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Bueno, el Pacto de Toledo. Ya hace unos cuantos años, como nos decía Ignacio, los grupos
parlamentarios empezaron sus trabajos dentro de ese pacto para analizar y decidir qué
propuesta sabía que poner sobre la mesa para garantizar el futuro del sistema público
de pensiones en España. Ahora todo ese trabajo lo han metido dentro de un documento, un dictamen
que se someterá a votación el próximo martes. No se espera que haya votos en contra de
ningún partido, pero nunca se sabe. Caría García, buenas noches.
Hace cinco años y dos legislaturas empezaba la negociación que hoy concluye la primera
de las recomendaciones. Poner orden en la caja y hacerlo antes del año 2023. Hay que
sacar gastos impropios que debe soportar el Estado. El ministro escriba a cifrado esos
gastos en 23.000 millones de euros. De interés máximo para los pensionistas. La recomendación
2. Garantizar la revalorización de las pensiones en función del IPC Real y enterrar el famoso
025 que implantó el Partido Popular. Premiar la jubilación tardía, penalizarla anticipada
y poder elegir los mejores años para evitar que lagunas de cotización reduzcan la pensión.
Son otras recomendaciones que hace el Pacto de Toledo. También se vuelve a insistir en
la necesidad de acercar la edad legal y la edad real de jubilarse. Se añaden recomendaciones
nuevas sobre mujer, sobre juventud y sobre máquinas. Y se pone especial énfasis en los
sistemas complementarios. Recomendación 16. Se sugiere al Gobierno que refuerce los planes
de empresa. A día de hoy este texto sustita el consenso suficiente para superar la votación
del martes en comisión. Después iría al Pleno del Congreso y a partir de ese momento
sería el turno del Gobierno.
Juan Ramon Rayó, ¿el sistema público de pensiones está garantizado de España?
No, no lo está y en parte no lo está por el manto de silencio que se ha extendido
con el Pacto de Toledo. Y yo durante muchos años he llamado y sigo llamando al Pacto
de Toledo, el Pacto de Silencio de Toledo. ¿Por qué razón? Porque los partidos políticos
se reúnen en él no para buscar soluciones de calado en el largo plazo, sino parches
en ocasiones bien orientados, pero en todo caso parches para el corto plazo. ¿Por qué
razón? Pues porque a los partidos políticos le sale electoralmente muy costoso proponer
medidas que supongan un recorte sustancial de las pensiones para casi 10 millones de
votantes y por tanto ninguno de ellos lo quiere proponer, pero sin embargo lo que todos
ellos saben y lo saben perfectamente, incluso el ministro Escribá, porque antes de ser
ministro dirigió un organismo cuyas previsiones, que son las más optimistas de todas, siguen
siendo previsiones negativas, pues todos saben que el sistema no está equilibrado para
los próximos 30 años y no va a estarlo tampoco con estas reformas que han planteado hoy.
Y todos ellos, insisto, lo saben, pero ninguno lo quiere decir, ninguno lo quiere expresar,
lo significaría reconocer que lo que están adoptando hoy no es suficiente y adoptar más
de lo que adoptan hoy tendría un coste electoral muy grande para ellos.
¿Pablo? Una de cada una de arena. La parte positiva es que con este clima de crispación
política que tenemos en España, con la deriva más que inquietante de las instituciones
y con los problemas de los partidos políticos para entenderse, que haya un entendimiento
a nivel parlamentario, aunque sea en la comisión del pacto de Toledo, ya en sí podría ser
una buena noticia. Es decir, el mensaje es que en temas de calado importantes, que son
no una cuestión de gobierno ni de Parlamento, sino de Estado y que va a afectar a millones
y millones de españoles en los próximos años, es posible el entendimiento.
La mala noticia es que, aunque todos los partidos políticos estén de acuerdo en algo, eso
no quiere decir que sea algo positivo. Y yo aquí me inclino más por el pesimismo de
rayo. ¿Por qué? Porque por desgracia la experiencia que tenemos de los últimos cinco años es
que nadie está dispuesto a hacer lo que hay que hacer. Se estuvo en el buen camino,
no voy a decir ni siquiera acerca, pero bueno, se estuvo en el buen camino. La comisión
que se hizo para la reforma de las pensiones se cogió a expertos, a técnicos, llegaron
a un dictame, hubo un gobierno que muy apremiado por Bruselas, llevó a cabo una reforma quizás
no, probablemente no, seguro que no, la que hacía falta, pero por lo menos en la dirección
en la que los expertos decían que hacía falta y en cuanto tuvieron oportunidad se
la cargaron. Y no fueron, en este caso, partidos de izquierda, no fueron los bolivarianos, fueron
dos partidos de derecha. Fue el Partido del Gobierno, el Partido Popular, a exigencia
del Partido Nacionalista Vasco. Y el mensaje es lo que nos mandaron fue exactamente ese,
por una cuestión política a corto plazo, por una cuestión electoral, estaban dispuestos
a cesatar una cuestión que es de Estado y que va a marcar a las próximas generaciones.
