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Sergio Gregori y Juan Carlos Monedero ya han sido purgados de Canalred Podemos. Veámoslo.
Hace unos días analizamos en un vídeo las muy polémicas declaraciones de Juan Carlos Monedero
en una entrevista concedida al diario El Mundo, en las que criticaba a Canalred por haberse
convertido en el órgano de propaganda oficial de Podemos. En esa entrevista, de hecho, instaba
a Podemos a descanalizarse y a Canalred a despodemizarse. Y a los pocos días de que
se publicaran estas declaraciones de Monedero en el Mundo, Sergio Gregori, uno de los cofundadores
junto a Pablo Iglesias de Canalred, utilizó su tribuna en Canalred para dirigir las siguientes
críticas tanto contra Canalred, cuanto contra Podemos.
Compañeros, hubo un grupo de jovenzuelos bohemios que apostamos por este proyecto por
encima de todo. Sí, hubo un grupo de jovenzuelos que incluso creímos que romper el bloque
de poder mediático estaba por encima de la pugna partidista en la irrelevancia de un
espacio político marginal. Algunos somos muy bohemios y muy jóvenes, pero tenemos
callos en los dedos de enfrentarnos al poder a sabiendas de las puertas que nos cerrábamos.
También cofundamos esto sabiendo lo que supondría. Otros quizá tengan callos en los dedos, sí,
pero por pelearse con el compañero de al lado por ver quién va delante de una lista
electoral y quién calienta un sillón en un hemiciclo. Que nadie se olvide, hay quienes
teníamos las puertas abiertas en tertulias y platos mucho antes de que esto existiera.
Otros y otras no están donde están por valentía ni por compromiso. Como decía Nega, tú no
te puedes vender, nadie te quiere comprar. En política siempre hubo cínicos para quienes
el pragmatismo solo servía cuando eran ellos quienes tragaban sapos y que hoy impostan
una gestualidad revolucionaria de la que seguro que se ríen en la intimidad. Otros venimos
creyendo en la posibilidad de transformarlo todo desde críos y aunque a algunos les sorprenda,
porque son incapaces de imaginarse haciendo lo propio, no tenemos precio ni nos compran
ni con un acta de diputado ni con un plato. Defenderse es legítimo, pero haber sido víctima
no le confiere a nadie la autoridad moral de convertirse en verdugo. Voy a citar uno de
los discursos más brillantes que he escuchado en mi vida, quizá el que más me marcó políticamente
en una adolescencia en la que la pureza ideológica me volvía políticamente impotente. El adversario
nos quiere ver como siempre nos ha visto, minoritarios, pequeños, identitarios en nuestras
peleas internas con nuestro lenguaje de siempre. La obligación de un revolucionario siempre
es ganar. Un revolucionario no está llamado a proteger los símbolos, a proteger la identidad,
un revolucionario no es un cura que busca la catarsis colectiva en una misa con los discípulos,
un revolucionario está obligado a ganar y resaltar la juventud que me ha gustado mucho,
no es lo niego, me voy con Miguel Hernández. La juventud siempre empuja, la juventud siempre
vence y la salvación de España, de su juventud, depende. Gracias por seguirnos en el tablero,
mientras se pueda, aquí seguiremos, quizá aunque de tiempo.
¿Y qué creéis que ha sucedido con Juan Carlos Monedero y con Sergio Gregori después de estas
críticas hacia Podemos y hacia Canalred? ¿Les han dado más tiempo para seguir expresando sus
opiniones en esta televisión plural de izquierdas? Pues no, los dos acaban de ser purgados. La primera
de las purgas fue la de Sergio Gregori, que si bien él todavía no la ha confirmado,
sí ha sido apartado de los platos de Canalred con el siguiente argumento.
El mensaje que daré a continuación lo doy en nombre del equipo al que orgullosamente pertenezco.
