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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Pessoa y Sumar quieren restringir los vuelos cortos cuando exista alternativa ferroviaria
de menos de dos horas y media de duración.
Una propuesta política, propagandística, de la que no tienen ni la más remota idea
y que nos muestra a las claras que se consideran ya una casta.
Veámoslo.
Ayer, Pessoa y Sumar sellaron su acuerdo para renovar el gobierno de coalición de
izquierdas en España.
Y una de las medidas que ha generado un mayor revuelo ha sido la siguiente.
Tal y como han hecho otros países de nuestro entorno, impulsaremos la reducción de los
vuelos domésticos en aquellas rutas en las que exista una alternativa ferroviaria con
una duración menor de dos horas y media, salvo en casos de conexión con aeropuertos
hub que enlacen con rutas internacionales.
Dejando de lado el fondo de la cuestión, el fondo de la cuestión es si hay que prohibir
los vuelos cortos, y personalmente creo que no, que en cualquier caso existen mejores
alternativas que la prohibición de los vuelos cortos, pero dejando de lado este fondo de
la cuestión, lo cierto es que la presentación pública de esta propuesta ha exhibido tres
de los peores rasgos posibles de la política.
La propaganda, la ignorancia y los privilegios.
En primer lugar, la propaganda.
Porque esta medida es una medida que únicamente tiene un afán propagandístico, que ni siquiera
pretende conseguir el objetivo para el que supuestamente ha sido creada.
El objetivo para el que supuestamente ha sido creada es reducir las emisiones de CO2, las
emisiones de CO2 de los vuelos cortos para los que existe una alternativa que emite
menos CO2 que los aviones, la alternativa ferroviaria.
¿Por qué digo que esta medida es una medida propagandística?
¿Qué nos dice?
¿Se pretende alcanzar un objetivo cuando en realidad no es así?
Pues por un lado porque sólo afectaría a cuatro trayectos aéreos, Madrid-Barcelona,
Madrid-Valencia, Madrid-Alicante y Madrid-Sevilla, que no es que sean trayectos aéreos poco
concurridos, pero sólo a cuatro de todos los vuelos cortos dentro de España.
Y por otro lado porque el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España ha estimado
que en el mejor de los casos, insisto, en el mejor de los casos, esta medida reduciría
las emisiones de CO2 de España en un 0,1%.
Y además, teniendo en cuenta que España únicamente es responsable del 0,6% de todas
las emisiones globales de CO2, en el mejor de los casos, esta medida contribuiría a
reducir las emisiones globales de CO2 en un 0,0006%.
Para qué sirve, por tanto, esta medida?
Para absolutamente nada.
Pero es que todavía es peor.
Después de la polémica social generada por esta medida, desde PSOE y SUMAR, se han dado
prisa en aclarar, en matizar, que en realidad no están hablando de prohibir los vuelos
cortos.
Si volvemos a leer el texto de esta propuesta, veremos que en realidad hablan de impulsaremos
la reducción de los vuelos domésticos.
No de prohibir los vuelos domésticos, sino impulsar que se vayan reduciendo cuando exista
una alternativa ferroviaria que dure menos de 2 horas y media.
Por tanto, si se prohibieran de raíz los vuelos entre Madrid y Barcelona, Madrid y
Sevilla, Madrid y Valencia, Madrid y Alicante, las emisiones globales de CO2 se reducirían,
en el mejor de los casos, un 0,0006%.
Y además, ni siquiera se prohíben, sino que se busca incentivar, impulsar, empujar
a que se reduzcan, pues todavía menos.
Es decir, que si esto ya era totalmente ineficaz para reducir las emisiones de CO2, que supuestamente
es lo que busca cuando hablábamos de prohibición, si ya se trata de un impulso a que se reduzcan
con el tiempo esos vuelos entre estas ciudades, es que es una medida completamente propagandística.
En segundo lugar, la ignorancia.
Si uno quiere llevar a cabo un ejercicio propagandístico, al menos debería saberse la letra del guión.
Pues bien, escuchen cómo Yolanda Díaz explicó en Rueda de Prensa el contenido de esta propuesta.
El tren está llamado a ser el transporte del siglo XXI.
Por eso hemos acordado que han de acabarse los vuelos cortos inferiores a 2 horas y media
cuando no haya alternativa al tren.
Han de prohibirse los vuelos cortos que duren menos de 2 horas y media cuando no haya alternativa
al tren.
Es decir, que si hay tren no prohibimos los vuelos cortos y si no hay tren, si no hay
ninguna alternativa para desplazarse, entonces sí los prohibimos.
Y claro, si prohibimos los vuelos cortos cuando no hay alternativa en forma de tren, entonces
la duración del trayecto relevante ya no es la del tren, porque no existe tren.
La duración relevante para prohibir o no prohibir los vuelos cortos es la del vuelo
corto.
Por tanto, todos los vuelos cortos que duren menos de 2 horas y media y en los que no haya,
no haya alternativa en forma de tren, quedan automáticamente prohibidos o fuertemente desincentivados,
según Yolanda Díaz.
