logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

María Jesús Montero, la ministra, otra más, hipócrita. Hace unos meses rechazaba el concierto
económico con Cataluña y ahora lo abraza entusiasmadamente. Veámoslo.
Salvador Illa ya es presidente de la Generalitat de Cataluña con el apoyo de Esquerra Republicana
de Cataluña, un apoyo parlamentario que se ha conseguido a cambio del compromiso del Partido
Socialista Obrero Español de otorgar a la Generalitat de Cataluña un régimen fiscal similar al del
concierto económico vasco. Es decir, la Generalitat de Cataluña recaudaría y retendría todos los
impuestos de Cataluña y le pagaría al gobierno central un cupo que remunerara el coste de los
servicios que el gobierno central ha proporcionado en Cataluña más una asignación de solidaridad para
el resto de comunidades autónomas. En su momento ya tuvimos ocasión de defender grosso modo este
régimen fiscal siempre y cuando pueda ser accesible para el resto de autonomías de España. Es decir,
que no se obligue al resto de autonomías de España a permanecer dentro del régimen financiero común de
comunidades autónomas. De tal manera que aquellas autonomías que quieran algo similar al concierto
económico vasco o al concierto económico catalán puedan tenerlo. Sin embargo, también en vídeos
anteriores ya mencionamos que este régimen económico, el concierto económico vasco, el concierto económico
catalán o el concierto económico madrileño, atenta de lleno contra uno de los valores nucleares de la
izquierda, la famosa justicia social. Es decir, la redistribución coactiva de la renta. Justamente
porque la descentralización fiscal ataca de raíz la redistribución coactiva y forzosa de la renta,
es algo que los liberales podemos abrazar. Porque los liberales, a diferencia de los
socialdemócratas, no estamos a favor del robo institucionalizado por el Estado. Sin embargo,
también es algo que los socialdemócratas o que la izquierda en general tiene difícil abrazar porque
socava las bases de la redistribución de la renta. Y justamente por eso ya calificamos en su momento
a Salvador Illa de hipócrita. Pero también había una mujer muy importante dentro del Partido Socialista
Obrero Español, su actual vicesecretaria general y la actual ministra de Hacienda del Gobierno de España,
María Jesús Montero, que en numerosísimas ocasiones se había expresado en contra de la cesión del 100%
de los tributos a la Generalitat de Cataluña. Es decir, del concierto económico catalán. Podemos
escuchar algunas de esas ocasiones en las que María Jesús Montero desmentía categóricamente que se
fuera a ceder el 100% de los tributos a la Generalitat de Cataluña.
Y nunca, en ningún momento, se ha planteado que el Partido Socialista o el Gobierno comparta la
cesión del 100% de tributos ni a esta ni a ninguna otra comunidad autónoma.
No conozco ninguna formación política que haya planteado la cesión del 100% de los tributos a las
comunidades autónomas del régimen común. Por tanto, no me pronuncio sobre mentiras,
sobre falacias o sobre hipótesis que se fundamentan en la nada.
Pero, habitualmente, lo que Esquerra Republicana siempre ha planteado en esa reforma del modelo
es una suerte de concierto económico para Cataluña. Yo no comparto el concierto económico
para Cataluña. Lo he dicho en múltiples ocasiones. Así también lo ha expresado el Partido Socialista
de los Catalanes, allí en Cataluña, y yo diría que eso es lo más importante, que se contempla en el documento
y en lo que, como le digo, no coincido.
Y hasta cierto punto era coherente que María Jesús Montero se opusiera al concierto económico de Cataluña,
no solo porque, como ya he dicho, la descentralización tributaria atenta contra la redistribución coactiva
de la renta que promueve la izquierda, sino porque, además, María Jesús Montero previamente había sido
consejera de Hacienda de la Junta de Andalucía. Y el Gobierno de Andalucía es la administración
pública que más dinero, en términos absolutos, recibe de la redistribución interterritorial de la renta.
Es decir, del hecho de que los gobiernos de Madrid o de Cataluña no puedan retener el 100%
de los impuestos que pagan sus contribuyentes. Por tanto, María Jesús Montero no solo tenía
una cierta convicción ideológica en contra del concierto económico catalán, sino también un cierto
interés político en que ese concierto económico no termine saliendo adelante.
