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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Beto frontal y radical del sumar de Yolanda Díaz contra Irene Montero.
¿Por qué razón?
Veámoslo.
Confirmado por las partes implicadas, la principal condición que le impone sumar a Podemos para
coaligarse de cara al próximo 23 de julio es que Irene Montero no aparezca por las listas.
Me veo, no obstante, en la obligación moral de trasladaros algunas cuestiones importantes.
La primera es que desde el equipo negociador de Yolanda Díaz se nos ha trasladado que
la presencia de Irene Montero en el equipo que concurra a las próximas elecciones generales
es un obstáculo insalvable para alcanzar un acuerdo de unidad.
El veto a Irene Montero es una condición sine qua non para que sumar acepte coaligarse
con Podemos.
Algo que debería ser muy extraño, habida cuenta de que, según Podemos, Irene Montero
es su principal activo político.
Se nos ha pedido una vez más sacrificar a nuestro principal activo político.
Si Irene Montero es un activo político tan valioso, ¿cómo puede ser que sumar no la
quiera en sus listas electorales?
¿Por qué motivo ibas a renunciar a un político que supuestamente tiene una capacidad enorme
de atraer a los votantes?
Sería como no querer alinear a tu mejor futbolista en el partido más importante de
los últimos años.
Evidentemente, aquí existe una muy clara contradicción.
Irene Montero es el mejor activo político, pero todos los partidos que conforman la coalición
de sumar no la quieren en ninguna lista electoral, a pesar de que supuestamente se trata de ganar
las elecciones y si Irene Montero es un activo electoral y político tan potente contribuiría
a que sumar ganara o obtuviera un resultado muy bueno en esas elecciones.
¿Cómo intentan desde Podemos reconducir esta clara contradicción?
Pues alegando que sumar ha cedido finalmente a la presión política judicial y mediática
que desde hace años ha tenido un único objetivo, destruir la carrera política de Irene Montero.
No es que Irene Montero no sea una magnífica ministra, una magnífica política, no.
Es que los de sumar son cobardes porque se han achantado ante la ofensiva política,
mediática y judicial en contra de Irene Montero.
Han preferido quedar bien con las oligarquías y con los poderes fácticos de España antes
que ser valientes e incorporar a las listas a su principal activo político, Irene Montero.
En resumen, que para Podemos Irene Montero es un excelente activo político, pero que
ha sido tan vilipendiado, tan atacado por los medios de comunicación y por la derecha judicial
que desde sumar han cedido y han optado por sacrificarlo.
Y aunque la narrativa de Podemos sea una narrativa engañosa, una huida hacia adelante
autovictimizadora, en el fondo sí toca dos aspectos fundamentales que explican la rotundidad del veto
de sumar a Irene Montero. Primero, Irene Montero para el conjunto de la población española es
un activo sí, pero un activo tóxico, un activo achicharrado, un activo que ahuyenta a muchos
votantes de izquierdas y que moviliza a muchos votantes de derechas.
Y las razones por las que genera estas reacciones son muy sencillas. Basta con acudir a la lista
de méritos que hoy ha mencionado Joan Belarra sobre Irene Montero e interpretar que, en el fondo,
no son méritos, sino de méritos.
Una compañera que ha llevado las transformaciones feministas más lejos que nadie antes en nuestro país,
que ha construido con su equipo toda una nueva generación de derechos feministas,
la nueva ley del aborto, la ley solo si es sí, la ley trans y de derechos LGTBI y, ante todo,
que ha representado el mandato que cientos de miles de mujeres le dimos en las calles.
