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Bitcoin experimentado caídas muy importantes en sus cotizaciones durante los últimos días,
y aunque a buen seguro habrá diversas razones que expliquen este fenómeno,
sí quiero centrarme en una de esas razones que suele, por lo general, malinterpretarse.
Es habitual pensar que activos como el oro o como Bitcoin son refugios magníficos frente a la inflación,
y que, por tanto, si la perspectiva de inflación se incrementa, si los ciudadanos anticipan que viene inflación,
estos activos refugio, el oro o Bitcoin, tenderán a revalorizarse.
Si el oro o Bitcoin me protegen de la inflación y bien inflación, pues la demanda de estos activos aumentará,
y su precio se incrementará. Cuidado porque este razonamiento es equivocado.
Si uno mira el comportamiento histórico del oro y Bitcoin aspira a ser una especie de oro digital,
por tanto, nos puede servir como proxy, si uno mira el comportamiento histórico del oro,
comprobará que en los periodos de inflación moderada, incluso moderada, ligeramente alta,
el oro no ha dado muy buenos resultados.
El oro no se ha revalorizado especialmente durante estas etapas de inflación positiva, pero no desbocada.
Cuando el oro lo ha hecho históricamente muy bien, ha sido, o en los periodos de muy alta inflación,
casi podríamos hablar de hiperinflación o en los periodos de deflación, de contracción del crédito,
en los periodos de fuerte incertidumbre económica, en los periodos en los que no sabemos qué deudores,
ni siquiera qué deudores soberanos, qué estados, son confiables y cuáles no lo son.
¿Y por qué el oro no tiende a hacerlo bien en un periodo de inflación moderada?
Pues básicamente porque en los periodos de inflación moderada existen otros muchos activos, por ejemplo bienes inmuebles,
por ejemplo el mercado bursátil, o incluso bonos indexados a la inflación,
que sirven al mismo propósito de proteger a los agentes frente a la amenaza inflacionista.
Si la amenaza inflacionista no está desbocada, existen otros refugios que proporcionan protección frente a la inflación
y en ocasiones una rentabilidad adicional.
O dicho de otra manera, si el único temor que existe en la economía es que el valor de nuestro dinero en efectivo
vaya siendo poco a poco carcomido por la inflación, lo que haremos será buscar otros activos que nos proporcien una rentabilidad nominal
suficiente como para cubrir la inflación.
Y entre esos activos no tiene por qué estar ni el oro ni bitcoin, como digo existen otros muchos activos reales o financieros
que en un contexto inflacionista nos pueden proporcionar esa protección.
Es en cambio en los periodos en los que nadie es creíble, nadie es confiable,
en los periodos en los que casi ninguna inversión real o financiera son inversiones creíbles, son inversiones apetitosas,
cuando el único refugio que nos queda son activos monetarios como el oro o bitcoin.
Y es, por tanto, en esos periodos en los que la demanda de estos activos monetarios tiende a incrementarse
y su precio tiende a revalorizarse.
Por eso, en los periodos de incertidumbre, en los periodos de dudas, hay un aumento de la demanda de dinero
que revaloriza el dinero y que genera tensiones deflacionistas,
genera una tendencia a la caída de los precios, de los precios de todos los otros bienes,
en relación al valor del dinero que cotiza con prima frente a todos ellos
y que, por tanto, alimenta el terreno a la deflación.
Si consideramos que el oro o bitcoin son dinero o son activos cercanos al dinero,
es lógico que en periodos de incertidumbre, en periodos de deflación, tengan un buen comportamiento
y, en cambio, que en periodos de inflación moderada tengan un mal comportamiento.
Visto desde otra perspectiva, cuando la inflación es alta, los tipos de interés nominales tienden a ser altos,
tanto porque los inversores reclaman una rentabilidad nominal mayor para compensar la inflación,
cuanto porque los bancos centrales intentan contrarrestar las tensiones inflacionistas
subiendo los tipos de interés.
Cuando, en cambio, estamos en contextos deflacionistas, experimentamos la situación inversa.
Los inversores no suelen reclamar una prima para compensar la inflación, porque no existe inflación.
Por tanto, el tipo de interés nominal se acerca al real.
Los bancos centrales suelen tener los tipos de interés bajos para estimular la economía
y, además, si, como hemos dicho, los contextos deflacionarios son contextos de alta incertidumbre
en los que las oportunidades de inversión no están muy claros,
en esos contextos, la demanda de financiación, la demanda de crédito, tampoco es muy elevada
y, por tanto, si no hay mucha demanda de crédito, los tipos de interés, que son el precio del crédito,
tampoco serán muy altos.
