This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Hoy hemos conocido los datos de la encuesta de población activa del segundo trimestre
de 2020, y lo cierto es que son enormemente negativos.
Durante este segundo trimestre del año se perdieron más de un millón de puestos de
trabajo con respecto al trimestre anterior, con respecto al primer trimestre de 2020,
y un millón de 200.000 empleos con respecto al mismo trimestre del año anterior.
Estamos, por tanto, en la cifra de ocupados más baja desde el año 2016.
En apenas dos trimestres hemos perdido prácticamente tres años de creación de empleo.
Se trata, como digo, de una tragedia laboral, que además ni siquiera tiene en cuenta a todos
los trabajadores afectados por unerte, es decir, que ni siquiera estas cifras ponen
de manifiesto la auténtica dimensión del cese de actividad laboral.
Estamos hablando únicamente de personas cuyo contrato laboral se ha rescindido definitivamente.
No estamos hablando de personas, más de 3 millones de personas en algunos momentos
de este trimestre, cuyo contrato laboral estaba temporalmente suspendido, estaba en unerte.
Tal vez por eso sea más apropiado fijarse no tanto en la destrucción de empleo como
tal, porque, como digo, una parte de la fuerza laboral está enerte y, por tanto, no computa
como un puesto de trabajo destruido, sino en la caída del número de horas trabajadas.
Esta caída del número de horas trabajadas realmente nos cuenta la historia de cuál
ha sido el cese de actividad laboral en España durante este segundo trimestre del año.
Y la historia que nos cuenta, efectivamente, es desoladora.
En un trimestre, en el segundo trimestre del año, con respecto al trimestre anterior,
el número de horas trabajadas ha caído un 22% y si comparamos el número de horas trabajadas
en el segundo trimestre del año 2020, 474,3 millones de horas trabajadas a la semana
por el conjunto de los trabajadores españoles con el número de horas trabajadas en el segundo
trimestre del año 2019, 646,3 millones de horas trabajadas a la semana, lo que constatamos
es que estamos ante una caída del 26% del número de horas trabajadas en este trimestre.
Esta caída del 26% del número de horas trabajadas aproximará cuál será la caída del PIB que
vamos a conocer durante los próximos días.
En los próximos días se publicará la estimación del PIB del segundo trimestre del año y veremos
caídas cercanas, probablemente por encima del 20%.
¿Por qué?
Pues porque si el 26% de las horas trabajadas, de las horas que estaban generando PIB, dejan
de prestarse, dejan de desarrollarse, evidentemente el PIB caerá en un porcentaje similar.
Todas las horas tienen la misma productividad y, por tanto, puede ser más o puede ser menos,
pero estaremos en torno a ese porcentaje del 26%.
Este dato se podría interpretar desde una perspectiva optimista, porque al fin y al cabo
estamos en el segundo trimestre del año, que es el trimestre en el que se produce el
pico de la pandemia y es el trimestre en el que se concentra la hibernación de la economía,
es verdad que a partir del mes de mayo, o sobre todo a partir del mes de junio, se empieza
a relanzar la actividad económica dentro del país y se vuelve a incorporar a determinados
trabajadores a su actividad regular, pero en principio este trimestre, ya lo dijimos
también el trimestre anterior, es el peor de la crisis sanitaria y económica del coronavirus,
salvo que haya una segunda ola peor que la primera.
Por tanto, bueno, si esto es lo peor que tenía que llegar, si esto es lo peor que tenía
que venir, y a partir de ahora, a partir del tercer trimestre y en el cuarto trimestre
lo que vemos es una fuerte remontada de la creación de empleo, pues quizá podamos
superar esta pesadilla con rapidez.
Al fin y al cabo, uno podría decir, bueno, esto es como en las vacaciones de verano.
En el tercer trimestre del año, todos los años, todos los ejercicios, lo que constatamos
es una caída del número de veras trabajadas de aproximadamente el 9% frente al segundo
trimestre de ese mismo año.
¿Por qué?
Pues porque las vacaciones de verano se concentran en el tercer trimestre del año, y por tanto,
si hay menos gente trabajando, el número de veras trabajadas cae.
¿Qué pasa?
En el cuarto trimestre del año, el número de veras trabajadas vuelve a aumentar en
torno a ese 9% recuperando, por tanto, toda la caída previa.
Uno podría, por tanto, esperar que en el tercer y en el cuarto trimestre de este ejercicio
de 2020 se recuperara todo lo que se perdió en el segundo y en el primer trimestre de
este ejercicio.
Y si fuera así, pues como digo, estaríamos ante una interpretación optimista acerca
del futuro.
De hecho, si observamos cuál ha sido la evolución del número de trabajadores en
ERTE por fuerza mayor, uno podría caer en esta interpretación optimista de las cifras.
El peor momento de los ERTE por fuerza mayor a lo largo de esta pandemia fue el 29 de abril.
En ese momento, había más de 3 millones de trabajadores en un ERTE acogidos a un ERTE
por fuerza mayor.
El 9 de julio, es decir, apenas empezó este tercer trimestre, sin embargo, sólo quedaban
1,22 millones de trabajadores en un ERTE por fuerza mayor.
Por consiguiente, ya se había recuperado el 60% de toda aquella masa laboral que había
caído en un ERTE debido a la suspensión de la actividad económica.
Sí, durante los próximos meses, las próximas semanas, continuará esta tendencia podríamos
encontrarnos con que al finalizar este año prácticamente habríamos recuperado todo
lo que hemos perdido con anterioridad.
Como digo, esta sería la lectura optimista.
Y, desde luego, creo que en el tercer y en el cuarto trimestre del año, salvo que haya
una segunda ola devastadora que obliga a cerrar todo el país, sí que nos encontraremos con
un proceso de creación de empleo inusualmente intensa.