Hay elementos positivos dentro de lo que han pactado hoy los portavoces, aunque pueda haber
alguna matiz a lo largo de las próximas semanas en el Parlamento, en cuestiones puntuales,
técnicas en el hecho, cuestiones de lo que afecta a las pensiones más bajas a los discapacidados,
esa cosa que se conoce no como la carta naranja, el hecho de que todos los ciudadanos puedan
saber por lo menos a partir de los 50 años cuál va a ser su pensión, que les vayan
informando tal y cómo va los cálculos, que sepan, oiga, usted dentro de 15 o 17 años
si se jubila va a tener esto, o sobre todo para tener sólo esto, haga los cálculos
y prepararse para lo que viene, pero me temo que no afronta como dice Juan Ramón el problema
de lleno, no estamos preparados para el desafío que viene, y hay que asumirlo políticamente,
pero a nivel de Estado, hay que decidir si queremos seguir con esto y asumir que a mejor
en 15 años o 10 años hay unas pensiones más bajas que las actuales, o que hay que revolucionar
de arriba abajo el sistema y meterle dinero directamente de los presupuestos y hacer como
si esto no hubiera ocurrido, pero hay que tomar una decisión que no se está tomando.
En mal momento, para una decisión de ese tipo, sobre todo en la segunda que hablabas,
me parece a mí, y en Europa, en Bélgica cómo funciona, hay algo parecido al pacto de Toledo?
No, o sea, sí que hay comisiones parlamentarias y cada las pensiones, pero Bélgica es uno
de estos países paradigmáticos en el continente en el que nadie puede gobernar en solitario,
ahora mismo tenemos un gobierno creado hace apenas menos de tres semanas, justo tres semanas,
empezó el 1 de octubre, formado por siete partidos diferentes, cuatro partidos de una
comunidad lingüística y tres de la otra, la única forma que tienen de entenderse en
este país, la única forma que hay de gobernar es pactando con la oposición, ahora mismo
tenemos a socialistas, a liberales y ecologistas de diferentes países, de partidos, poniéndose
de acuerdo, así que la única forma de sacar adelante cualquier tipo es con semanas, semanas
y meses, o como ha ocurrido ahora, dos años de negociaciones, o sea, que saben cómo ponerse
de acuerdo de maneras que para nosotros nos resultan impensables, pero que deberían ser
la nueva cotidianidad, si algo nos ha demostrado la política española de los últimos cinco
años es que lo anterior ya no vale, y lo que se consideraba impensable no vale, igual
que en Alemania gobiernan los socialdemócratas con los cristianodemócratas, aquí la legislatura
pasada gobernaban los liberales francófonos con la derecha independentista neerlandesa,
o sea, que es posible, es necesario y a estas alturas es imprescindible entenderte con
quien crees que es imposible entenderte.
¿Qué difirirá aquí eso no, Rayo?
Sí, lo que pasa que comentabas antes que quizá el clima actual no sea el mejor clima
para llegar a consensos que transformen de manera muy profunda el sistema de seguridad
social, pero es que yo creo que la tragedia justamente es que si no lo hubiesen tocado,
como decía antes Pablo, la reforma que estaba en vigor del año 2013 ya garantizaba de una
manera relativamente razonable la sostenibilidad del sistema a largo plazo, es verdad que la
garantizaba con recortes, porque básicamente lo que decía la reforma es mientras haya
déficit en la seguridad social, y lo va a seguir habiendo durante tres décadas como
poco, las pensiones no se van a revalorizar más de un 0,25% al año, y además introducimos
un factor adicional que es que por cada año que aumente la esperanza de vida, según la
calcula el Instituto Nacional de Estadística, las pensiones de los nuevos jubilados, no
de los que ya están en el sistema sino de los que se incorporan, se reducirán entre
un 4 y un 5% con respecto a lo que se les había prometido.
Ese sistema ya garantizaba, insisto, la sostenibilidad de la seguridad social, que un político consideraba
que no había que recortar las pensiones, que era necesario revalorizarlas más de un 0,25%,
bueno, pues tampoco cerraba la puerta, eso, si usted incrementa los recursos de la seguridad
social, si usted incrementa los ingresos de la seguridad social y hace desaparecer el déficit
por el lado de los ingresos, habrá margen para revalorizar más las pensiones por encima
del 0,25%, pero aquí nos hemos cargado como la camisa de fuerza que impedía que el sistema
se sobreendeudara y, sin embargo, no hemos colocado sobre la mesa medidas de ajuste alternativas
para eliminar el déficit, es decir, les hemos posibilitado a los políticos que prometan
lo que no pueden cumplir y no les estamos exigiendo de manera estructural que nos digan
cómo van a cumplir esos compromisos y esa es la tragedia, se han cargado una buena reforma
para aprobar algo que no sabemos muy bien qué va a ser.