Por tanto, periodos deflacionistas, altos tipos de interés, periodos deflacionistas, bajos tipos de interés.
Y, claro, altos tipos de interés suponen una competencia importante para bitcoin o para el oro,
si yo atesoro oro, si yo atesoro bitcoin y hay otros activos que me están pagando un tipo de interés nominal,
del 5, del 6, del 7, del 10 o del 12%, hombre, tener atesorado oro o bitcoin me está costando esa rentabilidad nominal.
Evidentemente, si el oro o bitcoin se estuviesen revalorizando a esas mismas rentabilidades, no,
pero si no se están revalorizando y, como decimos, tenderán a no hacerlo porque su demanda en contextos inflacionistas
no será muy intensa, pues entonces tener oro o bitcoin y no tener esos activos que me están pagando el 10, el 11 o el 12%,
aunque sea nominal, a lo mejor la inflación es del 7 o del 8 o del 9 o del 10, pero al menos esa rentabilidad nominal
me cubre la inflación e incluso me puede pagar algo más, me puede rentar algo más,
claro, tener el oro o bitcoin que me den el 0% con una inflación del 6 o del 7 y otros activos, coste de oportunidad,
10 o 11, pues no es la inversión más interesante del mundo. En cambio, en deflación sucede lo contrario,
si el resto de inversiones alternativas me están pagando el 0, el 1 o como mucho el 2,
tener oro o bitcoin no me supone un coste de oportunidad muy alto, como mucho estoy renunciando al 0,5, al 1, al 1 y medio
y, en cambio, teniendo oro o bitcoin me estoy cubriendo frente al riesgo, por ejemplo, de impago.
¿Me interesa mucho tener un activo que puede ser impagado y que me está entregando un tipo de interés de apenas el 1 o el 1,5%?
Mejor tener dinero, mejor tener oro o tener bitcoin y, por tanto, como en ese contexto la demanda se tiende a incrementar todavía más,
por este motivo, no quiero activos alternativos, quiero oro o bitcoin, su precio sube y eso lo vuelve todavía más atractivo,
es decir, que de alguna manera refuerza la tendencia deflacionista.
Es importante aclarar esto porque en el vídeo de ayer ya tuvimos ocasión de comentar que ahora mismo se está instalando en el mercado el miedo a la inflación.
Los inversores empiezan a temer que puede venir un periodo, más o menos prolongado, pero un periodo de inflación,
de inflación más alta de lo habitual en los últimos 15 años, y si la inflación se produce, si la inflación se materializa,
cabe esperar, y si no sucediera tanto peor, cabe esperar que los bancos centrales, empezando por la reserva federal, suban los tipos de interés.
Y como hemos dicho, en un contexto de tipos de interes crecientes, activos alternativos que no me proporcionan ninguna rentabilidad nominal,
como el oro o bitcoin, se convierten en activos menos interesantes.
Así que cuidado, que vaya a venir inflación, y eso todavía está por ver, no es una certeza, ni mucho menos,
pero que vaya a venir inflación no es necesariamente una buena noticia ni para el oro ni para el bitcoin,
en contra de lo que muchos de los inversores en oro o bitcoin tienden a pensar.
En general, el dinero se revaloriza durante los periodos deflacionarios y se deprecia en los periodos inflacionarios,
y si el oro y bitcoin son activos cercanos al dinero, entonces se comportarán de un modo bastante similar.
Lo harán bien en periodos deflacionarios, en periodos de incertidumbre, en periodos de impago generalizado,
también en periodos de hiperinflación, porque la hiperinflación no es más que el reflejo del impago soberano,
del descrédito absoluto de la moneda del soberano, pero en cambio tenderán a hacerlo mal en periodos de moderada inflación,
donde existen otros activos alternativos que proporcionan una rentabilidad nominal,
suficiente como para cubrir la inflación, y además abonar una cierta rentabilidad real después de inflación al inversor.
Y por eso, si el mercado cree ahora mismo que nos orientamos a la inflación, tiene sentido que las criptomonedas hayan en parte pinchado.
Eso no significa que su futuro a largo plazo sea un futuro negro, sea un futuro inexistente, no, el dinero es valioso a largo plazo,
el dinero es útil a largo plazo, el dinero no va a ser prescindible de nuestras vidas, de nuestras economías a largo plazo,
pero sí significa que si viene una era inflacionaria, las extraordinarias rentabilidades del pasado no se tienen porque repetir en el futuro más inmediato.
Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org