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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La secuencia de los acontecimientos. El gobierno de progreso peso de Podemos
incrementa el salario mínimo hasta 950 euros al mes
en 14 pagas más la cotización empresarial a la Seguridad Social
y el campo, especialmente en las regiones más pobres de España,
se revuelve. Los agricultores
empiezan a protestar porque sus márgenes de beneficio
que ya eran muy estrechos, sino negativos
se vuelven todavía más estrechos o, alternativamente, las pérdidas
se incrementan todavía más. Evidentemente, esto no significa que el único
problema o el mayor problema que tenga el campo español sea la subida del
salario mínimo, pero probablemente si pone de manifiesto que el incremento del
salario mínimo ha sido la gota que ha colmado el vaso dentro de un sector que
ya estaba muy precarizado, dentro de un sector con una enorme fragilidad y
debilidad económica. Y en lugar de reconocer esto, en lugar de reconocer que
el gobierno de progreso Pesoepodemos aumentó el salario mínimo sin haberse
planteado cuáles podían ser las consecuencias para determinados sectores
económicos y para determinadas regiones de España, el gobierno está buscando
chivos expiatorios a los que pueda culpar de la situación del campo español.
Y, evidentemente, uno de sus preferidos chivos expiatorios son las grandes
superficies comerciales, como Mercadona, Carrefour o Día, porque son
empresas que, sobre todo en el caso de Mercadona, ganan bastante dinero a final
de año y, por tanto, es bastante fácil hacer una conexión entre Mercadona gana
muchísimo dinero y los agricultores están muy mal pagados porque Mercadona
les compra su producción a precios de risa y luego se la revende a los
consumidores a precios infladísimos. Escuchemos, de hecho, al mismísimo
presidente del gobierno, en un tono bastante peronista culpar a las grandes
superficies de la situación precaria del campo.
Algo que hemos hablado ayer en el Consejo de Ministros, que planteó el
Ministro de Agricultura, y es la formación de precios y ahí es evidente
que las grandes distribuidoras tienen que hacer un examen, una
autocrítica y tenemos, lógicamente, que introducir muchísima más
transparencia para defender al pequeño, mediano agricultor y ganadero que
ahora mismo desgraciadamente están viendo como los precios bajan, bajan y
bajan y eso es algo absolutamente inaceptable para este gobierno.
Lo que estas breves declaraciones de Pedro Sánchez ponen de manifiesto, aparte de
que su estrategia es, evidentemente, y como decía, buscar un chivo expiatorio al
que echarle todas las culpas de las malas decisiones de política económica de
este gobierno, pero lo que estas declaraciones de Pedro Sánchez ponen
de manifiesto es que no entiende ni él, ni probablemente muchos otros miembros de
su gobierno, cuál es el modelo de negocio de las grandes superficies. Lo que
están presuponiendo, como ya también he mencionado, es que Mercadona o Carrefour,
lo que hacen es comprar la mercancía en el campo a precios muy, muy, muy, muy
bajos que luego multiplican en precios muy, muy, muy, muy altos que pagan los
consumidores, por tanto tienen, supuestamente, un alto margen entre el
precio de compra y el precio de venta y, gracias a ese elevadísimo margen, son
capaces de tener beneficios 100 millonarios. Sin embargo, como digo, esto es
no entender en absoluto cómo funcionan las grandes superficies. En general, una
empresa, cualquier empresa, tiene dos formas extremas de ganar dinero. La
primera es ganar mucho dinero por cada unidad de producto que vende y eso sí
vender muy pocas unidades al final de cada año.
Este sería el modelo de negocio de, por ejemplo, los artesanos. Un artesano trabaja
mucho tiempo y con mucho esfuerzo en fabricar una pieza exclusiva para un
comprador y, evidentemente, el precio final es muy superior al precio de los
materiales que ha utilizado para fabricar esa pieza. Ahora bien, como el artesano
ha dedicado mucho tiempo específico a fabricar cada pieza, el número de
piezas, el número de unidades que vende al cabo del año es muy escaso. Por
consiguiente, gana mucho dinero por pieza pero vende pocas piezas y luego tenemos
otro modelo de negocio extremo, otra forma extrema de ganar dinero, que es
gano muy poquito dinero por cada unidad de mercancía que vende pero vendo
muchísimas unidades de la mercancía y, por tanto, aunque gane sólo un céntimo,
medio céntimo por cada mercancía que vende, si vendo muchísimas mercancías al
final del año, ganaré mucho dinero. ¿Qué habría pensado en otro modelo de
negocio? Que es ganar mucho dinero por cada unidad que vende y, a su vez, vender
muchísimas unidades. Estos modelos de negocio son, obviamente, los modelos más
extraordinarios, más exitosos que existen, los que se hinchan a ganar más
dinero, pero también son poco duraderos. Precisamente por las dinámicas
competitivas que se materializan en un mercado, las empresas que tienen la
suerte de descubrir un modelo de negocio por el cual pueden ganar, ya digo, mucho
dinero por cada unidad que venden y, a su vez, vender muchísimas unidades son
negocios que tienden a perecer y a desaparecer por esa dinámica competitiva.
