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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Deberíamos poder opinar libremente que un ministro o un presidente de Comunidad Autónoma
no están intelectualmente preparados para el cargo?
¿O sólo podemos opinar así cuando el ministro o el presidente de una Comunidad Autónoma
forman parte de un partido de derechas, pero no si forman parte de un partido de izquierdas?
Porque este es el núcleo de la polémica sobre las declaraciones de Jordi Wilde a propósito
de Irene Montero.
Veámoslo.
Polémica social y política por estas declaraciones de Jordi Wilde.
¿Sabes cuál es el problema que yo creo que tiene la Montero?
Son dos.
Para mí.
Para mí.
Uno es que yo sinceramente lo digo de verdad, no lo digo a malas y lo prometo, no lo digo
a malas.
Creo que intelectualmente no está preparada para ser ministra.
Y lo digo de verdad, no lo digo, te lo juro, no va con rabia, para nada, pero creo que
no es una persona que tenga el nivel intelectual, que requiere ser ministro de un país, que
en teoría, para mí, tendría que ser la puta élite, que para mí un ministro tendría
que ser una persona intelectualmente élite y que tuviera una conciencia parecida a la
del partido que representa y a el presidente.
Claro.
Primero, este creo que sinceramente creo que no es una persona preparada para ser ministra,
lo siento mucho, ni de coña.
Y ojo, que es una psicóloga, una licenciación de psicología, yo también es una licenciación
de psicología y no me pondría de ministro paso mañana.
Las declaraciones se han viralizado por internet y han saltado incluso a la esfera política.
Rafael Simánca es del Partido Socialista, por ejemplo, ha dicho, pues si esto es un
influencer me quedo con los influyentes más clásicos, que saben de lo que hablan y se
lavan la caspa antes de salir de casa.
Tal ha sido la polémica, tal ha sido la luz de críticas que ha recibido Jordi Wilde,
que ha tenido que publicar una carta disculpándose por estas declaraciones.
Dice Jordi en esta carta, ya lo dije ayer claramente y lo vuelvo a decir, veo mis propias
imágenes y siento vergüenza ajena, mi apreciación sobre la capacidad intelectual es un error
total y algo que no debería haber supuesto de alguien del que realmente sé o sabía
muy poco y evidentemente me equivoqué.
Como comenté, el clip tiene más de un año de antigüedad, llevamos varias semanas de
polémicas del Ministerio de Igualdad, me calenté y me expresé fatal, al final soy
humano y como todo el mundo que se pasa ahora hablando a cámara, a veces se equivoca.
Pedirle disculpas personales a Irene Montero y decirle que está más que invitada cuando
quiera al de Wilde Project para charlar, debatir y que me explique su visión de las cosas
y aunque no me gusta traer a políticos en activo porque caen en el meeting, creo que
este caso es especial y no habría problemas, estoy seguro de que tendríamos una conversación
muy interesante y aunque nuestras visiones de la sociedad difieran bastante, de eso se
trata mi programa y escuchar a todo tipo de personas desde el respeto, cosa que lo he
demostrado en cientos de programas ya, trayendo a perfiles extremadamente diferentes, las
puertas de mi casa están abiertas y no, no es debilidad o miedo, es reconocer que muchas
veces fallamos y no estamos acertados, miedo me daría no darme cuenta jamás de mis cagadas,
yo seguiré hablando libremente sin temor de muchos temas tabú que la gente no se atreve,
siempre intentando ver todos los puntos de vista e intentando comprender a todas las
partes, bueno, la carta continúa pero está claro que la presión social ha empujado a
Jordi Guaidita a redactar esta carta de disculpas a Irene Montero por haber pronunciado una frase
la de que Irene Montero no está intelectualmente preparada para ser ministra, que es una frase
que muchísimos periodistas han repetido muchísimas veces respecto a muchísimos ministros, cuantas
veces hemos escuchado a un periodista decir que este ministro o que esta ministra no es
tan preparados para el cargo, preparados en qué sentido, pues preparados intelectual
y profesionalmente, porque no estamos hablando de preparación física, ser ministro es un
cargo esencialmente intelectual, por tanto si no estás preparado para ser ministro es
que no estás intelectualmente preparado para ser ministro, sin embargo, cuando en otras
ocasiones se han pronunciado estas frases, que es una opinión acertada o desacertada,
pero perfectamente legítima y pertinente a la hora de valorar, de evaluar a un ministro
considerar si es una persona capacitada o no para ejercer ese cargo, en otras ocasiones
cuando otros periodistas han emitido este juicio no ha habido ningún tipo de polémica
social, ¿por qué en este caso sí la hay?
Pues porque se trata de castigar socialmente a quienes se atrevan a pronunciar determinadas
opiniones negativas sobre determinados políticos.
Se trata de mandar un mensaje no solo a Jordi Wilde sino a cualquier otra persona que pueda
estar tentada a pronunciar en público palabras similares sobre Irene Montero o sobre cualquier
otro dirigente político de Podemos o incluso del PSOE que pongan en cuestión legítimamente,
con acierto o sin él, pero legítimamente que pongan en cuestión su preparación para
ser ministros.
Se trata por tanto de amordazar asustando al personal para que no critiquen la preparación
de políticos de izquierdas.