Creo que incluso desde Podemos deberán reconocer que sociológicamente muchas de
estas medallas que le están colgando a Irene Montero repelen a muchísimos votantes,
que sí, que lo justificarán alegando que el poder mediático ha manipulado sistemáticamente
a la población española y ha generado una percepción errónea de lo que son todas y cada
una de estas leyes. Pero el caso es que, desde un punto de vista electoral, si el clima social
ahora mismo es animadversión hacia muchos de estos proyectos legislativos, hoy Irene Montero,
más que sumar, resta. Especialmente si tenemos en cuenta, por un lado, que hoy el Tribunal Supremo
ha condenado a Irene Montero por calumnias a un ciudadano particular al que llamó sin justificación
maltratador. Y si tenemos en cuenta, además, que también esta semana el Tribunal Supremo ha avalado
las rebajas de las penas y las escarcelaciones de violadores que han ido realizando durante los
últimos meses los tribunales españoles como consecuencia de la Ley Solo Sí Es Sí,
que justamente fue promovida por el Ministerio de Irene Montero. Es ella la cabeza y la responsable
más visible y más directa de las rebajas de penas a estos criminales y de la escarcelación
de violadores. Y eso no es un activo electoral que sume, sino un activo electoral que repele
Este, por tanto, es el primer motivo del veto de la izquierda, no de la derecha,
del veto de la izquierda de sumar a Irene Montero, que en términos netos les hace perder votos.
No es que Irene Montero no atraiga a determinados votantes, sino que el saldo de los votantes es
negativo para sumar. Desde su punto de vista, claro, pierden más votantes de los que ganan y,
sobre todo, movilizan a más votantes en la derecha de los que movilizan en la izquierda.
Por tanto, mejor fuera de las listas que dentro. Pero más allá del efecto electoral que tenga la
inclusión de Irene Montero en las listas de sumar, hay un segundo motivo por el cual los
de Yolanda Díaz quieren vetar a Irene Montero. Y es que, desde sumar, ya están preparando el
futuro. De la izquierda a la izquierda del PSOE, de la extrema izquierda, como queramos llamarlo,
están preparando el futuro postpodemos y postpablismo. Durante la última década,
aproximadamente, la izquierda a la izquierda del PSOE, la extrema izquierda española,
ha estado dominada ideológica y políticamente sobre todo por una persona, Pablo Iglesias.
Y Yolanda Díaz quiere romper con eso. Yolanda Díaz quiere ser la nueva lideresa indiscutida
dentro de la coalición de izquierdas a la izquierda del PSOE. Y en ese sentido,
Pablo Iglesias constituye un obstáculo a su liderazgo. Para superar el pablismo hay que romper
totalmente amarras con el pablismo. Y de la misma manera que si se hubiese planteado Yolanda Díaz
vetaría la presencia de Pablo Iglesias en las listas de sumar, también veta, por motivos obvios,
la presencia de Irene Montero en las listas de sumar. Tener a Irene Montero en las listas de
sumar y en el grupo parlamentario de sumar equivaldría a seguir conectados umbilicalmente
con Pablo Iglesias. Implicaría que Pablo Iglesias sigue teniendo línea directa dentro del grupo
político de sumar y que podría seguir moviendo sus peones dentro de esta coalición política que
puede que en la siguiente legislatura esté en la oposición y que Yolanda Díaz, por tanto,
necesite consolidar su liderazgo. Un liderazgo que tendrá mucho más difícil consolidar si
hay otras personas dentro de su grupo político que están conspirando contra ella. De ahí el
veto frontal, radical e incluso diría inmisericorde de sumar contra Irene Montero. Porque Irene Montero,
es verdad, sí constituye un activo para una parte pequeña pero muy radicalizada,
muy movilizada e incluso muy influyente dentro de la extrema izquierda o dentro del espacio
político a la izquierda del PSOE. Y Yolanda Díaz, claro, no quiere tener dentro de su
grupo político a una persona que puede movilizar a una suficiente masa de votantes como para
desestabilizar durante la siguiente legislatura su liderazgo y la propia coalición de sumar.
Cuidado, no es que esté defendiendo el comportamiento de Yolanda Díaz. Como ya
expliqué en un vídeo anterior, me parece un comportamiento traicionero en contra de
aquellas personas que te lo dieron todo, en contra de aquellas personas, sobre todo Pablo
Iglesias, que te han convertido en el personaje político que eres hoy. Simplemente estoy
constatando que eso, la traición, las intrigas, la lucha por el poder, el apuñalamiento por la
espalda, es la esencia del juego político, de ese ruin juego político. Y eso es lo que estamos
viendo. Las anteayer amigas del alma, hoy enemigas irreconciliables.