Más competencia te obliga a bajar los precios hasta acercarlos a los costes, pero
aún así son modelos de negocio excepcionales, insisto, poco habituales,
que en algunas ocasiones sí pueden perdurar bastante. Apple, por ejemplo, sería
un caso de estos últimos, pero en general hay dos modelos de negocio
extremos. Ganó mucho por unidad vendida, pero vendo pocas unidades, ganó poco por
unidad vendida, pero vendo muchísimas unidades. El modelo de los supermercados,
de las grandes superficies, es claramente el segundo. Lo que buscan no es obtener un
margen muy elevado por cada unidad que venden, sino vender muchísimas unidades,
tener muchísima rotación, porque de esa manera, especialmente en divisiones como
los frescos, consiguen que la apariencia del producto siempre sea de una elevada
calidad. Ya lo explicamos en un vídeo anterior que podéis consultar a través
de la pestaña, el margen de beneficio unitario por cada euro que vende Mercadona,
el principal distribuidor minorista de este país, es de apenas 3 céntimos.
Mercadona por cada euro que ingresa, por cada euro que vende, solo se embolsa en
forma de beneficios 3 céntimos de euro, y en el caso de Carrefour ese margen
unitario es todavía menor. Por cada euro que vende Carrefour, apenas se
embolsa 0,6 céntimos, no 6 céntimos, no 60 céntimos, 0,6 céntimos, menos de un
céntimo de euro por cada euro que vende de la mercancía. Y día, también lo
mencionamos, no es que tenga un bajo margen unitario, es que directamente pierde
dinero por cada unidad que vende, porque su modelo de distribución no es viable
actualmente. Estos márgenes los podemos expresar en lugar de en relación a los
ingresos que tiene Mercadona o Carrefour, en relación al precio que pagan a sus
proveedores, es decir, en lugar de calcular cuántos beneficios obtiene
Mercadona por cada euro que vende, podemos calcular cuántos beneficios tiene
Mercadona por cada euro de compras a sus proveedores. De esa manera que
conseguiremos, conseguiremos saber cuánto podría pagarles de más Mercadona a
sus proveedores, sin que Mercadona entre en pérdidas. Pues bien, la respuesta no es
muy a la hueña para aquellos que creen que las grandes superficies pueden
incrementar muy sustancialmente los precios que pagan a sus proveedores.
Mercadona gana 4,5 céntimos de euro por cada euro de compras a sus
proveedores, y Carrefour gana 0,8 céntimos de euro por cada euro que
compra a sus proveedores. Insisto, 0,8 céntimos, ni siquiera un céntimo de
ganancia por cada euro de compras a sus proveedores. O dicho de otra manera, si
Mercadona pagara a sus proveedores 4,6 céntimos más por cada euro de compra de
lo que paga ahora, Mercadona entraría en pérdidas. Si Carrefour pagara 0,9
céntimos más por cada euro de compras a sus proveedores, Carrefour entraría en
pérdidas. Tienen margen Carrefour y Mercadona para pagar mucho más por cada
euro de compras a sus proveedores, desde luego que no. Y no lo tienen porque
repito una vez más el modelo de negocio de la distribución, de la gran
distribución minorista, no es tener un elevado margen por cada euro de venta a
los consumidores o de compra a los proveedores. Ahí no está la fuente de
su ganancia. La fuente de su ganancia es tener una altísima rotación de su
capital. Mercadona, por ejemplo, sí gana 3 céntimos por cada euro que vende, pero
es que cada año vende más de 22.000 millones de euros. Tienen ingresos por
más de 22.000 millones de euros. Por tanto, 3 céntimos por euro con 22.000 más
de 22.000 millones de euros de ingresos, al final se traduce en unos beneficios
netos de 750 millones, pero son unos 750 millones de euros que no se pueden
distribuir pagando mayor precio a los agricultores. Son unos beneficios que
surgen del hecho de que Mercadona vende muchísimo. Si pagara más a sus
proveedores y si por tanto el margen de beneficio unitario se volviera negativo
o prácticamente desapareciera, aunque Mercadona vendiera 22.000 millones de
euros, si vende a pérdida, Mercadona tendrá pérdidas. Por tanto, Mercadona
gana, repito una vez más. La gran distribución minorista gana, repito una
vez más, no porque obtengan mucha ganancia en cada unidad que venden, sino
porque venden muchas unidades. Y de lo que se queja, el campo, obviamente, no es de
que Mercadona les compre un volumen muy grande de mercancías. De lo que se queja,
el campo es de que los precios que reciben son muy bajos, pero no hay margen
en la cadena de valor de la distribución para elevar ese precio, porque los precios
ya están muy ajustados a la baja y están muy ajustados a la baja para que el
consumidor pueda disfrutar de bajos precios y Merceta, esos bajos precios, eso
sí, que el consumidor quiera comprar muchas unidades a lo largo del año y,
por tanto, la rotación del capital de las grandes distribuidoras sea muy alto.
