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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Cuando hay un incremento de la demanda de electricidad, bien porque hace mucho frío o mucho calor,
los precios de la electricidad tienden a subir.
¿Por qué tienden a subir? Porque para abastecer el exceso de demanda de electricidad
hace falta poner en funcionamiento centrales eléctricas que normalmente no están en funcionamiento
y que generan la electricidad a un coste más alto del habitual.
La subida de precios es el incentivo necesario para remunerar, para cubrir los costes
de esas centrales eléctricas más caras que son necesarias para abastecer el exceso de demanda
en momentos como el actual.
Es un fenómeno que se da en todos los mercados, en todos los mercados donde la oferta de un bien
no es perfectamente o altamente elástica y por tanto tampoco habría que sorprenderse demasiado.
Sin embargo, durante mucho tiempo Podemos estuvo haciendo demagogia con este asunto,
cada vez que había un pico de demanda y subía el precio de la electricidad, nos vendía que eso era culpa
de la falta de voluntad política, del gobierno en aquel momento de Rajoy, para no intervenir,
para no controlar el precio de la electricidad, evitando que la oligarquía eléctrica se
lucrará de esas subidas de precios.
Y claro, como ahora son ellos los que están en el gobierno y de momento no están aportando
ninguna solución generalizada para el conjunto de la población, porque es que tampoco hay
ninguna solución clara si sube la demanda y hay que poner en funcionamiento centrales
que generan electricidad de manera más cara, subirán transitoriamente los precios, pero
claro, como son rehenes de su demagogia pasada, tienen que seguir huyendo hacia adelante.
Y ahora el nuevo discurso de Podemos para justificar los crecientes precios de la electricidad
es que todo esto viene de las desregulaciones, de las liberalizaciones que aplicó el gobierno
del PP, no el de Rajoy, sino el de Aznar, hace más de 20 años, que la culpa de los
altos precios y de los crecientes precios de la electricidad es de la excesiva libertad
en el mercado eléctrico.
Y para ilustrar la falacia de este argumento, vamos a intentar desagregar el precio de la
electricidad que pagan los hogares en sus distintos componentes.
Esencialmente hay tres grandes componentes en el precio de la electricidad.
Por un lado, el precio de la generación y comercialización de la electricidad, el precio
de generar propiamente la electricidad, en segundo lugar, un conjunto de costes regulados,
de costes impuestos establecidos ya por el gobierno, algunos de ellos son costes necesarios
para que el suministro eléctrico funcione, como el transporte y la distribución de electricidad,
otros costes son costes ya más de componente político, por ejemplo, las primas a las energías
renovables para subsidiar la generación de energía renovable, o la amortización de
los déficits históricos de tarifa.
Durante mucho tiempo, en España se vendía electricidad por el bajo de coste, que es
lo que quiero volver a hacer Podemos, y se acumulaba una deuda con las eléctricas que
hoy pagamos con un precio de la electricidad más caro de lo que podríamos pagar porque
estamos pagando la deuda pasada del déficit tarifario, esos vendrían a ser los costes
regulados.
Por otro tenemos los impuestos que recaen tanto sobre el precio de generación de electricidad
como sobre los costes regulados, son el IVA y el impuesto eléctrico.
Pues bien, de estos tres grandes componentes, el único que se fija en un mercado que podríamos
llamar liberalizado, aunque en realidad es un mercado con una estructura bastante oligopolística,
no por el exceso de libertad de mercado que se ha introducido, sino por la falta de libertad
de mercado que existe en este sector, pero en todo caso la parte del precio de la electricidad
que podríamos decir que se fija en el mercado sin control gubernamental, es el de la generación
y comercialización de la electricidad.
Y esa parte, la única que se fija en el mercado, únicamente equivale al 25% del precio total
de la electricidad.
Lo podéis observar en esta infografía de código público, donde están bastante bien
desagregados los distintos componentes del precio final de la electricidad.
El 24, 25% del precio final de la electricidad es el precio que se fija en el mercado, en
ese mercado liberalizado y desregulado, que no es verdad porque no lo está, pero en
todo caso, en lo que podemos llama el mercado liberalizado y desregulado por culpa del
PP de Aznar.
Pero es que el otro 75%, tanto un 55% de costes regulados como 20% o 21% de impuestos sobre
el precio total de la electricidad, son costes que controlan directamente el gobierno.
Y gran parte de esos costes son costes que no están directamente vinculados con la generación,
el transporte y la distribución hasta los hogares de electricidad, es decir, son costes
totalmente expurios del sistema eléctrico que han sido añadidos por los políticos
en la factura eléctrica para remunerar políticas energéticas, en muchos casos desnortadas
y completamente equivocadas, que ahora siguen siendo una hipoteca que pagamos todos los
consumidores.
En todo caso, y más allá del debate de si determinadas políticas energéticas tuvieron
que emprenderse en su momento, como la política de promoción a las renovables, cuando estas
fuentes de energía todavía eran muy caras y poco competitivas, lo cierto es que no
puede decirse seriamente que el precio de la electricidad está liberalizado y que sube
y que es alto por culpa de la liberalización.
El precio de la electricidad en tres cuartas partes es un coste que ya está controlado
por políticos.
Por tanto, la responsabilidad final atribuible al mercado, que insisto ni siquiera es un mercado
liberalizado competitivo donde uno pueda entrar y crear nuevas centrales, ya no digo
nucleares, ni siquiera hidroeléctricas, porque la capacidad hidroeléctrica de España está
tremendamente infrasplotada, incluso según el Ministerio de Fomento, bueno, no es un
mercado liberalizado, no se puede entrar, pero en todo caso, es el mercado.
Esa parte es el 25%, la parte política, la parte controlada por políticos, por el
gobierno de Rajoy antes, por el gobierno de Peso y de Podemos ahora, es el 75% de la factura
eléctrica.
Y no pensemos que esto es lo normal en Europa, no es lo normal.
España es el tercer país europeo donde impuestos y grabámenes ajenos a lo que es propiamente
el coste de generación, de transporte y de distribución de la electricidad, es el tercer
país europeo donde impuestos y grabámenes ajenos a la actividad eléctrica, representan
un mayor porcentaje del total de la factura eléctrica.
Como podemos observar en este gráfico de Eurostat, prácticamente la mitad del precio
de la electricidad que pagan los hogares son impuestos y grabámenes ajenos a la actividad
eléctrica.
La otra mitad es el 25% del coste de la generación y comercialización que ya hemos mencionado
y otro 25% que se corresponde a actividades con precios regulados, transporte y distribución
que son esenciales para que haya suministro eléctrico, es decir, que aunque no fueran
costes regulados, aunque estuvieran liberalizados, esos costes existirían y habría que pagarlos,
serían más altos, serían más bajos, pero en todo caso estarían en la factura eléctrica.
Pero la otra mitad, el otro 47% y 48% son costes, insisto, que no están vinculados al
suministro eléctrico ni a la generación de electricidad ni al transporte ni a la distribución
y por tanto son costes políticos, impuestos y costes grabámenes vinculados a determinadas
decisiones de política energética.
El tercer país de Europa, donde impuestos y estos grabámenes ajenos a la actividad
eléctrica, son más elevados, donde los políticos han inflado más la factura eléctrica.
Y luego nos intentan convencer de que los precios de la electricidad son altos y son
inasumibles para muchas familias porque, claro, la liberalización del mercado ha disparado
los precios.
No, señores, quienes han disparado los precios hasta unos niveles que muchas familias españolas
no se pueden permitir, son ustedes, los políticos y sus políticas energéticas absurdamente
ideologizadas, que cada palo aguante su vela.
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