Canalred son las 18.000 personas que pagan nuestros salarios y toda la gente que siguen
nuestros programas a diario y por tanto les debemos un respeto. En Canalred siempre hemos
dejado claro que queremos trabajar con rigor pero no somos neutrales y tenemos una línea editorial
que gustará más o menos pero que es la nuestra. Estamos encantadas de que haya voces diversas que
vengan aquí y de dar voz a quien casi nunca tiene voz en los medios de comunicación. Pero a esas
alturas no vamos a aceptar que se ataque lo que representa Canalred ni a los compañeros y
compañeras que con mucho esfuerzo y mucha militancia sacan este proyecto adelante. Gracias por seguirnos,
gracias por hacer posible Canalred. Bienvenidos y bienvenidas al tablero. Las críticas de uno de
los cofundadores de Canalred contra Canalred por estar convirtiéndose en un órgano de
comunicación de Podemos no pueden ser toleradas dentro de Canalred y por tanto los dueños de
este medio de comunicación deciden echar, prescindir, purgar a uno de sus cofundadores,
a Sergio Gregori. Y si bien como decía Sergio Gregori todavía no se ha pronunciado oficialmente
sobre este cese, otro purgado, Juan Carlos Monedero, sí lo ha hecho. Ayer mismo Juan
Carlos Monedero, cofundador de Podemos y una persona que mantenía un programa dentro de
Canalred escribió lo siguiente en Twitter. Queridos y queridas desobedientes, esta semana
dejó de emitirse en La Frontera, su programa, en Canalred. Los responsables del canal quieren
reforzar su línea ideológica, es decir, su sumisión a las necesidades de Podemos y viceversa y es
evidente que mis desobedientes gafas de Lennon desenfocan en ese objetivo. Es decir, que para
Pablo Iglesias y los demás que a día de hoy conforman Canalred, Juan Carlos Monedero es un
díscolo, es un hereje, es un desleal, es un insurgente, es un desobediente. Juan Carlos
Monedero, no Javier Milley, Juan Carlos Monedero, imaginate el grado de pureza ideológica que
exigen. Pero sigamos con el tuit de Monedero.
de una simbiosis donde prácticamente encontramos una relación de identidad. No creo que sea lo
más eficaz, pero lo entiendo. El campo de la lucha es vasto, sigo convencido de la unidad
sin ingenuidades y nos encontraremos como los rebeldes en alguno de los caminos. Los enemigos
están en otros sitios, pues después de haber sido purgado cualquiera lo diría. Hoy, y más allá de
desencuentros, quiero darle prioridad a la amistad con alguien a quien conozco desde sus
tiempos de estudiante, a quien admiro y a quien quiero. La amistad, como la amabilidad y la
generosidad, tienen estas cosas. Que tenguemos sort, que cantaba Lluis Llach. Es decir, que pese a
haber sido purgado, no va a criticar, no va a hacer más sangre contra Podemos, contra Pablo
Iglesias y contra Canalred, porque prefiere mantener la relación de amistad con Pablo
Iglesias. No sé si de amistad o de un pacto de no agresión mutua. Le deseo a Pablo y al Canalred,
con el que he colaborado con todo lo que estaba en mi mano desde mucho antes de que arrancara,
y así te lo han pagado, el mejor de los vientos. Igual que a toda la entregada gente que trabaja
ahí y me han obsequiado con su amistad, a los suscriptores y a quienes lo siguen fielmente,
en un panorama mediático español donde, aunque sea burdo, van con ello, donde se jactan de matarnos.
Bueno, de momento la cabeza de monedero también se la ha cobrado Canalred, donde los periodistas
corruptos y las cloacas policiales ozan en la misma pocilga, a veces sentados al lado de
periodistas honestos, donde los sinvergüenzas premian a los canallas y donde mienten con cara
de póker sin que se les mueva un músculo de la cara ni tampoco los despidan. En Canalred,
en cambio, sí parece que se despide por el hecho de mover ciertos músculos de la cara.
Por mi parte, y con un bagaje de en la frontera desde 2017, toca continuar. Vienen tiempos duros
por todo el planeta y hay que seguir remando. Sin miedo y con memoria. Así que gracias sinceras
y nos vemos pronto. Desobedientes. A monedero simplemente me gustaría recordarle estas
proféticas admoniciones del profesor Miguel Ancho Gastos.
El profesor monedero es profesor de política como soy yo. El profesor monedero sabe que hay
una ley de hierro de la oligarquía y parece que dice, no, nosotros somos distintos y Podemos
no va a romper esa ley de hierro de la oligarquía. ¿En qué sentido? Que no va a ser un partido
distinto por muchos estatutos que tenga. Entonces me gustaría que me respondiera después como
profesor de política. A lo mejor ya no lo puedes. Ya eres más público y ya no puedes.
