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¿Vodévil negociador entre PP y Vox en Extremadura? ¿Qué ha sucedido exactamente? ¡Veámoslo!
Resultados de las elecciones autonómicas en Extremadura el pasado 28 de mayo. El Partido
Socialista de Guillermo Fernández Vara gana las elecciones en número de votos y obtiene
28 diputados. El Partido Popular de María Guardiola queda segundo en número de votos
pero obtiene los mismos diputados que el Partido Socialista, 28. En tercer lugar y a bastante
distancia nos encontramos con Vox, con 5 diputados. Y por último tenemos a Unidas Podemos con
4 diputados. La mayoría absoluta está en 33 diputados, de modo que las cuentas son
bastante sencillas. O el Partido Popular deja gobernar en minoría al Partido Socialista
Obrero Español como fuerza política más votada en la región, o alternativamente el Partido
Popular se alía con Vox para sumar 33 diputados en la Asamblea y tener mayoría absoluta. O lo
uno o lo otro, no hay muchas más posibilidades salvo convocar nuevas elecciones autonómicas.
Dado que el principal objetivo de cualquier político es el poder, y en este caso el poder
estaba perfectamente al alcance de Pepe y de Vox, cabía anticipar racionalmente que Pepe y Vox
acabarían pactando en la Junta de Extremadura y que la candidata del Partido Popular, María
Guardiola, sería la próxima presidenta de la Junta Extremeña. De hecho, en la misma noche electoral,
el todavía presidente de Extremadura y candidato del Partido Socialista, Guillermo Fernández Vara,
anunció que se retiraba de la política porque parecía que estaba cantado que Pepe y Vox iban
a pactar para acceder al gobierno de la Junta de Extremadura. Sin embargo, las negociaciones
políticas entre Pepe y Vox durante los días posteriores naufragaron, fracasaron estrepitosamente.
De hecho, la candidata del Partido Popular, María Guardiola, dirigió estas muy duras declaraciones,
prácticamente irreversibles en su contenido, contra Vox.
Yo no puedo dejar entrar en gobierno aquellos que niegan la violencia machista,
a quienes usan el trazo gordo, a quienes están deshumanizando a los inmigrantes y a quienes
despliegan una lona y tiran a una papelera la bandera LGTBI. Por respeto a esta tierra y por
respeto a todos aquellos que han pedido cambios, he hecho absolutamente todo lo que estaba en mi
mano. Pero les puedo asegurar que mis promesas, y mucho menos mi tierra, son moneda de cambio de
nada. El rol adecuado a sus resultados es apoyar al Partido Popular y no al revés. Yo no voy a
firmar un acuerdo de gobierno ni un pacto asimétrico y lleno de condiciones. Yo no voy a regalar
consejerías ni voy a entrar en batallas culturales que están superadas, porque se trata de solucionar
el futuro de los extremeños. Porque yo creo en una Extremadura inclusiva, moderna, respetuosa. Yo
creo en una Extremadura permeable, solidaria, responsable. Y, por supuesto, creo en una
Extremadura donde el amor no admita matices. Si crees que Vox es un partido machista o un
partido homófobo o un partido xenófobo, efectivamente haces muy bien en no dejarles
entrar en el gobierno. Por supuesto, estás dejando muy mal a tus compañeros de partido,
que por ejemplo en la Comunidad Valenciana o en Castilla y León sí han pactado con Vox y sí
les han dejado entrar en el gobierno. Porque si Vox es machista, homófobo y xenófobo en
Extremadura, probablemente también lo sea en Castilla y León o en la Comunidad Valenciana,
y por tanto tus compañeros de partido serían personas sin ningún tipo de principio que,
solo por conseguir el poder, los han dejado entrar en su gobierno. Pero aún dejando muy mal a tus
compañeros de partido sería una decisión razonable basada en principios, y en buenos
principios, no dejar entrar en un gobierno a una formación política machista, homófoba y xenófoba.
De modo que si lo que nos está diciendo María Guardiola fuera cierto, ella, María Guardiola,
se alzaría como la única persona o una de las muy pocas personas dentro del Partido Popular capaces
de anteponer sus principios ideológicos a la seta infinita por el poder político. Por supuesto,
también cabe una interpretación alternativa, y es que María Guardiola estuviese aparentando
mucha dignidad y mucha indignación ante Vox como parte de una mera táctica negociadora.
Quiero todo el poder de la Junta de Extremadura para mí, no quiero compartir gobierno con nadie
más, y para eso voy a aparentar que estoy dispuesta a llegar a nuevas elecciones en
Extremadura para que Vox termine cediendo y termine aceptando cualquier pacto que les ofrezca.