No se trata cuidado de intentar dignificar el debate público, no se trata de intentar
expulsar del debate público expresiones que pueden sonar mal, como que una persona no
está capacitada o preparada intelectualmente para ejercer un cargo público.
No, no se trata de reivindicar el decoro o la buena educación en el debate público
porque además todos los que critican esta expresión de Jordi Wilde lo han hecho insultando
ferozmente a Jordi Wilde, de manera que difícilmente reivindicar así la educación y el decoro,
pero es que no se trata de esto.
¿Y cómo sabemos que no se trata de esto?
Tenemos porque cuando estas mismas palabras se pronuncian no con respecto a Irene Montero
o con respecto a una ministra de Unidas Podemos, sino con respecto a una dirigente de derechas,
esas mismas palabras no solo no son denunciadas, sino que son jaleadas.
Y tenemos de hecho un ejemplo bastante reciente, de hace poco más de un año, antes de las
elecciones madrileñas de mayo del año 2021.
José Félix Tezanos, presidente del CIS, no un periodista o un youtuber, el presidente
del CIS, que declaró, Tezanos acusa a uso de escasa entidad intelectual y política.
El presidente del CIS llama a los votantes del PP variopinta clientela tradicional de
tabernas y bares.
¿Hubo algún tipo de escándalo público y social contra el presidente del CIS, nombrado
por el gobierno de Pessoe Podemos para ese cargo?
¿Salió Rafael Simancas a afearle sus palabras a Tezanos?
¿Acaso le dijo que era casposo por opinar de esa manera sobre Isabel Díaz Ayuso?
No, al contrario, la izquierda se repartió entre ignorar esas declaraciones o directamente
aplaudirlas y amplificarlas.
¿Por qué?
Pues porque la izquierda juzga, legítimamente, que Ayuso tiene escasa preparación intelectual
para el cargo.
Perfecto.
Uno podrá estar a favor o en contra de esta opinión.
Pero todos coincidiremos en que es perfectamente legítimo expresar esta opinión.
No lo es tanto que el presidente del CIS, un organismo público que pagamos entre todos
y que supuestamente debería ser imparcial, emita este tipo de declaraciones.
Es decir, debería haber habido polémica por el hecho de que un cargo público esté utilizando
su cargo público para hacer campaña electoral justo antes de las elecciones contra un dirigente
político que no es de su partido.
Debería haber habido polémica, por tanto, por la forma institucional dentro de la que
se producen estas declaraciones, pero no por el fondo.
El fondo, repito, correcto o incorrecto, es perfectamente legítimo.
Pero es que aquí no estamos hablando del qué, sino del quién.
Aquí no estamos hablando de que Jordi Wilde haya sido muy maleducado, muy prepotente,
por haber dicho que Irene Montero no está preparada intelectualmente para ser ministra.
No.
Estamos hablando de que Jordi Wilde ha usado criticar a una ministra de Podemos y los votantes
y simpatizantes de Podemos y de la izquierda no aceptan que socialmente se abiertan críticas
contra ellos porque eso los puede hacer perder poder y lo único que les obsesiona es el poder.
Por eso se trata de castigar socialmente a Jordi Wilde para que no se atreva a volver
a decir lo que ha dicho.
Ahora bien, mientras tanto, ellos no renuncian a seguir descalificando intelectualmente a
Díaz Ayuso o a cualquier otro dirigente, o a cualquier otra dirigente política que
no sea de su cuerda ideológica, porque, repito, no se trata de que la crítica en sí no les
guste y la quieran expulsar de la esfera pública, se trata de a quién se dirige la crítica.
Estas críticas se pueden hacer contra la derecha, estas críticas, ni ninguna otra, no
se pueden hacer contra la izquierda.
Y de eso va esta polémica.
No va de si Irene Montero está o no está intelectualmente preparada para el cargo.
No va sobre si debemos opinar o no debemos opinar sobre la preparación intelectual de
un político para el cargo.
No.
Va de cancelar dentro de la esfera pública cualquier crítica contra la izquierda.
Va de sancionar.
Va de estigmatizar a aquellos que critican a la izquierda para que la izquierda no sea
objeto de fiscalización y de crítica y, por tanto, tengan una mayor probabilidad de retener
el poder.
Va de imponer un discurso monolítico donde una parte quiere tener el monopolio de la
información y el monopolio de la verdad, donde a la otra parte se la expulsa de ese
debate público.
Va en definitiva de dar un castigo ejemplarizante a todos aquellos que no aceptan someterse
al rodillo discursivo de la izquierda y, por eso, creo que ante este tipo de polémicas
no hay que ceder.
Si uno cree realmente en lo que ha dicho, otra cosa es que no crea en ello y realmente
considere que se ha equivocado, pero si uno cree realmente en lo que ha dicho, no hay
que dejarse arrastrar por la marabunta social.
Es muy complicado en ocasiones no hacerlo porque precisamente para eso lo hacen para
que te doblegues, pero es importante resistir.
Es importante resistir por uno mismo, pero también para que los demás no perciban que
están ganando utilizando esas tácticas matoniles con las que pretenden silenciar a todos aquellos
que no piensan como ellos.
Lo último que nos queda para reivindicarnos, para protestar, para patalear, para fiscalizar
a aquellos que nos gobiernan, es la palabra y eso no nos lo pueden robar.