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¿Cuáles son las líneas maestras de la política económica de Kamala Harris?
Veámoslo.
Kamala Harris es ahora mismo, sobre todo después del respaldo público que le acaban de dar los Obama,
la candidata más probable del Partido Demócrata a la presidencia de los Estados Unidos.
Y al igual que en un vídeo anterior ya analizamos cuáles serán las principales líneas maestras
del programa económico de Donald Trump, en este vídeo vamos a hacer lo propio con las líneas maestras
del programa económico de Kamala Harris. En este sentido, uno podría pensar que basta con observar
cuál ha sido la acción de gobierno en materia de política económica del presidente Joe Biden
y de la vicepresidenta Kamala Harris durante los últimos cuatro años para proyectar cuál puede
ser la política económica de la presidenta Kamala Harris durante los próximos cuatro años. Es decir,
uno podría pensar que una presidencia de Kamala Harris sería absolutamente continuista con la
presidencia de Joe Biden que está a punto de concluir. Sin embargo, aunque desde luego no va a
haber una absoluta ruptura política entre la presidencia de Joe Biden y una posible presidencia
de Kamala Harris, no es necesariamente cierto que ambos mandatos estén caracterizados por una
completa continuidad. Sí, Kamala Harris ha sido la vicepresidenta de Joe Biden, pero en teoría,
quien mandaba, quien gobernaba, quien ha dirigido la orquesta durante estos últimos cuatro años,
ha sido Joe Biden o quienes movieran los hilos detrás de Joe Biden. Y en una futura presidencia
de Kamala Harris, quien llevaría la batuta sería la propia Kamala Harris o aquellos que movieran los
hilos detrás de Kamala Harris que no tienen por qué ser exactamente los mismos que quienes movieran
los hilos de Joe Biden. Por eso, la política económica de Kamala Harris no tiene por qué ser
absolutamente continuista de la de Joe Biden. Kamala Harris podría ir más allá que Joe Biden en
algunos asuntos, ir menos lejos que Joe Biden en otros o abrir nuevas temáticas, colocar el foco
sobre nuevos asuntos distintos a aquellos a los que ha prestado atención Joe Biden. Con lo cual,
la pregunta desde luego es relevante. ¿Cuáles cabe esperar que sean las líneas maestras de la política
económica de Kamala Harris? Pues a este respecto todavía sabemos poco. Pues Kamala Harris no es que
no haya presentado todavía su programa electoral, sino que ni siquiera ha esbozado cuál puede ser su
programa electoral. Pero sí tenemos cierta evidencia sobre cuáles eran los temas que preocupaban u obsesionaban
a Kamala Harris antes de ser vicepresidenta de Joe Biden y cuáles fueron las recomendaciones políticas
que hizo entonces para atajar tales asuntos. De hecho, hace unos días el New York Times, un periódico muy
bien conectado con las élites del Partido Demócrata y también, claro, con el entorno de Kamala Harris,
nos ofreció un reportaje en el que recopilaba las principales intervenciones públicas de Kamala Harris
sobre la situación de la economía y sobre los problemas de la economía antes de que fuera
vicepresidenta de Joe Biden. ¿Y qué nos dice el New York Times sobre la visión económica de Kamala Harris?
Pues como resumen, que en muchos asuntos todavía es más de izquierdas que el propio Joe Biden.
Veamos algunos ejemplos. Comencemos con el bloque de los impuestos. Primero, Kamala Harris defendió una
subida del impuesto sobre sucesiones para recaudar 300.000 millones de dólares en los Estados Unidos que
fueran destinados a subirles los salarios a los profesores de la enseñanza pública. Se trataría,
en palabras de Kamala Harris, del mayor incremento de los salarios de los empleados públicos en educación
de toda la historia de los Estados Unidos. Equivaldría, atención, a incrementarle de media a cada profesor su
salario anual en 13.500 dólares. Como si el problema de los pésimos resultados que en muchas
materias consigue la educación preuniversitaria en los Estados Unidos estuviese vinculada con el
bajo salario de sus profesores. En segundo lugar, Kamala Harris también defendía subir el impuesto
sobre sociedades. Mientras que Joe Biden, antes de ser nominado oficialmente candidato del Partido
Demócrata para las elecciones presidenciales de 2019, defendía incrementar el impuesto sobre
sociedades del 21% al 28%, Kamala Harris iba todavía más lejos en esos debates entre candidatos demócratas
entre Joe Biden y Kamala Harris y propugnaba un aumento hasta el 35%. Afortunadamente, hoy por hoy,
Joe Biden no ha cumplido su promesa de elevar el impuesto sobre sociedades del 21% al 28% y,
por tanto, cabe esperar que Kamala Harris sí quiera aumentarlo más allá de ese 28%. Recordemos que a
este respecto, Donald Trump ha prometido rebajarlo desde el 21% al 15%. Por consiguiente, el contraste
no puede ser mayor. Si gobierna Donald Trump y cumple su palabra, el impuesto sobre sociedades en los
Estados Unidos será del 15%, uno de los más bajos del mundo. Si, en cambio, gobierna Kamala Harris y cumple
su promesa, al menos sus promesas de 2019, el impuesto sobre sociedades aumentaría al 35%, 20 puntos
más que lo que quiere Donald Trump y uno de los tipos impositivos sobre sociedades más elevados del
mundo. Y, por último, en el año 2017, cuando Donald Trump aprobó su rebaja impositiva, Kamala Harris
propuso sustituir esa amplia rebaja del IRPF por una transferencia de 500 dólares a cada familia que
ingresará menos de 100.000 dólares. Es decir que el enfoque fiscal de Kamala Harris consiste en subir los
impuestos a las rentas y a los patrimonios medios y altos dentro del contexto estadounidense para bajar
a algo los impuestos o aumentar las transferencias de renta a las familias de ingresos más bajos.
