This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
¿Por qué motivo se opone la izquierda a que el trabajador perciba en su nómina
todo el coste laboral que representa para la empresa?
Es decir, ¿por qué se opone la izquierda a que el trabajador cobre
no sólo su salario neto, sino también las cotizaciones sociales
que la empresa paga en favor del trabajador?
Veámoslo.
Excelente idea del presidente de la COE, Antonio Garamendi.
En concreto, el presidente de la COE propone que los trabajadores reciban su nómina mensual completa
y que sean ellos mismos quienes ingresen sus cotizaciones a la Seguridad Social.
Y es que actualmente un trabajador que genera un valor añadido para la empresa
y que tiene un coste para la empresa de, por ejemplo, 2.000 euros mensuales,
termina recibiendo como salario neto en su cuenta bancaria menos de 1.300 euros mensuales.
Lo cual genera la falsa percepción, la falsa sensación entre muchos trabajadores
que el salario que realmente perciben por parte de la empresa es apenas 1.200 o 1.300 euros mensuales.
Cuando hay una tajada muy importante, muy considerable, entre 700 y 800 euros mensuales
sobre ese coste laboral de 2.000 euros mensuales, que es apropiado ya sea a través de retenciones
sobre el IRPF o ya sea a través de cotizaciones sociales, es apropiado por el Estado.
La propuesta de Garamendi serviría, por tanto, para aportar transparencia tributaria al sistema
fiscal español. Es decir, que los ciudadanos fueran conscientes de cuál es el coste real
que les suponen los servicios públicos que aparentemente reciben de manera gratuita
por parte del Estado. Para que un ciudadano pueda valorar juiciosamente
si le compensa el estado hipertrofiado que padecemos, ha de ser consciente de cuáles son
los beneficios, los servicios y transferencias del Estado que recibe y cuáles son ciertamente
los costes que está soportando. Es decir, todos los impuestos, todas las exacciones a
las que es sometido por parte de ese Estado para proporcionar esos servicios y para entregarle
esas transferencias. Si el Estado sólo visibiliza la parte de los beneficios pero oculta opacamente
la parte de los costes, la decisión de cada ciudadano estará enteramente sesgada por la
manipulación gubernamental. El trabajador tendrá la falsa percepción de que estará recibiendo del
Estado mucho más de lo que le está entregando al Estado. Y cuando hablo de transparentar lo que el
Estado le cuesta a cada trabajador no me estoy refiriendo solamente a la cantidad de dinero
que directamente le arrebata a través de exacciones, de pagos coactivos de todo tipo el Estado a ese
trabajador, sino también del coste de oportunidad de no disponer de ese dinero que le ha arrebatado el
Estado. Como decíamos, un trabajador que genere un valor añadido para la empresa de 2.000 euros
mensuales estará pagando cada mes en cotizaciones a la Seguridad Social, ya sea directamente o ya
sea en el régimen actual a través del empresario, en torno a 750 euros mensuales. Esto significa que
cada año le está entregando al Estado 9.000 euros anuales. 9.000 euros anuales, claro, sólo en
cotizaciones sociales, aparte todos los demás impuestos. Pues bien, imaginemos que el trabajador
pudiese disponer de esos 9.000 euros anuales sin que se los arrebate el Estado a través de las
cotizaciones sociales y que los invierte y reinvierte a una rentabilidad real por año que en promedio se
ubica en el 5%. Hay que decir que se trata de una rentabilidad real bastante conservadora,
dado que la bolsa estadounidense en los últimos 220 años ha proporcionado una rentabilidad bastante
por encima de este 5% real. Y lo mismo ha sucedido también durante los últimos 15 años. No se trata
de que estemos promediando décadas muy buenas y que durante los últimos años la rentabilidad real
de la bolsa estadounidense haya sido muy mala. Pues bien, si ese trabajador dispusiera del dinero
que hoy le quita la seguridad social, 9.000 euros anuales, y lo reinvirtiera a un promedio anual
real del 5%, al cabo de 37 años, que es el tiempo mínimo que hoy en día te exige la seguridad social
para recibir en forma de pensión el 100% de lo que has cotizado, ese trabajador al cabo de 37 años
tendría un patrimonio financiero superior a los 950.000 euros.