Vamos, que se acabó viajar a Baleares o Canarias.
Se acabó viajar salvo que nos coloquen un tren.
Porque si nos colocan un tren, no sé muy bien cómo, pero bueno, si nos colocan un
tren a Baleares o Canarias, no solo podremos ir en tren, sino que además se autorizarán
los vuelos cortos a las islas.
Porque recordemos, se prohíben los vuelos cortos cuando no haya alternativa en forma
de tren.
Creo que está bastante claro que Yolanda Díaz, líder de SUMAR y la persona que está
presentando públicamente el revolucionario y progresista acuerdo de gobierno al que han
llegado con el PSOE, está bastante claro que Yolanda Díaz no conoce el contenido de
ese acuerdo de gobierno.
Han acordado impulsar la reducción de los vuelos cortos para los que exista alternativa
en forma de tren, cuyo trayecto en tren dure menos de 2 horas y media, y nos dice que han
aprobado la reducción o eliminación de los vuelos cortos que duren menos de 2 horas
y media cuando no haya alternativa en forma de tren.
Y en tercer lugar, los privilegios.
Una de las frases más famosas de rebelión en la granja de George Orwell es, todos los
animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros.
Y esto mismo sucede con la prohibición o con la restricción de los vuelos cortos.
Y es que los mismos políticos que están impulsando esta prohibición o restricción
de los vuelos cortos para los ciudadanos son los mismos políticos que usan y abusan del
avión presidencial para los vuelos cortos.
Hemos dicho al comienzo de este vídeo que la prohibición de los vuelos cortos entre
Madrid y Barcelona, Madrid y Valencia, Madrid y Alicante o Madrid y Sevilla no tendría
ninguna influencia relevante sobre las emisiones globales de CO2, solo el 0,0006% en el mejor
de los casos.
Sin embargo, entiendo que los políticos que promueven esto argumentarán algo así como
tenemos que dar ejemplo, hemos de dar ejemplo al resto del mundo.
Si todo el mundo hiciera lo mismo que nosotros, entonces no se reducirían las emisiones globales
de CO2.
Por tanto, aunque los demás no lo hagan, nosotros hemos de ser los primeros en hacerlo
y en tomar este tipo de medidas.
Por tanto, sería una especie de medida política ejemplarizante.
Pero si esa es la lógica que utilizan para prohibir los vuelos cortos a los ciudadanos,
¿por qué ellos mismos no se aplican el cuento?
¿Por qué si consideran que los ciudadanos españoles han de dar ejemplo al resto del
mundo teniendo prohibido usar los vuelos cortos, por qué los políticos españoles
no consideran que han de dar ejemplo al resto de conciudadanos españoles teniendo prohibido
usar los vuelos cortos?
Pues bien, en muchas ocasiones no hay oportunidad de exponerlos ante tan claras contradicciones,
pero en esta ocasión sí la ha habido y las respuestas son deplorables.
En primer lugar, ¿por qué Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno, sí puede
utilizar el avión para desplazamientos cortos y en cambio el resto de ciudadanos quieren
prohibir que lo utilicen?
Buenos días, portavoz.
Yo quería preguntarle por una noticia que publicaba hoy The Objective acerca de que
Yolanda Díaz en dos años ha hecho ocho vuelos de menos de tres horas pese a pedir prohibirlos.
Desde su mar quería saber cómo valoran esta contradicción y si no creen que le resta
credibilidad a su formación.
He de aclarar que, como ya hemos visto, esta no es la propuesta que hacen PSOE y SUMAR
en su acuerdo de gobierno.
Sin embargo, como ni siquiera los de SUMAR saben exactamente qué han pactado, ahora
veremos que la portavoz de SUMAR presupone que esa sí es la medida que han acordado
y aún así intenta justificar que Yolanda Díaz se salte la que ella cree que es la
norma que se va a imponer a todos los españoles.
Bueno, desconozco esos datos del número de vuelos, ocho vuelos.
Sí, en dos vuelos ocho vuelos de menos de tres horas.
Bueno, lo que tengo que decir es que Yolanda Díaz es la vicepresidenta, tiene una agenda
muy intensa y está trabajando desde la mañana a la noche para mejorar la vida de la gente
y creo que no tiene mucho sentido este tipo de balance sobre una agenda que, como sabes,
significa desplazarse por muchos lugares del país o también fuera de España.
Argumentos de peso, ¿eh?
Primero, Yolanda Díaz es la vicepresidenta, cuádrense todos.
Yolanda Díaz es la vicepresidenta.
Segundo, tiene una agenda muy intensa, debe de ser de las únicas en España que tiene
una agenda muy intensa y precisamente por eso tiene derecho a viajar en avión cuando
a todos los demás, que son unos vagos redomados con la agenda vacía, no se les permite, claro
está, utilizar para sus caprichos el avión.
Tiene una agenda muy intensa.
Y está trabajando por la mañana y por la noche para mejorar la vida de la gente,
que todos los otros españoles que trabajan no mejoran la vida de nadie.