Segundo, sabes que hay una ley de hierro de la oligarquía, sabes que es indudible y sabes
que se va a dar y ya se está dando. Podemos. Puedes hablar así a las gentes y para mí
no en ese aspecto. Dos, la revolución devora a sus hijos y aquí también está pasando y todos los
que estudiamos política sabemos que en Podemos está pasando esto. Y más cuando hay discípulos
que estudiaron a Gramsci y el Machiavelli Moderno. Tú lo sabes bien también. Y aquí también pasa.
Igual que la revolución francesa, Danton y Robespierre fueron devorados, la revolución rusa,
por ejemplo, Kamenev o Perovracensk y el grandísimo Buharin fueron devorados,
aquí en Podemos también se da un fenómeno semejante. La revolución devora a los fundadores
y a los líderes de esa cosa. El hecho de que conozcamos bien los riesgos nos ha hecho también
entender dónde tenemos que poner las vacunas para evitar este problema. Pues parece que al final las
vacunas que se pusieron no fueron demasiado eficaces y la revolución, como siempre,
ha terminado devorando a sus hijos. Y respecto a esta sucesión de purgas dentro de Podemos y
de Canalred, sólo tres reflexiones. La primera es ¿cuánto ha cambiado la política a Pablo Iglesias?
La política pervierte a las personas, a todas las personas que permanecen dentro de ella,
porque entran en una dinámica de lucha por el poder donde terminan creyendo que todas las armas
que les permiten alcanzar el poder son válidas, porque la prioridad es el fin, el poder. Y los
medios, por tanto, quedan legitimados en aras de alcanzar ese fin. Y si no, comprobemos cuál era
la perspectiva de Pablo Iglesias sobre la pluralidad dentro de los programas y de los medios de
comunicación que él gestionaba hace aproximadamente 15 años.
Pablo ha dado con la tecla. Y lo que era la tuerca, que era yo mime conmigo la izquierda,
estoy de acuerdo contigo, camarada. Bueno, sí es cierto que ese pequeño matiz, camarada 2,
ha dado con la tecla y dice tenemos que confrontar discursos, tenemos que traer a la derecha,
a la derecha sin complejos, la derecha, la derechona, los conservadores.
Confrontar con otro espectro ideológico, que eso yo creo que es muy importante,
y ha dado interés a la tuerca y ha dado sal al programa.
Yo creo que la tuerca ha conseguido hacer un espacio en el que debatimos con alguien más que nosotros mismos.
Lo apunta también un poco Miguel, no se trata solo de como lo pintaba Rubén, de camarada 1,
hablando a camarada 2, llamando a Siberia y al Sputnik.
La tuerca nace con una libertad, que decíamos antes, porque no tiene clientes que te digan que
tienen eso, que estén esperando un discurso nuestro, ni tenemos militantes, sino que hemos
venido siempre con la libertad de no darle a la gente lo que espera, sino dar los argumentos que
entendíamos que eran los correctos.
Nos da la impresión de que la libertad es un elemento crucial a la hora de plantear debates políticos
que es muy difícil encontrar en los medios.
En segundo lugar, debería ser evidente que Pablo Iglesias, como propietario de Canalred,
tiene todo el derecho del mundo a gestionar su propiedad, su medio de comunicación,
como considere adecuado.
Si quiere convertir a Canalred en el órgano de comunicación oficial de Podemos,
está en su pleno derecho a hacerlo.
Si considera que hay periodistas que se están comportando deslealmente con respecto a la estrategia
o a la ideología de Canalred, tiene pleno derecho a prescindir de sus servicios.
Desde luego, en ningún momento habría que cuestionar este derecho.
Pero no perdamos de vista que el propio Pablo Iglesias, en numerosísimas ocasiones,
sí ha cuestionado este mismo derecho cuando ha sido ejercido en su propiedad, en su empresa,
por otras personas.
Tomando como referencia lo que han hecho en Ecuador, en Argentina y en Venezuela,
y decirme usted si la información es un derecho, en la medida en que un derecho se convierte
en susceptible de mercantilización y en susceptible de ser una propiedad privada,
se convierte en un privilegio.
Por lo tanto, lo que ataca la libertad de expresión es que la mayor parte de los medios sean privados.
Incluso que existan medios privados ataca la libertad de expresión, hay que decirlo abiertamente.
En este programa trabajan periodistas, pero estaréis de acuerdo conmigo,
imaginaos que a uno de los dos os llama por teléfono el dueño de esto y os dice
que no podéis invitar más a Pablo Iglesias, seguramente tendríais que obedecer.
Eso no ha ocurrido y eso hay que decir que bien que los dueños de este medio de comunicación
permitan a los periodistas trabajar con absoluta libertad.