O dicho de otra manera, si Mercadona, Carrefour y otros distribuidores son
obligados a pagar precios más altos a sus proveedores, lo que harán, sin duda,
será trasladar esos mayores precios a los consumidores, porque, insisto, los
márgenes unitarios ya están tremendamente ajustados, tremendamente
optimizados para mantener unos precios suficientemente bajos para los
consumidores, como para que estos quieran comprar muchas unidades y muy
continuamente de los diversos productos que ofrece el supermercado, con lo cual,
cuando Pedro Sánchez dice que es indignante, que no se puede aceptar, que
los precios que se pagan a los agricultores bajen y bajen y bajen,
los precios bajan, bajan y bajan y eso es algo absolutamente inaceptable para
este gobierno. Cuando Pedro Sánchez dice que es indignante, que no se puede
aceptar, que los precios que se pagan a los agricultores bajen y bajen y bajen,
lo que en realidad está exigiendo es que los precios que pagan los
consumidores suban y suban y suban, y aquí podemos perfectamente entender la
enorme chapuza que ha supuesto incrementar el salario mínimo para, en
última instancia, incrementar la cesta de la compra de familias que pueden ser
familias de ingresos bajos. Se nos dijo que el salario mínimo se incrementaba
para que las personas más desfavorecidas de la sociedad pudiesen vivir
más dignamente y lo que ahora estamos viendo, que se está proponiendo como
paliativo para los perjuicios que algunos ya avisamos que generaría la
subida del salario mínimo, es que se incrementen los precios de venta en el
supermercado, es decir, que la cesta de la compra de todas las personas de manera
indiscriminada sin distinguir por tipo de renta, es decir, rentas bajas, medias y
altas, que la cesta de la compra de todos ellos se incremente para cubrir los
sobrecostes que está suponiendo la subida del salario mínimo. No habría sido
más razonable analizar previamente cuáles iban a ser las repercusiones de la
subida del salario mínimo, y a lo mejor en lugar de subir el salario mínimo en
todo el país, o no subirlo, o subirlo en algunas regiones, o subirlo en algunos
sectores, pero no en otros, ahora se hace una subida fuerte de casi el 30%
entre 2019 y 2020, indiscriminada, general, para toda España, para todos los
sectores, para toda la geografía, y luego empiezan a salir los problemas en los
sectores menos productivos, en los sectores con menores ganancias, y el
gobierno en lugar de afrontar las consecuencias de la política que él ha
impulsado, subió el salario mínimo, lo que busca es parchear las consecuencias
negativas de la misma, consecuencias negativas que repito, muchos ya la
advertimos que iba a tener, y para parchearlo está demonizando a las
grandes superficies, dando a entender que se están hinchando a ganar dinero,
porque pagan precios muy bajos a los proveedores, y luego inflan esos precios
en forma de precios de venta para los consumidores, cuando en realidad sí
pagan precios bajos a los proveedores, pero esos precios bajos los repercuten en
precios bajos también para los compradores, con lo cual repito una vez más
subir los precios de compra a los proveedores, implicará subir los precios
de venta para los consumidores, hemos subido el salario mínimo para que la
gente más necesitada pueda vivir más dignamente, y al final le terminamos
encareciendo la cesta de la compra a todo el mundo, incluyendo a esa gente más
necesitada, y entre medias hacemos un ejercicio del peor populismo
antiempresarial, propio, insisto, de los regímenes peronistas a la Argentina,
culpando a las grandes superficies del caos económico que este mismo gobierno
está generando.