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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Hola, ¿qué tal? Bienvenidos a estrategias de inversión. Hablamos en los próximos minutos
de Economía en un momento en que las distintas instituciones empiezan a advertir de la realitización
que puede vivir el mundo si la inflación y la deuda sigue desbocada en algunos de los
estados. Vamos a analizar todo ello con Juan Ramón Rayo, doctor de Economía y profesor
de la Universidad en Francisco, Marroquín. Bienvenido, ¿qué tal?
¿Qué tal? ¿Cómo estamos? Gracias.
Bueno, pues, muchísimas gracias a usted por acompañarnos hoy. Estamos viendo en esta
semana unas advertencias en la última de la Banco Mundial sobre los pronósticos de crecimiento,
redujo esa previsión para 2022 y para 2023, siempre que el aumento de la inflación, la
deuda, la desigualdad de ingresos, pues pueden poner en cierta tesitura, en cierto peligro
la recuperación de las economías. ¿Cuál es la valoración que cree usted que tienen
actualmente las economías del mundo en un momento en el que, evidentemente, la inflación,
como conocimos, hay en Estados Unidos sigue desbocada y la deuda de los estados pues cada
vez es más alta, ¿no? Sí, a ver, la perspectiva de crecimiento está muy relacionada con
cuál sea la expectativa de inflación, básicamente porque parte del crecimiento que estamos
experimentando ahora mismo es un crecimiento inducido por políticas monetarias y políticas
fiscales muy expansivas, históricamente expansivas. Esas políticas pueden ser más o menos imprudentes
a medio largo plazo. Por ejemplo, la acumulación de deuda es un problema, es un problema para
las generaciones futuras, pero es un problema que no tiene por qué morder en el corto plazo
mientras los estados sean suficientemente solventes y nuestras sociedades de alguna
manera se han anestesizado tanto que, bueno, si en el corto plazo no muerde, pues en el
largo plazo, ¿quién venga detrás que arregle? Como decía Keynes, a largo plazo todos muertos,
¿no? Entonces, mientras eso no muerda, no golpee, digamos que podemos seguir abusando
o hay una cierta tolerancia social a seguir abusando de estas políticas de estímulo y
eso refuerza el crecimiento insano, pero el crecimiento al fin y al cabo. El problema
es cuando esas políticas sí empiezan a morder en el corto plazo, cuando empiezan a tocar
directamente el bolsillo de los ciudadanos y también potencialmente el bolsillo de los
estados y la forma más clara en la que muerden es la inflación. Entonces, la inflación
ya se ha disparado, está a niveles históricamente altos, en Estados Unidos su tasa más alta
en los últimos 40 años y, claro, si la inflación se mantiene y ya no hace falta ni siquiera
a estos niveles del 7% en Estados Unidos, sino que se mantiene en el 4% o en el 5%,
los bancos centrales van a tener que actuar retirando parte de las políticas de estímulo
y también los gobiernos, esto se suele decir menos, pero también los gobiernos van a tener
que actuar reduciendo sus decisiones públicos, porque la inflación no es solo un fenómeno
derivado de la política monetaria sino también de la política fiscal. Y, claro, si retiran
esos estímulos que están generando este crecimiento exuberante, pues ese crecimiento
exuberante se va a moderar, de ahí que sí, claro que en la inflación si se mantiene
alta sea una amenaza para el crecimiento porque forzará a retirar los estímulos que están
explicando parte del crecimiento que estamos viviendo.
Un indicado de crecimiento que hemos vivido en los Estados ha sido inducido precisamente
por esas políticas expansivas, tanto por parte de los bancos centrales y como fiscales
por parte de los gobiernos, es verdad que estamos en un momento de normalización de cierta
política monetaria, pero como casa esto en un momento en el que los Estados están sobre
endeudados, algunos que con una deuda pública por encima del 100% del PIB y yo no sé qué
restricciones va a haber incluso ajustes de deuda pública por parte de algunos Estados
y cuáles van a ser los que más pueden sufrir en este entorno.
Sí, a ver, como decía antes, la lucha contra la inflación ha de ser una lucha conjunta
por parte de las autoridades monetarias y por parte de las autoridades fiscales. Si no
hay coordinación entre la autoridad monetaria y la autoridad fiscal o si no hay incluso
su coordinación de la autoridad fiscal a la autoridad monetaria, la lucha contra la
inflación que pueda ejecutar el Banco Central va a tener muy escasa, una prácticamente
nula credibilidad, es decir, si los inversores sospechan que llegado el caso, el gobierno
de Estados Unidos o los gobiernos europeos quizás se entienda mejor con la eurozana.