Y ya punto de cierre de la brújula de la economía de hoy un sector, un sector dolido
con datos nuevos, dolido y dolorido, en septiembre los hoteles en España alojaron a casi tres
millones y medio de pasajeros, de ellas cerca de tres millones eran españoles y el resto
de extranjeros, solo una tercera parte de los que se alojaban en el mismo mes pero del
año pasado según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Pedro Pablo González,
buenas noches.
Buenas noches, los rebrotes del Covid-19 junto al mantenimiento de cuarentenas en algunos
de los países europeos han provocado este desplome de pernoctaciones en septiembre,
es verdad que el turismo nacional intenta salvar los muebles pero que una caída de
más del 60% demuestra que no es suficiente y es que el descenso de visitantes extranjeros
se eleva a más del 92% de media, caída que se nota también en el medio el transporte
más utilizado, el avión, por eso ante la apertura de los vuelos regulares este sábado
entre Alemania y Canarias y el domingo en terreno unido y este archipiélago, la asociación
de línea seria recuerda que hay varios informes que demuestran la seguridad sanitaria de viajar
en avión e incluso el presidente de esta asociación Javier Gándara utiliza un ejemplo
con la lotería.
Que el riesgo de contagio de Covid-19 a bordo de una nave es mínimo, alguno de ellos
cuantifica esa probabilidad en uno en 27 millones, es decir que es más probable que
aún no le toque la primitiva a que se contagie a bordo de un avión.
Las medidas de seguridad, recuerdan, son extremas pero piden también a los gobiernos
que cumplan su papel de control, contés, pruebas en origen y destino, lo que permitiría
una vuelta lenta a la normalidad dentro de la convivencia con la pandemia.
De ahí que desde ALA pidamos que se empiecen a realizar terrapidos tanto a la ida como
a la vuelta, de forma que podamos gradualmente empezar a recuperar el turismo, la actividad
económica, la conectividad y poco a poco la normalidad.
Y es que poco a poco, además de la caída en llegadas de ingresos, también desciende
el número de noches ocupadas por viajeros en los hoteles y alojamientos turísticos.
No llega ni a dos noches y media y eso que el precio de las habitaciones en septiembre
registraron un descenso del precio del 22%.
¿Hay miedo pues, Abola?
Bueno, ya sé si esa pregunta tiene respuesta, pero alguno de vosotros, acaso, se atrevería
a responderla, en el poquito tiempo que nos queda.
Hay miedo a volar, yo creo que es evidente, no es solo el hecho de meterse en un avión,
sino lo que implica el desplazamiento, es el ser de casa exagente que está haciendo
ahora en una vida mucho más reducida de lo habitual, eso meterse a un estrés muchísimo
más grande.
Sabemos que se puede hacer, sabemos que hay medias de control y lo hemos visto como en
lugares de Asia o de Australia o a Nueva Zelanda lo han conseguido, pero claro, hay que verlo
con la versión completa.
Yo tengo un amigo, ahora mismo australiano, que ayer está contando su evolución, le
han permitido viajar con un permiso a vuelta australia después de estar en Estados Unidos,
dos semanas en un hotel pagado por él, sin poder salir de la habitación con guardas
de seguridad en cada planta y arriesgarse una multa de cientos de miles de dólares australianos
si se le ocurría moverse, entonces el problema no es el miedo a volar, el problema no es el
desplazamiento en sí, es por desgracia todo lo que yo conlleva, y efectivamente si la
solución pasa por hacer los tests, lo tenemos que hacer de verdad, pero no como ahora, no
como lo estamos haciendo en España, ni siquiera en Bélgica ni otros lugares, no hipotéticamente
sino de una manera tan masiva, sistemática y creíble que efectivamente te puedas fiar
de que el resultado va a llegarte en cuestión de horas y puedes reducir al mínimo el riesgo,
no va a desaparecer, pero si no garantizamos que va a reducirse lo máximo posible, ese
miedo no se nos va a ir en muchísimo tiempo.
Sí, efectivamente no es solo el miedo a volar, es sobre todo las molestias derivadas de viajar
a un sitio donde la pandemia pueda estar extendida, y también el miedo que puede detener la sociedad
receptora de que venga el virus desde fuera, y para eso hay que combinar los tests, pero
sobre todo tests en origen, es decir, certificados de que se realice un test, de que la persona
que está volando no tiene el coronavirus y si se realiza también en destino como complemento
perfecto, pero deben realizarse sobre todo en origen y después controlar dentro de casa
la pandemia.
Si la pandemia está descontrolada en España, no pensemos que el turismo va a resurgir,
no lo va a hacer porque no van a querer venir turistas a un sitio donde el riesgo de contagio
es masivo.
Juan Ramon Rayo, Pablo Rodí de Suances, muchísimas gracias por vuestra presencia en esta hora
de la economía de este viernes en la brújula y nada que paseis muy buen fin de semana.
Igualmente.
Muchas gracias y sigáis con saludo.