Y claro, como no puedo salir en público diciendo que lo único que quiero son todos los sillones
para mí, voy a decir que no puedo pactar y que no quiero pactar con nosotros porque son unos
indeseables. Y así, aparentando que estoy dispuesta a llegar a unas nuevas elecciones porque me niego
a pactar con esos indeseables que me tienen que dar sus votos para que pueda llegar a ser
presidenta, quizá esos indeseables terminen aceptando un acuerdo de mínimos en el que no
entre en el gobierno. Pero claro, el riesgo de esta táctica negociadora basada esencialmente
en lanzar un hórdago es que la otra parte te puede ver el hórdago. Máxime si esa otra parte
tampoco tiene tanto que perder. Si no me lo das todo a cambio de nada, no tendrás nada. Ya,
pero es que si te lo doy todo a cambio de nada, tampoco tendré nada. Por eso, Vox en Extremadura
estaba totalmente decidido y sigue estándolo a llegar a nuevas elecciones si no entra en el
gobierno de la Junta de Extremadura. Y claro, María Guardiola en el fondo sabe que si se
convocan nuevas elecciones hay una alta probabilidad que ella no tenga opción de gobernar. Con lo cual,
si Vox le ve el hórdago, si Vox está dispuesto a llegar a nuevas elecciones si no entra en el
gobierno, entonces María Guardiola tendrá que retratarse. ¿Crees realmente que Vox es un
partido machista, homófobo y xenófobo y tú además antepones tus principios al poder por el
poder? Pues entonces no podrás pactar de ninguna manera con ese partido homófobo, xenófobo y
machista y por tanto habrá que ir a nuevas elecciones o, en su caso, dejar gobernar al
Partido Socialista en minoría. ¿Que no crees en aquello que dijiste o antepones el poder a tus
principios? Pues entonces tendrás que recomponer los puentes que has volado con Vox para tratar
de llegar a un acuerdo con esos a los que has calificado de machistas, homófobos y xenófobos
para que ahora esos indeseables te invistan presidenta de la Junta de Extremadura. Si yo
tuviera que apostar de manera ciega en términos generales, aún sin conocer quién es María
Guardiola y todo el bodevil que se ha montado alrededor de la lucha por el poder en Extremadura,
apostaría sin lugar a dudas por la segunda posibilidad. Y todo apunta a que finalmente,
también en el caso de Extremadura con María Guardiola, será la segunda posibilidad. Y es que
ayer domingo por la noche el PP de Extremadura comenzó a recomponer los puentes que María
Guardiola había roto con Vox en Extremadura. ¿Pero cómo se pueden recomponer unos puentes
que han sido dinamitados de una manera tan estrepitosa por María Guardiola? ¿Cómo vas
a querer ahora pactar con aquellos indeseables a los que has tildado de machistas, de homófobos
y de xenófobos? Pues la manera más sencilla posible de hacerlo es buscar un cabeza de turco,
mover el foco de la responsabilidad. Aunque fue María Guardiola quien verbalizó que Vox era un
partido machista, xenófobo y homófobo, hay que buscar a alguien que sea el autor intelectual de
esas palabras. María Guardiola las pronunció sin saber exactamente qué estaba diciendo,
sin querer en el fondo pronunciarlas. Porque en realidad quien movía los hilos en la sombra era
otro. El responsable de que María Guardiola dijera lo que dijo era otro. ¿Y quién era? Su
gurú y su asesor político, Santiago Martínez Várez, un periodista que aparece en La Sexta y
que escribe en un periódico de izquierdas, El Plural, y que por tanto debe de ser un rojillo
que ha conducido a María Guardiola por el mal camino, un asesor que por tanto tiene un odio
irracional hacia Vox y que ha manipulado a la pobre María Guardiola, ya que por tanto hay que
considerar en el fondo el principal responsable del fiasco de las negociaciones entre PP y Vox en
Extremadura. Vamos a hacer creer a todo el mundo que esta persona es la que indujo, la que empujó
a María Guardiola a descalificar a Vox a aquellos con los que ahora quiere pactar de la manera tan
gruesa en la que los descalificó. Vamos a convertir, por tanto, a Martínez Várez en la
cabeza de Turco para salvarle la cabeza a María Guardiola. Y esto es justamente lo que sucedió ayer
por la noche cuando se filtró, se filtró, el siguiente audio tan comprometido de Martínez Várez.
Cuando atacan a mi hijo y a mi padre cruzan líneas. Y cuando cruzan líneas está seguro
que Santiago Vázcal se va a arrepentir, se va a arrepentir. Le puedes enseñar las moscas que
tengo en el revólver. Tengo unas pocas. Todo el caso Mercasevilla, el caso Eres. Y ahora voy a por
él. A partir de hoy no tengo otra obsesión en mi vida que acabar con Vox. No tengo otra. Y recuerda,
soy muy bueno haciendo lo que hago. Soy muy bueno haciendo lo que hago.