Y esto, la posibilidad de alcanzar ese patrimonio financiero propio, que luego puedas legar a tus
herederos, si no lo consumes tú íntegramente, es una posibilidad que también te está arrebatando el
Estado. Es también un coste de oportunidad del hiperestado que padecemos. Y en este sentido,
por cierto, si después de la brutal mordida coactiva que mes a mes, año a año, nos practica
el Estado sobre nuestros ingresos, seguimos disponiendo de cierto ahorro que queramos
capitalizar, a imagen y semejanza de cómo podríamos capitalizar las cotizaciones sociales
si no nos las arrebatara el Estado, es decir, un flujo de ahorro y de inversión periódica para
aprovechar el poder del interés compuesto, como ya explicamos en un vídeo anterior, recordad que la
plataforma que apadrina este vídeo, Trade Republic, os ofrece precisamente esa opción. A través de la
plataforma de Trade Republic podéis crear un plan de inversión a largo plazo con orden de compra
recurrente sobre aquel activo que escojamos, por ejemplo, el Standard & Poor's 500, la bolsa
estadounidense. Invierte todos los meses, por ejemplo, 200 euros en el Standard & Poor's 500 y la
plataforma lo ejecuta automáticamente. Además, también recordad que Trade Republic ofrece en estos
momentos una rentabilidad del 4% sobre los saldos de liquidez que no hayamos dispuesto en forma de
inversión en activos y también devuelve el 1% del gasto en compras que efectuemos a través de su
tarjeta. Si quieres obtener más información sobre Trade Republic puedes obtenerla pinchando en el
enlace que aparece en la caja de descripción de este vídeo. Por consiguiente, la propuesta de Antonio
Garamendi de transferirle al trabajador todo el coste laboral que ese trabajador supone para la
empresa y que es igual al valor añadido que ese trabajador aporta en la empresa y que luego,
una vez transferido todo ese coste laboral, todo ese valor añadido que genera el trabajador, sea el
Estado quien le arrebate. El importe íntegro de las cotizaciones sociales es una propuesta que
contribuye a aportar transparencia tributaria al sistema político y económico español. Los hay que
afirman que esta transparencia no es necesaria porque toda esa información ya aparece reflejada
en la nómina. Y es verdad que en una nómina ordinaria podemos encontrar la cotización que efectúa
el empresario en favor del trabajador a la seguridad social, la cotización que efectúa el propio
trabajador en su favor a la seguridad social y también las retenciones del IRPF. Sin embargo,
la inmensa mayoría de trabajadores no perciben que las cotizaciones que paga el empresario en favor
del trabajador a la seguridad social formen parte del valor añadido y de la remuneración que percibe ese
trabajador. La mayoría de trabajadores interpreta que esto es algo así como un impuesto que paga el
empresario sobre los beneficios del empresario por el hecho de haber contratado a ese trabajador,
cuando en el fondo es una sustracción del valor añadido generado por el trabajador y, por tanto,
de la remuneración que podría percibir el trabajador si el Estado no se la arrebatara. De ahí que sí
habría una mejora muy importante de la transparencia fiscal y de la conciencia fiscal de los trabajadores
si estos percibieran todo el valor añadido que generan, es decir, todo el coste laboral que suponen
para el empresario y, acto seguido, el Estado les pidiera cuentas con la seguridad social y con la
agencia tributaria. En ese momento, los trabajadores serían conscientes de cuánto están siendo expoliados
por esa maquinaria parasitaria llamada Estado que supuestamente les beneficia. Y siendo esta una
medida que mejoraría de manera sustancial la transparencia tributaria del sistema estatal
español, ¿quiénes creéis que se oponen a esta medida? Pues aquellos que no quieren más transparencia
tributaria sino más opacidad tributaria para que el trabajador no sea consciente de todos los
rejonazos fiscales que padece a lo largo de su vida para alimentar esa maquinaria parasitaria
llamada Estado. Es decir, que aquellos que no quieren más transparencia tributaria son justamente
aquellos que abogan por maximizar el parasitismo estatal sobre los trabajadores. Es decir, sobre
aquel colectivo, sobre aquel grupo social que muchas veces esos mismos que defienden maximizar
el parasitismo estatal contra los trabajadores es el grupo social cuya defensa dicen priorizar
políticamente. Por ejemplo, la líder de Sumar, vicepresidenta segunda del gobierno de España
y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. Es imprudente que un líder empresarial tan importante se deje
secuestrar por discursos más propios de Milley o de Trump. Pero debe saber que este gobierno camina
en la dirección contraria. Claro que camina en la dirección contraria de la transparencia
