Si hay una brecha entre el salario percibido por el trabajador y la productividad marginal del trabajador
cabe la posibilidad de imponer por ley un salario superior al salario de mercado
que está percibiendo el trabajador e inferior o igual a la productividad marginal del trabajador
En este caso, por tanto, se podría subir el salario que están percibiendo los trabajadores
sin perjuicio en el empleo, al contrario, dentro del modelo de mercado laboral monopsonista
una subida del salario mínimo podría incluso impulsar el empleo
porque en la medida en que el monopsonista pierde por ley la capacidad para manipular los salarios de mercado
ya no estará interesado en demandar menos trabajadores de los que puede contratar rentablemente
antes reducía la cantidad de trabajadores contratados rentablemente para conseguir manipular el salario a la baja
y, por tanto, ganar más dinero pagando menos salarios, pero como ahora esa opción ya no la tiene
incrementará la contratación hasta todos los trabajadores que sea rentable contratar
es decir, hasta la cantidad de trabajadores que se habría contratado alternativamente en un mercado competitivo
Bien, esta es la teoría, es decir, si las estructuras del mercado laboral son cercanas al monopsonio
y se alejan, por tanto, del mercado laboral competitivo, las subidas del salario mínimo no tienen por qué generar desempleo
pueden incrementar los salarios e incrementar el empleo, esto como tal, como modelo económico, es incuestionable
Ahora, debemos empezar a defender subidas generalizadas y masivas del salario mínimo
es decir, pasamos de una constatación posible, en mercados monopsonistas los salarios mínimos no tienen por qué ser perjudiciales
a la prescripción de, en la economía española, en la economía estadounidense, hay que subir masivamente el salario mínimo interprofesional
La respuesta creo que debería ser claramente no, por dos, dos razones fundamentales
La primera, incluso desde un punto de vista agregado, fijémonos que en mercados laborales monopsonistas existe un riesgo
y es que si elevamos el salario mínimo por encima de la productividad marginal del trabajador, se seguirá generando desempleo
En el mercado laboral monopsonista existe un margen para subir el salario mínimo porque el salario de mercado está por debajo de la productividad marginal del trabajador
pero si nos pasamos de la raya y subimos mucho el salario mínimo por encima de la productividad marginal del trabajador
incluso en un mercado laboral monopsonista se generará desempleo
¿Cuál es la productividad marginal del trabajador? No lo sabemos, el burocrata estatal no lo sabe
y por tanto que desde la ignorancia planificadora imponga un precio que puede generar desempleo si es un precio mínimo demasiado alto
pues no es algo demasiado prudente, no es algo demasiado recomendable desde la prudencia gubernamental
pero además existe un segundo problema ya no agregado sino desagregado
no todos los mercados laborales o todos los sectores tienen un mercado laboral monopsonístico
la concentración de la demanda de trabajadores en cada sector de la economía no es la misma
hay mercados laborales que son muy competitivos y hay mercados laborales que son muy poco competitivos
imagina una empresa que está expuesta a la competencia global y que contrata o puede contratar trabajadores de todo el mundo
en competencia con otras empresas internacionales, ese mercado laboral es muy competitivo
en cambio una empresa que esté erradicada en un área rural y sea prácticamente el único empleador en ese entorno
o sea un mercado laboral poco competitivo más bien monopsonístico
por tanto imponer un mismo salario mínimo en toda la economía con independencia
del grado de concentración del mercado laboral es un error, es una barbaridad
porque en los mercados laborales competitivos que también los hay
ese salario mínimo tenderá a generar desempleo y en los mercados laborales no competitivos
ese salario mínimo no tendrá efectos perjudiciales, incluso podría tener los beneficiosos
por tanto en los donde si habría en teoría que subir el salario mínimo
se sube pero a costa de también subirlo donde no habría que incrementarlo
donde el mercado laboral ya funciona suficientemente bien sin salario mínimo
de nuevo para poder aplicar una subida de salario mínimo sofisticada, no dañina