Lo que pasa es que cuando algo es propiedad de alguien es muy arriesgado para la democracia
que todo dependa de su buena voluntad.
Salvo, al parecer, si esa buena voluntad es la del propio Pablo Iglesias.
Y tercera reflexión vinculada con la anterior.
Desde Podemos han defendido históricamente la existencia de medios de comunicación públicos
o incluso la existencia de mecanismos públicos de control de medios privados
para garantizar el derecho a la información.
¿Cuál debe ser la política de un gobierno democrático o cuál debe ser las propuestas
de los movimientos sociales por la democracia?
Democratizar la información y yo creo que eso tiene que caminar en varias direcciones.
Claro que el Estado, en tanto que representante, como si aceptamos esa ficción de que el Estado
representa a los ciudadanos, tiene que tomar el control irregular,
el marco jurídico que regule el derecho a la información, que es un derecho público.
Pero eso tiene que ser compatible también con formas de democratización desde la base
que implique que los medios comunitarios puedan operar.
Es decir, hacer compatible estructuras públicas institucionales
y junto con estructuras públicas no institucionales
implique que organizaciones de la sociedad civil puedan gestionar directamente
medios de comunicación como expresión de la democratización de los mismos.
Asociaciones de vecinos, de barrios, sindicatos, organizaciones estudiantiles
conviviendo con las instituciones estatales en tanto que representativas de la voluntad popular.
Eso es lo que implica hacer desaparecer a los mercaderes de los medios de comunicación.
La libertad de expresión será libertad de expresión cuando los medios de comunicación
realmente respondan a intereses públicos.
Imaginémonos que Pablo Iglesias está al frente del Estado y por tanto tiene el poder,
por un lado, de dirigir los medios de comunicación estatales y, por otro lado,
de regular y controlar los medios de comunicación comunitarios y los medios de comunicación privados.
De verdad pensamos que Pablo Iglesias utilizaría su capacidad para dirigir los medios estatales
y su capacidad para controlar los medios comunitarios y los privados.
¿La utilizaría en aras de un vaporoso interés público?
¿O más bien lo que haría sería resignificar ese interés público para hacerlo coincidir
casualmente con su interés privado o más bien con su interpretación ideologizada propia
de lo que es el interés público? Y claro, si el interés público es que no se difundan bulos,
entonces todo lo que él interprete como bulo debería estar fuera del espacio público.
Y todos aquellos que se dedican a difundir bulos, como quizá Sergio Gregori o como quizá
Juan Carlos Monedero, también deberían ser expulsados de ese espacio público.
Justamente por eso es fundamental que existan medios de comunicación privados no controlados
por el poder político. No porque cada medio de comunicación sea garantía de calidad de la
información o de ausencia de desinformación. Por supuesto que muchos medios de comunicación
privados se dedican sistemáticamente a mentir y desinformar. Pero es crucial salvaguardar ese
derecho a la libertad de expresión desde un medio de comunicación privado para que nadie pueda ser
censurado y, por tanto, para que no haya un censor que tenga el control total de las expresiones que
alcanzan el espacio público. Porque si no, lo que terminaría sucediendo, y por referenciarlo al caso
que estamos comentando, lo que acabaría sucediendo es que todos los canales de comunicación se
acabarían gestionando como Pablo Iglesias está gestionando Canalred, su propiedad privada,
que es legítimo que la gestione así. Lo que no sería legítimo es que utilizara la coacción a
través del Estado para gestionar así todos los medios de comunicación propiedad privada de otras
personas. En definitiva, menos mal que no existe un control estatal de los medios de comunicación
privados como deseaba imponer Pablo Iglesias. Porque en ese caso hoy podría darse perfectamente
el caso de que Canalred o no existiera, o al menos de que no pudiese auto-organizarse editorialmente,
prescindiendo de Sergio Gregori o de Juan Carlos Monedero. Y al revés, si Pablo Iglesias estuviera
al frente de un Estado con una enorme capacidad de controlar los medios de comunicación privados,
entonces o Sergio Gregori o Juan Carlos Monedero le tendrían que rendir absoluta pleitesía,
o bien serían incapaces de encontrar ningún espacio público desde el que poder expresarse.
De ahí que con sus actos, no con sus palabras, sino con sus actos, Canalred vuelva a recordarnos
por qué es tan importante la libertad de expresión de los individuos y la propiedad privada de los
medios de comunicación.