Imaginemos que España, Italia se siguen endeudando, endeudando, Francia también endeudando, endeudando
y el Banco Central Europeo se pone muy serio diciendo no, nosotros vamos a subir tipos
de interés, no vamos a relajar el tono de la política monetaria porque hay que combatir
la inflación, pero los Estados se siguen endeudando, endeudando, endeudando y los inversores
esperan que llegado el caso, ni Francia, ni Italia, ni España van a quebrar porque,
como digo, llegado el caso, el Banco Central Europeo acudirá con una flexibilización
de la política monetaria a rescatarlos. Pues en ese caso, por mucho que en Durezca se
haga a corto plazo la política monetaria, eso no es creíble como un compromiso de lucha
contra la inflación si se cree, si se espera, que va a acudir al rescate de Estados sobre
endeudados. Por eso, como digo, tiene que ir de la mano, tiene que ir de la mano la
reducción del déficit público para mejorar la solvencia de los Estados, para incrementar
por tanto la demanda de deuda pública como activo líquido, como activo de reserva de
liquidez. Y la deuda pública tiene una hermana pequeña o una hermana mayor, según lo queramos
ver, que es la moneda. Por tanto, también la mejora de la solvencia de los Estados tiende
a mejorar la demanda monetaria y eso tiende a moderar la inflación. Pero si nada de esto
sucede, por mucho que intentes controlar la oferta, porque la política monetaria influye,
sobre todo en la oferta, ni siquiera la determina, pero si influye, pero si no controlas la demanda,
que viene muy influida por la credibilidad de la situación, por supuesto, de los Estados,
la credibilidad a largo plazo, pues vas a controlar quizá mínimamente la oferta, pero
se te va a caer la demanda y eso genera igualmente la inflación.
Cuando hablamos de España, es verdad que la crisis del COVID ha sido especialmente grave
y dura para la economía española, pero es verdad que sería un error estar de solo la
culpa precisamente de todos los errores que tiene la economía. Donde residen a su juicio
los grandes retos que tiene la economía española para poder generar esa credibilidad
de la que me está hablando y cómo se tendrán que resolver, para poder volver a ese esplendor
que tuvo la economía antaño. Bueno, a ver, esplendor, esplendor, no sé si
ha tenido nunca. Es decir, España tiene un problema estructural desde hace tres décadas
que es que su productividad está estancada y eso es un desastre, todo el crecimiento
que ha experimentado España en los últimos años se ha debido sobre todo a aumento de
la ocupación, pero aumento de la ocupación poco productiva. Ahí hay un reto para conseguir
elevar la calidad de vida del conjunto de la sociedad que es mejorar la productividad.
Que entre más gente a trabajar está muy bien, no lo critico. De hecho, desde una perspectiva
familiar los ingresos pueden aumentar si en lugar de trabajar uno trabajan los dos, aunque
se mantenga el mismo nivel salarial. Pero desde luego lo que permite elevar sostenidamente
y de manera además, yo diría, provechosa para el bienestar de las personas, lo que permite
elevar el nivel de vida de la gente sin renunciar a tu tiempo libre es la productividad. Y aquí
esta es una asignatura pendiente desde hace, ya digo, tres décadas en España. Y ese es
un reto. El otro reto que en parte podríamos decir que está conectado, que es un reto
que se ha ido gestando desde el año 2007. Antes teníamos una nota excelente en esa
materia, pero a partir del año 2007, cada vez tenemos una peor nota, es el endeudamiento
público. Un endeudamiento público que pone potencialmente control a las cuerdas la solvencia
de España. No olvidemos que en el año 2012 España estuvo a punto de quebrar, así lo
han reconocido, incluso lo ha reconocido el ministro de Economía de la época Luis
de Guindos en sus memorias. España estuvo en una situación de pre-quiebra con una deuda
pública que era del 90% del PIB. Hoy la tenemos en el 120% del PIB. ¿Por qué digo que este
problema en parte está relacionado con el anterior? Bueno, pues porque tú puedes reducir
la deuda pública o con superávit primarios, básicamente rebajando los gastos o subiendo
los ingresos para tener un saldo presupuestario positivo antes de intereses. Y si consigues
ese superávit primario y dedicas parte de ese ahorro a amortizar deuda y demás, pues
va reduciendo la deuda pública. Pero, claro, otra forma de reducir la deuda pública o,
mejor dicho, de mejorar la solvencia relativa del Estado en relación con el esto de deuda
pública es con crecimiento económico, aumentando el PIB. Porque de esa manera se muestra que
el Estado tiene una mayor capacidad de captación de recursos aún sin expoliar de una manera
más agresiva la economía con una misma presión fiscal si el PIB es más grande recaudas
más y, por tanto, tienes más capacidad para hacer frente a esa deuda pública. Y, claro,
para crecer, pues, solo hay tres formas, o más productividad, o más empleo, o más
inflación, que es, en este caso sería un crecimiento nominal, no real, que es la forma
a la que apreciamente están recurriendo ahora mismo los estados, pero que es una forma que
tiene un escaso recorrido, porque si las expectativas inflacionistas se consolidan,
si los inversores se convencen que de verdad los estados están intentando retirar su sobreendeudamiento
a través de inflación, lo que va a suceder es que van a ajustar los tipos de interés
nominales a la alza incorporando la expectativa de inflación y, por tanto, cada vez que los
estados quieran emitir deuda o quieran refinanciar de nueva o refinanciar deuda de vieja, van
a tener que pagar tipos de interés que ya incorporan esa expectativa de inflación y,
por tanto, no van a obtener una mejora real por esa vía, de manera que la forma sana
es con crecimiento real, ya sea incorporando más mano de obra o, de nuevo, volvemos siempre
a lo mismo con mayor producimiento.
