This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
El precio del petróleo está volviendo a dispararse. Si en el mes de junio llegó a
ubicarse por debajo de los 75 dólares por barril, ahora mismo ya vuelve a
coquetear con los 100 dólares por barril. ¿Qué ha pasado? ¿A qué se debe esta
vertiginosa subida en apenas tres meses? Veámoslo.
En estos momentos tanto el barril Brent como el barril West Texas se ubican por
encima de los 90 dólares, su precio más elevado en prácticamente un año. No
solo eso, durante los últimos meses se ha producido una muy acelerada subida de
los precios del petróleo. Si en junio el precio de ambos tipos de barril llegó a
estar por debajo de los 75 dólares, incluso el West Texas llegó a estar a
punto de perder los 70 dólares por barril, ahora mismo, como hemos dicho, en
apenas tres meses, los dos se han encarecido por encima de los 90 dólares
y hay analistas que esperan que lleguen a los 100 dólares. ¿Pero por qué han
subido tanto los precios del petróleo durante los últimos meses? Pues siempre
que queramos explicar un precio hay que recurrir a las dinámicas de su oferta y
de su demanda. Y en este caso desde luego no es una excepción. Si los precios del
petróleo han subido durante los últimos meses es porque su demanda ha
aumentado más que su oferta. Y como existe un desequilibrio entre la demanda
global y la oferta global de petróleo, tal que la demanda global de petróleo
supera la oferta global de petróleo, ese desequilibrio se ajusta con subidas de
precios para desincentivar la demanda e incentivar la oferta. En este gráfico
extraído de la Agencia Internacional de la Energía, podemos ver cómo durante
los últimos meses el consumo global de petróleo ha aumentado más
aceleradamente que la oferta global de petróleo hasta el punto de que ya
supera a la oferta global de petróleo. Y este, como también podemos ver en el
gráfico, es un fenómeno que no se había producido en los 12 meses anteriores.
Tanto en el segundo semestre de 2022 como en el segundo semestre de 2023, la
oferta global de petróleo se ubicaba por encima de la demanda global de
petróleo. La demanda global de petróleo no alcanzaba los 100 millones de barriles
diarios y la oferta global de petróleo se ubicaba algo por encima de 100
millones de barriles diarios de petróleo. Pues bien, ahora mismo han cambiado las
tornas. La demanda global de petróleo se ubica más o menos en 102 millones de
barriles diarios de petróleo, que es, dicho sea de paso, el máximo histórico de
demanda global de petróleo. Nunca antes, ni siquiera en 2019, previo a la pandemia,
la demanda global de petróleo ascendía a 102 millones de barriles de petróleo diarios y,
al mismo tiempo, la oferta global de petróleo tiene dificultades para mantenerse en alrededor
de los 100 millones de barriles diarios de petróleo. Por tanto, razón fundamental que
explica la reciente subida de los precios internacionales del petróleo, el desequilibrio
entre la demanda y la oferta. La demanda está creciendo más que la oferta y, por tanto,
para mantener el equilibrio entre demanda y oferta, hace falta que los precios suban.
Segunda cuestión, ¿por qué la demanda está creciendo más que la oferta? Pues
analicemos con algo más de detalle las dinámicas que han seguido tanto la oferta como la demanda.
Por un lado, ¿de dónde surgen los problemas de la oferta? ¿Por qué la oferta global de
petróleo no es capaz de crecer al mismo ritmo que la demanda? Bueno, en principio,
podría parecer que estamos cerca del límite de la capacidad global de producción de petróleo.
Si observamos este gráfico, extraído de la consultora McKinsey, veremos que la
producción diaria de petróleo en el año 2023 se halla muy cerca del máximo del promedio de
producción diaria de petróleo de los últimos cinco años. La línea en azul oscuro, que llega
hasta el mes de agosto, es la producción diaria de petróleo por mes durante el año 2023. Y la
franja grisácea por detrás es el rango de producción media diaria durante los últimos
cinco años. Y lo que vemos es que la producción global de petróleo ahora mismo está prácticamente
en el máximo del rango de producción diaria de los últimos cinco años. Por tanto, como digo,
parecería que no hay margen para producir más. Sin embargo, esto es engañoso. ¿Y por qué es
engañoso? Porque hay dos conjuntos de productores globales de petróleo que están produciendo mucho
menos de lo que podrían producir. El primero es el conjunto de países de la OPEP, sin contar
Libia, Irán y Venezuela, que son países o sancionados o en medio de una guerra civil que
hacen que su suministro no sea demasiado previsible ni sea fácil que alcance el mercado global.
Pues bien, los diez países que conforman la OPEP, si excluimos Venezuela, Irán y Libia,
vemos que están produciendo mucho menos de lo que han venido produciendo durante los últimos
cinco años. Ahora mismo están produciendo 27,7 millones de barriles diarios de petróleo,
cuando el año pasado producían más de 30 millones de barriles diarios de petróleo. Por
tanto, aquí hay una merma de 3 millones de barriles diarios de petróleo que,
si la OPEP no hubiese acordado recortar la producción para elevar los precios,
estarían contribuyendo a bajar los precios. Y en segundo lugar, hay que mencionar también a
Rusia. En este caso, debido a las sanciones internacionales, Rusia no puede producir y vender
tanto petróleo como el que alternativamente podría producir y vender. Actualmente Rusia está
produciendo 10,4 millones de barriles diarios de petróleo. Cuando se llegara al máximo de su
media de los últimos cinco años, podría producir aproximadamente un millón de barriles diarios más.