deberíamos conocer la productividad marginal del trabajo en cada sector de la economía
y a su vez el grado de concentración de la demanda laboral en cada sector de la economía
y ver en qué medida esa concentración de la demanda hace que el salario de mercado
subique por debajo de la productividad marginal del trabajador
y aplicar un salario mínimo sectorial o incluso local para ese tramo del mercado laboral
donde no existe suficiente competencia
evidentemente y de nuevo si ya era complicado saber en general cuál es la productividad marginal del trabajo
imaginar en cada uno de los sectores y en cada uno de los territorios que componen una economía enorme
hay problemas de información por todos lados y por tanto no es aconsejable que los burocratas
que planifican de manera ciega se dispongan a controlar los precios, los salarios
de media economía bajo la posibilidad o la hipótesis de que si hay una concentración de la demanda empresarial
entonces esa subida del salario mínimo local sectorial no tendría porque tener efectos adversos
si calculan mal los tendrán efectos adversos y muy graves para los trabajadores
que supuestamente tenían que verse beneficiados
significa esto que entonces no debemos hacer nada ante los monopsonios en absoluto, es decir que el establecimiento
de controles de precios, en este caso de precios mínimos, de salarios mínimos
sea una herramienta torte para corregir problemas que existen en la coordinación de los mercados
no significa que esos problemas de coordinación en los mercados deban dejarse desatendidos
el monopolio y el monopsonio son problemas reales no sólo distributivos
en el sentido de que una empresa extrae renta o parasita a los consumidores y a los trabajadores
son también problemas de eficiencia productiva
el monopolio y el monopsonio maximizan sus beneficios reduciendo la cantidad óptima
la cantidad rentable de bienes que podrían producirse
por tanto maximizan sus beneficios generando en cierto modo pobreza para el conjunto de la sociedad
o no siendo tan eficientes como podrían serlo en beneficio del conjunto de la sociedad
por consiguiente son problemas que sí hay que atacar, que sí hay que atender
cómo los podemos atacar, cómo los podemos atender sin establecer controles de precios
precios máximos en el monopolio y precios mínimos en el monopsonio
con más libertad y competencia de mercado
en otro vídeo hemos explicado cómo la competencia en nuestros mercados
está siendo mermada, está siendo socavada, está siendo destruida
por la hiperregulación estatal, por el lobismo extractivo de las grandes corporaciones
que dificultan que encarecen la creación de nuevas empresas
esa mayor dificultad para crear nuevas empresas no sólo impacta en el lado de la venta
de bienes y servicios, es decir, no sólo monopoliza la economía
sino que también impacta en el lado de la demanda de factores productivos
y por tanto también genera monopsonios en la economía
dicho de otro modo, liberalizando los mercados, desregulando los mercados
podemos conseguir que los mercados funcionen realmente bien
ahora tenemos mercados que no funcionan todo lo bien que podrían funcionar
porque la regulación estatal está socavando las bases competitivas de esos mercados
y lo que tenemos que hacer es restablecer las bases competitivas de esos mercados
en lugar de solucionar un fallo del estado, la hiperregulación estatal
la captura del regulador por parte de los lobis que destruyen la competencia
en lugar de intentar solucionar ese fallo del estado
con más intervenciones estatales, los controles de precios que también son potencialmente falibles
y que pueden condenar a miles de personas al desempleo si no se desarrollan
de una manera absolutamente exquisita y con perfecta planificación
porque no tratamos de eliminar el fallo del estado original
es decir, la hiperregulación y la captura lobística del regulador
que está mermando las bases competitivas de los mercados
y que por tanto está generando monopolios y monopsonios que están haciendo
que no se produzcan tantos bienes y servicios como podríamos
y que están haciendo que la contratación de trabajadores
se efectúe a unos salarios por debajo de su productividad marginal
más libertad, más mercado y más competencia
si es la solución y no más controles falibles del sector público.