Se trata, por cierto, de un discurso fiscal que no se diferencia tanto del que tiene el candidato a
vicepresidente de Donald Trump, J.D. Vance, quien en numerosas ocasiones se ha vendido como el
republicano de las clases trabajadoras y ha rechazado bajar los impuestos a los ricos. No es
que defienda, al menos públicamente, subirlos, pero desde luego ha dicho que no es una de sus
prioridades bajar los impuestos a las rentas y a los patrimonios elevados, que en todo caso,
como también defiende Kamala Harris, habrá que bajar impuestos a las clases trabajadoras.
Pasemos ahora al bloque de la regulación económica. En este apartado no hay demasiada
información, pero sí sabemos que Kamala Harris ha defendido siempre una mayor regulación del
Estado para, supuestamente, proteger a los consumidores. Porque muchas veces esta legislación
en favor de los consumidores solo es una forma de proteger a los lobbies que dicen representar
los intereses de los consumidores. Por ejemplo, en el año 2016, Kamala Harris, como fiscal del
Estado de California, amenazó con perseguir a Uber si esta compañía no retiraba de la
circulación los coches autoconducidos. ¿En qué sentido protege al consumidor que Uber no pueda
ofrecer servicios de transporte mucho más baratos por el hecho de proporcionarlos a través de vehículos
que no necesitan conductor? Pues no se sabe, no contesta. No solo eso. En otras ocasiones,
cuando la regulación sí va supuestamente dirigida a beneficiar a las personas a las que dice querer
proteger, al final termina perjudicando a esos grupos a los que se dice querer proteger. Por ejemplo,
una de las últimas propuestas del gobierno de Biden y, por tanto, de Kamala Harris ha sido la
de establecer un límite al incremento de los alquileres en Estados Unidos del 5% anual. Y ya
sabemos que el resultado de los controles de alquileres tiende a ser menor disponibilidad de
vivienda en alquiler y, por tanto, mayor dificultad para acceder a una vivienda. Es verdad que, en este
caso, al menos Kamala Harris complementa esta idea de tinte claramente socialdemócrata con otra
propuesta igualmente socialdemócrata pero que, al menos, sí tiene sentido para volver la vivienda
más accesible y es construir una mayor cantidad de viviendas públicas. Construirlas ¿cómo? Con la
subida de impuestos que hemos bosquejado hace un momento. Y, por último y en tercer lugar,
el bloque comercial. Ya sabemos que Donald Trump es un político enormemente proteccionista y que ha
amenazado incluso con ir más allá de lo que ya fue en su primer mandato y de lo que ha ido el propio
Joe Biden incrementando los aranceles frente al comercio internacional con respecto a los ya elevados
que le legó Trump. Pues bien, en esta materia parece que Kamala Harris no es tan proteccionista o no se nos
vende tan proteccionista como lo es Donald Trump. En los debates entre candidatos demócratas en el año
2019 calificó como errática la política comercial de Donald Trump y dijo de ella misma que no era una
demócrata de carácter proteccionista. Además, y más recientemente, también ha criticado la última
propuesta de Donald Trump de establecer un arancel del 10% a todos los productos que se importan desde
China como una medida que sólo contribuiría a encarecer el precio que pagan las familias
estadounidenses por muchos productos básicos. Por tanto, en este campo parecería que hay algo más
de espacio a ideas sensatas que las de Donald Trump. Pero recordemos a este respecto que Joe Biden
también criticó la política proteccionista, la política comercial de Donald Trump en su primer
mandato y, como ya hemos dicho, no sólo no la ha revertido sino que incluso la ha agravado. Los
aranceles que existen hoy en los Estados Unidos son mayores que los que dejó Donald Trump. Por tanto,
la retórica comercial de Kamala Harris no suena mal, o al menos no suena tan mal como la de Donald Trump,
pero la práctica puede ser algo muy distinto. En definitiva, si en un vídeo anterior resumimos la
política económica de Donald Trump como más proteccionismo exterior, menos regulación interior
y menos impuestos con cargo al aumento del déficit público, bien podemos describir la política económica
de Kamala Harris como más regulación interior, más impuestos interiores, probablemente con el mismo o
mayor déficit público y, por último, quizá, sólo quizá, no tanto proteccionismo exterior como el de Donald Trump.