Oye, qué filtración más conveniente. ¿Quién debía de tener acceso a este audio? Y por tanto,
¿quién pudo haberlo filtrado a un medio de comunicación para que lo amplificara
justamente cuando era necesario recomponer los puentes rotos con Vox? Pues obviamente
los únicos que podían tener acceso a este audio e interés en que se filtrara es el Partido Popular
de Extremadura. Y es que fue dicho y hecho. Nada más filtrarse estas declaraciones,
Martínez Várez dimitió como asesor como guru de María Guardiola. Y hoy, lunes por la mañana,
María Guardiola ha enviado una carta a los afiliados del PP extremeño diciendo que ha
de pactar con Vox. ¿Qué dice esta carta? Pues voy a leer los párrafos más relevantes respecto a la
cuestión que estábamos analizando. Por eso, y para evitar interpretaciones malintencionadas o
distracciones que nos aparten del camino, he decidido aplazar la Junta Directiva Autonómica
y el Comité Ejecutivo Regional convocados para el martes 27 de junio hasta una nueva fecha que
será comunicada posteriormente. Estos días se está usando la situación postelectoral de nuestra
comunidad autónoma y al PP de Extremadura para tratar de influir en la campaña nacional. Y esa
presión se está trasladando injustamente al PP en su conjunto. No queremos que se utilicen las
reuniones de nuestros afiliados para hacer daño a la organización ni desviar la atención de lo
importante. Considero que lo responsable y procedente es anteponer el interés de nuestro
país y evitar cualquier crispación. Extremadura habló en las urnas y el PP autonómico va a
seguir trabajando en un diálogo que nos permita, como resultado, tener pronto una alternativa de
gobierno para poner fin al ciclo socialista. Estamos ante una oportunidad histórica y
nadie nos va a apartar de nuestra meta. Nadie, ni siquiera yo, debería haber añadido. Para llegar
al destino, un paso siempre debe seguir a otro y hay que darlos en un orden adecuado para que la
travesía sea caminada con éxito. Porque cada paso es decisivo y el PP tiene un doble objetivo al
que no vamos a renunciar y es conformar el mejor gobierno para Extremadura y para España.
Quiero hacer valer el respeto a nuestros votantes y al proyecto que hemos construido junto a ellos.
Hemos conformado un programa de gobierno con 861 medidas que nacen directamente de las demandas
de los extremeños, de las propuestas de los sectores productivos y de las necesidades y
preocupaciones de las familias. Nos han dado 28 diputados y casi el 39% de los votos. No
vamos a fallarles. Estoy convencida de que pronto iniciaremos la marcha como gobierno para cambiar
nuestra tierra. Y aquí viene lo sustancial. Soy muy consciente de que también es imprescindible
el respeto, el diálogo y el acuerdo programático con la formación Vox en Extremadura. Le ha faltado
añadir con la formación de Vox homófoba, xenófoba y machista en Extremadura. Porque eso es lo que nos
dijo María Guardiola que eran. Compartimos una prioridad, pasar página a las políticas
socialistas. Es lo que nos debe ocupar. Y remata la carta, por cierto, el valor de la palabra dada
nunca caduca y yo tengo un compromiso con los extremeños y con el cambio. Pero tus palabras
de hace cinco días en las que tildabas a Vox de machista, de xenófobo y de homófobo y en las que
te comprometías a no pactar con ellos justamente por ser machistas, xenófobos y homófobos, esas
palabras y ese compromiso parece que sí quieres que caduquen. Y justamente la forma que has tenido
de intentar hacerlas caducar es imputándole la responsabilidad de esas palabras a tu asesor
político, haciéndonos creer, haciéndonos hacer ver que tenía algo personal contra Santiago Abascal
y contra Vox y que eso le llevó a querer hacer fracasar las negociaciones, pero que ya, una vez
estando este señor fuera del circuito negociador, entonces ya se puede llegar a un perfecto
entendimiento con ese partido machista, xenófobo y homófobo que era Vox hace cinco días. Y cuidado,
que estamos poniendo mucho el foco en cómo María Guardiola ahora se arrastra para pactar con Vox,
pero también deberíamos plantearnos ¿Vox, después de todo lo que ha escuchado, después de todo lo que
se le ha dicho, va a estar dispuesto a pactar con este Partido Popular de Extremadura? ¿Vox va a
renunciar a su dignidad, a su buen nombre, que han sido atacados claramente por el Partido Popular
de Extremadura a cambio de una o de dos consejerías en la Junta de Extremadura? Pues ya veremos lo que
sucede, claro, pero si tuviera que apostar no apostaría en contra. Más bien, lo que parece que
sucederá es que Vox dirá que por la gobernabilidad de Extremadura y por pasar página al ciclo
socialista están dispuestos a tragarse las enormes afrentas de María Guardiola. Vamos,
que un par de consejerías bien valen que te llamen indeseable. En definitiva, un ejemplo más de que
los políticos son mentirosos profesionales, personas con muy poquitos principios y todavía
menos escrúpulos que anteponen el poder a todo lo demás, incluyendo sus supuestas ideas y su
presunta dignidad.