Ahora bien, que haya parte de compensación de la destrucción de empleo brutal que hemos
presenciado durante los últimos meses, y en particular en el segundo trimestre del
año, no significa ni mucho menos que consigamos recuperar todo lo que hemos perdido.
Y, en esencia, no lo vamos a recuperar, sobre todo, por un sector económico que no va a
levantar cabeza este año, como os podéis imaginar, es el sector turístico.
Una cuarta parte de toda la destrucción, de toda la caída del número de horas trabajadas
en el segundo trimestre de este año frente al segundo trimestre del año anterior se
concentra en el sector de la hostelería.
Un tercio de todo el empleo destruido en el segundo trimestre de este año se concentra
en el sector de la hostelería, pero es que sí, además, tenemos en cuenta otros sectores
que están muy relacionados con el sector turístico, que están muy interrelacionados
o que son muy dependientes del sector turístico, como puede ser el sector del ocio y del entretenimiento,
el sector del transporte o el sector del comercio minorista, nos encontraremos con que aproximadamente
otros 20 puntos de destrucción de empleo y de caída de horas trabajadas se deben
a estos sectores. Es decir, que la mitad de la destrucción
del número de horas trabajadas y la mitad de la destrucción de empleo que recoge esta
encuesta de población activa del segundo trimestre del año tiene una influencia directa o indirecta
del turismo muy importante. Esta mitad de la destrucción laboral que hemos presenciado,
por tanto, va a ser muy complicado que se recupere en el corto plazo. Puede que una
parte se recupere, porque evidentemente no todo el comercio minorista depende del turismo,
no todo el transporte depende del turismo, no toda la industria del ocio y del entretenimiento
depende del turismo, pero una parte significativa sí, y esa parte que depende del turismo no
se va a recuperar y desde luego la hostelería no se va a recuperar. Por consiguiente, puede
suceder que una parte de la economía se vaya recuperando, se vaya reactivando, vaya volviendo
a la normalidad, pero la parte de la economía más expuesta al exterior va a ser muy complicado
que se recupere. De hecho, los propios datos que nos ha proporcionado recientemente el
ministro de Seguridad Social José Luis Escriba apuntan en esa dirección. Antes comentábamos
que un 60% de los trabajadores acogidos a un ERTE ya habían regresado a su puesto de
trabajo, ya tenían de nuevo un empleo, pero esta recuperación del empleo de los trabajadores
afectados por un ERTE es muy desigual entre sectores. En los sectores vinculados al turismo,
unos del 20% de los trabajadores afectados por un ERTE han recuperado su puesto de trabajo.
En otros sectores nada afectados por el turismo, por ejemplo la reparación de vehículos,
más del 75% de trabajadores afectados por un ERTE ya han recuperado su empleo. Si analizamos
la incidencia por comunidades autónomas, sucede tres cuartos de lo mismo. En la práctica
totalidad de autonomías españolas, entre el 60 y el 70% de los trabajadores afectados
por un ERTE ya han recuperado un empleo. En cambio, en baleares y canarias es menos
del 40%. En baleares es el 30% de los trabajadores porque estas regiones están muy expuestas
al turismo y el turismo no levanta cabeza. Vemos por tanto que en los sectores vinculados
al turismo hay un estancamiento tanto de la actividad como de la recuperación, y estos
datos son datos de hace más de dos semanas, es decir, antes de que nos sumergiéramos
en este conato de segunda ola que ha terminado por arrasar la temporada turística, especialmente
cuando otros países han recomendado o han ordenado a sus ciudadanos que no viajen a
destinos españoles. En definitiva, parte de la devastación laboral que estamos presenciando
ahora mismo, que estamos constatando ahora mismo con los datos de la EPA del segundo
trimestre del año, es una devastación laboral que ha venido para quedarse. Es una devastación
laboral que se va a convertir en estructural dentro de nuestra economía y que no se va
a remediar hasta que suceda una de estas dos cosas. La primera, que obtengamos una vacuna
contra el coronavirus y podamos regresar a la antigua normalidad, o la segunda, que
la economía española se reestructure de manera muy profunda y abandone sectores vinculados
a la interacción social o dependientes de la interacción social como puede ser el turismo
y se especialice en otros sectores donde esa interacción social no sea tan importante.
Si no sucede ninguna de estas dos cosas, si no nos inmunizamos contra el virus o no nos
adaptamos a producir en un entorno en el que el virus sigue circulando por nuestra sociedad,
va a ser muy complicado que el empleo regrese al sector turístico y si el sector turístico
no levanta cabeza, si el sector turístico no se reactiva, parte muy significativa. Lo
hemos visto un tercio de todos los empleos, del millón de empleos, de más del millón
de empleos destruidos en el último año. Un 25% de las horas de trabajo perdidas en
el último año, eso directamente, luego hay otro componente indirecto, no va a recuperarse
y eso significa empobrecimiento estructural para nuestra economía y significa por supuesto
empobrecimiento estructural para centenares de miles de personas que se van a quedar
sin fuentes de renta más allá que aquellas que sean capaces de proporcionarle al sector
público. Un sector público que, sin embargo, está crecientemente endeudado y que por
tanto tampoco va a tener un margen ilimitado, un margen eterno, para ir proporcionando
renta a trabajadores que se han quedado en el paro estructural.
Vemos por consiguiente como la pésima gestión de la pandemia, tanto en la primera ola como
ahora en la segunda ola, por parte de todos los políticos, pero muy en especial por parte
del gobierno central, están condenando a nuestro país a la ruina, están condenando
a nuestro mercado laboral, a la miseria.