Los agricultores, los médicos, los profesores, los ingenieros, los directivos,
todos ellos no mejoran la vida de la gente.
Trabajan, si es que trabajan, por trabajar.
Los únicos que de verdad trabajan por mejorar la vida de la gente, motivo por el cual disfrutan
del privilegio de viajar en avión cuando a todos los demás se les pretende prohibir
o restringir, son nuestros políticos, son nuestros probos servidores públicos.
Y que menos, claro, que ya que se están sacrificando tanto por nosotros, que menos que permitirles
utilizar el avión para que, en sus trayectos durante los que mejoran la vida de la gente,
viajen cómodos y rápido.
La plebe, el populacho, que no hace nada, que no mejora la vida de nadie, no.
Pero nuestros gobernantes, sí.
Y está trabajando desde la mañana a la noche para mejorar la vida de la gente.
En fin, pero no crean que esta ha sido la única vergonzante justificación
del privilegio de los políticos de hacer viajes cortos en avión, mientras esos mismos
políticos pretenden prohibirle o restringirle esa misma práctica al resto de ciudadanos.
También se les ha preguntado por qué el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, sí
puede utilizar el falcon, el avión presidencial, cuando el resto de mortales no podemos utilizar
el avión comercial en vuelos cortos.
Sobre el uso del falcon por los líderes del gobierno que lo usan para desplazarse entre…
¿Lícansos cortos?
Evidentemente, las responsabilidades que tiene cualquier jefe o jefa de Estado justifica
que haya situaciones excepcionales donde tenga que hacerse.
Nos pasa a todos cotidianamente.
Digamos, yo utilizo el tren, normalmente, ahora, si hay una situación excepcional y
mis responsabilidades institucionales lo justifican, bueno, pues puedo hacer una excepción.
Digan, pero eso vale para cualquier persona y para cualquier ciudadano.
Pero lo que necesitamos es que haya políticas públicas lo más claras posibles, ¿no?
Políticas públicas que definan un modelo.
Aquí nos dicen que las responsabilidades que tiene un jefe de gobierno podrían justificar
que excepcionalmente ese jefe de gobierno pudiera hacer uso del avión presidencial.
Y añade a continuación que nos pasa a todos, que él normalmente utiliza el tren, pero
en ocasiones excepcionales, no sé si él es jefe de gobierno, pero bueno, en ocasiones
excepcionales también utiliza el avión.
Nos pasa a todos cotidianamente, yo utilizo el tren, normalmente, ahora, si hay una situación
excepcional y mis responsabilidades institucionales lo justifican, bueno, pues puedo hacer una
excepción.
Y por último añade que eso mismo es aplicable a todos los ciudadanos.
Digan, pero eso vale para cualquier persona y para cualquier ciudadano.
Esta respuesta sería razonable si de verdad prohibieran los vuelos cortos donde hubiese
alternativa al tren de menos de dos horas y media y añadieran en esa misma ley una
lista de excepciones generales que justificara que cuando concurra alguna de estas excepciones
generales el ciudadano pueda utilizar un vuelo comercial cuando exista una alternativa en
tren de menos de dos horas y media.
Si el presidente del gobierno, si la vicepresidenta del gobierno, si él mismo solo hicieran
uso del falcon o de un vuelo comercial cuando concurriera alguna de esas situaciones excepcionales,
pues entonces podríamos decir que hay paridad moral entre los gobernantes, entre los políticos
y los ciudadanos.
A todos se les aplican las mismas normas y las mismas excepciones a las normas.
Pero lo que en realidad está diciendo no es eso.
Lo que está diciendo es que debemos considerar que el presidente del gobierno, que la vicepresidenta
del gobierno, que el resto de políticos y gobernantes son ellos mismos una excepción
a la ley, que la ley no ha de ser aplicable en su caso, que lo será para los ciudadanos
pero no para los políticos, porque la ley no va a contener ningún tipo de excepción.
Y desde luego el presidente del gobierno no se someterá a las mismas excepciones que
pudiese haber en la ley.
El presidente del gobierno seguirá haciendo exactamente el mismo uso que ha hecho hasta
la fecha del falcon y lo que se pretende es que los ciudadanos no hagan ningún uso
de los vuelos comerciales en aquellos trayectos en los que exista alternativa ferroviaria
de menos de dos horas y media de duración.
Por tanto, lo que pretenden es colocarse por encima de la ley.
Que ellos sean, como he dicho, la excepción a la ley.
Lo que buscan, por tanto, es el privilegio estamental, la aristocracia versus la plebe.
Nosotros dictamos las normas que os serán de aplicación sin que esas normas nos sean
aplicables a nosotros, porque nosotros valemos más que vosotros.
Nosotros estamos muy ocupados en trabajar por vuestro bien.
Os tendríais que dar las gracias de que nos estemos sacrificando para mejoraros la
vida.
¡Qué menos que dejarnos que nos saltemos las leyes que os imponemos a vosotros!
En suma, una casta ignorante y propagandística.