Y, a pesar de todo ello, este pasado fin de semana María Jesús Montero, como vicesecretaria general del PSOE
y como ministra de Hacienda del Gobierno de España, fue de las primeras en acudir
y en celebrar la toma de posesión, como presidente de la Generalitat de Cataluña,
de Salvador Illa. Una toma de posesión que descansaba críticamente sobre esa medida
el concierto económico catalán que María Jesús Montero tan frontalmente rechazaba.
Por consiguiente, es lógico plantearse cómo conseguía María Jesús Montero compatibilizar,
por un lado, la alegría que sentía por el nombramiento de Salvador Illa como presidente
de la Generalitat de Cataluña, y, por otro lado, el rechazo que sentía hacia las bases ideológicas
y programáticas que habían posibilitado esa investidura.
Y la respuesta a esta pregunta es pura marca de la casa del PSOE o, más bien, de la política en general.
A saber, cambiando de opinión. Escuchen qué piensa ahora María Jesús Montero sobre el concierto económico catalán
que tanto rechazaba hace apenas un mes.
Lo que puedo decir es que, por supuesto, el PSOE avala y apoya en su totalidad el acuerdo suscrito
entre el PSOE y ERC. A partir de ahí hay cuestiones que tienen que ver con cambios normativos,
que tendremos que ser capaces de concitar el acuerdo, el diálogo, con el resto de fuerzas políticas
presentes en el arco parlamentario, que tienen que apoyar todas esas modificaciones normativas.
Pero, evidentemente, nos sentimos cómodos y cómodas con este acuerdo, lo avalamos al 100%
y, por tanto, lo vamos a impulsar de forma progresiva, de forma reflexiva y razonada
con el resto de grupos políticos a lo largo de los próximos meses.
Es decir, que ahora María Jesús Montero, como vicesecretaria general del PSOE y ministra
de Hacienda del Gobierno de España, apoya el concierto económico catalán. Apoya que
la Generalitat de Cataluña recaude el 100% de los tributos que pagan sus contribuyentes.
Algo a lo que, como hemos escuchado hace un momento, María Jesús Montero se había opuesto
siempre. Por tanto, es bastante evidente que María Jesús Montero, durante los últimos
días, como ha hecho tantas otras veces su propio jefe, Pedro Sánchez, ha cambiado de
opinión. Y, por supuesto, es muy legítimo que las personas cambien de opinión. De hecho,
en este caso, creo que es un cambio de opinión a mejor. Es decir, me alegro de que los políticos
apuesten por la descentralización fiscal. Ojalá le llegue también a la Comunidad Autónoma
de Madrid. Ahora bien, ¿qué ha cambiado tanto en estos últimos días como para que María Jesús
Montero, ministra de Hacienda, cambie tan radicalmente de opinión sobre este asunto? ¿Ha
estado leyendo María Jesús Montero sobre los beneficios de la descentralización y de la
competencia fiscal y se ha convertido en una fervorosa defensora de las bajadas de impuestos?
Obviamente no. Lo único que ha cambiado en estos últimos días es que el cambio de opinión,
de postura ideológica, de postura programática del PSOE y, por tanto, de María Jesús Montero,
era una condición sine qua non para investir a Salvador Illa, presidente de la Generalitat de
Cataluña. Y esto lo que nos indica son dos cosas. La primera es que el Partido Socialista
Obrero Español mercantiliza sus principios ideológicos. A cambio de comprar poder en
las instituciones, vende sus principios ideológicos. No estoy diciendo ni mucho menos que esto lo haga
sólo el PSOE, pero desde luego el PSOE es un claro exponente a la hora de hacerlo. Y lo segundo
que nos revela este hecho es que María Jesús Montero carece de opiniones propias, o que en todo caso,
sus opiniones propias están sometidas al interés superior del partido. Si el partido en este momento
vende sus principios ideológicos para comprar poder institucional, entonces María Jesús Montero
hace lo mismo que el partido. Entonces María Jesús Montero también ve reseteada su ideología y vende
sus principios para que el PSOE compre poder institucional. En suma, que esta gente, los políticos,
no nos gobiernan para mejorar nuestra vida a través de aquellas políticas que ellos entienden,
con razón o sin ella, pero que ellos entienden que mejorarían nuestra vida. Esta gente sólo nos
gobierna para tener poder. Y a cambio de ese poder, están dispuestos a hacer lo que sea. Porque lo
importante para ellos no son sus principios o sus convicciones sobre cómo ha de ser una buena
sociedad. Lo único que importa para ellos es el poder.