España también está muy pendiente a rejivir estos años el dinero europeo, crecedente
del conjunto de la Unión Europea, y yo no sé si en cierto modo el gobierno debería
preparar un escenario de cierta consolidación fiscal para saber qué hacer a medio o largo
plazo y, sobre todo, para devolver esa confianza en el mercado y las instituciones europeas,
y no sé si, ligado con esto, también tiene sentido que haya una Unión Fiscal y Europa,
ya que pertenecemos a Europa, a un Eurogrupo, si tiene sentido una Unión Fiscal en un momento
como la actual.
A ver, bueno, son bastantes temas, ¿no?
Yo desligaría, por desgracia, el tema de los fondos europeos de la consolidación
fiscal, porque los fondos europeos, ya digo, por desgracia, son finalistas, es decir, que
tienen que ser invertidos, tienen que ser gastados y no pueden ser utilizados ni para
bajar impuestos ni para refilar deuda.
Por tanto, eso lo tenemos que gastar sí o sí, y la cuestión es gastarlo de la mejor
manera o de la manera menos mala posible, porque ya lo he manifestado muchas veces,
soy muy escéptico con la capacidad de cualquier gobierno, no sólo del español, de manejar
a muy corto plazo cantidades de dinero tan ingentes como 70.000 millones de euros, ya
lo he dicho en otras ocasiones, aunque le diramos 70.000 millones de euros a Jeff Bezos, que
es una persona o a Elon Musk, Elon Musk ha acreditado una capacidad sobrada para Elon
Musk, quizá está más en tela de juicio, porque hay muchas expectativas que veremos
y se cumplen con los proyectos de negocios, pero desde luego Jeff Bezos sí ha acreditado
una capacidad de gestión extraordinaria del capital, bueno, aunque le diramos 70.000
millones de euros, no sabrían invertirlos de manera rentable, entonces, un gobierno
que jamás ha invertido en el sector privado por su cuenta dinero y que además se somete
a incentivos tremendamente perversos por todos los lados, porque pensemos que esto es una
merienda de lobbies, muchísimos lobbies por toda la economía, tratando de meter el cazo
en estos 70.000 millones de euros y el gobierno cediendo a las presiones relativas de los
lobbies más cercanos, pues bueno, ya digo, yo soy escéptico con respecto a la capacidad
de cualquier gobierno de manejar este presupuesto y además si el gobierno hace como ha hecho
el español un ejercicio deliberado de opacidad, de no transparencia, de descontrol, como suelo
decir quien renuncia a los controles es porque quiere descontrolarse y el gobierno de España
ha diseñado un plan de gestión de los fondos europeos donde no hay ningún control externo,
tanto eso que significa que quiere manos libres para descontrolarse. Entonces, en general
ya digo, los señales, los inputs que vamos recibiendo no son especialmente optimistas
con respecto a la gestión adecuada de estos fondos. En cuanto a la unión fiscal, bueno,
en cuanto al plan de consolidación, sin duda, debería hacerse y debería haberse hecho
ya, o sea que estamos esperando para trazar un escenario de consolidación fiscal creíble
a medio plazo. Y en cuanto a la unión fiscal, bueno, aquí ya es una cuestión más política
incluso que económica. Yo soy muy contrario a la creación de un estado centralizado y
percentralizado en la Unión Europea. Creo que eso es algo para lo que además no existe
hoy en día consenso amplio en ningún país de la Unión Europea, ni siquiera en los más
europeistas. Si en los países más europeistas les dijeras, pues vamos a secuestrar el presupuesto
y ahora las decisiones presupuestarias de vuestro país, las pensiones, por ejemplo, o la inversión,
no la vais a decidir vosotros desde vuestros gobiernos nacionales, sino que las va a decidir
Bruselas, creo que insisto habría una gran oposición a todo ello. Y especialmente en
países como España, que probablemente la Comisión Europea aprobará recortes que desde
aquí no se desean y que se entenderían como una imposición extangena, aunque fueran recortes
racionales y necesarios. Pero bueno, hay muchas personas que están dispuestos a acceder
en esa centralización de la Unión Fiscal a cambio de que nos sufraguen todos nuestros
gastos. La Unión Fiscal, sí, es verdad, reduciría nuestra autonomía, pero se razona al menos
nuestra deuda en nuestro gasto estaría cubierto por el contribuyente alemán, con lo cual me
compensa perder autonomía a cambio de 30 monedas de plata, por decirlo de alguna manera.