tributaria. Camina en la dirección de la opacidad tributaria para que los trabajadores, para que las
víctimas del expolio estatal no sean conscientes de la magnitud de ese expolio estatal. No vaya a ser
que si adquieren conciencia de ese expolio estatal empiecen a reclamar que se les expolie menos. O lo
mismo sucede con el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustindui. También
pueden cobrar todo lo que producen y luego pagarle la plusvalía a los empresarios. Eso sí que aclararía
las cosas. Aquí directamente un ministro del gobierno de España está abrazando la muy errónea
teoría del valor y teoría de la explotación de Karl Marx. Básicamente está presuponiendo que todo el
valor que toda la producción es creada por los trabajadores. De tal manera que el capitalista
no contribuye en nada a producir, a generar valor. Y eso, como ya he explicado en numerosas ocasiones,
la más exhaustiva en este libro, Antimarx, es un absoluto error intelectual y económico. El capitalista
es el agente especializado en proporcionar tiempo de espera, asunción de riesgos e información diferencial
al proceso productivo. Es imposible producir sin esperar, sin asumir riesgos y sin contar con
información adecuada sobre qué producir y sobre cómo producir. Y de todo eso se encarga, en una
empresa capitalista, no así en una cooperativa, pero en una cooperativa no existe plusvalía. De todo
eso se encarga, en una empresa capitalista, el capitalista. Y, por tanto, cobra por esos servicios
imprescindibles para producir que en una empresa capitalista suministra al capitalista. Y eso es la
plusvalía. Por mucho que Marx y sus seguidores piensen que se puede producir sin esperar, sin asumir
riesgos o sin información. Y, por tanto, presupongan que toda la producción sea creado sin espera, sin
asumir riesgos y sin información, meramente a través del trabajo, sin espera, sin asunción de
riesgos, sin información de los trabajadores. Pero bueno, más allá de la desgracia de que en España
tengamos ministros en el gobierno que abrazan estas disparatadas teorías económicas, más allá de esto,
fijémonos que el argumento del ministro es una especie de pataleta de niño pequeño. Oye, ¿por qué
no le entregamos al trabajador las cotizaciones que paga el empresario en su favor para que luego sea
él quien abone esas cotizaciones sociales? No, me niego y si lo planteas me subo al monte y voy a
reclamar que se les pague también la plusvalía a los trabajadores. Vamos a ver, son debates, son
cuestiones distintas. ¿Cuáles son tus argumentos específicos en contra de que a los trabajadores, aparte de su
salario, se les entreguen también las cotizaciones empresariales a la seguridad social? ¿No has
argumentado por qué esto no debería hacerse? ¿Esta medida te parece bien o te parece mal en sí misma?
No argumentas nada, simplemente estás diciendo, pues si tú planteas esto me enfurruño y subo la
apuesta. Bueno, pero antes de subir la apuesta, ¿qué opinas sobre esto? No hay argumentos, porque si
tuvieran que argumentar, sería argumentar en contra de esta medida, al margen de lo que luego dilucidemos
sobre la plusvalía. Sería argumentar en contra de que al trabajador se le pague, se le entregue la
cotización que abona al empresario a la seguridad social en favor del trabajador. ¿Y por qué Bustín
Duy o por qué Yolanda Díaz no quieren que al trabajador se le entregue la cotización que paga
el empresario en su nombre? Pues porque no quieren que el trabajador sea consciente de todo lo que le
está pagando al Estado. ¿Y por qué no quieren que sea consciente de todo aquello que le está pagando
al Estado? Porque no quieren un trabajador informado y consciente. No vaya a ser que ese trabajador
informado y consciente reclame pagar un poco menos al Estado justamente porque juzgue que ya está pagando
demasiado. Quieren un trabajador adormilado, anestesiado y zombificado frente al parasitismo
estatal que ellos están perpetrando como ministros del gobierno de España. Es decir, estos señores son
los brazos ejecutores del parasitismo estatal y defienden el parasitismo estatal en contra de la
clase trabajadora a la que dicen defender. Y precisamente para que esa clase trabajadora
no se enfrente, no oponga resistencia al parasitismo estatal que ellos promueven, no quieren que esa clase
trabajadora esté informada de toda la magnitud de ese parasitismo estatal. El establishment político
de izquierdas ha dejado de luchar en favor de la clase trabajadora. Solo lucha a favor del Estado,
a favor de la oligarquía política del Estado que, oh sorpresa, ellos mismos integran. Y por eso no quieren
cambios en el estatus quo político. Y por eso no quieren que los trabajadores reclamen cambios en el
estatus quo político. Porque los parásitos no quieren dejar de parasitar a sus víctimas.