Es decir, que la oferta global de petróleo se está dejando algo así como 4 millones de
barriles diarios de petróleo sin producir. Si se produjeran, obviamente, el precio internacional
del petróleo sería apreciablemente menor. Ya tenemos claro el lado de la oferta. ¿Pero
qué ha sucedido desde el lado de la demanda? Pues en el lado de la demanda se esperaba que
2023 fuera un año con una demanda global de petróleo débil. Muchos analistas esperaban
que en el año 2023 hubiese una recesión, tanto en Europa como sobre todo en Estados Unidos. Y
de momento la recesión no ha llegado. Es más, la economía estadounidense se ha mostrado bastante
más fuerte de lo esperado. Como vemos, se espera que la economía mundial crezca un 2,7% en este
año 2023 y que en particular Estados Unidos se expanda a un ritmo del 1,8%, la eurozona al 0,6%,
Japón al 1,5% y China al 5,2%. Y todo este crecimiento, desigual, obviamente,
hay zonas que crecen más que otras, pero todo este crecimiento económico se traslada,
en última instancia, en mayor demanda global de petróleo. Mayor demanda global que, como ya
hemos especificado antes, se ubicará en este año 2023 en su máximo histórico. Si analizamos la
demanda de petróleo en las tres principales áreas económicas del planeta, Estados Unidos,
la eurozona y China, veremos que en el caso de Estados Unidos los datos están algo retrasados,
hasta el mes de junio, pero veremos que hasta el mes de junio la demanda estadounidense de petróleo
se ubicaba en el máximo de su media de los últimos cinco años, al mismo nivel o ligeramente
por encima que en 2022. Por tanto, aquí, de momento, recesión no se observa por ningún lado,
no ha habido una contracción de la actividad que haya contraído la demanda estadounidense de
petróleo. En la eurozona, en cambio, si se aprecia un cierto retroceso, en todo caso débil,
pero un cierto retroceso en la demanda de petróleo, nos ubicamos algo por debajo de la demanda diaria
de petróleo de 2022 y en China, igualmente, en el máximo de su media de los últimos cinco años,
bastante por encima de la demanda de petróleo china en 2021 y en 2022, años en los que se
aplicó la política de COVID-0 y que, por tanto, mantuvieron parte de la actividad productiva china
a medio gas. Ahora que esa política ha terminado y a pesar de que la economía china está creciendo
menos de lo que crecía en años anteriores, pero al seguir creciendo, al seguir expandiendo
su actividad, también sigue aumentando su demanda de petróleo y, por tanto, esta se ubica en el
máximo de los últimos cinco años. Es decir, que uno de los principales responsables de que esté
aumentando tanto la demanda global de petróleo es que tanto la eurozona como Estados Unidos no
hayan entrado en recesión o al menos su economía no se haya paralizado lo suficiente como para hacer
caer la demanda global de petróleo. Cuando los bancos centrales tanto de la eurozona como de
Estados Unidos subían los tipos de interés para luchar contra la inflación, lo hacían en parte
con la expectativa de frenar, de enfriar sus economías y, por tanto, su demanda de aquellos
recursos relativamente más escasos, por ejemplo, en este caso, el petróleo. Sin embargo, al menos
hasta el momento, los bancos centrales han fracasado a la hora de frenar suficientemente
sus economías. Algunos consideran que esto es un éxito porque han conseguido moderar la inflación
sin generar una recesión, lo llaman un aterrizaje suave, pero en la medida en que la demanda de
petróleo en estas zonas económicas sigue muy fuerte porque su actividad económica no se ha
ralentizado lo suficiente, es dudoso que hayamos ganado definitivamente la batalla contra la
inflación mientras subsistan las tensiones de precios en el mercado de petróleo. ¿Y por qué
los bancos centrales no han conseguido enfriar suficientemente las economías europeas y la
economía estadounidense a pesar de la enorme subida de tipos de interés que han ejecutado
durante el último año? Pues como ya hemos explicado en otras ocasiones, porque especialmente
Estados Unidos ha vuelto a disparar su déficit público y al disparar su déficit público se está
estimulando internamente la economía de Estados Unidos y toda la desaceleración o enfriamiento que
promueve la Reserva Federal estadounidense con sus tipos de interés más altos, lo está
contrarrestando el Tesoro estadounidense con su déficit público disparado. Por tanto,
el encarecimiento global del petróleo y la inflación que esto pueda generar en
economías como la estadounidense o como la de la eurozona no es un fenómeno exclusivamente
atribuible al lado de la oferta, a la restricción a los recortes de producción de la OPEP y de
Rusia es también atribuible al sobrecalentamiento de la economía europea y sobre todo de la economía
estadounidense como consecuencia no de una política monetaria acomodaticia sino de una
política fiscal excesivamente estimulante y expansiva. En suma, ¿por qué se está
encareciendo tanto el petróleo? Pues porque durante los últimos meses algunos de sus
principales productores han recortado la oferta y algunos de sus principales consumidores han
estimulado la demanda. Más demanda y menos oferta, precios más altos.