Y creo que esto de nuevo sería un error, especialmente para los países más solventes,
porque se encontrarían con que los países menos solventes los esquilman, quizá con
la perspectiva de que la Unión consolidaría una transición hacia una entidad política
muy sólida, hacia una unificación del mercado interno, pero muy probablemente con lo que
se encontrarían a medio plazas con una ruptura de esa unión después de haber avalado gran
parte de sus gastos y de sus deudas.
Vamos a hablar también del tema de la energía, porque es verdad que es otro de los errores
que estamos viviendo en los últimos meses, en alguna entrevista suya he leído que habla
de la necesidad de avaratar precisamente el coste de la energía, en particular de la
electricidad, pero es muy complicado que lo veamos a ver en los próximos 10 años porque
la mayor parte del residuo de la luz son gastos que ya están comprometidos. Esto lo decía
usted el verano pasado, justo antes de que empezara esta escalada acista que tenemos
en el precio de la luz y cuál cree que debería ser el modelo energético ideal en el futuro,
que sería más sostenible ¿no?
O sea, a ver, ahora tenemos un precio de la luz absolutamente desvocado que incluso va
más allá de esa parte de la factura que está comprometida, es un precio de la luz
desvocado porque el componente de la factura eléctrica que en 2020 apenas representó
el 25%, pues ahora representa más del 50% porque se ha disparado, se ha disparado de
precio, eso idealmente habría que intentar controlarlo. Lo que pasa es que no depende
de ningún gobierno nacional, depende de la oferta y de la demanda mundial de gas. A
corto plazo digo no depende de ningún gobierno nacional porque hemos establecido un modelo
de mercado eléctrico que utiliza como fuente de energía suplementaria el gas y el gas
ahora mismo pues está por las nubes, no sabemos cuándo empezará a abaratarse, pues
incluso depende de consideraciones geopolíticas que escapan al terreno estrictamente económico
y claro si dependemos del gas y el gas está disparado pues la factura será cara, pero
claro si hay perspectiva de que el gas se mantenga carísimo durante mucho tiempo habría
que pensar en fuentes de energía suplementarias alternativas a ese gas tan caro, el gas podía
tener cierto sentido cuando estaba muy barato, si se mantiene muy alto desde luego no es
ni mucho menos la mejor fuente de energía complementaria porque además emite gases
de efecto invernadero que es supuestamente lo que se pretende evitar con esta transición
energética, es verdad que emite muchos menos que el carbón pero desde luego caro y emitiendo
gases de efecto invernadero no es la combinación más razonable. Luego tenemos la otra mitad
o prácticamente la otra mitad del recibo que efectivamente son gastos que están comprometidos
y que a lo largo de la siguiente década irán desapareciendo, me refiero sobre todo a la
amortización del decidido de tarifa y me refiero a las primas salas energías renovables,
lo que primero va a desaparecer en los próximos años es la amortización del decidido de
tarifa, ya estamos digamos en los últimos pagos, en los últimos coletazos de la amortización
de esta deuda histórica salvo que ahora la reinflen porque todas las últimas medidas que
ha tomado el gobierno para contener el precio de la electricidad puede suponer un incremento
de la deuda futura de los consumidores eléctricos y por ejemplo hay que indemnizar a las eléctricas
por algunas medidas que se han tomado en septiembre. Las primas salas energías renovables comenzarán
a decaer en el año 2030-2031, es decir que todavía nos queda una década por delante
y eso no hay mucho que hacer ahí, como deuda pública básicamente, entonces está ahí
se podría trasladar a presupuesto pero tampoco veo grandes ventajas de trasladarlo a presupuesto
porque sería una forma de subsidiar a través del contribuyente ese recibo de la luz, si
son gastos reales de la factura eléctrica tiene sentido que sean gastos que soporten
el consumidor eléctrico, por lo tanto dentro del panorama europeo no hay grandes esperanzas
que la luz se abarate, salvo ya digo que caiga el gas que no depende de la Unión Europea
porque además la Unión Europea apuesta por un modelo aunque no lo diga de energía y
de electricidad cara, la transición energética que está planteando en la Unión Europea
quizá esté justificada por motivos medioambientales no entre en ese debate pero es una transición
cara y es bueno que la gente vaya sabiendo que hemos apostado por un modelo energético
y eléctrico en particular caro y eso por tanto va a repercutir negativamente sobre
el bienestar de las familias y sobre la productividad, la rentabilidad y la inversión de las empresas.
Para un me gustaría ya acabar esta entrevista hablándole de un poco los retos que tenemos
o los grandes retos, el factor y disertidumbre con lo que hemos comenzado el año porque
es verdad que tenemos Omicron que sigue presente también en todos los países, tenemos la
instalación que hemos comentado anteriormente, los cuyos del botellano suministro, la subida
del precio de la luz que acabamos de comentar, normalización monetaria y todo así asajetando
de una manera u otra la economía. ¿Cuál es la que más le preocupa en un momento como
la actual?
Bueno, Omicron la verdad que no me preocupa especialmente sobre todo en función de los
datos que hemos sido conociendo sobre la gravedad de esta nueva variante, de hecho incluso
en cierto modo podría ser beneficioso que se convirtiera en una cepa dominante y desplazar
a las otras variantes mucho más agresivas. Lo que me preocupa como decía al principio
es la inflación, es la inflación y todo lo que rodea a la inflación porque al final
también mencionaba el precio de la electricidad pero eso es un factor más dentro de esa alza
inflacionista que nos está azotando. Los cuyos del botella es una otra manifestación
más de puede ser una causa o puede ser un síntoma de la inflación que estamos viviendo
y la normalización monetaria es una reacción a la inflación, por tanto creo que casi todo
gira en torno a la inflación. Si la inflación se soluciona por sí sola, que es lo que algunos
economistas, incluso muchos economistas llevan esperando durante bastante tiempo, los que
se agrupaban dentro del llamado equipo transitorio, que pensaban que la inflación era un fenómeno
transitorio vinculado a los cuyos de botella, a un cierto cambio en los patrones de consumo
pos pandemia, pues bueno si estos tuvieran razón, si estos economistas tuvieran razón,
pues deberíamos asistir, no más allá de la primera mitad de este año, a una rebaja
muy intensa de las tasas de inflación que quizá podría llevar a que los bancos centeles
se replantearan el itinerario de subida de tipos de interés. Pero si eso no sucede,
si los precios no se moderan significativamente, no es que la tasa de inflación deje de acelerarse,
a lo mejor la tasa de inflación cae del 7 al 6%, pero la tasa de inflación del 6% sigue
siendo una barbaridad. Si la tasa de inflación no emprende una trayectoria descendiente y
agresivamente a la baja, diría yo, durante los próximos meses, pues los bancos centrales
se van a tener que plantear subidas de tipos de interés de la resea federal y ya lo ha
hecho, es más el mercado está descontando cuatro subidas de tipos de interés en el
medio plazo, pero el Banco Central Europeo, de momento no, el Banco Central Europeo dice
que no se plantea subidas de tipos de interés en 2022, pero ya digo, si los precios no se
moderan, esa es una determinación que no va a poder mantener, porque está obligado
estatuitariamente a preocuparse por los precios, a preocuparse únicamente por los precios
y si la tasa de inflación se te mantiene disparada y tu objetivo de inflación es el
2%, te guste o no te guste, sea porque la inflación es, como decía, un miembro del
Banco Central Europeo, buena, mala o fea, sea la que sea, sea mala, sea fea o sea buena,
vas a tener que responder y vas a tener que responder con subidas de tipos de interés
y creo que ese es el panorama y ese es el gran riesgo al que se enfrenta la recuperación
rebote actual.
Pues estaremos muy pendientes de ello también, faramos rayos, mi gracia por acompañarnos
y por dedicarnos esta entrevista, un placer.
Muchas gracias, esta otra.
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